Servicio diario - 18 de junio de 2016


 

‘Poveda la película’, finalista en el festival ‘Mirabile Dictu’
Posted by Redaccion on 18 June, 2016



(ZENIT – Roma).- El Festival Internacional de Cine Católico Mirabile Dictu ha nominado la cinta española “Poveda” para el galardón a la mejor película. Los ganadores de los premios, considerados como los “Oscar católicos”, serán anunciados en la ceremonia de gala que se celebrará el próximo día 23 de junio en el Palacio de la Cancillería de Roma.
Más de 1.800 películas de unos 120 países compiten por los premios de este Festival, cuyo principal patrocinador es el Pontifico Consejo de la Cultura. Sólo “Poveda” y otros dos films han llegado a la fase final de la categoría “Mejor película”.
Dirigida por Pablo Moreno, “Poveda” está inspirada en la vida de San Pedro Poveda, humanista y pedagogo español, fundador de la Institución Teresiana, que murió mártir en 1936 en Madrid. En cines desde el 4 de marzo, fue el segundo mejor estreno español en su primer fin de semana y actualmente se sigue proyectando en diversas ciudades de España.
El Ministerio de Cultura concedió a “Poveda” el calificativo de película para el fomento y la Igualdad de Género, debido a la labor pionera de Pedro Poveda a favor de la promoción y derechos de la mujer a principios del siglo XX. También se distinguió por ayudar y educar a los más desfavorecidos, algo que la película muestra en emotivas escenas rodadas en las cuevas de Guadix. Sus últimos años en Madrid fueron los de la defensa de la libertad de enseñanza de los católicos frente al predominio del laicismo intransigente.
La película fue presentada en la Filmoteca Vaticana el pasado 12 de abril. En la audiencia general del día siguiente, Pablo Moreno y Josemaría Muñoz, director y productor respectivamente, pudieron entregar la película al Papa Francisco, acompañados por Maite Uribe, directora general de la Institución Teresiana.
Apoyada por el boca a boca entre los espectadores, “Poveda” ha tenido un gran impacto en prensa y en redes sociales, llegando a ser Trending Topic a nivel nacional. En las últimas semanas “Poveda” ha empezado a estrenarse en salas de cine de América Latina, empezando por Chile, para seguir después a Ecuador, Perú, Guatemala y otros países.
Para más información pueden visitar: www.povedalapelicula.com


Texto completo del papa Francisco en la catequesis de la audiencia jubilar del sábado 18 de junio de 2016
Posted by Redaccion on 18 June, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano – 18 Jun. 10:45).- El santo padre Francisco realizó hoy en la plaza de San Pedro la audiencia del sábado del Jubileo de la Misericordia. En sus palabras invitó a abrirse a la misericordia de Dios, a escuchar la voz de Jesús cuando nos invita a convertirnos, y para ello –dijo– solamente debemos abrir nuestro corazón y Él hace el resto. Y así nos curará y nos hará más felices.
«Queridos hermanos y hermanas.
Jesús después de la Resurrección se apareció diversas veces a los discípulos antes de subir a la gloria del Padre. El párrafo del Evangelio que hemos recién escuchado (Lc 24,45-48) narra una de estas apariciones en las cuales el Señor indica el contenido fundamental de la predicación que los apóstoles deberán ofrecer al mundo. Podemos sintetizarla en dos palabras: ‘conversión’ y ‘perdón de los pecados’. Son dos aspectos que califican la misericordia de Dios que, con amor nos cuida. Hoy tomamos en consideración la conversión.
¿Qué es la conversión? Ella está presente en toda la Biblia, y de manera particular en la predicación de los profetas, que invitan continuamente al pueblo al ‘regresar al Señor’, pidiéndole perdón y cambiando estilo de vida. Convertirse para los profetas significa cambiar de dirección de marcha y dirigirse de nuevo al Señor, teniendo la seguridad que Él nos ama y su amor es siempre fiel. ¡Volver al Señor!
Jesús hizo de la conversión la primera palabra de su predicación: ‘Conviértanse y crean en el Evangelio’. (Mc 1,15). O sea, miren hacia y vuelvan atrás, esto es convertirse. Es con este anuncio que Él se presenta al pueblo, pidiéndole que reciba su palabra como la última y definitiva que el Padre dirige a la humanidad. (cfr Mc 12,1-11).
Sobre la predicación de los profetas, Jesús insiste aún más en la dimensión interior de la conversión. En ella de hecho toda la persona está involucrada, corazón y mente, para volverse una criatura nueva, una persona nueva. Cambiar el corazón y que uno se renueve.
Cuando Jesús llama a la conversión no se erige juez de las personas, sino lo parte estando cercano, del hecho de compartir la condición humana, y por lo tanto la calle, la casa, el comedor… La misericordia hacia quienes tenían necesidad de cambiar de vida se realiza con su presencia amable, para involucrar a cada uno en su historia de salvación. Y Jesús persuadía a la gente con amabilidad, con amor.
Y con este comportamiento Jesús tocaba la profundidad de los corazones de las personas y estos se sentían atraídos por el amor de Dios y empujados a cambiar vida. Por ejemplo, las conversiones de Mateo (cfr Mt 9,9-13) y de Zaqueo (cfr Lc 19,1-10) se realizaron justamente de esta manera, porque se habían sentidos amados por Jesús, y a través de Él, por el Padre.
La verdadera conversión se realiza cuando recibimos el don de la gracia y un claro señal de su autenticidad es que nos damos cuenta de las necesidades de los hermanos y estamos listos a ir a su encuentro.
Queridos hermanos y hermanas, cuántas veces también nosotros sentimos la exigencia de un cambio que tome a nuestra persona por entero. Pero cuántas veces nos decimos a nosotros mismos: ‘tengo que cambiar y no puedo seguir así. Mi vida en este camino no dará frutos, será una vida inútil y no seré feliz’. Cuántas veces nos vienen estos pensamientos, cuántas veces…
Jesús con la mano extendida nos dice ven, ven a mi, que el trabajo lo hago yo. Yo te cambiaré el corazón, te cambiaré la vida, te haré feliz.
¿Pero creemos esto o no?, ¿qué piensan, creen en esto o no? (aplausos…) Menos aplausos y más voz, ¿creen o no creen? (respuesta coral, Sí…). Es así, es Jesús que está con nosotros y nos invita a cambiar de vida. Y es él con el Espíritu Santo que siembra esta inquietud que nos invita a cambiar vida y ser un poco mejor.
Sigamos por lo tanto esta invitación del Señor y no opongamos resistencias, porque solamente si nos abrimos a su misericordia, encontraremos la verdadera vida y la verdadera alegría. Solamente hay que abrir bien la puerta y él hace el resto, él hace todo. Pero hay que abrir el corazón para que nos pueda curar y llevarnos hacia adelante. Y les aseguro que seremos más felices. Gracias».
Ver más sobre la audiencia
(Texto traducido por ZENIT desde el audio)


“Abrirnos a la misericordia de Dios nos dará la verdadera alegría del corazón”
Posted by Sergio Mora on 18 June, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano – 18 Jun. 10,45) En típico día de la primavera italiana, papa Francisco realizó en la Plaza de San Pedro, la audiencia del Jubileo de la Misericordia del sábado. El Santo Padre al ingresar realizó un largo recorrido en por los corredores de la plaza, acompañado por algunos niños que subieron al jeep descubierto, y como es su costumbre además de saludar a presentes que aplaudían y agitaban pañuelos y banderas, lo hizo de modo particular con algunos enfermos.
Al dirigirse a los peregrinos de idioma español, el Papa hizo un resumen de la catequesis y recordó que “Jesús se manifestó después de su resurrección varias veces a sus discípulos y les indicó que la predicación se debía centrar en el ‘perdón de los pecados’ y en la ‘conversión’”.
Tema el de la conversión que “está presente en toda la Sagrada Escritura” y que “para los profetas, convertirse significa cambiar de rumbo para volver de nuevo a Dios”.
Por ello, dijo el Santo Padre, “también Jesús predicó la conversión y lo hacía desde la cercanía con los pecadores y necesitados; de este modo les manifestaba el amor de Dios. Todos se sentían amados por el Padre a través de Él y llamados a cambiar vida”.
Así “la auténtica conversión se produce cuando experimentamos en nosotros el amor de Dios y acogemos el don de su misericordia” y un signo claro de que “la conversión es auténtica es cuando caemos en la cuenta de las necesidades del prójimo y salimos a su encuentro para ayudarle”.
El Pontífice concluyó sus saludos dirigiéndose en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica, a quienes deseó: “Que el Señor Jesús nos conceda la gracia de la auténtica conversión de nuestra vida. Si nos abrimos a la misericordia de Dios, encontraremos la verdadera alegría del corazón”.
Leer el texto completo de la audiencia


Business Insider da la razón a la Iglesia católica en el tema de los anticonceptivos
Posted by Jorge Enrique Mújica on 18 June, 2016



(ZENIT – México).- The Bussines Insider ha dado una sorpresa al tratar en sus páginas un asunto no precisamente relacionado con los temas económicos, de finanzas y negocios que suele abordar. En un artículo titulado “Time To Admit It: The Church Has Always Been Right On Birth Control” (“Es tiempo de admitirlo: la Iglesia siempre ha sido recta con el control de la natalidad”) los autores ponen en evidencia cómo la Iglesia católica ha tenido razón en su postura sobre el control de la natalidad.
El periódico on-line en inglés que reporta un tráfico semejante al The Wall Sreet Journal, comienza mostrando cómo para muchas personas (incluido el editor del Bussines Insider) la posición de la Iglesia católica acerca de los anticonceptivos resulta pasada de moda. E inmediatamente después comienzan a ponderar algunos argumentos de historia sobre si esa actitud entrañará algún valor… y razón.
Hablan, por ejemplo, de los 21 siglos de experiencia que tiene la Iglesia (lo que la convierten en la institución más antigua de la humanidad), de sus establecimientos que tocan prácticamente toda actividad humana a lo largo y ancho del mundo (lo que le permite hablar de lo que habla) e incluso de los grandes intelectuales que ha dado a la humanidad, antiguos y contemporáneos, como Agustín de Hipona o René Girard.
Y es entonces que plantea la cuestión: el uso generalizado de anticonceptivos ha traído consigo cuatro resultados que ya Pablo VI recogió en 1968 en la encíclica Humanae Vitae: 1) descenso en general de las normas morales, 2) aumento de la infidelidad y de hijos ilegítimos, 3) reducción de las mujeres a objetos de placer y 4) la actividad coercitiva de los gobiernos en materia reproductiva. O en otras palabras: lo que ha estado pasando en los últimos 40 años.
Los autores del artículo ejemplifican esas cuatro consecuencias de la disociación entre amor, matrimonio, sexo y procreación enseñada por la Iglesia con:
1) actualmente no se puede dar por sentado que alguno de los padres sea necesariamente responsable de sus hijos. Esto quedaría todavía más patente si se considera que ser padre equivale hoy en día al cumplimiento de pagos para el sustento infantil ordenados por las cortes. Esto hace que los estándares de paternidad estén por los suelos;
2) Un par de datos: en 1960 sólo el 5,3% de los bebés nacían de mamás solteras; para el año 2010 el porcentaje ascendía a 40,8 %. En 1960 tres cuartas partes de los hogares estaban compuestos por matrimonios casados; en 2010 apenas llegan al 48%.
3) La reducción de la mujer a un mero objeto de placer está ligada al usa y tira que de hecho hacen de ella los anticonceptivos. En cuanto cosificación, basta mirar el aborto selectivo que abiertamente se hace de las niñas en China y veladamente en muchos otros países.
Michael Brendan y Pascal-Emmanuel Gobry, autores del artículo, también tocan el mito de la sobrepoblación para la cual los anticonceptivos serían un remedio. En este ámbito, las críticas contra la Iglesia son que, de seguirse el “sed fructíferos y multiplicaos” que enseña la Biblia, la tierra se volvería insostenible. Pero las estadísticas parecen no apoyar esa idea. El “The Population Bureau of the Department of Economic and Social Affairs of the United Nations” muestra, de suyo, que en las próximas décadas se dará una desaceleración del crecimiento de la población (¡y eso que la ONU promueve la anticoncepción y el aborto!). El caso más dramático es el de China quien va encaminada a una crisis demográfica a causa de la política del “hijo único” mantenida por el gobierno durante muchos años.
Y entonces, ¿en qué concluye el artículo del Business Insider? En que ve la posición de la Iglesia en materia de reproducción como algo completamente acertado: “El progreso humano es la gente. Más gente significa más progreso. El inventor de la cura para el cáncer podría ser el cuarto hijo de alguien que decidió no tenerlos más”. Y añaden: “Es una buena idea que la gente sea fructífera y se multiplique. Independientemente de cómo se sienta ante la postura de la Iglesia sobre el control de la natalidad, la Iglesia se ha demostrado bastante profética”.


¿Quién soy?
Posted by Sergio Mora on 18 June, 2016



Zacarías 12, 10-11; 13,1: “Mirarán al que traspasaron”.
Salmo 62: “Señor, mi alma tiene sed de ti”.
Gálatas 3, 26-29: “Cuantos han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo”.
San Lucas 9, 18-24: “Tú eres el Mesías de Dios.- Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho”.
Dolorosamente se han dividido las comunidades en toda la región de los Altos de Chiapas. Un catolicismo superficial y lleno de tradiciones no ha resistido el embate de las más diversas formas de religiosidad. Se da el caso de que en una pequeña comunidad de apenas cien familias hay hasta cuatro o cinco diferentes denominaciones religiosas. “¿Por qué hay tantas religiones entre nosotros?”, me preguntaban en días pasados. Y yo, mañosamente, devolvía la pregunta tratando de hacer reflexionar: “¿A quien sigue cada uno de los grupos? ¿Por qué se separó este grupo de su anterior denominación? ¿Quién es el líder de los de este lado? ¿Por qué se separaron los de tal zona?”. Y al ir dando sus respuestas encontramos que la creación de “iglesias”, ha obedecido a caprichos, a divisiones y a ambiciones. Se sigue más a líderes y seudopastores que a Cristo. ¡La religión es solamente un pretexto que disfraza los verdaderos intereses! ¡Nos hemos olvidado de Jesús!
Como si quisiera que retornáramos a nuestros orígenes el papa Francisco con insistencia nos confronta y nos exige reflexionar si nuestra vida está de acuerdo a lo que enseña y quiere Jesús. Por eso, este episodio que nos narra San Lucas, es de vital importancia para los seguidores de Jesús. Debemos escuchar una y otra vez la pregunta que hace a sus discípulos: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Si las comunidades cristianas dejamos apagar nuestra fe en Jesús, perdemos nuestra identidad y nos convertiremos en una organización más, en un partido más o en un capricho social. Sin Jesús no acertaremos a vivir con audacia creativa y dinámica la misión que Él nos confió; no nos atreveremos a enfrentar el futuro confiados en la novedad de su Espíritu; nos asfixiaremos en nuestros egoísmos y mediocridades. ¿Quién es Jesús hoy para nosotros? Esta no es una pregunta cualquiera, es la pregunta que con insistencia nos hace el mismo Jesús a cada uno de nosotros. Es una pregunta amorosa que espera ansiosamente una respuesta viva.
Quizás ya estaremos buscando la mejor respuesta y nos acomodaremos a las palabras de Pedro para también nosotros sentirnos satisfechos: “El Mesías de Dios”. Y encontraremos muchos otras definiciones que se acomoden a nuestros pensamientos y estados de ánimo: el Hijo de Dios, nuestro Pastor, nuestro Amigo… pero Jesús pregunta en la intimidad y en toda confianza quién es Él para ti, qué significa en tu vida. Pues aunque llenemos de títulos y de honores a Jesús, lo que Él espera es una repuesta viva y amorosa. Quiere que le mostremos el fruto de nuestro encuentro con Él y no tanto nuestros conocimientos de religión y de tradiciones. No le podremos decir de verdad que es “El Mesías de Dios”, si nos conformamos con una vida llena de mezquindad, de corrupción y de mentira.
Es fácil decir que Jesús es el Mesías, igual que Pedro, pero hacernos sordos a sus siguientes palabras donde resalta la centralidad de la cruz, la entrega generosa, la muerte por amor y la resurrección. Pedro no esperaba esto. Soñaba con el libertador que debería aplastar a los enemigos, con la seguridad de su reinado, el sometimiento de los pueblos contrarios, pero no imaginaba el camino del rechazo y del aparente fracaso. Detrás de la declaración de Pedro está la concepción de un Mesías nacionalista, guerrero, triunfal, político, con fuerza y poder. Y nada de esto coincide con lo que Jesús siente, por lo que lucha y lo que sueña llevar adelante. Quizás nos pase igual a nosotros: al confesar a Jesús como nuestro Mesías estamos queriendo asegurar nuestro futuro pero no estamos dispuestos a compartir sus sueños, sus enseñanzas y sus ejemplos. No asumimos su fuerza para humanizar nuestras vidas, liberar nuestras personas y encaminar la historia humana hacia la verdadera resurrección.
Cuando Jesús nos pide que tomemos su cruz, nos está invitando a un cambio radical de vida y dejarnos invadir de su amor y de su predilección. Nosotros colgamos su cruz en nuestro pecho, pero no la colocamos en el centro de nuestra vida. Al mismo tiempo que lo confesamos y lo reconocemos, vivimos de espaldas a Él, sin saber muy bien cómo era y qué quería. Nos comportamos como miembros de una religión pero no como discípulos suyos. Y ser cristianos es ante todo entablar una relación íntima con Jesús, dialogar con Él, confrontar nuestra vida con sus mensajes. Las palabras de Jesús: “Si alguno quiere seguirme…”, ponen la vida, la salvación y la realización de sus discípulos en una íntima relación con la adhesión a su persona. Cuando nos acercamos verdaderamente a Jesús, nos encontramos Alguien vivo y palpitante, Alguien que nos sigue atrayendo a pesar de nuestras cobardías y mediocridades, Alguien que nos ama a pesar de nuestros fracasos. Ser cristiano no es cuestión de ideologías, es cuestión de amor.
Nuestra fe cristiana no se basa en verdades, sino en Jesús que es la verdad. Nuestra fe está sustentada en el encuentro personal que tengamos con Él. No es poner la esperanza en reglamentos, sino en la vida compartida con Jesús. No es conseguir amuletos de buena suerte o religiones de falsa felicidad. Es encuentro de verdad con quien nos ama y se atreve a preguntarnos quién es para nosotros y qué significa en nuestra vida. Hoy tendremos que cuestionarnos seriamente nuestro “ser cristiano” y descubrir si en la base de nuestra vida y de nuestro actuar está Jesús. Como comienza este pasaje en oración, también nosotros en oración, en intimidad, respondamos a Jesús. ¿Creo de verdad en Él? ¿Quién digo yo que es Jesús? ¿Cómo demuestro en mi vida que soy su discípulo y que sus ideales y sueños son los que mueven la trama de mi historia?
Señor Jesús, quiero que seas para mí, fuerza que me empuje a trabajar por tu Reino, fe que me ayude a sentirte siempre presente, esperanza que me anime en el desaliento, amor que me enseñe a negarme para dar lo mejor de mí mismo. Amén.