Servicio diario - 30 de junio de 2016


 

El Papa: ‘Las obras de misericordia no son teoría, sino testimonio concreto’
Posted by Rocío Lancho García on 30 June, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha celebrado este jueves la audiencia jubilar, la última antes de la pausa estiva. De este modo, las audiencias generales se retomarán en el mes de agosto. Así, en la audiencia general de esta semana ha continuado con las catequesis sobre la misericordia y también ha reflexionado sobre su reciente viaje a Armenia. Como es habitual, a la llegada de Francisco a la plaza, la gran multitud allí reunida ha celebrado con alegría el poder verle de cerca. Desde el jeep descubierto, el Pontífice dada su bendición y mostraba su cariño y cercanía a los peregrinos allí reunidos.
En el resumen de la catequesis hecho en español, el Santo Padre ha indicado que “la misericordia no es una palabra abstracta, sino un estilo de vida”. Parafraseando las palabras del apóstol Santiago podemos decir: la misericordia sin obras está muerta por dentro, ha recordado.
Asimismo, ha señalado que “la vida diaria nos permite palpar tantas exigencias con relación a las personas más pobres y vulnerables”. Y ha señalado que “encontramos situaciones dramáticas de pobreza y parece que no nos afecta; todo continúa como si eso fuera normal”.
El Pontífice ha precisado que “quien ha experimentado la misericordia del Padre no puede permanecer indiferente ante las necesidades de los hermanos”.
Por otro lado, ha subrayado que las palabras de Jesús no admiten respuestas evasivas: tenía hambre y me has dado de comer; tenía sed y me has dado beber; estaba desnudo, enfermo, en la cárcel, era prófugo y me has asistido. “No se puede dar largas a una persona que tiene hambre: es necesario darle de comer. Las obras de misericordia no son teoría, sino testimonio concreto”, ha aseverado Francisco.
Finalmente, ha querido aprovechar la ocasión para agradecer su viaje a Armenia. El Papa ha dado las gracias al presidente de la República, al Catholicós Karekin II, al patriarca y a los obispos católicos y a todo el pueblo armenio “por acogerme como peregrino de fraternidad y de paz”. Asimismo, ha recordado que si Dios quiere, dentro de tres meses, viajará a Georgia y Azerbaiyán. “He decidido visitar estos países de la región del cáucaso para apreciar sus antiguas raíces cristianas y alentar la esperanza y los caminos de paz”, ha explicado.
A continuación ha saludado cordialmente a los peregrinos de lengua española, provenientes de España y Latinoamérica. Que María, Madre de Misericordia –ha deseado– nos ayude a dar espacio a la fantasía de la caridad para que el camino de la misericordia sea cada vez más concreto.
Después de los saludos en las distintas lenguas, ha dedicado unas palabras a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. El Santo Padre ha recordado que hoy se celebra la memoria de los primeros mártires de la Iglesia de Roma y “rezamos por los que todavía pagan el caro precio de su pertenencia a la Iglesia de Cristo. Por ello, ha invitado a los jóvenes a que “la fe tenga espacio y de sentido a su vida”. A los enfermos ha exhortado a ofrecer su sufrimiento “para que los alejados encuentren el amor de Cristo”. Finalmente a los recién casados ha exhortado a ser “educadores de vida y modelos de fe” para sus hijos.

Leer el texto completo de la catequesis aquí


Texto completo de la catequesis del Papa en la audiencia jubilar del 30 de junio de 2016
Posted by Redaccion on 30 June, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en la audiencia jubilar de este jueves, ha reflexionado sobre las obras de misericordia y su significado. Así, ha advertido sobre las ocasiones en las que pasamos delante de situaciones de pobreza dramática y no nos damos cuenta. Por eso ha reconocido que la misericordia no es una palabra abstracta, sino un estilo de vida. Por otro lado, ha dado las gracias por su reciente viaje a Armenia, recordando que dentro de tres meses volverá al Cáucaso para visitar Georgia y Azerbaiyán.

Publicamos a continuación el texto completo de la audiencia jubilar.
Queridos hermanos y hermanas, buenos días.
¡Cuántas veces, durante estos primeros meses del Jubileo, hemos escuchado hablar de las obras de misericordia! Hoy el Señor nos invita a hacer un serio examen de conciencia. Está bien, de hecho, no olvidar nunca que la misericordia no es una palabra abstracta, sino un estilo de vida. Una cosa es hablar de misericordia, otra es vivir la misericordia. Una persona puede ser misericordiosa o puede ser no misericordiosa. Es un estilo de vida, yo elijo vivir como misericordioso o elijo vivir como no misericordioso. Una cosa es hablar de misericordia, otra es vivir la misericordia. Parafraseando las palabras de Santiago apóstol (cfr 2,14-17) podemos decir: la misericordia sin las obras está muerte en sí misma. ¡Es precisamente así! Lo que hace viva la misericordia es su constante dinamismo para ir al encuentro de los necesitados y a las necesidades de los que están en la penuria espiritual y material. La misericordia tiene ojos para ver, oídos para escuchar, manos para levantar…
La vida cotidiana nos permite tocar con la mano muchas exigencias que tienen que ver con las personas más pobres y más probadas. A nosotros se nos pide esa atención particular que nos lleva a darnos cuenta del estado de sufrimiento y necesidad en la que están tantos hermanos y hermanas. A veces pasamos delante de situaciones de pobreza dramática y parece que no nos tocan; todo continúa como si nada, en una indiferencia que al final hace hipócritas y, sin que nos demos cuenta, conduce a una forma de letargo espiritual que hace insensible el alma y estéril la vida. La gente que pasa por la vida, que va por la vida, sin notar las necesidades de los otros, sin ver tantas necesidades, espirituales y materiales, es gente que pasa sin vivir, es gente que no sirve a los otros. Y recordad bien: quien no vive para servir, no sirve para vivir.
¡Cuántos son los aspectos de la misericordia de Dios hacia nosotros! ¡De la misma manera, cuántos rostros se dirigen a nosotros para obtener misericordia! Quién ha experimentado en la propia vida la misericordia del Padre no puede permanecer insensible delante de las necesidades de los hermanos. La enseñanza de Jesús que hemos escuchado no consiente caminos de fuga: Tenía hambre y me has dado de comer; tenía sed y me has dado beber; estaba desnudo, enfermo, en la cárcel, era prófugo y me has asistido (cfr Mt 25,35-36). No se puede tergiversar delante de una persona que tiene hambre: es necesario darle de comer. Jesús nos dice esto. Las obras de misericordia no son temas teóricos, sino testimonios concretos. Obligan a remangarse para aliviar el sufrimiento.
A causa de los cambios de nuestro mundo globalizado, algunas pobrezas materiales y espirituales se han multiplicado: damos por tanto espacio a la fantasía de la caridad para concretar nuevas modalidades operativas. En este modo el camino de la misericordia se hará cada vez más concerta. A nosotros, por tanto, se nos pide que permanezcamos vigilante como centinelas, para que no suceda que, delante de las pobrezas producidas por la cultura del bienestar, la mirada de los cristianos se debilite y se haga incapaz de mirar a lo esencial. Mirar a lo esencial ¿qué significa? Mirar a Jesús en el hambriento, en el preso, en el enfermo, en el desnudo, en aquel que no tiene trabajo y debe mantener a una familia. Mirar a Jesús en estos hermanos y hermanas nuestros. Mirar a Jesús en aquel que está solo, triste, en aquel que se equivoca y necesita un consejo, en aquel que necesita hacer un camino en silencio para que se sienta en compañía. Estas son las obras que Jesús nos pide. Mirar a Jesús en ellos, en esta gente. ¿Por qué? Porque Jesús a mí, a todos nosotros, nos mira así.
Y ahora pasamos a otra cosa.
En los días pasados el Señor me ha concedido visitar Armenia, la primera nación que abrazó el cristianismo, a principios del siglo IV. Un pueblo que, a lo largo de su historia, ha testimoniado la fe cristiana con el martirio. Doy gracias a Dios por este viaje, y estoy vivamente agradecido al presidente de la República Armenia, el Catholicós Karekin II, al Patriarca y a los obispos católicos, y dentro del pueblo armenio por haberme acogido como peregrino de fraternidad y de paz.
Dentro de tres meses realizaré, si Dios quiere, otro viaje a Georgia y Azerbaiyán, otros dos países de la región caucásica. He acogido la invitación de visitar estos países por un doble motivo: por una parte la valoración de las antiguas raíces cristianas presentes en esas tierras –siempre en espíritu de diálogo con las otras religiones y culturas– y por la otra animar esperanza y sentimientos de paz. La historia nos enseña que el camino de la paz requiere una gran tenacidad y de pasos continuos, comenzando por esos pequeños y poco a poco haciéndoles crecer, yendo el uno al encuentro del otro. Precisamente por esto mi deseo es que todos y cada uno den la propia contribución para la paz y la reconciliación.
Como cristianos estamos llamados a reforzar entre nosotros la comunión fraterna, para dar testimonio al Evangelio de Cristo y para ser levadura de una sociedad más justa y solidaria. Por esto la visita ha sido compartida con el Supremo Patriarca de la Iglesia Apostólica Armenia, que me ha hospedado fraternalmente durante tres días en su casa.
Renuevo mi abrazo a los obispos, a los sacerdotes, a las religiosas y a los religiosos y a todos los fieles de Armenia. La Virgen María, nuestra Madre, les ayude a permanecer firmes en la fe, abiertos al encuentro y generoso en las obras de misericordia. Gracias.




Cor Unum promueve un curso de formación sobre la crisis humanitaria en Siria
Posted by Redaccion on 30 June, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El personal diocesano comprometido en el servicio de caridad en el contexto de la crisis humanitaria siria está reunido esta semana para una sesión de formación, en Líbano.
El recorrido de formación, que se celebra del 29 de junio al 2 de julio cerca de Beirut, está promovido por el Pontificio Consejo Cor Unum con la colaboración de tres organismo católicos de Caridad – Catholic Relief Service (CRS), Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) y Missio. En el encuentro participan 11 obispos, representantes de institutos religiosos masculinos y femeninos y personal comprometido en la actividad caritativa de Siria, procedentes de las distintas diócesis. De parte del dicasterio vaticano está su secretario, monseñor Giampietro Dal Toso, ha informado hoy una nota de la oficina de prensa de la Santa Sede. También el nuncio apostólico en el país, monseñor Mario Zenari, participa en el encuentro.
El recorrido ha nacido en la base de una exigencia expresada por los representantes de organismos de caridad y obispos durante la tercera reunión sobre la crisis humanitaria en Siria, Irak y los países limítrofes, organizada por Cor Unum el pasado 17 de septiembre de 2015, informa la nota.
Asimismo, se explica que el objetivo de las sesiones de trabajo en Líbano, es “profundizar los elementos de base para la predisposición de proyectos implementados por los organismos de caridad y por las diócesis nacionales, comprometidas en la ayuda humanitaria en el contexto de la crisis de Oriente Medio”.
El programa está organizado sobre las varias jornadas y prevé, además de la formación teológica, encuentros específicos para los obispos y los religiosos. Además, se desarrollan sesiones dirigidas al personal técnico de las diócesis, dedicadas al análisis de las metodologías de diseño en el campo humanitario. Por otro lado –precisa la nota– los días 1 y 2 de julio se concentrarán sobre los aspectos más específicos del capacity building y project management, así como del análisis de las fases de realización de los proyectos: programación, planificación, implementación, conclusión y presentación de informes.
Desde Cor Unum recuerdan que la crisis en Siria, Irak y los países limítrofes continúa estando en el centro de las preocupaciones de la Santa Sede y de la comunidad internacional “por la gravedad que se ha producido a causa de la guerra”. Según los datos disponibles, desde el 2011 el conflicto en Siria habría provocado hasta ahora unas 400 mil víctimas y 2 millones de heridos. Actualmente son más de 12 millones las personas necesitadas de ayuda en Siria y más de 8 millones en Irak; los refugiados internos son más de 6 millones en Siria y más de 3 millones en Irak, mientras que son al menos 4 millones los refugiados sirios en toda la zona de Oriente Medio. En concreto, 1’9 millones en Turquía; 1’1 en Líbano y más de 600 mil en Jordania.
Finalmente, aseguran que en base a los datos de la primera “Investigación sobre la ayuda humanitaria de las entidades eclesiales en el ámbito de la crisis siria e iraquí del año 2014-2015”, producida por Cor Unum y presentada el pasado mes de septiembre, resulta que en 2015 las instancias de la Iglesia católica han movilizado más de 150 millones de dólares a favor de un número de beneficiarios directos cerca de 5 millones. Los sectores de intervención prioritarios hasta ahora han sido: educación (más de 37 millones de dólares), alimentos (más de 30 millones de dólares), bienes no alimenticios (unos 25 millones de dólares), sanidad (cerca de 16 millones de dólares), ayuda las el alojamiento y pago de alquileres (más de 10 millones de dólares).
Actualmente se está realizando la investigación relativa al periodo 2015 – 2016.



El card. Nichols califica de inaceptables los episodios de racismo tras el Brexit
Posted by Redaccion on 30 June, 2016



(ZENIT- Roma).- “Tenemos que reflexionar sobre lo que ha sucedido en estos días tumultuosos y valorar con atención qué es necesario hacer ahora”. Este es el llamamiento dirigido por el cardenal Vincent Nichols, presidente de la Conferencia de obispos de Inglaterra y Gales, (Cbcew) que en una nota publicada expresa su firme condena por los graves episodios de intolerancia contra inmigrantes comunitarios verificados en estos días en el país.
Como indica Radio Vaticano, desde la proclamación de los resultados del voto sobre el Brexit, en el que Gran Bretaña ha elegido la salida de la Unión Europea, se han registrado más de 100 agresiones e intimidaciones por razones raciales. En particular, se han cometido contra la comunidad polaca, la más numerosas entre los inmigrantes de origen comunitario.
“Esta oleada de racismo y odio es inaceptable y no puede tolerarse”, afirma el arzobispo de Westminster, que además invita a no ceder al miedo y a confinar en Dios: “si no dejamos espacio a la providencia, la sociedad se cierra en sí misma y se hace mucho más egocéntrica y dividida”.
Por tanto, el cardenal Nichols hace referencia a la responsabilidad de los líderes políticos británicos: “estoy seguro de que todo líder debe reflexionarsobre nuestra capacidad de escuchar y dar voz a quien se siente sin voz. Tenemos que recuperar el sentido de los objetivos de nuestro vivir juntos”, que son “el bien común que no excluye a nadie”.
Los políticos, los emprendedores y los banqueros deben cada uno hacer su trabajo, pero el objetivo fundamental –subraya el primado inglés– es construir un mundo en el que la fuerza sea usada para el servicio y nadie sea excluido.
En este sentido, concluye el purpurado, el gran desafío que espera hoy a quien guía nuestra nación es hablar a todos. Si, de hecho, el resultado del referéndum continúa dividiendo al país, nos convertiremos en una nación cada vez más débil y no seremos capaces de desarrollar un rol sobre la escena política internacional para afrontar los grandes problemas del mundo.



Cardenal Urosa: ‘No se puede negar la grave crisis que vive Venezuela’
Posted by Redaccion on 30 June, 2016



(ZENIT – Roma).- “No es posible que se niegue que exista esa crisis y no se permita que vengan alimentos y medicinas de otras partes del mundo, enviadas por diferentes organizaciones no gubernamentales y de organizaciones de la Iglesia como Cáritas”. Así lo ha asegurado el arzobispo de Caracas, el cardenal Jorge Urosa Savino, en declaraciones a la prensa local.
Según informa hoy la agencia Fides, el cardenal ha subrayado que “la situación está degenerando y ha llegado casi al extremo, y ha añadido que el gobierno de Maduro debería evitar que la OEA (Organización de los Estados Americanos) invoque la Carta Democrática Interamericana, lo que significa activar las ayudas internacionales para resolver una situación de emergencia ante una terrible crisis alimenticia y sanitaria”.
Hace menos de una semana, la Asamblea Nacional, “aprobó una ley para atender el problema de salud generado por la escasez de medicinas, además de pedir el apoyo de organizaciones de cooperación humanitaria que plantearon enviar alimentos y medicamentos”. Pero “por petición del presidente Maduro, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitió una sentencia que anuló esa ley, alegando usurpación de las funciones presidenciales”.


Colombia: Los obispos hablarán de paz y reconciliación en Asamblea Plenaria
Posted by Redaccion on 30 June, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- En el marco de la CI Asamblea Plenaria del Episcopado de Colombia y ante los últimos acontecimientos del país en relación con los acuerdos firmados en La Habana, los obispos se reunirán en Bogotá del 4 al 8 de julio para hablar de paz y reconciliación. Así lo anuncia la página web de la Conferencia Episcopal.
En un ambiente de oración y discernimiento –precisa la nota– los 83 prelados de todo el país se congregarán “para profundizar desde el Evangelio, la responsabilidad actual que deben asumir para la construcción de un nuevo país, reconciliado y en paz”.
Finalmente, se informa de que durante una semana, los obispos de Colombia “presentarán y analizarán las causas y los actores de violencia en cada una de sus regiones”. Esto con el fin de generar acciones concretas y viables para asumir la responsabilidad que les corresponde como obispos comprometidos con la reconciliación y la paz, concluye el comunicado.
Y es que después de tres años de negociación en Cuba, el pasado 23 de junio se firmó en La Habana un acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y los representantes del grupo guerrillero, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Ante el anuncio de la firma del último punto de acuerdo de los diálogos de paz, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, arzobispo de Tunja y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, manifestó que dicho acto debe ser un signo para aplicar de forma contundente y no un símbolo para firmar. Aseguró también que es un momento importante en la vida del país y que por lo tanto no debe quedarse en una manifestación ambigua.
“Se necesita un signo claro donde la mesa dé la seguridad de que efectivamente y no simbólicamente, se van a entregar y destruir las armas públicamente”, precisó el arzobispo.


¿De quién depende la educación?
Posted by Felipe Arizmendi Esquivel on 30 June, 2016



VER
En redes sociales circula lo que imagino es apenas un proyecto de la Secretaría de Educación Pública, supongo que con la intención de evitar embarazos prematuros y promover la tolerancia hacia quienes tienen otras tendencias sexuales. Habría que verificar si, en efecto, es algo que se propone esta dependencia federal, porque los contenidos y las imágenes que les acompañan son realmente preocupantes. Desde Pre-escolar, se ofrece una información que sería oportuna a otra edad, siempre y cuando sea con una orientación ética, de buen comportamiento, de buen uso de la sexualidad, y no que aparezca como una velada incitación a todo tipo de experiencia erótica. Ojalá dicha Secretaría aclare si es verdad lo que nos llega por esos medios alternativos, o son falsedades malévolas. Además, pregunto si han consultado a los padres de familia sobre estos contenidos y estos métodos, pues son ellos los primeros responsables de la educación de sus hijos. El gobierno es servidor, no dueño de la educación.
Con ocasión de los movimientos magisteriales por su inconformidad con la reforma educativa, algunos padres de familia nos comparten que, sin consultarles, llegaron personas ligadas a esos movimientos y cerraron con cadenas y candados sus escuelas, para impedir que dieran clases los maestros que sí quieren hacerlo. Y me pregunto también si los papás no cuentan para nada en estos asuntos. Todos somos servidores, colaboradores, coadyuvantes, de los padres de familia, cuando se trata de la educación de sus hijos; no los podemos suplantar e ignorar; menos violentar.
PENSAR
La Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU (año de 1948), ratificada por nuestro país y, por tanto, obligatoria para todos, señala: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos… Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos” (Artículo 26).
Los obispos de América Latina, en el Documento de “Aparecida”, expresamos: “Un principio irrenunciable para la Iglesia es la libertad de enseñanza… Por el hecho de haberles dado la vida, los padres asumieron la responsabilidad de ofrecer a sus hijos condiciones favorables para su crecimiento y la grave obligación de educarlos. La sociedad ha de reconocerlos como los primeros y principales educadores” (No. 339). “Este intransferible derecho ha de ser decididamente garantizado por el Estado. Por esta razón, el poder público, atendiendo a la justicia distributiva, debe distribuir las ayudas públicas –que provienen de los impuestos de todos los ciudadanos– de tal manera que la totalidad de los padres, al margen de su condición social, pueda escoger, según su conciencia, en medio de una pluralidad de proyectos educativos, las escuelas adecuadas para sus hijos” (No. 340).
Al respecto, el Papa Juan Pablo II escribió: “Los padres de familia tienen el derecho fundamental y primario de decidir sobre la educación de sus hijos. La función del Estado en este campo es subsidiaria. El Estado tiene la obligación de garantizar a todos la educación y la obligación de respetar y defender la libertad de enseñanza. Debe denunciarse el monopolio del Estado como una forma de totalitarismo que vulnera los derechos fundamentales que debe defender” (EAm 71).
ACTUAR
Padres de familia: defiendan su derecho a decidir sobre la educación de sus hijos. Exijan ser consultados en todo lo que les pueda beneficiar o perjudicar. Organícense y no permitan que otros decidan por ustedes. Ni el gobierno, ni un sindicato, ni una organización, ni las iglesias, ni poderes económicos o políticos extranjeros, pueden suplantarlos a ustedes.
¿Qué pueden hacer para que se les tome en cuenta en el asunto tan delicado de la educación sexual que se imparte en las escuelas? ¿Están de acuerdo con esos proyectos de la SEP? ¿Y qué van a hacer para que sus hijos no pierdan este ciclo escolar?


La naturalidad de la muerte
Posted by Catholic.net on 30 June, 2016



Es una realidad viva, por muy paradójico que esto resulte y sin embargo me fijo en la gente que me rodea y casi todos tienden a escurrir el bulto. Todos se sobresaltan: unos tocan madera, otros cruzan los dedos…como si con ello fueran a conseguir retrasar la llegada de la muerte o mejorar en algo la calidad de su juicio final.
¿Por qué? Me pregunto. Y la respuesta inmediata que me viene es, porque la gente no cree que haya nada bueno más allá de la muerte. Como para ellos se acaba aquí todo, pues no tiene sentido hablar sobre el final del camino por muy seguro que se tenga.
Yo, gracias a Dios, creo en Dios. Creo que lo que nos espera después de cerrar los ojos es mucho mejor por muy doloroso que resulte el paso que haya que dar. Y desde luego así se lo quiero trasmitir a mis hijos, a los que Dios me ha confiado.
De momento son pequeños y no nos ha tocado de cerca más que la muerte de la bisabuela. Desde luego aproveche la ocasión. Fue un momento “bueno” para hablarles de lo que estoy segura que no les van a hablar en la calle, pues la muerte se está considerando un tema “tabú” y cada vez se elimina de mas vocabularios.
Había gente que me decía que los niños no debían ver a su bisabuela muerta, que les podía traumatizar. No hice caso.
Creo que si a los niños se les prepara previamente y ven como viven sus padres una situación dolorosa pero esperanzadora, son muy capaces de asumir el trance por el que mas tarde todos vamos a pasar.
Les explique que íbamos a ver a la bisabuela que se había muerto. Que mas concretamente, lo que íbamos a ver era solo su cuerpo, porque la vida de la bisabuela, esa vida que hacia moverse y pensar a ese cuerpo, ya no estaba presente, se había ido definitivamente a descansar con Dios, desde donde a buen seguro, nos iba a seguir cuidando y queriendo.
Les explique porqué organizábamos un funeral a continuación: al igual que cuando uno nace, los padres lo presentan al Señor para que lo acompañe en su vida, cuando uno muere, los demás presentamos al Señor la vida de esa persona y rezamos por ella al Señor, para que lo acoja y lo incluya entre sus amigos.
Después el entierro. Nunca habían ido a un cementerio. ¿Por qué va a ser un sitio prohibido? Si mientras ha vivido, hemos visitado y cuidado a la bisabuela, lo lógico es que lo hagamos hasta el final, cuando alguien tiene que depositar su cuerpo, que ha sido en vida templo del Espíritu Santo,(donde ha habitado estando en gracia, la Santísima Trinidad), en algún sitio santo para que repose.
La verdad es que ha sido una experiencia muy positiva para el crecimiento personal de mis hijos.
Esta claro, que las muertes no son siempre “esperadas” como podía ser la de la bisabuela, dada su avanzada edad, pero es también buena ocasión para decir que la muerte no tiene edad. Que cada día que vivimos es un regalo del que hay que disfrutar y al que hay que sacar provecho.
Que los planes que pensamos deben siempre acabar en un “si Dios quiere”, sabiéndonos permanentemente en sus manos.
Como todo en la vida y más concretamente en la educación de los hijos, todas nuestras palabras deben cobrar vida, porque si no se hacen realidad y no se ven vividas, quedan huecas y estériles.
Con esto, no quiero decir que no haya que llorar la muerte de alguien. Por supuesto que es bueno llorar, es una expresión de lo que le vamos a echar de menos hasta que le volvamos a ver Dios sabe cuándo.
Pero es a la manera de enfrentar el hecho de la muerte a lo que yo me refiero.
Estoy segura que por encima de grandes fondos de inversión y cuentas corrientes boyantes, la herencia más valiosa que podemos dejar a los hijos es el tesoro de la fe.
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Berta Alaez Martinez
Madre de familia numerosa.
Diplomada en Ciencias Empresariales.
Auxiliar de enfermería.
Actualmente trabaja en la clínica IMQ Zorrozaurre.


Discípulos misioneros siempre, también en verano
Posted by Redaccion on 30 June, 2016



(ZENIT – Madrid).- En su nueva carta semanal, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, anima a los cristianos a mostrar en todos los lugares que «sabéis de Dios», que «sabéis de la Verdad» y que «os convertís en indicadores del camino». Asimismo, invita a «vivir para dar a conocer a Jesucristo, siendo luz y sal de la tierra».
Publicamos a continuación el texto íntegro el texto de la carta, titulada «Discípulos misioneros siempre, también en verano»:

Llega el tiempo de vacaciones, especialmente para los niños y los jóvenes. El curso ha terminado. Las salidas a los lugares de origen o a otros sitios son parte de estos meses de julio y agosto. Aquí, en Madrid, también os quedáis muchos. La capital nunca queda vacía, está más tranquila y sin el agobio del trabajo. Llegan también gentes procedentes de otros lugares del mundo, vienen a ver esta ciudad llena de historia y de realidades bellas. Quizá lo más importante es descubrir que los cristianos no debemos ni podemos excusarnos para tomar la decisión de entrar decididamente, con todas nuestras fuerzas, en ese proceso que el descanso y las vacaciones nos posibilitan. ¿Puede ser un tiempo de reflexión, de ver todo desde otras perspectivas, de cambio, de renovación? Claro que puede serlo. Desde mi misión como arzobispo os digo a todos que la gracia y la paz de Nuestro Señor Jesucristo habite en vuestros corazones y se difunda a través de vuestra vida con quienes estéis y donde estéis pasando estos meses. Muy especialmente pido esta paz de Jesucristo para los niños y los jóvenes, porque esta paz es la que llena el corazón de alegría y es medicina para el descanso y de paz.
Salís de una tierra donde la Santísima Virgen María tiene desde hace muchos siglos una presencia singular. Os invito a que donde estéis viváis un encuentro expreso con Ella, visitando juntos, toda la familia, el santuario más cercano que tengáis. Ella, Nuestra Madre –como la llamamos desde que Jesús nos la entregó como Madre–, antes que ningún otro ser humano y de forma insuperable, creyó y experimentó que Jesucristo, Verbo encarnado, es la cumbre y la cima de la felicidad y de la dicha, experimentada en el encuentro del hombre con Dios. La Santísima Virgen María, acogiendo la Palabra plenamente, «llegó felizmente a la montaña» donde vivía su prima Isabel e hizo experimentar a quienes estaban en aquella casa el gozo y la felicidad que daba la presencia y cercanía de Dios a sus vidas. Experiencia que tuvieron desde un niño no nacido aún –Juan el Bautista, que estaba en el vientre de su madre– hasta aquella anciana mujer, Isabel, que pudo decir de María lo más grande que se puede decir de un ser humano: «Dichosa Tú que has creído que lo que te ha dicho el Señor se cumplirá». Visitad un santuario. Yo os invito a quienes estéis en Madrid a visitar la catedral de Santa María la Real de la Almudena.
Con la ayuda de María, os propongo que verifiquéis la fe en la vida de cada día. Demostrad vuestra responsabilidad. Mostrad en todos los lugares que sabéis de Dios, que sabéis de la Verdad, y que, precisamente por ello, os convertís en indicadores del camino. Un indicador que entre otras cosas señala dirección a todo ser humano con el que se encuentre. En el seguimiento de Cristo de la mano de María, encontramos la alegría, la verdad, la vida y la paz. Sed en vuestra vida discípulos misioneros que, como María, presentan al Señor allí donde se encuentran, regalando apertura a Dios y a los hombres; diálogo con todos desde la convicción absoluta que el Señor nos manifiesta cuando nos dice «no he venido a condenar, sino a salvar», y esa disponibilidad plena y total que promueve corresponsabilidad y participación. Porque el mandamiento nuevo del amor es la fuerza y el motor de quienes se han encontrado con Jesucristo e impulsan la evangelización, que significa fundamentalmente que, en el encuentro con Jesucristo, se le desvelan al hombre las fuentes de su identidad y se hace capaz de desarrollar toda la plenitud de su ser. Nuestra programación pastoral debe inspirarse en el mandamiento nuevo del amor (cfr. Jn 13, 35). María puede ser para nosotros esa gran Maestra que nos enseña a hacer lo que Ella hizo: decir a Dios sí por amor. No podemos malvivir, hemos de vivir y de dar vida, por ello nuestra vida cristiana tiene que tomar una decisión clara de ser misionera, como lo hizo María en las bodas de Caná; allí se convirtió en misionera, señalando a quien podía llevar la alegría para hacer la fiesta y expresando que, haciendo lo que Él nos dice, es como se devuelve vida y alegría.
En este tiempo de más sosiego, a los cristianos os invito a realizar esa conversión misionera y pastoral de la que nos habla el Papa Francisco, que ni es restauración ni modernización. La conversión misionera y pastoral se realiza cuando volvemos a los orígenes, cuando la orientación de fondo de nuestra vida se pone bajo el signo de la esperanza, cuando el encuentro con el Señor es absoluto. Para renovar nuestra vida de discípulos, la pregunta que debemos hacernos es esta: ¿Qué es propiamente lo cristiano? Y no otra que a veces tenemos la tentación de hacernos: ¿Qué piden los tiempos nuevos? El cristianismo no es una casa comercial preocupada por ajustar su propaganda al gusto del público. La fe cristiana es la medicina de Dios que no se dirige por los gustos del cliente, ni por lo que sabe bien, se dirige a entregar la salud al ser humano. Como un día lo hizo el padre Kolbe, al que oían cantar en el búnker del hambre y en el que veían el rostro radiante del hambriento, percibiendo en él el rostro de Dios. Tened el coraje de la beata madre Teresa de Calcuta, que con sus hermanas recogía a los hambrientos y moribundos por las calles de Calcuta envuelta en un amor extraño para aquellos habitantes. ¿Estamos dispuestos a construirnos y construir al ser humano según Dios, a su imagen y semejanza?
Os invito a vivir para dar a conocer a Jesucristo, siendo luz y sal de la tierra:
1. Cristianos valientes. No tengáis miedo de decir que Dios quiere a los hombres y que Jesucristo es el único Salvador.
2. Cristianos profundos. Consolidad vuestras convicciones. Vivid teniendo la seguridad de que Jesús es verdad y es la Verdad, es camino y es el Camino, es vida y es la Vida.
3. Cristianos agradecidos y con coraje. Habéis recibido mucho. Además sois miembros de la Iglesia; con pecadores, pero con muchos santos, ¿quién da más?
4. Cristianos íntegros. No viváis cobardemente la fe. Debéis dar razones de la misma, pero tened la seguridad de que nadie puede presentar otra cosa mejor.
5. Cristianos orantes. Rezad mucho más cada día, a solas, en casa, en el templo. Y os aconsejo, o mejor, os pido, que aseguréis la Misa los domingos.
6. Cristianos testigos. Que vuestras palabras estén avaladas por la vida que hacéis, haced el bien que podáis.
7. Cristianos verdad. Para ello hay que tener cada día más vivas las medidas de Cristo en cada uno de nosotros.
8. Cristianos fundados en el amor y en la bondad de Dios. Entregad la vida desde este fundamento.
9. Cristianos miembros vivos de la Iglesia. Amad a la Iglesia que os entregó lo mejor de vuestra vida: la vida de Dios; ella es vuestra familia.
10. Cristianos con esperanza y llenos de alegría que nos dejamos orientar por la Palabra de Dios. Dejaos envolver por el misterio de la Eucaristía, gozad con el perdón del Señor y sentid la fuerza y la belleza de vivir junto a otros como nosotros.
Con gran afecto, os bendice,
+Carlos, arzobispo de Madrid


Beato Antonio Rosmini Serbati – 1 de julio
Posted by Isabel Orellana Vilches on 30 June, 2016



(ZENIT – Madrid).- A punto de ser beatificado en 2007, Benedicto XVI ensalzó su «caridad intelectual», y el cardenal Saraiva lo calificó como un «gigante de la cultura». Rosmini fue un abanderado de la unidad entre fe y razón, y ello le acarreó un singular calvario. Nació en Rovereto, Italia, el 24 de marzo de 1797. Pertenecía a una noble y acomodada familia. El hecho de ser bautizado al día siguiente, en la festividad de la Anunciación, tuvo gran relieve para él: «Con el darme Dios el privilegio de nacer a la gracia en la festividad de María, mostró el querer dármela por mi Madre y Protectora. Pueda yo corresponderle y amarla, como me propongo por la eternidad». Este signo rubricó momentos específicos de su vida.
En el hogar reinaba la piedad. Dios bendijo a los padres con el compromiso religioso de la primogénita, que fue canossiana, y el beato, segundo en orden de nacimiento. Al último, más distante de la fe, no le faltó la comprensión de sus hermanos. Para Antonio, su tío paterno Ambrogio, un reputado arquitecto y pintor, fue un referente importante en su formación, aunque él a los 5 años sabía leer y escribir; aprendió con la Biblia, las actas de los mártires y las vidas de santos. Sus padres alentaron su afán por el estudio y la investigación, ya notorios cuando tenía 7 años. A los 15, aunando este amor a los libros con la vida espiritual, fundó la academia «Vannettiana»; en ella los niños compartían estudio, caridad y oración.
A los 16 años se despertó su vocación sacerdotal, un ideal que mantuvo aunque no fue compartido por su familia inicialmente. Estudió en la universidad de Padua y allí mostró unas cualidades excepcionales para penetrar en los entresijos de la ciencia y de las humanidades. Era experto conocedor de un amplio abanico de disciplinas que incluían: filosofía, política, derecho, educación, ciencia, psicología y arte. Precisamente su vasto conocimiento le mostró con nítida claridad que ninguna de ellas constituía un peligro para la fe, sino que, más bien, eran «unas aliadas necesarias», como subrayó Juan Pablo II en 1998.
Fue ordenado sacerdote en 1821. Asumió su ministerio con claras y santas ideas. «El sacerdote debe ser un hombre nuevo: vivir en el cielo con el corazón y la mente, conversando siempre con Cristo; regresar del altar un santo, un apóstol, un hombre lleno de Dios. Debe avanzar en todas las virtudes, ser el primero en amar el trabajo duro, la humillación, el sufrimiento…, un modelo de perfecta obediencia, debe vivir la caridad para con el prójimo como una llama que prende fuego a todo el mundo». Oración, estudio, caridad… fueron la tónica de sus jornadas. Pío VIII le animó a que se dedicara a escribir y dejase en segundo lugar la vida activa. Alessandro Manzini, escritor y poeta, entrañable amigo de Antonio, no ocultó su admiración por él. Dijo que «era una de las cinco o seis más altas inteligencias filosóficas que Dios había brindado a la Humanidad». Además, no solo tenía talento. Era un hombre prudente, íntegro, dispuesto, sobre todo, a cumplir la voluntad de Dios; daba pruebas de su vocación y vivía en comunión con la Sede Apostólica; todo ello fue resaltado por Gregorio XVI en su Carta In sublimi de 1839.
Impulsó la Enciclopedia cristiana, que contrapuso a la francesa, y la Sociedad de los amigos para la animación cristiana de la sociedad. Aunque estas obras no tuvieron excesiva trascendencia, de algún modo ratificaron su anhelo de poner al servicio de los demás todo lo que poseía, esperando que pudiera servirles de ayuda. Ello incluía su asistencia espiritual, la donación de los bienes materiales y su bagaje intelectual, porque sabía que era un fecundo instrumento apostólico. Es decir, una magnífica trilogía en la que su caridad evidenciaba destellos espirituales, materiales e intelectuales. Mantuvo una ingente correspondencia epistolar que ha sido recogida en trece volúmenes. Su actividad era admirable. No solo fundó dos institutos masculino y femenino, el de la Caridad, y el de las Hermanas de la Providencia; su intensa labor intelectual le condujo a la creación de un nuevo sistema filosófico. En 1848 desempeñó una misión diplomática para el gobierno piamontés ante la Santa Sede, pero renunció debido a su rotunda discrepancia con los intereses políticos de aquél.
Su creación intelectual estuvo en el punto de mira del Magisterio de la Iglesia, y ello motivó su exilio a Gaeta ese mismo año de 1848 junto a Pío IX, del que fue su consejero. En 1849 cayó en desgracia ante el pontífice y regresó al norte de Italia. Supo por el camino que dos de sus obras se habían incluido en el Índice de libros prohibidos; detrás hubo un maquiavélico entramado de rencillas. Sufrió humillaciones y persecución con el espíritu de un fiel hijo de Dios y de la Iglesia, viviendo heroicamente la caridad y la humildad. Según sus palabras: solía «mirar las cosas desde lo alto». Había sido designado cardenal, pero nunca fue consagrado como tal. El centro de su espiritualidad, de innegable influencia mariana, fue: «el Principio de disponibilidad» a la voluntad de Dios en un doble movimiento: 1) No hacer obra exterior alguna por mi cuenta, sino purificarme, orar y esperar el signo que es voluntad de Dios. 2) No rechazar nada de todo lo que la voluntad de Dios me pide a través de las circunstancias. Bíblicamente: «Dejarme llevar por el Espíritu de Dios» (Rm 8,14).
El proceso sobre su obra le acompañó hasta el final. Mostró su convencimiento de que todo estaba en manos de Dios, asegurando que él se sentía «bastante inútil». Murió en Stresa el 1 de julio de 1855. En 1887 cuarenta proposiciones suyas contenidas en diversas obras publicadas e inéditas fueron condenadas con el decreto doctrinal, Post obitum, de la Sagrada Congregación del Santo Oficio. Pero su obra fue valorada en el Concilio Vaticano II y su condena se revocó en 2001. Benedicto XVI lo beatificó el 18 de noviembre de 2007.