Servicio diario - 01 de julio de 2016


 

Benedicto XVI cuenta su pontificado en un libro-entrevista que saldrá en septiembre
Posted by Redaccion on 1 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El pontificado de Benedicto XVI, contado por él mismo, llegará a las librerías el próximo mes de febrero. Algo que sucede por primera vez en la historia. La publicación del libro-entrevista, que llevará por título “Benedicto XVI. Últimas conversaciones”, será contemporáneamente en todo el mundo el 9 de septiembre.
Así lo ha adelantado hoy el diario italiano Il Corriere della Sera, indicando que se trata de un volumen escrito por Peter Seewald, periodista alemán autor en el pasado de otras conversaciones con el Papa emérito. Este será el cuarto volumen que publica sobre Joseph Ratzinger. Dos cuando era cardenal, en 1996 y en el 2000, y uno de Papa, en el 2010, titulado “Luz del mundo”.
Según adelanta la nota publicada hoy en el diario italiano, Benedicto XVI se cuenta a sí mismo, su fe, las debilidades, la vida privada, los escándalo y las claves del papado, explicando los motivos de su elección –al inicio comunicada solo a pocas personas de confianza para evitar fuga de noticias– y alejando las dudas sobre presuntos chantajes que le habrían empujado a dejar el cargo.
Asimismo se indica que en el libro Benedicto XVI dirige su mirada también a su sucesor, Francisco. Un nombre inesperado por él en la vigilia del cónclave. Dos figuras diferentes, dos modos diferentes de entender el papado: el papa emérito describe las diferencias y las peculiaridades suyas y de Bergoglio.



Francisco se reúne con la nueva alcaldesa de Roma
Posted by Redaccion on 1 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha recibido este viernes en el Vaticano a la nueva alcaldesa de Roma, Virginia Raggi. “Ha ido muy bien, ha sido muy emocionante. Era la primera vez que veía al Santo Padre. He descubierto una persona verdaderamente muy humana, me he quedado muy tocada”, ha declarado en Radio Vaticano, al finalizar el encuentro.
Raggi es abogada, tiene 37 años y pertenece al Movimiento Cinco Estrellas que lidera el actor cómico Beppe Grillo. El pasado 19 de junio, se convirtió en la primera mujer alcaldesa en la historia de Roma.
En la entrevista le han preguntado cuánto considera que sea importante el “rescate moral y espiritual de Roma”. Es importante –asegura– aún más después de los trágicos y despreciables evento que llevan el nombre de ‘Mafia Capital’ pero que en realidad supone muchos años de mala política.
Por eso precisa que es necesario que “los romanos, las personas, los ciudadanos, entienda que hay algo que va más allá del propio bien: el bien común, el interés general; es algo que supera el particularismo y el egoísmo”.
Respecto al rol de la Iglesia en la sociedad romana, la recién elegida alcaldesa indica que la Iglesia tiene seguramente un rol importantísimo en toda Italia, pero en Roma en particular, también porque “es de casa”, “somos vecinos, nos miramos desde un lado al otro del Tíber”. Asimismo precisa que ha apreciado mucho las palabras de la encíclica Laudato si’, que considera “actuales y modernas”.
La nueva alcaldesa reflexiona también en la entrevista sobre una “Roma olvidada”. En esta línea asevera que “efectivamente las personas más frágiles necesitan más atenciones y estas mayores atenciones, de hecho, de parte de las instituciones comportan una mayor atención también desde un punto de vista económico”. Y recordó que se registraron episodios en que los inmigrantes han sido explotados, como fue el caso de ‘Mafia Capital’, y si esto se convierte en un negocio para hacer dinero y no para ayudar a las personas un problema. “Nosotros debemos utilizar el dinero para hacer algo, no debemos utilizar a las personas para hacer dinero. Tenemos que cambiar el paradigma”, ha explicado Raggi.
De este modo, la nueva alcaldesa propone una política que elimine los derroches para eliminar los privilegios. Y el dinero que se iba a los derroches, se use para los servicios.


El Papa escribe al cardenal Bagnasco por el 50º aniversario de su ordenación sacerdotal
Posted by Redaccion on 1 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha escrito una carta al cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, para recordar el 50º aniversario de la ordenación sacerdotal del purpurado, que tuvo lugar en Génova el 29 de junio de 1966, en la catedral de san Lorenzo.
La carta ha sido publicada por el semanal de la diócesis y reproducida por la agencia Sir. Venerable hermano –se lee en la misiva– en unión a la queridísima comunidad eclesial genovesa, no podemos dejar de unirnos a ti en el dar gracias al Padre celeste por los muchos dones que ha concedido y para acompañarte con los mejores deseos”.
“Conocemos bien tu incansable compromiso pastoral para que los fieles que te han sido confiando vivan en la unidad, fuertes en la fe, gozosos en la esperanza, cuidados en la caridad”. Que el Divino Redentor del género humano, nacido de la Santa Virgen María, te custodie en su amor, te fortalezca con su poderosa protección y te colme abundantemente de dones celestes; es el deseo manifestado por el Santo Padre.
De todo esto –prosigue el mensaje– sea expresión de nuestra caridad y comunión, la bendición apostólica que de esta Sede de san Pedro te impartimos, venerable hermano nuestro, al clero, especialmente a los sacerdotes ancianos y enfermos que amas sabiamente, al pueblo genovés, todos muy queridos para nosotros, mientras pedimos oraciones por nosotros y nuestro ministerio petrino”.
Mons. Bagnasco es presidente de la Conferencia Episcopal Italiana desde marzo de 2007. Fue creado cardenal por el papa Benedicto XVI en noviembre del mismo año. Desde septiembre de 2011, es vicepresidente del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas. Angelo Bagnasco nació en Pontevico (Brescia), el 14 de enero de 1943, de una familia genovesa. Fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1966, por el cardenal arzobispo de Génova, Giuseppe Siri.


Mons. Pozzo: ‘El diálogo con la Fraternidad San Pío X sigue su itinerario’
Posted by Redaccion on 1 July, 2016



(ZENIT – Roma).- La Fraternidad San Pío X publicó el 29 de junio pasado un comunicado en el que asegura que ellos ya no buscan un reconocimiento canónico por parte de la Santa Sede. La nota del movimiento tradicionalista fundado por monseñor Marcel Lefebvre fue interpretado como una detención del diálogo en curso.
En cambio monseñor Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, en declaraciones a Radio Vaticano consideró que este comunicado “no dice nada nuevo respecto a las posiciones bien conocidas de la Fraternidad San Pío X”. Y que los temas concretos sobre los cuales se está profundizando son otros, motivo por el cual el diálogo sobre tales temas proseguirá.
Mons. Pozzo también precisa que la falta de reconocimiento canónico por parte de la Santa Sede –lo que no se está siendo tomado en consideración en este momento– “es condición esencial para que una obra católica esté en plena comunión eclesiástica, conforme al derecho”. Y reitera que el reconocimiento canónico “no es un hecho notarial, sino una condición esencial”.
Los temas sobre los cuales se ha entablado un diálogo, prosigue Mons. Pozzo, son de tipo doctrinario y disciplinar, como el Magisterio, la tradición, el Concilio Vaticano II. O sea, todas “cosas conocidas que no tenemos necesidad de repetir”.
Añadió que las reuniones que se realizan entre los lefebvristas y la comisión Ecclesia Dei, no tiene fechas precisas, y que en el encuentro que el papa Francisco concedió a monseñor Fellay, el superior de la Fraternidad expuso sus puntos de vista. “Un encuentro muy cordial que entra en el camino del diálogo y sobre todo de la confianza recíproca que se está construyendo juntos y no se puede excluir que haya otros encuentros”.
El secretario de la Comisión reconoce además el interés que tenía el papa emérito Benedicto XVI en avanzar en el diálogo, así como Francisco, comprometido en la unidad de la Iglesia.
Finalmente, Mons. Pozzo asegura que quedan problemas para resolver que hay que enfrentar y tratar de solucionarlo juntos. “La apertura es en el sentido de que hemos individuado los temas que es necesario enfrentar y los estamos enfrentando. Naturalmente se necesita tiempo, pero también que exista disponibilidad recíproca”.


Programa de celebraciones por la canonización de Madre Teresa de Calcuta
Posted by Redaccion on 1 July, 2016



(ZENIT – Roma).- El próximo 4 de septiembre, la Madre Teresa de Calcuta será canonizada en la plaza de San Pedro y para prepararse espiritualmente para este importante evento, las misioneras de la caridad han organizado en Roma una serie de encuentros y celebraciones.
Desde el jueves 1 de septiembre y hasta el día 7, la Universidad de la LUMSA, acogerá la “exposición de la vida, el espíritu y el mensaje de Madre Teresa”.
El viernes, 2 de septiembre, por la mañana, se celebrará la santa misa en varios idiomas en la Basílica de Santa Anastasia en el Palatino. En español será a las 10.30, presidida por el obispo Emilio Carlos Berlie. Después de cada misa habrá oportunidad de venerar las reliquias de la Beata Teresa de Calcuta y será posible confesarse durante la celebración eucarística. Por la tarde, los peregrinos podrán elegir entre pasar por la Puerta Santa o ver la exposición.
Por la noche, desde las 20.30 hasta las 22.00. está prevista una vigilia de oración con adoración solemne, presidida por el cardenal Agostino Vallini y animada por el Coro de la diócesis de Roma dirigido por Mons. Marco Frisina. Será en la Basílica de San Juan de Letrán, La oración será para pedir por “la santidad de las familias, por la santidad de los hombres y mujeres consagrados y especialmente, por la santidad de los Sacerdotes, ministros de la misericordia”.
El sábado 3 de septiembre, por la mañana, en la plaza de San Pedro tendrá lugar una catequesis del el Santo Padre. Mientras que por la tarde, en la Basílica de San Andrea della Valle, a las 17.00, se ha organizado una oración y meditación musical en honor de la Beata Teresa de Calcuta – “Mother”- compuesta por Marcello Bronzetti. Después se podrán venerar las reliquias y se celebrará la eucaristía a las 19.00.
El domingo 4 de septiembre, es el día de la canonización, a las 10.00 en la plaza de San Pedro, que le seguirá la oración del ángelus del Santo Padre.
Al día siguiente, 5 de septiembre, será la eucaristía de acción de gracias presidida por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, en la plaza de San Pedro. La misa será animada por el coro de la diócesis de Roma dirigido por monseñor Marco Frisina. Por la tarde, las reliquias se podrán venerar en la Basílica de San Juan de Letrán. Y en ese mismo lugar, podrán ser veneradas durante todo el martes, 6 de septiembre.
Finalmente, los días 7 y 8 de septiembre, las reliquias podrán ser veneradas en la Iglesia de San Gregorio Magno al Celio. También será posible visitar el cuarto de Madre Teresa en el Convento de San Gregorio.


España: Dos familias de refugiados sirias son acogidas por la diócesis de León
Posted by Redaccion on 1 July, 2016



(ZENIT – Roma).- La crisis migratoria se ha convertido en uno de los problemas más graves que está viviendo Europa, en una situación que cada día se desborda más y las soluciones cada vez se retrasan más. Para hacer frente a este drama, la diócesis española de León ha querido aportar su granito de arena acogiendo a un grupo de refugiados.
De este modo, dos familias de la ciudad siria de Homs han llegado esta semana a León procedentes del Líbano, donde han permanecido durante más de cuatro años en campos de refugiados. Ahora, han sido acogidas en dos viviendas que la diócesis de León ha puesto a disposición de la Asociación Comisión Católica Española de Migraciones-ACCEM León.
Tal y como ha informado la misma diócesis, el obispo Julián López, acompañado por el fundador y presidente de la Asociación Comisión Católica Española de Migraciones (ACCEM), el sacerdote leonés Pedro Puente, y el delegado de ACCEM en Castilla y León, Daniel Duque, ha podido conocer los dos pisos en los que se han instalado estas dos familias. Y ha sido el propio obispo el encargado de dar la bienvenida a los refugiados en nombre de toda la diócesis. En total son nueve personas, cinco menores y cuatro adultos.
El prelado aseguró que “hoy se cumple un objetivo, aunque nuestro deseo hubiera sido que esta acogida se hubiera hecho de manera inmediata una vez conocidas las necesidades de estas personas”. Pero nunca es tarde si la dicha es buena –añadió– que es lo que ha sucedido en este caso y nuestro deseo hubiera sido el del papa Francisco. “Si hubiera sido posible su traslado, habríamos buscado inmediatamente un avión para traerles al día siguiente”, insistió, a la vez que destacó la importancia de “que para estas personas todo esté dispuesto y puedan empezar una nueva vida”.
La llegada de estas dos familias sirias a León –explica una nota de la diócesis– se ha producido en el marco del Programa Nacional de Reasentamiento como demandantes de protección internacional.
Una de las familias está compuesta por un matrimonio y sus tres hijos de 11, 9 y 7 años y la otra está compuesta por un matrimonio y dos hijos de 1 y 4 años. Ambas proceden de la ciudad de Homs y han vivido como refugiados durante cuatro años en Líbano en espera de conseguir la salida hacia Europa por vías legales. Finalmente pueden iniciar su nueva vida en León.
Durante el primer año estas dos familias recibirán la atención especial de ACCEM para facilitar su integración en un modelo que esta entidad viene desarrollando en León desde el año 1992 y que ha facilitado la ayuda a más de 800 refugiados. En lo que va de año ACCEM León ha acogido a 33 demandantes de protección internacional de doce nacionalidades diferente, un colectivo al que hoy se han sumado los nueve refugiados llegados desde Siria.
El coordinador de ACCEM en Castilla y León, Daniel Duque, que también estuvo hoy en León para acompañar a las dos familias sirias, aseguró que ACCEM dispone de instalaciones de acogida además de en León, en Salamanca, Ávila, Burgos y Valladolid, con 90 plazas disponibles, donde se realiza “la primera fase de la acogida en la entran estas personas que han llegado hoy y en la que se trabaja todo lo relativo a la acogida desde la perspectivas jurídica, psicológica y social y todo lo que tiene que ver con el aprendizaje del idioma, y todo con el objetivo de fomentar la autonomía personal en viviendas individuales o compartidas donde lo que hacemos nosotros es el acompañamiento”.



Como corderos en medio de lobos
Posted by Redaccion on 1 July, 2016



(ZENIT – Madrid).- Publicamos a continuación la carta pastoral del obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández.
La frase es fuerte, “mirad que os envío como corderos en medio de lobos”. La dijo Jesús cuando envió a sus discípulos a anunciar el Evangelio. Y no se refiere sólo a los apóstoles (a los obispos y presbíteros, hoy), sino al grupo más amplio de los evangelizadores, a los setenta y dos.
Jesús señala unas pautas para la tarea evangelizadora, a la que él nos envía. Primero, oración. “Rogad al Dueño de la mies que mande obreros a su mies”, porque las vocaciones las da el Señor, él es quien llama para trabajar en su viña, y a él hemos de pedirle que no nos falten evangelizadores, testigos del Evangelio en nuestro tiempo. La oración nos sitúa en un nivel superior, en el que percibimos que para Dios nada hay imposible. Y en la oración Dios nos va diciendo cuál debe ser nuestra colaboración a todos los niveles.
Después, austeridad: “No llevéis talega, ni alforja ni sandalias”. Ligeros de equipaje, para ser más libres y estar más disponibles. A veces pensamos que la maleta ha de ir llena, “por si acaso”. Jesús contradice esa tendencia. Cuantos menos medios, mejor, para que se vea que la obra es suya y que el fruto no es proporcionado a nuestro esfuerzo, sino a la eficacia de su gracia. “Llevamos este tesoro en vasijas de barro”. Nos cuesta la misma vida entender este principio tan evangélico, pero hasta que no lo entendemos y hasta que no nos ponemos a practicarlo, no producimos fruto. Algo tendrá la pobreza cuando Jesús la bendice. Ha habido santos que lo han entendido muy pronto, y han producido frutos muy tempranos: Francisco de Asís, Teresa de Calcuta, etc.
Portadores de paz. El evangelizador no siembra discordia, sino que es portador de la paz de Dios para los hombres. A quien quiere recibirla, se le da. A quien no, él se lo pierde. El evangelizador es siempre portador de paz para todos. Y sabe que su testimonio será rechazado en muchas ocasiones. Por eso, dice Jesús: “os envío como corderos en medio de lobos”. ¿Qué hace un lobo con un cordero? –Se lo come y se queda tan ancho. Pues eso sucede con los evangelizadores, los que llevan la paz, los que anuncian a Jesucristo y su Evangelio. Están expuestos a ser rechazados, calumniados, marginados, e incluso a ser eliminados. La historia está llena de ejemplos continuos, que no faltan en nuestros días.
Pero la evangelización se ha abierto paso así, a base de persecuciones, a base de fortaleza que viene de Dios ante las dificultades, a base de mártires que no matan a nadie, sino que padecen el martirio amando y bendiciendo, a base de perdón que devuelve bien por mal, que vence el mal a fuerza de bien. El Evangelio se ha abierto camino regando la cosecha con sangre abundante de mártires, semilla de nuevos cristianos. Y ha dado mucho fruto, ahí están los resultados.
Por eso, san Pablo proclama con sano orgullo: “Dios me libre de gloriarme, si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo” (Ga 6,14).
Hay épocas en que las circunstancias ambientales favorecen la evangelización y hay otras épocas en las que la evangelización es rechazada frontalmente. En uno y en otro caso, se trata de anunciar a Cristo con obras y palabras, porque sólo en él hay salvación, sólo él es el redentor del hombre, no se nos ha dado otro nombre en el que podamos ser salvados. En definitiva, las dificultades para la evangelización vienen más de dentro que de fuera, vienen de nuestra tibieza o mediocridad para vivir el Evangelio, vienen del poco fuelle con el que afrontamos la tarea. Jesús nos lo advierte, no nos engañemos. Vayamos adelante con la fuerza del Señor. La eficacia está garantizada, si ponemos los medios que Jesús nos propone.

Recibid mi afecto y mi bendición:
+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba.




Familias amablemente agresivas
Posted by Catholic.net on 1 July, 2016



Se oye con frecuencia, entre gente bienintencionada, que el problema del hombre de hoy es que quiere ser como Dios. No lo niego. Pero es mucho más profundo lo contrario: el gran handicap de nuestros contemporáneos es la falta de conciencia de su propia valía, de que todo hombre, varón o mujer, es una auténtica maravilla.
Esa ignorancia les lleva a tratarse y tratar a los demás de un modo absurdamente infrahumano.
Hace ya siglos que Schelling escribía, más o menos: «El hombre se torna más grande en la medida en que se conoce a sí mismo y a su propia fuerza. Proveed al hombre de la conciencia de lo que efectivamente es y aprenderá inmediatamente a ser lo que debe; respetadlo teóricamente y el respeto práctico será una consecuencia inmediata. El hombre debe ser bueno teóricamente para devenirlo también en la práctica».
¿Y qué tiene todo esto que ver con la familia?
— Profesor Melendo: Es sencillo, el hombre actual necesita de manera perentoria advertir su propia grandeza y actuar de acuerdo con ella. Y el «lugar» donde eso se aprende es, por fuerza, la familia.
No solo el niño, sino el adolescente que aparenta negarlo, el joven ante el que se abre un abanico de posibilidades deslumbrante, el adulto en plenitud de facultades, el anciano que aparenta declinar… se forjan y se rehacen, día tras día, en el seno del propio hogar. Y, así templados y reconstituidos —¡personalizados y re-personalizados!, si se me permite decirlo de este modo—, son capaces de darle la vuelta al mundo, de humanizarlo.
Por eso la familia… y por eso un Master en Ciencias para la Familia.
¿Ofrece este Master una capacitación laboral?
— Le contesto indirectamente. Como puede leerse en nuestra web, estos estudios tienen algo de «revolucionarios», también porque se dirigen a un público muy amplio.
Entre otros, a quienes han comprendido: la importancia de las relaciones familiares y de la integración armónica de trabajo y familia para la propia felicidad (padres y madres de familia, principalmente); el origen «familiar» de muchos fracasos escolares (directivos de centros de enseñanza, docentes, tutores…); la mejora de la familia como uno de los remedios más eficaces para buena parte de los desórdenes sociales, cívicos y urbanos (orientadores familiares, responsables de la seguridad ciudadana, abogados, trabajadores sociales, asesores políticos…); la salud como función del entorno familiar y no como simple problema del individuo aislado (pediatras, médicos de familia, puericultores, psicólogos y psiquiatras…); el bienestar y equilibro familiares como factor determinante de la rentabilidad en el trabajo (empresarios, directores de recursos humanos…); la oportunidad de ensanchar el panorama profesional, incluyendo en él las tareas de prevención y ayuda a las familias (terapia y mediación familiar, etc.); y otros muchos.
¿Cómo ve la situación de la familia en la sociedad?
— Profesor Melendo: Quizás le parezca un tanto loco, pero afirmo con absoluta seguridad que su situación es excelente. ¿Significa eso que ignoro las circunstancias que, en relación a estos extremos, atraviesa hoy la humanidad y, en concreto, nuestro país? En absoluto. Pero añado de inmediato que, desde mi personal perspectiva, el revuelo y los cambios en torno a estas cuestiones no pasa de ser una simple «anécdota».
Obviamente, los considero importantes y dignos de una atención continua y esmerada. Más aún, desde hace mucho tiempo vengo insistiendo en que las «disfunciones» familiares llevan consigo un alto coste social, económico y, sobre todo, humano (de sufrimiento personal, a menudo), que, curiosamente, la sociedad se resiste a reconocer… e incluso fomenta de forma más o menos descarada y descarnada.
Pero me importa más aclarar que el Master no es en absoluto fruto de tales circunstancias. Por una parte, porque se planteó bastante antes de los cambios a que acabo de referirme. Por otra, y más central, porque no surge ni solo ni principalmente para dar respuesta a esas cuestiones (aunque sin duda las tendrá muy en cuenta), sino con una dimensión más absoluta y universal: la atención a la familia, con alcance estrictamente universitario, es una tarea digna de ser realizada al margen de cualquier situación o hecho concreto… porque en ella se juega la felicidad de muchas personas, ¡de todas!
¿De verdad es eso lo que piensa?
— Profesor Melendo: Por supuesto. Además, existe otro motivo más de fondo por el que, personalmente, no concedo un peso excesivo a la complejidad del momento presente.
Pienso contar con razones bien fundadas para sostener que «lo decisivo» para el buen funcionamiento de cualquier comunidad es el temple de las personas que la componen: de «cada una de todas», como gustaba repetir Carlos Cardona, mi maestro. Y como ese temple se forja, redefine y recupera sobre todo en la familia, a ella le corresponde el protagonismo más definitivo en la vida humana.
Vienen aquí muy a cuento unas palabras de nuestro siempre desconcertante don Miguel de Unamuno, que paradójicamente señalan el único camino adecuado para conseguir justo aquello que parecen rechazar. Aunque las cito de memoria, no creo apartarme mucho del original: «No quieras influir en eso que llaman la marcha de la cultura, ni en el ambiente social, ni en tu pueblo, ni en tu época, ni mucho menos en el progreso de las ideas, que andan solas. No en el progreso de las ideas, no, sino en el crecimiento de las almas, en cada alma, en una sola alma y basta. Lo uno es para vivir en la Historia; para vivir en la eternidad lo otro. No quieras influir sobre el ambiente ni intervenir en eso que llaman señalar rumbos a la sociedad. Las necesidades de cada uno son las más universales, porque son las de todos. Coge a cada uno, si puedes, por separado y a solas en su camerín, e inquiétalo por dentro, porque quien no conoció la inquietud, jamás conocerá el descanso. Sé confesor más que predicador. Comunícate con el alma de cada uno y no con la colectividad».
¿Cree que leyes como el matrimonio gay son un ataque a la familia?
— Profesor Melendo: Si me permite ser sincero, voy a decirle que estoy harto de oír hablar de «ataques» a la familia. Y no porque no los haya. Ya Lenin se planteó de forma expresa que destruir a la familia, comenzando por la mujer, era el modo más práctico de manipular la sociedad. Y a Gramsci le cupo el «honor» de introducir estas ideas en la Europa Occidental y hacer que se llevaran a la práctica.
Pero todo ello fue posible por la pasividad de «los buenos», de las familias buenas… «buenecitas». Las que hablan constantemente de defenderse.
¡Y no! ¡Ya está bien de andar a la defensiva! La familia ha de pasar de una vez al ataque, transformarse en una realidad «amablemente agresiva»… porque tiene mucho que ofrecer a la sociedad.
Más todavía, la revolución que nos conducirá a la civilización del amor tan anhelada, tiene como «arma» fundamental a la familia. Esa maravillosa subversión que dará un vuelco al mundo de hoy, o será familiar o simplemente… no será.
¿Estima que la familia está valorada en su justa medida?
— Profesor Melendo: Sin duda. Pero no tanto por los que, según dicen las encuestas, la consideran como la principal institución humana, el lugar donde se encuentran más a gusto… y otras afirmaciones por el estilo.
Quienes han apreciado hasta el fondo el auténtico valor de la familia son quienes, como usted antes sugería, la han convertido en el centro de sus ataques.
Son ellos los que han comprendido que, deshecha la familia, tienen el mundo —¡el auténtico poder!— en sus manos. El individuo aislado es lo más manipulable que existe.
Al hilo lo que acaba de sugerir, ¿cuál es el papel de la institución familiar en una sociedad individualista como la nuestra?
No sé si usted recordará aquellas palabras de Camus, que a mí me llegaron muy hondo: «Solo es tristeza —soledad sufrida o querida— no ser amado y no amar. Lo que ocurre es que hoy nuestro mundo agoniza a consecuencia de esta desgracia: la larga reivindicación de la justicia ha desterrado el amor que, sin embargo, fue el que le dio nacimiento».
O esas otras, más actuales: «como es la familia, así es la sociedad, porque así es el hombre». O, por fin: «el conjunto de las relaciones que se instauren en la humanidad depende radicalmente de las que se establecen en el seno de la familia».
Realmente, son expresiones fuertes…
— Profesor Melendo: ¡Y tanto! En mi opinión significan que la célebre condición «social» del ser humano (el zoon politikón aristotélico) tiene una traducción mucho más radical y precisa: el hombre, varón o mujer, es ante todo un «ser familiar».
Lo cual quiere decir, en la teoría, que no es posible comprender a una persona al margen de la familia en que se integra. Y, en la práctica, que cualquier ser humano, en todas sus actividades —sociales, laborales, de recreo…— «lleva consigo», gozosa o dolorosamente, su propia familia.
Y, por tanto, que el ambiente familiar influye de manera decisiva en cada una de nuestras actuaciones; y que para mejorarlas, y ayudar a que mejore cualquier persona, es imprescindible conocer más a fondo lo que es y cómo funciona una familia.
De nuevo el porqué de un «Master en Ciencias para la Familia».
Tomás Melendo Catedrático de Filosofía (Metafísica)
Director Académico de los Estudios Universitarios sobre la familia
Universidad de Málaga
tmelendo@masterenfamilias.com


San Bernardino Realino – 2 de julio
Posted by Isabel Orellana Vilches on 1 July, 2016



(ZENIT – Madrid).- Nació en Carpi, Módena, Italia, el 1 de diciembre de 1530. Su padre era caballerizo mayor de la corte de los Gonzaga, una responsabilidad que le mantenía frecuentemente alejado del hogar, por lo cual su educación prácticamente quedó en manos de su madre que le transmitió su devoción por la Virgen María. Cursó estudios en Módena y en Bolonia. Estudiaba filosofía, aunque en realidad su objetivo era la medicina. En 1550 falleció su madre y tuvo que acostumbrarse a vivir sin ella; su solo recuerdo suscitaba en su ánimo una incontenible emoción.
Hasta ese momento su vida había discurrido como la de muchos jóvenes de su edad: componía poesías, escribía un diario, sufrió el típico mal de amores de la adolescencia, y hasta se vio involucrado en alguna que otra reyerta. Le gustaba cultivar las amistades y es posible que no supiera elegirlas siempre adecuadamente. En un momento dado, reconoció afligido «haber perdido muchísimo tiempo con algunos de sus compañeros, con los cuales trataba demasiado familiarmente». Y por si hubiese dudas al respecto, por la siguiente apreciación retrospectiva queda claro que su conciencia le reprochó determinados rasgos de su conducta: «Habiéndome introducido por senda tan resbaladiza, vino el ángel del Señor a amonestarme de mis errores, y, retrayéndome de las puertas del infierno, me colocó otra vez en la ruta del cielo».
Este «ángel» al que aludía metafóricamente tenía un rostro: el de la hermosa Clara, de la que se enamoró perdidamente en Bolonia después de regresar a la ciudad tras la muerte de su madre. Era una muchacha estudiosa y cultivaba la vida espiritual. Su candidez atrajo a Bernardino, que intercambió cartas y poemas con ella en un tono respetuoso e inocente. Pero la joven tenía cierta influencia en su voluntad y, a instancias suyas, aunque se decantaba por la medicina, abandonó esta carrera por la de derecho, disciplina en la que se doctoró en 1556. Con su título bajo el brazo, y quién sabe cuantos proyectos de futuro con su amada Clara, inició su andadura profesional.
Uno de sus pleitos tuvo lugar en Ferrara. Se produjo una situación que juzgó injusta y saldó el asunto con violencia, hiriendo la frente de su oponente con el estoque. A tenor de ello, le aplicaron la sanción correspondiente y quedó inhabilitado para volver a ejercer allí. Después, con la protección del gobernador de Milán, que contaba con los buenos servicios de su padre, se convirtió en magistrado de Felizzano. Cuando Felipe II fue elegido nuevo gobernador, indirectamente, con la mediación de otra persona notable, el santo obtuvo la plaza de abogado fiscal en Alessandría, Piamonte. Un tercer gobernador lo nombró magistrado de Cassino. Finalmente, el marqués de Pescara lo designó juez de Castelleone, donde se reveló como un gran pacificador.
Aún le quedaba otro destino, el último, para hallar el verdadero amor de su vida. Porque en las postrimerías de 1591, cuando todo parecía sonreírle, la muerte le arrebató a la joven Clara; tuvo noticia de ello a través de unos amigos que se lo comunicaron por carta. Deshecho por el dolor de tan prematura pérdida, no encontró más consuelo que el de Dios. Cuando el marqués se trasladó a Nápoles como gobernador, lo llevó consigo; fue auditor y lugarteniente general de la ciudad. Con frecuencia vagaba por las calles intentando dar un nuevo sentido a su vida.
Una tarde se cruzó con dos alegres religiosos jesuitas, y animado por su gozoso semblante, fue a oír misa a la iglesia que tenían en la ciudad. Profundamente conmovido por la homilía del predicador, padre Carminata, se recluyó voluntariamente en su habitación. Durante unos días hizo los ejercicios espirituales y determinó seguir a Cristo. Aún no sabía la forma. Pesaban sobre él emociones comprensibles: la soledad de su padre, la confianza del marqués…; dudaba. En septiembre de 1564 María, a la que rogaba su auxilio rezando el rosario, despejó sus temores. Se le apareció con su divino Hijo en los brazos en medio de un celeste resplandor, y le instó a ingresar en la Compañía de Jesús. Se disiparon las sombras de Bernardino instantáneamente y penetró en su espíritu la luz.
Tenía 34 años cuando ingresó en el noviciado. Se deshizo de sus posesiones, y se formó a conciencia. Fue ordenado tres años más tarde y quedó destinado en Nápoles. En las calles, tantas veces transitadas por él como magistrado, se puso a prueba su humildad. Ciertas miradas reprobatorias, sorprendidas de la pobreza de su atuendo, lo decían todo acerca de lo que podían pensar; después, fueron apreciando sus virtudes. Le encomendaron la delicada misión de ser maestro de novicios, aunque él soñaba con partir a las Indias. No pudo cumplir su anhelo.
En 1574 fue enviado a Lecce como superior de la comunidad añadiendo la responsabilidad de abrir allí un colegio. Nápoles lo despidió con enorme aflicción por tenerle en alta estima. Y este mismo sentimiento brotó en Lecce, ciudad que se opuso frontalmente a su salida cuando los superiores determinaron trasladarle a otros lugares. Además, siempre surgía algo que impedía su partida, desde inclemencias meteorológicas hasta enfermedades suyas que desaparecían misteriosamente en el momento que se revocaba la orden de salir. Era un excelente confesor y predicador. Prestó asistencia a enfermos, pobres, esclavos, etc.; ante él desfilaron personas de toda clase y condición, incluida la nobleza y prelados.
Considerado como un san Felipe Neri para Lecce, fue agraciado con favores místicos, entre otros, visiones, especialmente de la Virgen. Y teniendo su nombre en los labios, murió el 2 de julio de 1616 con 82 años, casi la mitad de los cuales los pasó en Lecce. Hallándose moribundo, la ciudad lo eligió como su patrón. El alcalde Rapana acudió a su lecho, y le leyó el documento pertinente arrancándole un casi postrero: «Sí, señores», como signo de aceptación. León XIII lo beatificó el 12 de enero de 1896, y Pío XII lo canonizó el 22 de junio de 1947.