Servicio diario - 06 de julio de 2016


 

El Papa invita a los pobres a rezar por la conversión de quienes los ignoran
Posted by Redaccion on 6 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El santo padre Francisco ha recibido este miércoles por la mañana en el Aula Pablo VI a los participantes de una peregrinación de franceses en situación económica de dificultad, provenientes de la diócesis de Lyon y guiados por el cardenal Philippe Barbarín.
La iniciativa es promovida por la asociación Amigos del padre Joseph Wresinski, en ocasión del centenario del nacimiento del prelado que dedicó su vida a los pobres.
“Con los responsables que les acompañan, veo una hermoso testimonio de fraternidad evangélica en este caminar juntos”, dijo el Santo Padre y subrayó la importancia de ayudarse los unos a los otros, ofreciendo recursos y tiempo para que estas personas pudieran venir, “donandose a ellos, dondandonos nosotros, donandome yo, a Jesús mismo”.
“Jesús quiso compartir vuestra condición –les recordó el Papa– lo hizo por amor de cada uno de nosotros: despreciado por los hombres, olvidado, uno que no cuenta nada. Y cuando les suceda que prueben todo esto, no se olviden que también Jesús lo ha sufrido”. Esta es “la prueba de cuánto somos valiosos a sus ojos y que él está cerca de nosotros”.
Y añadió que los pobres están “en el corazón de la Iglesia”, ellos nos permiten encontrar a Jesús, porque nos hablan de Él no tanto con palabras sino con toda la vida, dan testimonio con los pequeños gestos de que somos hermanos y “que Dios es padre de todos nosotros”.
“¿Qué pensaba la gente cuando veía a María, José y Jesús por las calles, huyendo a Egipto?” dijo, porque “ellos eran pobres, sufrían tribulación por la persecución, pero allí estaba Dios”.
Agradeció así a los acompañantes, que fieles a la intuición del sacerdote Wresinski, que partía de la idea de la vida compartida y no de “teorías abstractas que nos llevan a las ideologías” porque “las ideologías nos llevan a negar a Dios que se ha hecho carne, uno de nosotros. Porque –aseguró el Pontífice– la vida compartida con los pobres nos transforma y nos convierte”.
Francisco elogió el hecho, no solo de caminar con ellos, sino de despertar en torno de ellos una comunidad, restituyendoles en cierto modo una existencia, una identidad, una dignidad. En particular el Año de la Misericordia “es la ocasión de redescubrir y vivir esta dimensión de solidaridad, fraternidad, ayuda y apoyo recíproco”.
El Pontífice recordó también cuando el diácono romano San Lorenzo decía: ‘Los tesoros de la Iglesia son los pobres’. Y que a Jesús que sufre podemos encontrarlo en la puerta de nuestras iglesias.
Por ello les pidió que desde la pobreza cumplan una misión: rezar por las personas que no acogen el mensaje del Padre, porque así como Jesús dijo bienaventurados los pobres, hambrientos, los que lloran, los odiados y perseguidos, dijo otra que pronunciada por él causa miedo. Lo ha dicho a los ricos y sabios, a quienes ahora rien, a quienes les gusta ser adulados, a los hipócritas.
Por ello, añadió, “les pido también rezar por los culpables de vuestra pobreza, para que se conviertan”. Rezar “por tantos ricos que visten de púrpura y seda y hacen fiesta con grandes banquetes, sin darse cuenta que en su puerta hay tantos Lazzaros necesitados de comer las sobras de sus mesas”.
Les pidió también rezar por los sacerdotes y los levitas que viendo al hombre golpeado y medio muerto, pasaron de largo. Pero les recomendó que a todas estas personas “sonríanle desde el corazón, deseenle el bien, pidan a Jesús para que se conviertan”. El Santo Padre concluyó dándoles la bendición apostólica, rezó con ellos, y después se acercó a saludarlos.


Francisco: Seamos como santa María Goretti, ‘testimonios del perdón’
Posted by Redaccion on 6 July, 2016



(ZENIT – Roma).- El papa Francisco con motivo de la fiesta de santa María Goretti que se celebra hoy miércoles, ha pedido que a imitación de ella seamos “testimonios del perdón”. Lo hizo en un mensaje que envió días atrás a los obispos de las localidades italianas de Albano y Latina señalando que la santa (1890-1902) fue asesinada por oponerse a un intento de violencia.
El Santo Padre recuerda también la pobreza que vivió la joven, así como el fervor en recibir la eucaristía con el que suplió la dificultad de poder hacerlo con frecuencia. Y subraya las palabras de perdón hacia aquel que la asesinó en el intento de violarla.
Texto de carta enviada por el Papa:
“Me han indicado que durante este Jubileo de la Misericordia vuestras comunidades han querido dar una mirada de particular atención a Santa María Goretti, venerada como patrona de vuestras Iglesias particulares. La pobreza y la urgente necesidad de trabajo llevaron a la familia Goretti a emigrar de la nativa Corinaldo (en la región Marche) hacia el agro romano, primero y después en el corazón de aquella que en esa época eran los pantanos de Pontina, tierras fértiles pero insidiosas debido a la malaria.
Lagrimas y pobreza, acompañaban ayer, como dramáticamente aún hoy, los caminos de familias y de pueblos que tienen en su origen las más diversas causas, entre las cuales la pobreza (cf. Amoris Laetitia n. 46).
Es una circunstancia que nos hace sentir aún más cerca de esta joven que como hacían en su familia, ustedes siguen llamandola Marietta. La familia vivió con dignidad esta situación y mientras la mamá Asunta se ocupaba del trabajo, Marietta se ocupaba de los hermanos y de la casa.
Es conmovedor el fervor con el cual Marietta se preparó para recibir por primera vez la Eucaristía y con la cual, a continuación, se acercaba a la mesa eucarística. Aunque si bien, debido la situación de los lugares y las circunstancias de su vida, se pudo alimentar de Cristo solamente otras pocas veces, un testigo recuerda a este propósito esta significativa expresión de la pequeña Goretti: ‘¿Cuándo vamos a comulgar? No veo la hora! Al numero por lo tanto suplió la intensidad de amor por Jesús Eucarístico, sin cuya fuerza no habría podido tomar la decisión fundamental de su breve existencia, para la cual el venerable Pio XII, el día de su canonización, podía afirmar que la cándida azucena de su virginidad se había empapado de la sangre de los mártires.
Me gusta hoy poner en evidencia que en el momento que herida a muerte se cumpiló la decisión suprema de su vida, Marietta no pensaba más a sí misma, pero a salvar a quien la golpeaba a muerte: ‘Así vete al infierno…’ repetía Alessandro Serenelli. Conocemos incluso las palabras de perdón que ella tuvo por él. En el lecho de muerte al capellán del hospital de Nettuno le dijo: ‘Lo perdono y lo quiero conmigo en el paraíso’.
En la bula Misericordiae Vultus he subrayado que “el perdón (…) se vuelve la expresión más evidente del amor misericordioso y para nosotros los cristianos es un imperativo del cual no podemos prescindir. Tantaas veces que dificil nos resulta perdonar. Y entrentanto el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón”.
Justamente esta generosísima oferta de perdón acompaña la muerte serena de la joven Marietta y constituye para su asesino el inicio de aquel sincero camino de conversión que, al final, lo concucirá a degustar con confianza el abandono en los brazos del Padre de las misericordias.
Sé que muchos, junto a vuestros obispos y sacerdotes, se reunirán en los lugares relacionados a la memoria de Marietta: en Le Ferriere, donde fue herida mortalmente; en la ‘tienda del perdón’ en Nettuno, donde murió; en el santuario de la Virgen de las Gracias y de Santa María Goretti, donde se venera su cuerpo. Este ir a los lugares en donde su memoria está viva, les estimule a empeñarse, como la santa que veneran, a ser testimonios del perdón.
Como he escrito en la bula Misericordia Vultus, ha “llegado nuevamente para la Iglesia el tiempo de encargarse del anuncio del perdón con alegría. Es el tiempo de retornar a lo esencial para hacernos cargo de las debilidades y de las dificultades de nuestros hermanos. El perdón es una fuerza que resucita a la vida nueva e infunde el coraje para mirar al futuro con esperanza”. Este es el deseo con el cual, de corazón, les hago llegar mi saludo y mi bendición, junto al pedido de que no se olviden de rezar por mi”.
(Traducción del texto realizada por ZENIT)


El Papa en las intenciones de oración señala el respeto a los pueblos indígenas
Posted by Redaccion on 6 July, 2016



(ZENIT – Roma).- El ‘video del Papa’ con la intención de oración del mes de julio fue publicado este miércoles por la Red Mundial de Oración del Papa.
La intención de oración universal es: ”Para que sean respetados los pueblos indígenas amenazados en su identidad y hasta en su misma existencia”.
En el video que es difundido con subtítulos en diversos idiomas, el Francisco habla en español y dice: “Quiero hacerme eco y portavoz de los anhelos más profundos de los pueblos indígenas. Y quiero que unas tu voz a la mía para que de todo corazón pidamos que sean respetados los pueblos indígenas, amenazados en su identidad y hasta en su misma existencia”.
El video comienza con una señora indígena joven que entra en un auditorio, ajusta el micrófono e inicia diciendo en lengua nativa: ‘Quiero pedir en nombre de los pueblos indígenas que se respete nuestra forma de vida, nuestros derechos y nuestras tradiciones. ¿Van a escucharme? El auditorio está vacio… A ese punto entra el mensaje del Santo Padre, que poco a poco es repetido en coro por personas de otras etnias y pueblos que se suman a la primera interlocutora.
Sobre el video, el director internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, el padre jesuita Frederic Fornos explicó a Radio Vaticano que Francisco nos pide abrir los horizontes para descubrir la riqueza cultural de estos pueblos y su cuidado de la Creación, nuestra ‘casa común’. Abramos nuestros corazones informándonos y movilizándonos con ellos”.




El Santo Padre acepta la renuncia del obispo brasileño de Paraíba
Posted by Sergio Mora on 6 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis brasileña de Paraiba, presentada por Mons. Aldo di Cillo Pagotto, de acuerdo con el punto 401,2 del código de derecho canónico.
Dicho canon indica que el obispo diocesano que por enfermedad u otra grave causa resultara menos idóneo al cumplimiento de su encargo, está vívamente invitado a presentar su renuncia. El comunicado de la oficina de prensa publicado hoy, no da ulteriores precisaciones.
Don Aldo di Cillo, presentó la carta de renuncia a través de la Congregación para los Obispos, y el papa Francisco la aceptó y después nombró a Don Genival Saraiva como administrador apostólico de la arquidiócesis hasta que un nuevo obispo sea nombrado.
El nuevo administrador que se ecuentra en Ceará en un retiro espitual, llegará a Fortaleza el viernes. En una carta de presentación Don Genival recuerda que llegará en breve con la disposición de servir y recordó que nació en dicha arquidiócesis y residió en Paraíba durante ocho años.
Refiriéndose al ahora obispo emérito Don Aldo, el nuevo administrador apostólico le agradece y destaca que “la renuncia al gobierno diocesano no es un demérito para ningún obispo, sea por haber completado 75 años como él, o debido a enfermedad como en su caso”. Porque, concluye, los obispos eméritos siguen sirviendo a la Iglesia de muchas maneras.
La arquidiócesis de Paraíba pasó por una intervención de la Santa Sede, actuando como visitador apostólico Don Fernando Guimarães, entonces obispo de la diócesis de Garanhuns-PE. El contenido no fue revelado.
El arzobispo publica hoy en la web de la arquidiócesis una carta abierta que inicia así: “Invocando el santo nombre de Dios, Uno y Trino, colocándome bajo la protección de la Inmaculada Virgen María, en espíritu de oración, discernimiento y obediencia, presenté al Santo Padre, el papa Francisco, mi pedido de renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Paraiba.
Y explica en 13 puntos los motivos de su renuncia.
Señala que la reorganización de la administración, finanza y recuperación del patrimonio de la arquidiócesis si bien exitoso desagradó a muchas personas. Reconoce que cometió errores al confiar demasiado en padres y seminaristas que recibió para ofrecerle nuevas oportunidades de vida, algunos de los cuales posteriormente se volvieron sospechosos de cometer graves faltas en el sagrado ministerio. Señala que tomó posiciones delante de políticas públicas rectamente intencionado, sin inmiscuirse en la esfera político partidista.

Carta de Mons. Aldo di Cillo Pagotto en la web de la Arquidiócesis de Paraiba

Lamentó las críticas de un grupo denominado ‘padres anónimos’ que difundieron de manera unilateral y deformada aspectos de la vida de la Iglesia en Paraiba. Así como una carta difamatoria difundida por un blog, envolviendo obispos y varios sacerdotes arbitrariamente expuestos al escárnio público, y cuya autora está respondiendo en el foro penal. Hacia la conclusión señala “Sigo el ejemplo de su santidad el papa Benedicto XVI, dando espacio a aquel que Dios enviará para el bien de su Iglesia”.


Francisco recibe a los padres del joven estadounidense asesinado en Roma
Posted by Redaccion on 6 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El santo padre Francisco recibió esta mañana en el Vaticano a los padres de Beau Salomin, el joven estadounidense econtrado muerto los días pasados en el Tevere, el río que cruza la ciudad de Roma.
El Papa se reunió con ellos antes de la audiencia que tuvo en el Aula Pablo VI con los peregrinos provenientes de Lyon.
A ellos el Santo Padre –informa una nota de la Oficina de prensa de la Santa Sede– les ha manifestado sus sentimientos de la más viva cercanía y compasión, así como sus oraciones al Señor por el joven trágicamente muerto.
Las informaciones sobre el asesinato aún son pocas, trascendió que habría peleado con unos sin techo en la orilla del río Tevere y que estos le arrojaron al agua.



Colombia: el cardenal Salazar señala que las FARC ya no tienen motivo para reclutar
Posted by Redaccion on 6 July, 2016



(ZENIT – Roma).-El cardenal Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, señaló que las últimas declaraciones del jefe máximo de las FARC, “Timochenko” sobre la suspensión del reclutamiento de guerrilleros y el cobro de “impuestos” en sus zonas de influencia, así como aceptar que sea la Corte Constitucional quien decida el mecanismo de aprobación de los acuerdos del proceso de paz, son una gran noticia para el país.
Las declaraciones del purpurado publicadas en la web de la Conferencia Episcopal, señalan: “Poco a poco las FARC van entrando a la vida civil y se van reinsertando en la sociedad”.
El arzobispo de Bogotá manifestó que espera que estas acciones sean definitivas. En relación al cese del reclutamiento afirmó que “si ellos (las FARC) verdaderamente se quieren desarmar y reinsertar en la sociedad no tendría sentido seguir reclutando, por el contrario tendrían que desmantelar sus estructuras militares”.
En la web el cardenal asegura que estamos viendo un proceso en que las FARC dejan de ser un grupo guerrillero para pasar a ser un movimiento cívico y que esto es fruto del proceso de negociación.
Frente a la consulta de que si el tren de la paz puede dejar al ELN, cardenal Salazar Gómez, aseguró que “hoy en día no hay ninguna justificación para una guerrilla armada y eso lo tiene que comprender el ELN”. Finalmente pidió a este grupo para iniciar un diálogo debe dejar su accionar violento.


La santidad de la negociación
Posted by Felipe Arizmendi Esquivel on 6 July, 2016



VER
Con frecuencia tengo que mediar entre grupos antagónicos que a duras penas aceptan nuestra invitación a dialogar para dirimir sus diferencias y llegar a acuerdos comunes. ¡Qué difícil es! Nadie quiere ceder en sus posturas. Ceder en algo, pareciera que es una derrota, y nadie quiere sentirse vencido, ni dar la impresión que los otros tenían razón. Más que analizar los puntos de verdad que tengan los otros, lo que se pretende es ganar, que se imponga lo que uno piensa y quiere. Hay una enorme resistencia a ceder, porque pareciera que es una debilidad, una cobardía, un abandono de aquello por lo que se ha luchado.
Esto sucede entre grupos políticos y organizaciones, en la familia y en la Iglesia. Así ha sido siempre: Caín no acepta a su hermano Abel; Jacob y Esaú pelean por la primogenitura; los hermanos de José intentan deshacerse de él; los apóstoles ambicionan el primer puesto; Pablo discute con Pedro y con otros colaboradores, etc. Cada quien alega derechos, está convencido de su postura y condena a los que son y piensan distinto. ¡Qué difícil es armonizar las diferencias!
Cuando yo insisto en que tendamos puentes, en vez de consolidar muros y encerrarnos en nuestras posturas, me critican, diciendo que quiero quedar bien con todos, que soy diplomático, que negocio la verdad, que me compran los poderosos, que no soy profeta… ¡Hay tantos puntos de vista sobre una misma realidad! Es más sabio escuchar y armonizar, que sólo condenar.
PENSAR
Me llamó mucho la atención lo que dijo el Papa Francisco en su Misa del 9 de junio pasado en Santa Marta, inspirándose en Mateo 5,20-26: “El pueblo estaba un poco desorientado, un poco desbandado, porque no sabía qué hacer y los que enseñaban la ley no eran coherentes. A este pueblo un poco encarcelado en esta jaula sin salida, Jesús indica el camino para salir: salir siempre hacia arriba, superar, ir hacia arriba. Es pecado no sólo matar, sino también insultar y regañar al hermano. Y esto hace bien escucharlo, en esta época en la que nosotros estamos muy acostumbrados a los calificativos y tenemos un vocabulario muy creativo para insultar a los demás. Ofender es pecado, es matar, porque es dar una bofetada al alma del hermano, a la dignidad propia del hermano. Decir frases como: ‘no le hagas caso, este es un loco, este es un estúpido’, y muchas otras palabras feas que decimos a los demás, es pecado. La generosidad, la santidad es salir hacia arriba. Esta es la liberación de la rigidez de la ley y también de los idealismos que no nos hacen bien.
Jesús nos conoce muy bien y nos sugiere: ‘Si tú tienes un problema con un hermano, ponte enseguida de acuerdo con él’. Así el Señor nos enseña un sano realismo: muchas veces no se puede llegar a la perfección, pero al menos hagan aquello que puedan, pónganse de acuerdo para no llegar al juicio. Es este el sano realismo de la Iglesia católica: la Iglesia católica nunca enseña “o esto, o esto”. Más bien la Iglesia dice: “esto y esto”. En definitiva, busca la perfección: reconcíliate con tu hermano, no lo insultes, ámalo; pero si hay algún problema, al menos pónganse de acuerdo, para que no estalle la guerra. He aquí el sano realismo del catolicismo. No es católico, sino que es herético, decir: «o esto o nada».
Jesús nos enseña diciéndonos: Por favor, no se insulten y no sean hipócritas: van a alabar a Dios con la misma lengua con la que insultan al hermano. No, esto no se hace; pero hagan lo que puedan; al menos eviten la guerra entre ustedes, poniéndose de acuerdo. Y me permito decirles esta palabra que parece un poco rara: es la santidad pequeña de la negociación: no puedo todo, pero quiero hacer todo; me pongo de acuerdo contigo; al menos no nos insultamos, no declaramos la guerra y vivimos todos en paz. Pedimos al Señor que nos enseñe a salir de todo tipo de rigidez y a reconciliarnos entre nosotros; que nos enseñe a llegar a un acuerdo hasta el punto que podamos hacerlo”.
ACTUAR
Aprendamos a dialogar, a escuchar con el corazón las razones de los otros, a ser humildes para no presumir de tener toda la verdad, a aceptar que no todo se puede lograr en un solo momento. La misericordia de Dios es paciencia con nuestras limitaciones.


Beata María Romero Meneses – 7 de julio
Posted by Isabel Orellana Vilches on 6 July, 2016



(ZENIT – Madrid).- Nació el 13 de enero de 1902 en Granada, Nicaragua. De ascendencia española por parte de ambos progenitores, pertenecía a una influyente familia. Su padre Félix Romero Arana ocupaba un alto cargo político en el país como Ministro de Hacienda y rodeó a su numerosa prole, trece hijos, de grandes comodidades; un agradable bienestar. María también creció arropada por un elenco de tías solteras que regentaban un colegio para las niñas pudientes, y entre unos y otros supo de primera mano la riqueza de la fe que penetró hondamente en ella. En su hogar era habitual auxiliar a las personas desfavorecidas y desde corta edad fue digna heredera de tal espíritu solidario.
Con una selecta educación y cualidades singulares para la música y la pintura, a los 12 años conoció a las Hijas de María Auxiliadora, ya que formaba parte del alumnado del colegio que regían. El estrecho vínculo que mantenía con la Virgen, y que fue la tónica de su vida, era ya manifiesto. No dudó de que Ella la sanaría de unas fiebres reumáticas que había contraído, certeza que confió a una amiga y así sucedió; se curó de forma inesperada.
En el colegio fue una de esas alumnas ideales, dóciles y bondadosas, que absorben las enseñanzas y allanan la tarea educativa. Las religiosas estaban casi recién llegadas a Nicaragua, y a través de su testimonio se fue empapando de la vida de su fundador, Don Bosco. Se sintió atraída por el carisma y fue dando pasos inequívocos hacia un mayor compromiso. Primeramente, en 1815 se integró en las Hijas de María y decidió consagrar su castidad movida por un sentimiento vocacional irrefrenable: «Estaba resuelta a entregarme a mi Señor y mi rey para siempre. La vocación se enraizaba en mi alma cada día con mas fuerza». En este camino fue decisiva la ayuda de su director espiritual, el padre Emilio Bottari. Cuando a los 18 años se integró en la comunidad religiosa, le advirtió: «Aunque un día te hicieran picadillo no des nunca un paso hacia atrás. Llegarán momentos difíciles, pero tú mantente siempre fiel y firme en tu vocación». En numerosas ocasiones recordaría este clarividente consejo.
Hizo el noviciado en San Salvador y tomó el hábito en 1921. Pusieron bajo su responsabilidad las clases de música, canto, dibujo, pintura y mecanografía, aunque ella, servicial y con recursos, podía realizar labores de enfermería fácilmente si era preciso. Era atenta y solícita con las necesidades que detectaba a su alrededor. Aún no había profesado y ya comenzó a percibir gracias sobrenaturales, que junto con visiones, don de profecía y milagros, caracterizaron su ascenso místico. Rogaba con insistencia «Oh Jesús, enséñame a hablar, a trabajar y a vivir solo en tu amor y por tu amor». Un día ante el Sagrario formuló esta pregunta: «Señor, ¿quien soy yo?». Y en una locución divina recibió la respuesta: «Eres la predilecta de mi Madre y la benjamina de mi Padre».
Emitió los votos en 1923 y fue destinada a Granada como profesora de las mismas disciplinas impartidas en San Salvador. Hizo la profesión perpetua, y luego partió a Costa Rica. En este país cultivó una de las líneas destacadas de su labor apostólica. Un día de intensa lluvia vio un mendigo que soportaba el fuerte temporal bajo la mísera vivienda, sin poderse mantener a resguardo; pensó lo que supondría para él. Y desde ese instante las necesidades de su prójimo fueron su alimento.
Su fe era ciertamente heroica. Junto a ella brillaba la palpable asistencia de María, con la que mantenía constante intimidad. A la Virgen encomendó a su padre, que había quedado casi en la ruina, apartado de la fe, y obtuvo la gracia de que retornase a ella. A la Madre del Cielo llevó también todos los problemas que le trasladaban directamente y de los que tenía noticia a través de otras personas. Decía: «Pon tu mano, Madre mía. Ponla antes que la mía»: María era «su Reina». Por su mediación conseguía a tiempo los recursos económicos para solucionar graves y urgentes carencias y seguir emprendiendo obras para asistencia de los marginados en los suburbios de la capital. Creó un hogar, una clínica, una escuela, y una casa para jóvenes que malvivían en las calles; casitas que eran un oasis para los «sin techo», obras siempre dirigidas a los que no tenían recursos. Además catequizó y animó a los niños y jóvenes a través de los oratorios que impulsó. Todas las gracias sorprendentes, que llegaban siempre a tiempo, las obtuvo a expensas de la oración.
Se había trazado un programa hilvanado de Avemarías, recitadas en cualquier momento y circunstancia, especialmente cuando se traía entre manos alguna petición que debía solventar con urgencia, hecho usual en su acontecer. Ella misma había anotado las pautas que deseaba seguir, y cumplió a rajatabla: «Apenas me despierte exclamaré: ¡Madre, Madre hermosa! Y me echaré en sus brazos, la abrazaré y la besaré, repitiéndole lenta y dulcemente: “Ave María…”. Durante la santa misa me colocaré a los pies de la cruz, abandonándome sobre el pecho de mi hermosa Madre para escuchar los latidos de su inmaculado corazón…».
Simplemente este ideario pone de manifiesto que fue una mujer de una fe honda y sencilla, sin fisura alguna. Era obediente y humilde, tenía coraje apostólico, ideas y empuje para ponerlas en marcha. Su generosidad y desvelos por los desfavorecidos fueron probados con numerosas contradicciones, incomprensiones y dificultades. Sus afanes espirituales, su intensa pasión por lo divino en medio de la cual brotaban pensamientos y emocionados anhelos se perciben a través de las anotaciones que fue vertiendo en un cuadernillo desde 1924. La Unión de Mujeres Americanas en 1968 la eligió «mujer del año», distinción que recibió agradecida, pero sin ocultar lo lejos que se hallaba de las glorias de este mundo con un elocuente: «tonterías…». En 1976 fue galardonada con la medalla de Oro del Rotary Club de Costa Rica. Murió con fama de santidad el 7 de julio de 1977. Juan Pablo II la beatificó el 14 de abril de 2002.