Servicio diario - 01 de septiembre de 2016


 

El Papa propone el cuidado de la creación como obra de misericordia
Posted by Rocío Lancho García on 1 September, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco propone un complemento a las dos listas tradicionales de siete obras de misericordia, añadiendo a cada una el cuidado de la casa común. Así, explica que como obra de misericordia espiritual, el cuidado de la casa común precisa de la contemplación agradecida del mundo que nos permite descubrir a través de cada cosa alguna enseñanza que Dios nos quiere transmitir. Como obra de misericordia corporal, el cuidado de la casa común, necesita simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor.
La propuesta la ha hecho en su mensaje con ocasión de la Jornada mundial de oración para el cuidado de la creación, que se celebra hoy 1 de septiembre, y lleva por tema este año “Usemos misericordia hace nuestra casa común”.
Tal y como explica el Santo Padre en el mensaje, la Iglesia católica celebra esta Jornada en unión con los hermanos y hermanas ortodoxos, y con la adhesión de otras Iglesias y comunidades cristianas. Y precisa que la jornada pretende ofrecer “una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación”, elevando a Dios “una acción de gracias por la maravillosa obra que Él ha confiado a nuestro cuidado”.
Asimismo, el Pontífice asegura que debe ser motivo de alegría que, en todo el mundo, hay iniciativas que promueven la justicia ambiental, la solicitud hacia los pobres y el compromiso responsable con la sociedad, “están fomentando el encuentro entre personas, sobre todo jóvenes, de diversos contextos religiosos”.
Por otro lado, el Santo Padre subraya que “no podemos rendirnos o ser indiferentes a la pérdida de la biodiversidad y a la destrucción de los ecosistemas, a menudo provocados por nuestros comportamientos irresponsables y egoístas”.
En esta línea advierte de que el planeta continúa calentándose, en parte a causa de la actividad humana: el 2015 ha sido el año más caluroso jamás registrado y probablemente el 2016 lo será aún más. Y así, añade que los pobre del mundo, que son los menos responsables de los cambios climáticos, “son los más vulnerables y sufren ya los efectos”. Además, el Santo Padre reconoce que “cuando maltratamos la naturaleza, maltratamos también a los seres humanos”.
En el mensaje, el Papa explica que Dios “nos ha dado la tierra para cultivarla y guardarla con respeto y equilibrio”. Cultivarla demasiado ‒esto es abusando de ella de modo miope y egoísta‒, y guardarla poco es pecado.
Por otro lado, el Santo Padre pide que en este Año Jubilar, “aprendamos a buscar la misericordia de Dios por los pecados cometidos contra la creación, que hasta ahora no hemos sabido reconocer ni confesar” y “comprometámonos a realizar pasos concretos en el camino de la conversión ecológica”. El primer paso en este camino –prosigue Francisco– es siempre un examen de conciencia, que implica un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre, que provoca como consecuencia actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos. Y asegura que también implica “la amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal”.
El examen de conciencia, el arrepentimiento y la confesión al Padre rico de misericordia, nos conducen a un firme propósito de cambio de vida, observa Francisco. Y esto –añade debe traducirse en actitudes y comportamientos concretos más respetuosos con la creación. Como por ejemplo, propone el Santo Padre, hacer un uso prudente del plástico y del papel, no desperdiciar el agua, la comida y la energía eléctrica, diferenciar los residuos, tratar con cuidado a los otros seres vivos, utilizar el transporte público y compartir el mismo vehículo entre varias personas, entre otras cosas.
En esta línea, asegura que la economía y la política, la sociedad y la cultura, “no pueden estar dominadas por una mentalidad del corto plazo y de la búsqueda de un inmediato provecho financiero o electoral”.
A propósito del los Objetivos del Desarrollo Sostenible adoptados por los países del mundo en septiembre de 2015, el papa Francisco recuerda que ahora los Gobiernos tienen el deber de respetar los compromisos que han asumido, mientras las empresas deben hacer responsablemente su parte, y corresponde a los ciudadanos exigir que esto se realice.
Finalmente, el Pontífice asegura que a pesar de nuestros pecados y los tremendos desafíos que tenemos delante, “no perdamos la esperanza”.



Programa de la visita del Papa a Asís el 20 de septiembre
Posted by Redaccion on 1 September, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco regresa de nuevo a la ciudad italiana de Asís, esta vez con ocasión de la Jornada Mundial de oración por la Paz. El evento interreligioso, titulado “Sed y paz. Religiones y culturas en diálogo” es promovido por la Comunidad de san Egidio y quiere conmemorar el histórico encuentro querido por Juan Pablo II en Asís con los representantes de las diferentes fes, que pasó a la historia como el “Espíritu de Asís”.
La oficina de prensa de la Santa Sede ha publicado esta mañana el programa oficial de la visita del Santo Padre el próximo 20 de septiembre.
Francisco saldrá del helipuerto del Vaticano a las 10.30 y aterrizará a las 11.05 en Asís. Le recibirán monseñor Domenico Sorrentino, arzobispo de Asís y el presidente de la Región Umbria, Catiuscia Marini; el prefecto de Perugia, Raffaele Cannizzaro y la alcaldesa de Asís, Stefania Proietti.
A las 11.30, Francisco llegará al Sacro Convento, donde será recibido por el custodio padre Mauro Gambetti y su santidad Bartolomé I, patriarca ecuménico de Constantinopla. Junto a ellos estará un representante musulmán y uno judío; Justin Welby, arzobispo de Canterbury; Efrén II, patriarca Siro-Ortodoxo de Antioquía, y el jefe supremo de los Tendai (Japón). Todos juntos llegarán al Claustro de Sixto IV, donde esperan los obispos de Umbría y los representantes de las Iglesias y Religiones Mundiales que el Pontífice saludará individualmente.
A continuación tendrá lugar el almuerzo común en el refectorio del Sacro Convento, en el que participan algunas víctimas de las guerras. Marco Impagliazzo, presidente de San Egidio, recordará el XXV aniversario de patriarcado de su santidad Bartolomé I.
A partir de las 15.15, el papa Francisco se reúne individualmente con Bartolomé, Welby, Efrén II y los representantes del mundo islámico y judío. A las 16.00 se celebra un momento de oración por la paz en la Basílica Inferior de San Francisco. El momento culminante de la jornada será la oración ecuménica de los cristianos, a las 17.00.
Al finalizar, todos los participantes salen de la Basílica Inferior, se encuentran con los representantes de otras religiones, que han rezado en otros lugares y tomando lugar en el escenario de la plaza.
La ceremonia final se celebra a las 17.15, en la plaza san Francisco, con el saludo de monseñor Sorrentino y varios mensajes. Hablará una víctima de la guerra, el patriarca Bartolomé, el patriarca budista japonés, el profesor Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de san Egidio, un representante musulmán y uno judío.
La última intervención será la del papa Francisco, quien dará un discurso con la lectura de un llamamiento por la paz, que será entregado a niños de varias naciones. Finalmente un momento de oración de silencio por las víctimas de las guerras, la firma del llamamiento de la paz y se encenderán dos candelabros para concluir con el intercambio del gesto de la paz.
El Pontífice se despide a las 18.30 y desde el helipuerto regresa al Vaticano, donde llegará a las 19.35.



Padre Cantalamessa: Dios no ha proyectado la creación como si fuera un reloj o un ordenador
Posted by Redaccion on 1 September, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Hoy, 1 de septiembre, se celebra la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación, instituida por el papa Francisco en el año 2015. Con esta motivo, el Santo Padre ha presidido esta tarde la oración de las vísperas en la Basílica de San Pedro.
El encargado de la predicación ha sido el padre Raniero Cantalamessa, predicador de la casa pontificia. De este modo, ha asegurado que el “pensamiento cristiano no ha dejado nunca de preguntarse sobre el porqué de esta trascendencia del hombre respecto al resto de la creación” y la ha encontrado siempre “en la afirmación bíblica que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios”. Y ha explicado que el hombre está creado a imagen de Dios, en el sentido de que participa en la íntima esencia de Dios que es ser relacional de amor entre Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Por otro lado, ha precisado que la soberanía del hombre en el cosmos no es un triunfalismo de especie, sino “asunción de responsabilidad hacia los débiles, los pobres, los indefensos”. El Dios de la Biblia –pero también de otras religiones– es un Dios “que escucha el grito de los pobres”, que “tiene piedad del débil y del pobre”, que “defiende la causa de los miserables”, que “hace justicia con los oprimidos”, que “no desprecia nada de lo que ha creado”.
También ha observado que “la encarnación del Verbo ha aportado una razón más para cuidar al débil y el pobre, de cualquier raza o religión”.
El padre Cantalamessa ha asegurado que hay una verdad, el hecho de que “no somos dueños de la tierra”, que se nos recuerda bruscamente con eventos como el terrible terremoto de la semana pasada, sucedido en Italia. Y en estas situaciones surge la pregunta “¿dónde estaba Dios?”. Por eso ha pedido no cometer el error de pensar que tenemos la respuesta para esta pregunta. “Lloremos con quien llora, como hacía Jesús delante del dolor de la viuda de Naín o de las hermanas de Lázaro”. Aunque, ha reconocido, la fe sí nos permite decir algo. “Dios no ha proyectado la creación como si fuera un reloj o un ordenador, donde todo está programado desde el inicio con todo detalle, excepto las actualizaciones periódicas”, ha asegurado el predicador de la casa pontificia. De este modo, ha indicado que por analogía con el hombre, podemos hablar de una especie de “libertad” que Dios ha dado a la materia de desarrollarse según leyes propias. A la pregunta ¿dónde estaba Dios la noche del 23 de agosto?, el creyente no dude en responder con toda humildad: “estaba allí sufriendo con sus criaturas y acogiendo en su paz a las víctimas que llamaban a la puerta de su paraíso”.
El padre Cantalamessa ha hablado también de la doxología, es decir, la glorificación de Dios por la creación. Y así, ha señalado que “una ecología sin doxología hace opaco al universo, como un inmenso mapamundi de cristal sin la luz que debería iluminarlo por dentro”.
Asimismo, ha indicado que los creyentes deben “ser la voz no solo de las criaturas inanimadas, sino también de nuestros hermanos que non tienen la gracia de la fe”.
Finalmente, el predicador ha reconocido que si Francisco de Asís tiene algo que decir todavía hoy respecto a la ecología, es esto. “Él no reza ‘por’ la creación, por su cuidado, reza ‘con’ la creación, o ‘a causa de la creación’, o incluso ‘por motivo de la creación’”.


“Madre Teresa vivía y expresaba santidad con cada gesto, palabra y paso”
Posted by Rocío Lancho García on 1 September, 2016



(ZENIT – Roma).- La Madre Teresa será canonizada este domingo en la plaza de San Pedro en Roma. Precisamente en el Año que la Iglesia celebra el Jubileo de la Misericordia, sube a los altares esta mujer de origen albanés conocida en todo el mundo, que vivió una vida en la que con sus gestos, palabras y oración transmitió la misericordia de Dios, de forma especial, en su opción preferencial por los pobres. Para conocer más de cerca cómo fue su vida y espiritualidad ZENIT ha entrevistado a su biógrafo, don Lush Gjergji, actual vicario general de la diócesis del Kosovo.
¿Cómo fue su primer encuentro con Madre Teresa?
— Don Lush Gjergji: Mi primer encuentro personal fue en 1969, en Roma, y desde entonces ya no me “separé” de ella. Enseguida tuve la sensación de encontrarme delante de una santa viva y decidí dedicar una buena parte de mi vida para conocerla de cerca: quién era Gonxhe Bojaxhiu, su infancia, vida familiar y en la comunidad parroquial; por qué decidió hacerse hermana misionera en India en Calcuta, cómo hacía para ser tan santa y tan grande. Todo esto lo he contado y publicado en 15 volúmenes, libros dedicados a la vida, obra y espiritualidad de Madre Teresa. Y así dar gracias a Dios y a Madre Teresa por esta gran y bella presencia a dimensión mundial.
¿Cuál es el recuerdo más importante que tiene con ella?
— Don Lush Gjergji: Las 5 visitas hechas al Kosovo y el premio Nobel de la paz, el 10 de diciembre de 1979, en Oslo, junto al hermano Lazer Boajaxhiu, la sobrina, Age nat. Boajxhiu – Guttdauro y otros. También diez días de visita en Calcuta en 1989, cuando estaba en el hospital y se temía que no saldría con vida.
¿Cómo era su relación con ella?
— Don Lush Gjergji: Muy cordial, amistosa, materna, abierta y sincera. Me llamaba: “mi sacerdote”, después “el cocinero de Dios”… uniéndose a través de mí con la diócesis y el pueblo albanés de su origen. Sufría mucho por la falta de contacto con su madre Drane nat. Bernaj- Bojaxhiu y la hermana Age Bojaxhiu, de las que se separó en septiembre de 1928, en la estación de tren de Zagreb, antes de empezar el viaje en tren hacia Irlanda, Ratferharm. También por la persecución religiosa en Albania… Madre Teresa aceptaba y ofrecía todo al Señor.
¿Qué le impresionaba más en los años que pasó junto a Madre Teresa?
— Don Lush Gjergji: En estos años de conocimiento, amistad y colaboración tuve muchas experiencias bonitas y significativas que no olvidaré nunca. Me impresionaba mucho la profundidad de la fe en la oración, en la adoración y en las celebraciones eucarísticas, particularmente la sencillez, humildad, pero sobre todo la serenidad y la santidad que vivía y expresaba con cada gesto, palabra y paso de la vida y en las actividades diarias.
¿Qué significa para usted que sea canonizada una persona que conoció tan de cerca?
— Don Lush Gjergji: Mi “protagonista”, ya con la beatificación, todavía más con la canonización, es para mí una gratitud y alegría inmensa. A decir verdad, justo después de la muerte, y como decía Madre Teresa, “el regreso a la Casa del Padre”, recé y me encomendé a su intercesión. Ahora nuestra comunicación continúa con la fuerza de la fe y la inspiración del amor. La siento siempre cercana y viva.
Madre Teresa es muy admirada en todo el mundo por su elección por los más pobres. Y usted, ¿qué admiraba más en la futura santa?
— Don Lush Gjergji: Admiraba sobre todo el valor del sufrimiento de los pobres, abandonados, los leprosos, diciendo que la paz llegará al mundo a través de ellos. También la solidaridad, el compartir y la ayuda de los ricos, que expresaba en la función constante de la providencia y en la ayuda para la beneficencia.



El hombre está por encima del trabajo
Posted by Catholic.net on 1 September, 2016



El hombre está por encima del trabajo, salvo que queramos que la persona, centro y fundamento de todo, pase diluido. La Iglesia Católica se suma a reconocer la dignidad y el bienestar de los trabajadores, consciente de que, como nos recuerda el Catecismo (N° 1687), la injusticia con el asalariado es uno de los pecados que claman al cielo.
La doctrina social de la Iglesia es amplia, va a los principios. Y el tiempo ha demostrado que tanto el capitalismo liberal como el socialismo acaban siendo caras de una misma moneda que olvida a la persona para convertirlo en un utensilio más, en un bien de producción, en un número… Los cristianos debemos seguir reclamando y luchando por una economía con “rostro humano”, como afirmaba Juan Pablo II en su encíclica Centesimus Annus.
La Iglesia ante el trabajo
La mayoría de los países latinoamericanos, al igual que los europeos, se ven afligidos por severos problemas económicos que se traducen en pobreza y en pocas esperanzas de mejoría en el futuro próximo. Ante esta realidad, y ante el desafío que presenta la recuperación económica tras la crisis mundial, tanto para países como para familias, juega un papel decisivo la colaboración honesta y comprometida de la empresa y del trabajador.
La empresa es una asociación libre de personas, diseñada por el hombre para satisfacer mejor sus necesidades, dando satisfacción a las de otros. Por tanto, tiene dos fines: servir a los de fuera proporcionándoles bienes y servicios; y, por otro lado, servir a los de dentro, mediante la distribución de utilidades, salarios, prestaciones y otras remuneraciones.
Pero la empresa no debe perder de vista el aspecto humano del trabajo y la dignidad de la persona humana, o sea, del trabajador. Esto es algo que la Iglesia ha defendido siempre, porque el trabajador, al entrar en la empresa, no lo hace como simple administrador de la fuerza de trabajo, sino que entra con su ser completo, alma y cuerpo, con sus angustias e ilusiones, con su bondades y flaquezas. Corresponde a la empresa tratarlo como un ser integral. Por su parte, el trabajador ha de contribuir con todas sus fuerzas no sólo a la productividad excelente de la empresa, sino a hacer de ella una comunidad de hombres en la que se practiquen las virtudes de la solidaridad y de la fraternidad.
Especial responsabilidad tienen los empresarios cristianos. Ellos, ahora más que nunca, están llamados a ser luz para una sociedad que necesita modelos de honestidad. Alentado por la figura de Cristo, -Dios trabajador-, y la doctrina social de la Iglesia, ya en el siglo XIX, el Obispo de Maguncia, monseñor Ketteler afirmó que “la religión también exige que el trabajo humano no sea considerado como una mercancía, ni evaluado puramente según las fluctuaciones de la oferta y la demanda. Es justo reintegrar al trabajo humano y al obrero la dignidad que la Iglesia les reconoce y que los principios de la economía liberal le han arrebatado”.


Empezamos con buen pie
Posted by Redaccion on 1 September, 2016



Septiembre empieza con la novena a la Virgen, para celebrar el día de su nacimiento –su cumpleaños- el 8 de septiembre. Por toda la diócesis son fiestas patronales de María Santísima. Ella nos recoge después de la dispersión del verano para que volvamos a la vida ordinaria de la mano de la Madre. En la ciudad de Córdoba, fiesta de la Virgen de la Fuensanta. En Cabra, la Virgen de la Sierra. La “vuelta al cole” la hacemos de la mano de nuestra buena Madre, y eso es un consuelo para quien se siente buen hijo.
El verano ha sido intenso, no han cesado las actividades, aunque el ritmo ha sido menor de lo ordinario. Hemos vivido con los jóvenes la Jornada Mundial de la Juventud 2016 en Cracovia, convocados por el Papa Francisco y acompañados en todo momento por la intercesión de san Juan Pablo II, presente por todas partes. Una verdadera explosión de alegría juvenil ha invadido las calles de Cracovia, son los jóvenes católicos de nuestros días, representantes de otros muchos millones de jóvenes en el mundo entero, deseosos de construir un mundo nuevo. Jóvenes que se han encontrado con Jesucristo en el camino de sus vidas, que tienen a María Santísima por madre, que han experimentado la Iglesia como una comunidad viva, joven, con futuro, y que responde a sus más hondos interrogantes y necesidades. ¿Quién había dicho que la Iglesia va a menos, o que Jesucristo hoy ya no tiene discípulos? En Cracovia una vez más hemos visto jóvenes entusiasmados, de todas las latitudes del planeta, que transmiten a sus contemporáneos la alegría de la fe. Y la propuesta que les hacía el Papa no era lisonjera, complaciente con sus pasiones, sino exigente, estimulante, como hace Jesús con quien quiere seguirle de cerca. Hemos gozado inmensamente con esta JMJ Cracovia 2016.
Junto a la JMJ Cracovia, multitud de campamentos juveniles desde muchas parroquias de la diócesis. Miles de niños y jóvenes. Va expandiéndose la Escuela de ocio y tiempo libre Gaudium, como un servicio a la evangelización desde el tiempo libre, con monitores titulados y con dinámicas que mueven la convivencia. Sin botellón, ni porros ni preservativos, sin broncas ni altercados, nuestros niños y jóvenes viven días de pasarlo muy bien y van creciendo sanos de cuerpo y alma, aprendiendo a gozar de la naturaleza respetándola y haciendo nuevos amigos. Jesucristo y su Madre Santísima ocupan el centro de estas convivencias. Y qué bien lo pasan.
También los adultos. Encuentro de familias en Fátima, convivencias del Master “Matrimonio y familia”. Curso de TeenStar, y otras tantas iniciativas a nivel parroquial que hacen del verano un momento de descanso y de aprendizaje, al tiempo que de convivencia a muchos niveles. El Albergue diocesano de Villanueva de Córdoba se ha estrenado con éxito para los que han pasado por allí estos meses.
Damos gracias a Dios por este verano pasado. Hemos tenido tiempo para el descanso, para la oración más abundante, para la lectura y la reflexión, para el encuentro con los amigos, para programar el curso siguiente, lleno de proyectos. Volvemos con nuevos ánimos al curso que comienza. Un curso de la mano de María Santísima, en pleno centenario de las apariciones de Fátima. Un curso para preparar a fondo el Encuentro Diocesano de Laicos del año que viene, con los retos del presente y las propuestas de futuro. Una nueva etapa para seguir creciendo en el discipulado y en la misión evangelizadora de la Iglesia. En la recta final del Año de la misericordia, que se clausura a finales de noviembre, peregrinación a Roma en octubre para alcanzar las gracias del Jubileo, peregrinación a Tierra Santa en noviembre para encontrarse con Jesús en sus lugares propios, el “quinto Evangelio”.
Qué bonito empezar el año de la mano de la Madre. Estamos todos invitados a participar en los cultos de estos días primeros de septiembre para honrar a María Santísima en su natividad. “Como un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo”, nos dice el Señor (Is 66,13). Que así sea.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio, obispo


San Antolín – 2 de septiembre
Posted by Isabel Orellana Vilches on 1 September, 2016



(ZENIT – Madrid).- En esta fecha, junto a otros santos y beatos, la Iglesia conmemora la vida martirial de un nutrido grupo de monjes benedictinos que fueron martirizados a manos de partidarios de la Revolución francesa el 2 de septiembre de 1792 en el Carmelo de París donde los confinaron. A la cabeza se hallaba su abad Ambroise-Augustin Cheuvreux, el último que tuvo la congregación benedictina de San Mauro. Ese día ajusticiaron a miembros de otras órdenes, así como a prelados y sacerdotes.
Respecto a san Antolín, que también se celebra en el día de hoy, no existe unanimidad en las fuentes acerca de su vida debido a la ausencia de datos fidedignos que corroboren su origen con rigurosa certeza. De ahí que esta biografía se encabece escuetamente con su nombre sin añadir pertenencia a ciudad alguna. Una de las tesis que se barajan lo sitúa en Apamea, Siria, donde habría nacido a principios del siglo IV. Otra lo identifica como ciudadano francés, venido al mundo en Narbona a mediados del siglo III. Una tercera, por mencionar las más significativas, haciéndose eco de su martirio lo encuadra en los siglos V-VI. Más coincidencia hay en considerarlo mártir y patrón de Palencia y de otras localidades hispano-francesas. Sus restos estarían repartidos entre Palencia, en cuya catedral visigótica se alberga la cripta de san Antolín, y Pamiers, aunque este último extremo tampoco es seguro.
En esta discusión han intervenido estudiosos entre los que se hallan canónigos y bolandistas. Y el hecho de que todavía se esté investigando su procedencia deja en la lógica penumbra aspectos concretos de su acontecer. Desde luego en Palencia, España, se venera al santo desde la época del rey Sancho III el Mayor. El artífice de la presencia de los restos incompletos que se custodian en la mencionada cripta de la catedral palentina podría haber sido sido el rey Wamba, quien los recogió en Narbona el año 672. Pero es otro extremo impreciso. Los miembros de la catedral intentaron dar luz al asunto viajando a Pamiers para identificar las restantes reliquias, puesto que el cuerpo, como solía hacerse en la época, lo habían desmembrado. Pero los intentos fueron infructuosos; al parecer los calvinistas las hicieron desaparecer.
Siguiendo el cruce de datos, este Antolín pudo pertenecer a la familia del rey visigodo Teodorico. En un momento dado, y una vez convertido al cristianismo, partiría a Italia, siendo ordenado sacerdote en Palermo. Dedicado durante casi dos décadas a sembrar la fe, predicó por Italia y luego regresó a Francia. Allí dio a conocer el evangelio en Rouergue y fruto de su acción apostólica convirtió a muchos, entre otros al noble Festus. Su siguiente etapa como apóstol fue Toulouse, feudo de Teodorico. Fue este monarca quien detuvo a su pariente Antolín, y le sometió a un severo castigo privándole de agua y alimentos durante varios días al saber que había apostatado del arrianismo para hacerse cristiano. Allí el santo pudo tomar contacto con Juan y Almaquio, que serían discípulos suyos, y a los que también se da culto en la catedral de Palencia. Después de renunciar a la sede que presidió san Saturnino y de hacer frente a una infame acusación que apuntaba a una ilícita relación con la reina, fue prendido. Sobrevivió a la tortura encaminada a darle muerte, y viajó a Pamiers donde predicó al lado de Almaquio. Su morada sería una ermita conocida como «Fuente de Oriente». Entre tanto, murió Teodorico y su sucesor, Galacio, que heredó la saña de su predecesor contra los cristianos, al salir de caza junto a sus acompañantes, descubrió a estos dos apóstoles y dio la orden de que los prendieran. Ellos y otros convertidos a la fe fueron decapitados en el siglo VI, hacia el año 506, y sus restos los arrojaron al río.
Respecto a las circunstancias que concurrieron tras su muerte, prosiguen las disparidades. Algunos afirman que fue enterrado en el lugar donde derramó su sangre y en su momento se erigió una abadía. Dejando espacio a la imaginación, otras leyendas destacan la presencia de ángeles que recogerían los miembros del santo, restos que se ocuparon de colocar en una barca al frente de la cual irían dos águilas blancas que condujeron la embarcación por varios ríos hasta llegar a Saint-Antonin Noble-Val. Festus sería el encargado de introducir las reliquias en una urna y pasado el tiempo se construyó allí una abadía.
Para finalizar aquí las teorías que han circulado, se recuerda otra tradición anexa a la veneración que recibe el santo en Palencia. En ella se apunta a la presencia del rey Sancho de Navarra, que muchos años después de la eventual conducción de los restos de Antolín en el entorno de la capital, yendo de caza, acertó a pasar por el lugar donde se cree que fueron depositados. El hecho es que la pieza que quería cobrarse escapó y buscó refugio en la cueva, que es la cripta en la que aquéllos hallarían reposo. Al intentar matar al animal, el monarca sintió que el brazo se le paralizaba. Su interpretación del hecho fue que se encontraba en un lugar santo. Prometió erigir un templo si sanaba y repentinamente recuperó la movilidad. Ello explica que la catedral palentina esté bajo la advocación de san Antolín. Por otra parte, en atención a este hecho cinegético a san Antolín se le considera patrón de los cazadores españoles.