Servicio diario - 23 de septiembre de 2016


 

La Santa Sede adhiere a la Convención ONU contra la corrupción
Posted by Sergio Mora on 23 September, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La Santa Sede adhirió a la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción, adoptado por la Asamblea General de la ONU el 31 de octubre de 2003, dando así un paso más en la línea de la transparencia querida por el actual pontífice Francisco, siguiendo la línea emprendida por Benedicto XVI.
La Convención tiene por objeto ayudar en la lucha contra la corrupción, se aplica a la prevención, la investigación y el enjuiciamiento de la corrupción, al embargo preventivo, la incautación, el decomiso y la restitución del producto de delitos. Establece además, normas para prevenir y combatir el blanqueo de capitales así como normas sobre la rendición de cuentas del sector privado, la transparencia y la igualdad de acceso de los candidatos a los contratos públicos de obras, de suministro y de servicios.
El documento de adhesión fue depositado por el secretario de estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, el 19 de septiembre pasado en la Oficina de las Naciones Unidas en Nueva York.
La Santa Sede expresó así su consenso a sentirse obligado por este tratado, también en nombre y por cuenta del Estado de la Ciudad del Vaticano. Entretanto ha formulado dos reservas y tres declaraciones interpretativas, que son parte integrante del instrumento de adhesión.
La misma entrará en vigor para la Santa Sede y para el Estado de la Ciudad del Vaticano el próximo 19 de octubre.


Francisco a la diócesis de Quilmes: ‘Ayuden a Jesús que pasa, en el hermano necesitado’
Posted by Redaccion on 23 September, 2016



(ZENIT – Roma).- El papa Francisco expresó su cercanía y bendición a la diócesis de Quilmes, en Argentina, con motivo de los 40 años de su creación y de la ordenación episcopal de su primer obispo, monseñor Jorge Novak.
Lo indicó la web de la diócesis ubicada en el Gran Buenos Aires, a unos 20 kilómetros al sur de la Ciudad de Buenos Aires, con unos 260 mil habitantes, la cual publicó el texto de la carta que el Santo Padre envió a su obispo Carlos José Tissera.
En la misma el Papa anima a los fieles de dicha comunidad a “permanecer alerta ante el Señor que pasa y se hace cercano, para poder socorrerlo y ayudarle con el hermano oprimido, explotado, descantado, enfermo o que sufre cualquier otra necesidad”.
A continuación el texto de la carta.
“Querido hermano:
Con motivo de los 40 años de la Diócesis de Quilmes, te hago llegar un cordial saludo y, a través tuyo, a todo el pueblo santo de Dios que tienes bajo tu cuidado.
Sé que se han preparado con entusiasmo para este aniversario, y me uno a ustedes en acción de gracias a Dios por los bienes recibidos de su divina bondad. Él ha permanecido fiel, dándole pastores, desde el primer Obispo, Mons. Jorge Novak, S.V.D., hasta el día de hoy; muchos sacerdotes y consagrados han dado su vida para hacer presente a Cristo en medio de ustedes. Esto me llena de gozo.
Una comunidad cristiana que está viva cada día se sorprende del amor misericordioso de Dios y es capaz de reconocerlo y salir a su encuentro. Los animo a permanecer alerta ante el Señor que pasa y se hace cercano, para poder socorrerlo y ayudarle con el hermano oprimido, explotado, descantado, enfermo o que sufre cualquier otra necesidad. Él a su vez los llenará de esa fuerza y alegría interior capaz de regenerar y crear unidad.
A todos los que toman parte de este aniversario diocesano, les imparto mi bendición que hago extensiva a vuestras familias y demás seres queridos. Por favor, no se olviden de rezar y hacer rezar por mí.
Que Jesús los bendiga y la Virgen de Luján los cuide”.


Vaticano: la Consulta Médica que examina los milagros actualiza su reglamento
Posted by Redaccion on 23 September, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Un caso de milagro examinado tres veces por el Consejo Médico de la Congregación para la Causa de los Santos, con con resultado suspendido o negativo no podrá ser nuevamente presentado.
Esta es una de las nuevas normas del reglamento de la Consulta Médica, firmado por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y por el arzobispo Marcello Bertolucci, Secretario del mismo dicasterio.
La experiencia de los últimos años de la Congregación para las Causas de los Santos había evidenciado la necesidad de actualizar el Reglamento de la Consulta Médica y con ese fin se han redactado una serie de normas.
“La finalidad del Reglamento –señala el cardenal Amato– no puede ser otra que el bien de las Causas que no pueden prescindir nunca de la verdad histórica y científica de los milagros afirmados”.
“Así como es necesario –prosigue el purpurado– que las pruebas jurídicas sean completas, convergentes y fiables, del mismo modo lo es que su estudio se lleve a cabo con serenidad, objetividad y competencia segura por parte de los peritos médicos altamente especializados”.
El estudio del milagro que servirá a definir si un venerable puede ser nombrad beato, o un beato declarado santo, posteriormente pasa a un nivel distinto, al “Congreso de los consultores teológicos y a la Sesión de los cardenales y obispos”. Y de allí a la “aprobación determinante del Santo Padre que tiene la competencia exclusiva de reconocer un evento extraordinario como verdadero milagro”.
“Este Reglamento atañe, obviamente, solamente al buen funcionamiento de la Consulta Médica, cuya tarea se presenta cada vez más delicada, laboriosa y, gracias a Dios, apreciada dentro y fuera de la Iglesia”, indica el cardenal.
En una breve introducción del documento, se explica que el milagro requerido para la beatificación de los venerables siervos de Dios y para la canonización de los beatos ha sido siempre examinado con el rigor más absoluto. Ya en la época medieval se recurría a los peritos médicos para los cuales, el 17 de septiembre de 1743, se creó un Colegio específico por parte de Benedicto XIV.
En época más reciente Pío XII instituyó en la Congregación de los Sagrados Ritos, el 20 de octubre de 1948, una Comisión de Médicos y en 1948 un Consejo Médico especial. Juan XXIII, el 10 de julio de 1959, unificó estos dos organismos en una Consulta Médica y aprobó su Reglamento.


México: secuestran a otro sacerdote
Posted by Redaccion on 23 September, 2016



(ZENIT – Roma).- El arzobispo de Morelia, el cardenal Alberto Suárez Inda, denunció ayer jueves el secuestro del sacerdote José Alfredo López Guillén, de la comunidad de Janamuato, en el municipio de Puruándiro, en el estado mexicano de Michoacán.
En un video publicado en la web de la archidiócesis de Morelia, el cardenal Suárez señala que después del luto por el asesinato de dos sacerdotes en Papanta, “ahora sufrimos en carne propia la angustia por la desaparición y el secuestro de uno de nuestros sacerdotes”.
“Pedimos a Dios –dice el cardenal en el video– que respeten su integridad, su vida y que pueda volver pronto al ejercicio de su ministerio”.
“Nuestra comunidad sufre la muerte, la angustia de cualquiera de nuestros fieles, en este caso se trata de un hombre bueno, dedicado a hacer el bien, pacífico, por lo cual no se justifica de ninguna manera esta barbaridad”, añadió el purpurado.
A continuación informó que el padre José López, de cuya casa han robado muchas cosas, fue secuestrado el pasado lunes 19 de septiembre, el mismo día en que fueron encontrados en Veracruz los cuerpos de los otros dos sacerdotes asesinados.
La Conferencia Episcopal Mexicana se ha unido al pedido del cardenal Suárez, y ha pedido oraciones a la comunidad católica.


Argentina: obispos lamentan allanamiento a convento de religiosas de clausura
Posted by Redaccion on 23 September, 2016



(ZENIT – Roma).- Autoridades judiciales y policías de la provincia argentina de Entre Ríos allanaron en la madrugada del 25 de agosto pasado en la ciudad de Nogoyá, el convento de las Hermanas Carmelitas Descalzas, tras la publicación de una investigación periodística que supone supuestas torturas y privación ilegítima de la libertad, así como el uso de cilicios, según declaraciones de ex-religiosas y familiares.
La Conferencia Episcopal Argentina emitió ayer jueves 22 de septiembre, un comunicado en el que cuestionan el modo de proceder de las autoridades. Los obispos afirman que “si efectivamente se hubieran cometidos delitos, la Iglesia es la primera interesada en que se haga justicia”.
Señalan además su “estima, valoración y agradecimiento” hacia la vocación religiosa contemplativa, y concluyen deseando que la justicia “se expida con prontitud, y que lo haga en base a elementos objetivos y respetando en toda su amplitud la legislación vigente y la libertad religiosa de las personas y de la Iglesia misma”.
Texto completo del comunicado:
En relación a lo acontecido en el Monasterio de Nogoyá
En las últimas semanas han circulado noticias y comentarios respecto de la investigación penal que involucra al monasterio de monjas carmelitas de la ciudad de Nogoyá (Entre Ríos). Consideramos oportuno decir una palabra al respecto.
En primer lugar, queremos dejar en claro que la Iglesia Católica no busca ningún privilegio frente a la legítima acción del Estado en la investigación y sanción de los delitos que puedan cometerse en cualquier ámbito. Si efectivamente se hubieran cometidos delitos, la Iglesia es la primera interesada en que se haga justicia.
Pero en este caso concreto llamó la atención el modo de proceder de las autoridades intervinientes. No había ni hay ningún motivo para presumir que un monasterio conocido y de extendida presencia necesitara ser allanado de ese modo. Esa forma de actuar, que sería igualmente poco adecuada en una casa de familia, ofende especialmente a la consideración que merece una casa de oración legítimamente constituida, y al sentimiento religioso de la comunidad católica.
La forma de vida de las monjas contemplativas, que se dedican a la oración y el trabajo silencioso, puede ser difícil de comprender en nuestro tiempo. Queremos reafirmar la especial estima, valoración y agradecimiento que los obispos y el Pueblo de Dios tenemos hacia la vida religiosa contemplativa. Se trata de un testimonio luminoso que nos ayuda a descubrir la presencia de Dios. Los monasterios son lugares de oración y de paz, que hacen mucho bien a la Iglesia y a la misma sociedad.
Esperamos que la Justicia se expida con prontitud, que lo haga en base a elementos objetivos y respetando en toda su amplitud la legislación vigente y la libertad religiosa de las personas y de la Iglesia misma. Acompañamos al obispo del lugar y exhortamos a los fieles a unirse en oración por todos quienes ejercen un grado de autoridad en este caso, para que lo hagan con los necesarios recaudos jurídicos que requiere un hecho que presenta instancias canónicas que deben ser tenidas en cuenta.


El obispo Pizzaballa regresa a Jerusalén
Posted by Redaccion on 23 September, 2016



(ZENIT – Roma).- Mons. Pierbattista Pizzaballa, ex custodio de Tierra Santa ha regresado el miércoles 21 a Jerusalén, como administrador apostólico de la diócesis.
Gran cantidad de personas le esperaban delante de la Puerta de Jafa, con la intención de poder saludarlo así como la delegación de los frailes franciscanos, encabezada por el custodio fray Francesco Patton; el vicario custodial, fray Dobromir Jasztal; el visitador apostólico, fray Jakab Várnai y los miembros del Discretorio de la Custodia, que le acompañaron con el canto Lauda Jerusalem, entonado por todos los seminaristas de Tierra Santa.
También estaba allí el cardenal O’Brien, gran maestre de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro, quien llegó a Jerusalén desde Roma para esta ocasión.
En el templo, donde los aplausos que se mezclaban con el canto del Te Deum, estaban presentes los representantes de las 13 Iglesias de Jerusalén, así como las autoridades civiles palestinas e israelíes y los cónsules generales de las Naciones latinas.
Tras el canto de las Vísperas, Mons. Pizzaballa señaló: “Quisiera que de Jerusalén brotara… para nosotros y para toda la Iglesia, con la posibilidad de encontrarnos y recibirnos unos a otros, construyendo caminos y puentes, y no muros” dijo.
Añadió que justamente “en este contexto difícil, que no nos permite hacernos ilusiones, estamos llamados a ser Iglesia. Debemos partir de la toma de conciencia de la presencia de Cristo entre nosotros. Esta toma de conciencia debe estar en el origen de nuestras decisiones y nuestros proyectos”. Y Concluyó pidiendo a todos que le ayuden en este servicio.


Compartir, no dar migajas
Posted by Enrique Díaz Díaz on 23 September, 2016



XXVI Domingo Ordinario – Amós 6, 1, 4-7: “Ustedes, los que llevan una vida disoluta, irán al destierro”.
Salmo 145: “Alabemos al Señor, que viene a salvarnos”.
I Timoteo 6, 11-16: “Cumple todo lo mandado hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo”
San Lucas 16, 19-31: “Recibiste bienes en tu vida y Lázaro males; ahora él goza de consuelo, mientras tú sufres tormentos”.
Hay muchos sitios en el mundo donde se evidencia el desequilibrio y la desigualdad en la distribución de las riquezas, pero en pocos lugares duele tanto como en Chiapas rodeado de esplendorosa belleza, inmensas posibilidades de desarrollo, una naturaleza exuberante… pero también una pobreza que clama, que hiere y que no puede ser ignorada… Y sin embargo lo es. Los porcentajes alarmantes que manifiestan cómo la riqueza se amontona en unas pocas manos, mientras inmensas multitudes quedan sumidas en la miseria, se concretizan en rostros, enfermedades, ausencia de todo bien y en un sinnúmero de carencias. La mesa del rico se llena de manjares y de lujos hasta el exceso, mientras el pobre Lázaro no recibe ni siquiera las migajas que pudieran sobrar.
La parábola del rico y del pobre Lázaro se sitúa en la misma trayectoria que la del Buen Samaritano o la del Padre Misericordioso pero como una tela de contrastes respecto a los cuadros precedentes. El Evangelio nos obliga a mirar a todos estos hermanos y hermanas que viven en la extrema pobreza. Viven en el anonimato, quedan excluidos de la sociedad, no son tomados en cuenta, sino sólo en momentos de elecciones o cuando necesitan apoyo los grupos políticos. Están fuera de la sociedad… Mientras la mesa del rico cada día es más grande, tiene más manjares, más sofisticados, tiene menos comensales. En cambio la cantidad ingente de Lázaros tirados a la puerta del nuevo sistema es cada día más grande. El Papa Francisco en “La Alegría del Evangelio”, nos exige reconocer que este gran abismo que se va creando entre pobres y ricos, ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y opresión, sino de algo nuevo: la exclusión total. Con ella queda afectada la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está abajo, en la periferia o sin poder, sino que se está afuera. Los excluidos no son solamente “explotados” sino “sobrantes” y “desechables”.
La sociedad conducida por una tendencia que privilegia el lucro y estimula la competencia, sigue una dinámica de concentración de poder y de riquezas en manos de pocos, no sólo de los recursos físicos y monetarios, sino sobre todo de la información, del poder y de los recursos humanos, lo que produce la exclusión de todos aquellos no suficientemente capacitados e informados, aumentando las desigualdades que marcan tristemente nuestro continente y que mantienen en la pobreza a una multitud de personas. La pobreza es hoy carencia de alimentos, de bienes indispensables, de conocimiento y de acceso a nuevas tecnologías. La pobreza hoy es exclusión, olvido y marginación.
Alguien nos podría decir que en la Biblia aparece muchas veces la riqueza unida a una vida recta, pero esta parábola viene a romper esa concepción y nos obliga a reconocer que a los ojos de Dios es injusto un desorden donde los ricos siempre serán más ricos y los pobres siempre más pobres. No es una consolación alienante ni el opio que adormece o pone tranquilos a los pobres. Leerla así, sería hacer una caricatura del Evangelio. La Palabra es una denuncia del orden injusto y la revelación de las causas profundas de la injusticia. Y las verdaderas causas van a la concepción misma del hombre y de “sus hermanos”. Si no se piensa en hermanos, no se puede compartir la mesa. Sólo una mesa compartida es señal de hermandad. No se trata de dar migajas, ni acallar la conciencia dando desperdicios. No se trata de dar la vuelta al orden actual solamente para que los pobres aparezcan como nuevos “patrones” que opriman a otros pobres, sus hermanos. Se trata de crear un nuevo orden, un nuevo sistema, donde todos seamos hermanos. Por eso, frente a esta inhumana globalización, sentimos un fuerte llamado para promover una globalización diferente, que esté marcada por la solidaridad, por la justicia y por el respeto a los derechos humanos-
La denuncia de Amós que presenta a ricos embriagados cantando al son del arpa pero sentados sobre la injusticia, ya daba un esbozo de lo que ahora denuncia Jesús. Su ejemplo nos presenta una dinámica de transformación y de cambio en la que no valen las justificaciones para continuar en un mundo de injusticia. “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto”. Hay quienes cierran los ojos y ponen cortinas para no ver la realidad. O se escudan en que no pueden ellos cambiar el sistema mundial. Pero la transformación mundial pasa por las pequeñas acciones que hacemos cada uno de nosotros. Si nosotros no cambiamos el corazón, nunca podrá cambiar el mundo. No nos hagamos los desentendidos, donde quiera que haya injusticia, tenemos una grave responsabilidad por nuestra indiferencia o apatía.
Las organizaciones mundiales buscan dar paliativos y proponen medidas para lograr la llamada “Hambre cero”, combatir el problema de las drogas, incrementar la alfabetización, cuidar la naturaleza y eliminar la pobreza, pero sin cambiar su estilo de vida. Pretenden más sus propios intereses. Para alcanzar esos objetivos y reducir así la desigualdad entre quienes lo tienen todo y quienes carecen de bienes básicos como la educación, la salud y la vivienda, es fundamental la transparencia y honradez en la gestión pública que, frente a cualquier forma de corrupción, favorezcan la credibilidad de las autoridades ante los ciudadanos y sean determinantes para un justo desarrollo. Sólo con un corazón de hermanos podremos logar una mesa para todos, una mesa de fraternidad.
Nadie puede desconocer al hermano que clama de hambre y de dolor. No podemos vivir en la indiferencia argumentando que nuestra mesa también tiene carencias. Desconocer al hermano necesitado es desconocer a Jesús. Dar migajas es ofender la dignidad. Compartir nuestro alimento y nuestra vida es construir su Reino de justicia y de verdad.
Dios nuestro, que has creado un mundo maravilloso y haces salir tu sol sobre todos los humanos, concédenos un corazón generoso para compartir la mesa, y ayúdanos para que no desfallezcamos en la lucha por construir tu Reino. Amén.


Beata Columba Gabriel – 24 de septiembre
Posted by Isabel Orellana Vilches on 23 September, 2016





(ZENIT – Madrid).- Hoy festividad de la Virgen de la Merced, la Iglesia también celebra la vida de esta beata. Se llamaba Juana Matylda Gabriel y era polaca. Nació el 3 de mayo de 1858 en Stanisławów (actualmente pertenece a Ucrania, pero entonces se hallaba bajo el dominio austriaco). Era la primogénita de los dos vástagos nacidos en el seno de una noble familia. Su ilustre procedencia y buenos recursos económicos le permitieron gozar de una esmerada educación, que recibió primeramente en su palacio, completándola en el centro de su localidad natal y en la escuela regida por las benedictinas de Lviv. Fue una etapa que le proporcionó gran riqueza espiritual y cultural. A las disciplinas ordinarias añadieron pintura, música y danza, lo cual acrecentó su sensibilidad natural hacia el arte y todo lo bello. El futuro era más que prometedor, pero su convivencia con las religiosas le instó a unirse a ellas como novicia en 1874, antes de culminar sus estudios. Allí tomó el nombre de Columba.
Dos años más tarde obtuvo el título de maestra con toda brillantez, y en 1879 el de profesora de educación secundaria. Acreditada como docente comenzó a dar clases mientras iba fortaleciéndose su vocación. Emitió la profesión perpetua en 1882. En 1889 esta ejemplar religiosa que hacía de la virtud el emblema de su quehacer, competente y gran profesional, fue nombrada priora de la comunidad por la abadesa Alessandra Hatal. Y en 1894 viendo su trayectoria espiritual que enmarcaba una vida de intensa oración, cuyos frutos eran más que visibles en su caridad, prudencia, discreción, sabiduría…, a los que se añadían sus cualidades organizativas y espíritu de iniciativa, la designaron maestra de novicias. Tres años más tarde, tras el fallecimiento de la abadesa Madre Hatal, le sucedió en esta alta misión.
Se distinguió por su fidelidad al cumplimiento de la regla. Y ese carácter observante fue instrumento de discordia para las religiosas que no lo eran, como suele suceder en toda rencilla y envidia en las que el rigor evangélico brilla por su ausencia. El dardo envenenado de las injurias sembró su gobierno de dudas, y fue obligada a dimitir de su cargo. Las presiones, lejos de amainar, arreciaron. Llevada de su ardiente caridad con los necesitados, acogió bajo su amparo a una joven huérfana de 12 años que no tenía a nadie, a la que se ocupó de proporcionarle una buena educación. Creyó firmemente en ella, considerando que podía tener buen fondo, pero se equivocó. Hundida en la increencia, la adolescente atacó con fiereza a su bienhechora. Juana siguió intentando que volviese los ojos a Dios, pero la muchacha se enfrentó a todo volcando su ingratitud en el monasterio. La suma de contratiempos y la fuerte oposición de la comunidad obligó a la beata a salir de la misma el 24 de enero de 1900.
Pero Dios Padre nunca abandona a sus hijos, y al final, la verdad, esa verdad que está clavada en la cruz, muestra su faz. La de Juana, como la de todos los elegidos, cabalgaba a lomos de esas celestes previsiones que Dios concibió para ella desde toda la eternidad. Las pruebas que le asaltaron no eran más que destellos del designio divino que acrisolaron su fe, disponiéndola para el destino al que iba siendo conducida. Primero buscó refugio en Roma donde llegó con el peso de su amargura, pero también esperanzada. La acogió la beata María Franziska Siedliska en su obra, la Sagrada Familia de Nazaret. Después, y aunque hubiera deseado volver con su anterior comunidad, por sugerencia del arzobispo de Lviv se trasladó al monasterio benedictino del Subiaco donde permaneció hasta 1902. De nuevo en Roma ejerció su labor apostólica a través de la educación que proporcionaba a la mujer.
Ese espíritu de desprendimiento, su amor a la pobreza, que le llevaba a identificarse con las personas desamparadas y sin recursos, tuvo nuevo cauce en esta etapa de su vida. En la parroquia de Testaccio y Prati los niños y los necesitados fueron los destinatarios de su encomiable labor social. Creó la «Casa de la Familia» que brindaba protección, alojamiento, formación cristiana y asistencia a las jóvenes trabajadoras carentes de medios económicos y alejadas de la familia. Para ello contó con la ayuda de un grupo de nobles mujeres que tenían al frente a la princesa Barberini. La respaldaron en su labor el beato dominico Jacinto Cormier, quien le presentó al cardenal vicario de Roma, Pietro Respighi, y el misionero del Sagrado Corazón, Vincenzo Ceresi. Ambos vieron en sus acciones nueva vía apostólica.
Ayudada por Ceresi abrió una casa en Roma para jóvenes obreras pobres. Simultáneamente, aglutinó en torno a sí muchachas dispuestas a involucrarse en esta misión, lo que dio lugar a la fundación de las Hermanas Benedictinas de la Caridad en 1908. El carisma de asistencia a las mujeres abandonadas lo extendieron después a las parroquias ampliando su radio de acción con niños y ancianos. Indicó a sus hijas que siempre hicieran la voluntad de Dios «con fervor y amor», recordándoles que había llegado a Roma para ejercer la caridad. Murió el 24 de septiembre de 1926 en Centocelle, una zona marginal de Roma. Después de su deceso, le sucedió en la misión la cofundadora de la Orden, Plácida Oldoini. Juana fue beatificada por Juan Pablo II el 16 de mayo de 1993.