Servicio diario - 27 de septiembre de 2016


 

El Papa en Santa Marta: Una pastilla para dormir no ayuda en la desolación espiritual
Posted by Redaccion on 27 September, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha reflexionado sobre la “desolación espiritual” en la homilía de este martes en la misa celebrada en Santa Marta, centrándose en la figura de Job. De este modo, el Santo Padre ha subrayado la importancia del silencio y de la oración para vencer los momentos de oscuridad. Además, en la ocasión de la memoria de San Vicente de Paul, Francisco ha ofrecido la misa por las hermanas vicentinas, las Hijas de la Caridad, que prestan servicio en Santa Marta.
“Job tenía problemas: había perdido todo”. Así, el Santo Padre ha desarrollado su homilía en relación con la Primera Lectura del día, que muestra a Job despojado de todo, incluso de sus hijos. Si siente perdido pero no maldice al Señor.
Tal y como ha precisado Francisco, Job vive una “desolación espiritual” y se desahoga delante de Dios. Es el deshago de un “hijo delante del padre”. Así lo hace también el profeta Jeremías que se deshaga con el Señor, pero nunca blasfeman.
En esta línea, el Pontífice ha explicado que “la desolación espiritual es algo que sucede a todos” y lo ha definido como “un estado del alma oscuro, sin esperanza, sospechoso, sin ganas de vivir, sin ver el final del túnel, con muchas agitaciones en el corazón y también en las ideas”. La desolación espiritual –ha añadido– nos hace sentir como si nosotros tuviéramos el alma aplastada: no logra, no logra, y también quiere vivir: ¡Mejor es la muerte! El Papa ha explicado que este es el desahogo de Job: “mejor morir que vivir así”. De este modo, el consejo que da Francisco es “entender cuándo nuestro espíritu está en este estado de tristeza ampliada, que casi no hay aliento”. Entender –ha añadido– qué sucede en nuestro corazón. Y esta es la pregunta que “tenemos que hacernos”: qué hay que hacer cuando vivimos estos momentos oscuros, por una tragedia familiar, una enfermedad, algo que me desanima.
Al respecto, el Santo Padre ha observado que algunos piensan en “tomar una pastilla para dormir” y alejarse “de los hechos”, o “tomar dos, tres, cuatros vasos”. Esto –ha advertido– no ayuda.
Y así ha explicado que la liturgia de hoy “nos hace ver qué hacer con esta desolación espiritual, cuando estamos tibios, desanimados, sin esperanza”. Es necesario rezar –ha dicho el Papa– rezar fuerte, como ha dicho Job: gritar día y noche hasta que Dios tienda su oído.
“Es una oración de llamar a la puerta, pero con fuerza”, ha exclamado. También ha precisado que el libro de Job habla del silencio de los amigos. Delante de una persona que sufre, ha subrayado el Papa, “las palabras pueden hacer daño”. Lo que cuenta es estar cerca, hacer sentir la cercanía, “pero no hacer discursos”.
Al respecto, Francisco ha indicado que “cuando una persona sufre, cuando una persona está en la desolación espiritual, se debe hablar lo menos posible y se debe ayudar con el silencio, la cercanía, las caricias, su oración delante del Padre”.
Primero, “en reconocer en nosotros los momentos de desolación espiritual, cuando estamos en la oscuridad, sin esperanza, y preguntarnos por qué”. Segundo, “en rezar al Señor como hoy la liturgia con este Salmo 87 nos enseña a rezar, en el momento de la oscuridad”. Y tercero “cuando yo me acerco a una persona que sufre, sea por enfermedad, de cualquier sufrimiento, pero que está precisamente en la desolación, silencio; pero silencio con mucho amor, cercanía, caricias. Y no hacer discursos que al final no ayudan y, también hacen daño”.
Para concluir la homilía, el Santo Padre ha invitado a rezar al Señor para que no dé tres gracias: la gracia de reconocer la desolación espiritual, la gracia de rezar cuando estemos sometidos a este estado de desolación espiritual y la gracia de saber acompañar a las personas que sufren momentos feos de tristeza y de desolación espiritual.
Texto de Radio Vaticano adaptado y traducido por ZENIT


El Papa: “No se puede entender el cristianismo sin sus raíces judías”
Posted by Redaccion on 27 September, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El diálogo y la amistad entre judíos y católicos, y entre estos y los musulmanes, la acogida de los inmigrantes a pesar de los temores unidos al fundamentalismo terrorista y la memoria de la Shoah. Estos han sido los principales temas afrontados por el papa Francisco –indica una nota del Osservatore Romano– durante el diálogo con los miembros del Consejo judío mundial, reunidos en la tarde del 26 de septiembre en Santa Marta.
Siete intervenciones –una introducción y seis preguntas en varias lenguas– han guiado la conversación, en la que el Pontífice ha participado respondiendo en italiano.
El Santo Padre agradeció “esta visita tan amistosa” y el “esfuerzo de acercarse, porque la cercanía es una bendición de Dios”. Sin embargo –añadió– cuando nos alejamos vienen las cosas feas, las antipatías, las guerras. Y nuestra cercanía no es solamente física, de buena educación.
Asimismo, Francisco subrayó que “no se puede entender el cristianismo sin sus raíces judías. Y por eso un cristiano no puede ser antisemita”. El diálogo entre católicos y judíos –precisó– es un caminar juntos, acercarse el uno al otro, conocerse mejor, dialogar, hacer amistad e ir adelante.
Abordando la relación con los musulmanes, el Santo Padre respondió que en la base de la propio experiencia personal ayudan mucho en este proceso “la cercanía y la mansedumbre. No tener miedo de hablar”.
En esta línea observó que “el fundamentalismo es el enemigo del diálogo”. Y con los que no son fundamentalistas es necesario “hablar como hermanos”.



“El Santo Padre ha seguido con gran atención la búsqueda de concordia en Colombia”
Posted by Rocío Lancho García on 27 September, 2016



(ZENIT – Roma).- El papa Francisco ha enviado su cercanía “al querido pueblo colombiano” en un día tan importante como la firma del Acuerdo Final entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, y lo ha hecho a través del secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, presente en Cartagena para el acto. Y es que este lunes, 26 de septiembre de 2016, pasará a la historia como el día que el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC firmaron la paz después de 52 años de conflicto armado. Un conflicto que ha dejado 260 mil muertos, 45 mil personas desaparecidas y 7 millones de desplazados.
En la Liturgia de la Palabra celebrada con dicha ocasión en la iglesia San Pedro Claver, el purpurado indicó que el “el Santo Padre ha seguido con gran atención los esfuerzos de estos últimos años, en la búsqueda de la concordia y de la reconciliación”. Todos los presentes asistieron a la celebración vestidos de blanco, incluidos el presidente Juan Manuel Santos y su esposa y los presidentes y los secretarios de los organismos unilaterales invitados al acto protocolario de la firma del acuerdo. El acuerdo es el fruto de cuatro años de intensas negociaciones en La Habana al que aún le falta el beneplácito de los colombianos.
El secretario de Estado, recordó que el Santo Padre ha animado varias veces estos esfuerzos, “sin tomar parte en las soluciones concretas que han sido negociadas”, y sobre las cuales “decidirán, de manera libre, informada y en conciencia, los propios ciudadanos”. El Papa –añadió– siempre ha animado al respeto de los derechos humanos y de los valores cristianos que se hallan en el centro de la cultura colombiana.
Por otro lado, el cardenal Parolin observó que estamos “al final de una negociación”, pero también “al inicio de un proceso, todavía abierto, de cambio, que requiere el aporte y el respeto de todos los colombianos”.
Asimismo, precisó que Jesús “nos espera para liberarnos de las cadenas de la esclavitud. La propia y la que nos ocasionan otros”. Está ansioso –subrayó– por abrazarnos, por curar nuestras llagas, por enjugar nuestras lágrimas, por darnos de comer y de beber agua y pan de vida, por mirarnos con amor en lo profundo del alma, por llevarnos entre sus brazos a puerto seguro.
El cardenal Parolin indicó que “el sufrimiento de las víctimas, ofrecido a los pies de la Cruz, se convierte en cuenco para recibir su misericordia”. Y también reconoció que es “desde el encuentro” que Colombia debe “aliviar el dolor de tantos de sus habitantes humillados y oprimidos por la violencia”, “detener el odio y cambiar el rumbo de su historia, para construir un futuro mejor dentro de unas instituciones justas y sólidas”.
En esta misma línea, indició que la paz que anhela Colombia “va más allá de la también necesaria consecución de ciertas estructuras o convenciones, y se centra en la reconstrucción de la persona”. Es en las heridas del corazón humano –añadió– donde se encuentran las causas profundas del conflicto que en los últimos decenios ha desgarrado este país.
Por otro lado, el purpurado invitó a considerar este encuentro de la Liturgia de la Palabra “como una manifestación de la confianza de las autoridades y de todos aquellos que nos siguen con la fuerza de la oración a Dios”. Y exhortó a dar gracias a Dios por “haber sostenido a los colombianos en medio de situaciones de odio y de dolor, y por haber abierto sus corazones, durante tantos años, a la firme esperanza de que la violencia y el conflicto son evitables”.
Finalmente, el cardenal Parolin aseguró que las religiones inducen a escuchar, a comprender y a reconocer las razones y el valor del otro. La fe, explicó, “se opone al daño a la dignidad de la persona que causa la laceración del tejido civil, y “no es contraria a la laicidad, entendida como el respeto a las diversas esferas de competencia de la realidad civil y de la espiritual”. De hecho –concluyó– la laicidad tiene necesidad de la fe, como necesario punto de referencia para la convivencia y para el respeto.
En el momento de la firma del Acuerdo, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, líder de la guerrilla, concluyó su discurso diciendo que “en nombre de las FARC-EP ofrezco perdón a todas las víctimas del conflicto”. Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos aseguró que “esa es la liberación que da el perdón. El perdón que no solo libera al perdonado, sino también –y sobre todo– al que perdona”.


Organismos de caridad católicos se reúnen en Roma para abordar la crisis humanitaria en Siria e Irak
Posted by Redaccion on 27 September, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Unos 40 organismos de caridad católicos, así como representantes de los episcopados locales, de congregaciones religiosas que operan en el Oriente Medio, y los nuncios apostólicos en Siria e Irak celebran esta semana la quinta reunión sobre la crisis humanitaria en Siria e Irak promovida por el Pontificio Consejo “Cor Unum”. La reunión, que tendrá lugar este jueves, 29 de septiembre, se abrirá a las 9,30 con la audiencia del Santo Padre, que recibirá a los participantes en el palacio apostólico.
Los objetivos de la reunión, indica el comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede, en línea con el camino emprendido en los últimos cuatro años, son “efectuar un balance del trabajo realizado hasta el momento por los organismos caritativos católicos en el contexto de la crisis, compartiendo las respuestas de la Iglesia a la situación humanitaria”, “discutir los problemas críticos surgidos e identificar las prioridades para el futuro”, “analizar la situación de las comunidades cristianas residentes en los países afectados por la guerra, promoviendo la sinergia entre las diócesis, congregaciones religiosas y organismos eclesiales”.
El conflicto en Siria e Irak –recuerda el comunicado– ha producido una de las crisis humanitaria más graves de las últimas décadas y está en el punto de mira internacional. La Santa Sede, además de con su actividad diplomática, “participa activamente en los programas de ayuda y asistencia humanitaria”.
Asimismo, se precisa que la red eclesial, ha llegado en el bienio 2015-2016 a más de 9 millones de beneficiarios individuales, movilizando aproximadamente 207 millones de dólares (2015) y 196 millones de dólares (según las cifras actualizadas en julio de 2016). Desde 2011, la crisis habría causado más de 300.000 víctimas y 1 millón de heridos. Actualmente son más de 13,5 millones las personas necesitadas de ayuda en Siria y más de 10 millones en Irak; 8,7 los desplazados internos son más de 8,7 millones en Siria y más de 3,4 millones en Irak, mientras que 4,8 millones son los refugiados sirios en toda la región de Oriente Medio, especialmente en Turquía, Líbano y Jordania.
Tras el encuentro con el Santo Padre este jueves, los participantes continuarán la reunión en el Auditorio Juan Pablo II de la Universidad Pontificia Urbaniana, tal y como informa el comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede. Después de la introducción de monseñor Giampietro Dal Toso, secretario del Pontificio Consejo “Cor Unum”, intervendrá Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU para Siria. Posteriormente tendrá lugar la presentación de la segunda encuesta sobre la respuesta de la red eclesial a la crisis humanitaria siria e iraquí 2015-2016, efectuada por “Cor Unum” a la que seguirá un discurso del Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin.
Por la tarde, después de las actualizaciones sobre la situación política y humanitaria a cargo de los arzobispos Mario Zenari y Alberto Ortega, respectivamente nuncios apostólicos en Siria e Irak, los participantes se reunirán en grupos de trabajo y el encuentro se centrará en los aspectos concretos de la colaboración entre los diferentes sujetos involucrados en Oriente Medio.



Pésame del episcopado mexicano por el sacerdote asesinado
Posted by Redaccion on 27 September, 2016



(ZENIT – Roma).- La Conferencia del Episcopado Mexicano se une en oración por el eterno descanso del sacerdote José Alfredo López Guillén y se solidariza con la arquidiócesis de Morelia, su arzobispo el cardenal Alberto Suárez Inda, su presbiterio, la comunidad parroquial y diocesana. Así lo hace en un comunicado publicado este lunes, en el que recuerdan que son tres los asesinatos de sacerdotes en un semana, “por lo que desde el primer momento los obispos de cada lugar, han entrado en contacto y han estado colaborando con las autoridades respectivas”.
Sin embargo –precisan los obispos– demandan con todo respeto y urgencia, a la autoridad competente el esclarecimiento sobre la verdad en ambos casos, y la aplicación de la justicia para con los responsables de estos crímenes inexcusables. Y con la misma fuerza “exigimos también, que no se manche el nombre de ningún sacerdote, ni de ninguna persona, sobre todo cuando no se tienen concluidas las investigaciones”. El episcopado hace referencia a algunas noticias publicadas en los últimos días en las que se acusaba el sacerdote asesinado de haber sido visto en un hotel con un menor de edad.
Los obispos mexicanos se comprometen, junto con todo el pueblo de Dios, “a seguir trabajando denodadamente, para que nunca más ningún ciudadano se vea envuelto en estos actos violentos que ocurren en muchos lugares de nuestro país”.
Por su parte, el cardenal Suárez Inda, también a través de un comunicado, explica que “la difusión de algunas noticias e interpretaciones maliciosas hacía más dolorosa la situación” tras la desaparición del sacerdote el pasado miércoles. “Era preferible guardar silencio y esperar ya que la verdad sale a relucir tarde o temprano. Como suele decirse, contra los hechos no hay argumentos que valgan”, subraya. Pero también reconoce que la procuraduría del Estado ha actuado con profesionalidad. “Confiemos en que se dé seguimiento a la investigación”, añade. El arzobispo de Morelia indica que hasta ahora lo que sabe es que el padre José Alfredo fue asesinado pocas horas después de que lo secuestraran y su cuerpo fue abandonado a unos cuantos kilómetros, llevándose su automóvil así como una camioneta de la parroquia y algunos otros objetos de valor.
Aunque también reconoce que ante un hecho tan triste, ve otras señales positivas. “Los medios de comunicación, si bien a veces confunden y difaman, también sirven admirablemente para crear comunión”, observa el cardenal. “El ministerio y la figura del pastor siguen siendo respetados y significativos para mucha gente. La fe sostiene a la comunidad cristiana en los momentos más difíciles”, asegura.



España: Las cifras más valiosas para Cáritas son las personas
Posted by Redaccion on 27 September, 2016



(ZENIT – Roma).- “Nuestras cifras más valiosas son las personas que nos han confiado su vida, con las que juntos hemos creado nuevas oportunidades y esperanza”. Así lo asegura el presidente de Cáritas en España, Rafael del Río Sendino, para explicar el “verdadero rostro” de los datos que se recogen en la Memoria 2015 de la Confederación, que se ha presentado esta mañana en Madrid.
En dicho informe, Cáritas explica el destino de los 328,6 millones de euros invertidos en sus distintos programas sociales por las 70 Cáritas Diocesanas del país, que han permitido “acompañar a más de 4 millones de personas tanto en España como en los países del mundo más golpeados por la desigualdad”, indica el comunicado de prensa.
La Memoria 2015 de Cáritas Española refleja “el compromiso de lucha contra la pobreza y la desigualdad” que se desarrolla a través de una red de más de 6 mil Cáritas Parroquiales repartidas por todo el país y que se ha visto consolidado en los últimos años, tanto en lo que se refiere al volumen de recursos invertidos como al apoyo de una base social cada vez más amplia.
Esto se refleja a través de los 83.712 voluntarios que han sostenido la acción de Cáritas en 2015 (un 2% más que en 2014) y de los 328.642.469 euros invertidos (que crecen un 7,5% con relación al año anterior), de los cuales el 72,39 % proceden de aportaciones privadas y el 27,61% de fondos públicos.
Asimismo –precisa el comunicado– gracias al compromiso de voluntarios, colaboradores y donantes, ha sido posible generar esperanza para muchas personas en situaciones difíciles. En concreto, las acciones de Cáritas han llegado a un total de 4.053.743 personas, de ellas 1.974.358 dentro de España y otras 2.079.385 en los proyectos de cooperación internacional desarrollados en los cinco continentes.
Los capítulos a los que la Confederación Cáritas en España sigue destinando mayor volumen de recursos son, por este orden, Acogida y Asistencia (86 millones de euros), Empleo y Economía social (46,5 millones), Mayores (36,3 millones), Personas sin hogar (28,2 millones), Cooperación Internacional (27,7 millones), Familia (13,8 millones), Infancia (10 millones) y Vivienda (6,8 millones).
Por otro lado, la Memoria ilustra que las condiciones de vida de las personas acompañadas por Cáritas siguen siendo de extrema vulnerabilidad, aunque se está constatando una estabilización del proceso iniciado entre 2013 y 2014. Al respecto se observa que el número de hogares sin ingresos ha sufrido una disminución en la última parte de 2015 y primeros meses de 2016, situándose por primera vez desde el año 2013, por debajo de los 700 mil. Lo mismo ha sucedido con los hogares con todos sus activos en paro, que se ha reducido hasta el 8% desde el 10% de partida que se registraba en 2014. La tasa de desempleo ha pasado del 25% del segundo trimestre de 2014 al 20% en el mismo trimestre del 2016. El desempleo de larga duración ha iniciado una tendencia decreciente, al pasar del 62% en 2014 al 58% en 2016. Sin embargo, el paro de muy larga duración no ha sufrido grandes cambios, lo que apunta hacia su estancamiento y cronificación.
A pesar de estos síntomas, Cáritas “no constata una mejoría en la situación de las personas a las que atiende, sino más bien al contrario”. De hecho, “durante el último año se ha seguido intensificado la gravedad de las situaciones de las familias y personas acompañadas, por lo que la acción social de Cáritas ha tenido que incrementarse para tratar de compensar la precariedad de sus condiciones de vida”.
Por esta razón, Cáritas indica que a pesar de los indicadores que hablan de que la situación está mejorando, “nos encontramos en un escenario que sigue siendo peor que el existente en los primeros años de la crisis en nuestro país, si se tiene en cuenta que desde 2011 la cantidad de ayudas que Cáritas aporta a las familias para tratar de cubrir las necesidades básicas se ha incrementado casi un 40%”.
Por esa razón, como ha señalado en la presentación el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, “no son tiempos para relajar la ayuda ni la inversión en ella, sino más bien todo lo contrario”.
Por su parte, monseñor Atilano Rodríguez, obispo de Sigüenza-Guadalajara y responsable de Cáritas en el seno de la CEPS (Comisión Episcopal de Pastoral Social), ha subrayado cómo en esta coyuntura social y en este Año de la Misericordia, “Cáritas quiere ser, de manera explícita, el cauce de la comunidad cristiana y de la sociedad para asumir gestos concretos y cotidianos destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo”.



Fecundación: Más cerca de comprender las entrañas de este asombroso proceso
Posted by Julio Tudela on 27 September, 2016



(ZENIT – Valencia).- Un reciente artículo publicado en la revista Current Biology,1 muestra nuevos datos sobre el mecanismo por el cual el espermatozoide y el óvulo son capaces de reconocerse mutuamente en el proceso de la fecundación, permitiendo la adhesión y penetración del espermatozoide a través de la membrana del óvulo, como paso previo para el sobrecruzamiento cromosómico de ambos gametos y la generación de un nuevo ser humano.
El mencionado trabajo, realizado por investigadores del Instituto Karolinska (Estocolmo, Suecia) aporta datos sobre la estructura química tridimensional de un receptor de membrana del óvulo denominado Juno, lo cual permite avanzar en la comprensión de cómo este receptor interactúa con la correspondiente proteína de membrana del espermatozoide, al modo de una llave con una cerradura.
El descubrimiento de ambas proteínas “señaladoras” de óvulo y espermatozoide fue publicado hace dos años en la revista Nature,2 en un trabajo que establecía la relación entre dos proteínas, denominadas “Izumo1” en el espermatozoide y “Juno” en el óvulo. Los investigadores observaron que, tras la entrada del espermatozoide en el óvulo, que sería posible solo tras la interacción de las mencionadas proteínas Juno e Izumo1, el receptor Juno se desprendía de la membrana del óvulo en una rápida reacción orientada a impedir la entrada de ningún otro aspirante a fecundarlo.
Previamente, en un trabajo publicado en 2007,3 se afirmaba que, en el proceso de la fecundación, el incremento en la concentración del ion calcio en la membrana del óvulo desarrollaría un papel crucial para que en éste se produjera la primera y sucesivas divisiones celulares, que conducirían hacia el desarrollo embrionario.
Según los investigadores del Instituto Karolinska, los resultados sugieren que las modificaciones de un ancestral receptor de la vitamina B9 (ácido fólico) se produjeron hace mucho tiempo en el proceso evolutivo de las especies, lo que dio lugar a una interacción clave, esencial para la reproducción de los mamíferos: la unión de las membranas de óvulos y esperma que conducen a la fusión de los gametos.
Cara y cruz del nuevo descubrimiento
El nuevo hallazgo abre la puerta a la investigación de determinados casos de esterilidad, en los cuales pudiera existir un mal funcionamiento del proceso interactivo de ambas proteínas, Juno en el óvulo e Izumo1 en el espermatozoide. El conocimiento de su estructura química tridimensional puede permitir en un futuro diseñar procesos que la modifiquen, con el fin de restablecer su funcionalidad en el caso estar alteradas, circunstancia que impediría la fecundación.
Pero, de igual modo, ser capaces de realizar cambios estructurales en ambas proteínas podría conducir al fenómeno contrario: introducir modificaciones estructurales tales que las volvieran inactivas, incapaces de realizar su vital función de permitir el proceso de fecundación del óvulo por el espermatozoide.
Parece que sería ésta la aplicación en la que andan pensando los autores de este descubrimiento, esto es, el diseño de un nuevo método anticonceptivo en el que no sería necesario utilizar tratamientos hormonales que alterasen el ciclo menstrual de la mujer ni el proceso ovulatorio, porque ya no sería necesario impedir el encuentro entre el espermatozoide y el óvulo, dado que lo que se conseguiría es que, producido dicho encuentro, ambos serían incapaces de sincronizar los procesos que conducen a la fecundación, por un problema en el acoplamiento de ambas proteínas señaladoras, alguna de las cuales habría sido previamente alterada.
Aunque se trata a día de hoy solo de una conjetura, el conocimiento de las estructuras químicas que rigen los procesos asociados a la fertilidad, más específicamente al fenómeno de la fecundación, abre nuevas posibilidades de intervención, de consecuencias todavía no conocidas, que suponen una esperanza en el caso de la corrección de determinados problemas de esterilidad, pero que plantean serias dudas en el plano bioético cuando puedan ser orientadas hacia modificaciones que conduzcan a la esterilidad con fines anticonceptivos, con incógnitas acerca de la reversibilidad del proceso y de la aparición de otros efectos indeseables que puedan asociarse a estas intervenciones.
REFERENCIAS
1 HAN L, NISHIMURA K, AL HOSSEINI HS, BIANCHI E, WRIGHT GJ, JOVINE L. DIVERGENT EVOLUTION OF VITAMIN B9 BINDING UNDERLIES JUNO-MEDIATED ADHESION OF MAMMALIAN GAMETES. CURRENT BIOLOGY, ONLINE 8 FEBRUARY 2016
2 BIANCHI E, DOE B, GOULDING D, WRIGHT GJ. JUNO IS THE EGG IZUMO RECEPTOR AND IS ESSENTIAL FOR MAMMALIAN FERTILIZATION. NATURE 2014;508(7497),483-7.
3 JESSUS C, HACCARD O. FERTILIZATION: CALCIUM’S DOUBLE PUNCH. NATURE 2007;449:297-8 DOI:10.1038/449297A; PUBLISHED ONLINE 19 SEPTEMBER 2007


Julio Tudela
Observatorio de Bioética
Universidad Católica de Valencia



Comentario a la liturgia dominical
Posted by Antonio Rivero on 27 September, 2016



(ZENIT – México).- Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, director espiritual y profesor de Humanidades Clásicas en el Centro de Noviciado y Humanidades y Ciencias de la Legión de Cristo en Monterrey (México).
Idea principal: Si tuviéramos fe, otro “gallo cantaría” en nuestra vida. El gran tesoro de la fe.
Síntesis del mensaje: la fe es un valioso don de Dios. La fe nos da a nosotros una correcta concepción del mundo, nos muestra el objetivo de la vida, nos reconforta en los momentos difíciles, alegra nuestro corazón, da fuerza a nuestra oración y nos abre la entrada a las infinitas misericordias de Dios. El salmo ha tomado partido por esta confianza en Dios, y ya ve la ayuda divina en la vida de su pueblo.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, Dios nos prueba en la fe, como probó al profeta Habacuc (1ª lectura). Habacuc es un profeta poco conocido. Este profeta en la lectura de hoy protesta ante Dios: “¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches?”. Está desesperado, abrumado, cansado de tanta injusticia y violencias, desgracias y catástrofes y guerras –comienzo del imperio de los babilonios, terror de los israelitas-. ¿Por qué Dios consiente esto? La respuesta de Dios es que él debe conservar su fe y esperanza en la promesa de Dios de tiempos mejores. La Iglesia y los cristianos de hoy podemos fácilmente reconocernos en esta experiencia profética: “¿Por qué, Señor, tantos han dejado de ir a misa, no se confiesan? ¿Por qué iglesias casi vacías? ¿Por qué persiguen los musulmanes o budistas a tus cristianos? ¿Por qué tantas ideologías nefastas nos atacan y gritan enarbolando sus derechos que atentan contra la razón y la naturaleza? ¿Por qué tantos jefes políticos promotores descarados del crimen del aborto y la ideología de género? ¿Por qué el terrorismo internacional? ¿Por qué tan pocas vocaciones y seminarios medio vacíos? ¿Por qué las familias tan inestables? ¿Por qué muchos tan pobres y otros tan ricos?”. Dios nos prueba la fe. Quiere que nuestra fe no sea una fe prendida de alfileres, inmadura e infantil, sino robusta, firme, maciza. “El justo vivirá por su fe” (1ª lectura).
En segundo lugar, la fe tiene que demostrarse con valentía, energía y repartirla como un tesoro (2ª lectura). Así le dice san Pablo a Timoteo. Así lo hizo san Esteban, el primer mártir, y san Ignacio de Antioquía, que condenado a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma y allí recibió la corona de su glorioso martirio el año 107, en tiempos del emperador Trajano, después de haber escrito unas impresionantes cartas durante el trayecto a Roma: “Dejadme que sea entregado a las fieras, puesto que por ellas puedo llegar a Dios. Soy el trigo de Dios, y soy molido por las dentelladas de las fieras, para que pueda ser hallado pan puro”. ¡Qué fe tan firme, fuerte, segura, entregada como tesoro a toda la Iglesia! Y el famoso cardenal croata, ya beato, Stepinac (1898-1960), acusado de ser colaborador nazi y sometido a un polémico juicio en el que se demostró su inocencia, pero con leyes creadas especialmente para este proceso lo condenaron a 16 años de trabajo forzado. Su respuesta fue: “Yo sé cual es mi deber. Con la Gracia Divina lo cumpliré hasta el final, sin odio contra nadie, pero también sin miedo a nadie”. Eso es vivir la fe con valentía. Otro ejemplo: József Mindszenty (1892- 1975), cardenal primado de Hungría, defendiendo su fe frente al régimen comunista, fue detenido el 26 de diciembre de 1949 y sometido a un proceso judicial en febrero del año siguiente, proceso público que quiso demostrar que nada ni nadie podía oponerse a la voluntad del régimen comunista. Después de forzar declaraciones por medio de torturas y drogas, y luego de montar falsas pruebas contra él, la corte lo encontró culpable de traición y lo condenó a cadena perpetua. La fe por ser un tesoro es codiciado por los enemigos de Dios y de la Iglesia. Duros son los trabajos del evangelio, le dice Pablo a Timoteo (2ª lectura). Por eso hay que reavivar el fuego de la gracia de Dios.
Finalmente, no tenemos otra opción que pedir a Cristo que nos aumente nuestra fe, como hicieron los apóstoles (evangelio). Con la fe somos capaces de arrancar de raíz cualquier árbol, de acallar tantas voces contra la Iglesia, animar al más deprimido. La fe nos ayuda valientemente a soportar el dolor. Basta leer a san Pablo: “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, ¡entonces soy fuerte!” Porque la fuerza de Dios se realiza en la debilidad” (2 Co 12, 10). La fe es la llave de los tesoros de Dios. La fe lleva al ser humano a un encuentro vivo con Dios en la oración atenta y de corazón. Durante esta oración el ser humano toca la poderosa fuerza divina y entonces según las palabras del Salvador, todo se hace posible para el creyente (cf. Mt 9, 23). Por eso: “Todo lo que pidierais en oración con fe, lo recibiréis” y añadió: “Si tuvierais fe como un grano de mostaza y le decís a un monte: muévete de aquí. para allá, y lo hará, y nada os será imposible” (Mt 21, 22 y 17, 20). En otras palabras incluso la más pequeña fe puede hacer milagros, si es íntegra y viva como una semilla. La fe actúa no por la fuerza de la imaginación ni por auto hipnosis, sino por medio de la unión del ser humano con el manantial de toda vida y fuerza, de la unión con Dios. La combinación de una fe fuerte con la humildad no es casualidad. El hombre que tiene una gran fe siente mas que otro cualquiera la grandeza y el poder de Dios. Y entre más claramente él siente esto mejor reconoce su propia indigencia. Por eso grandes hombres de Dios como por ejemplo los profetas Moisés y Elías, los apóstoles Pedro y Pablo y otros como ellos siempre se distinguían por su gran humildad.
Para reflexionar: ¿Cómo es mi fe: fuerte, madura, firme, maciza, luminosa o débil, apagada, infantil y opaca? ¿Con qué alimento mi fe? ¿Transmito mi fe con valentía? ¿En qué campos me ayuda la fe?
Para rezar: Señor, danos la fe de María, que aceptó el plan de Dios en su vida, aunque después tuvo que caminar en el claroscuro de la fe, sin entender tantas cosas. Danos la fe de Abrahán, que obedeció y se puso en camino sin saber a dónde le llevaba Dios.

Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org.






San Simón de Rojas – 28 de septiembre
Posted by Isabel Orellana Vilches on 27 September, 2016



(Zenit – Madrid).- Nació en Valladolid, España, el 28 de octubre de 1552. Sus padres se habían afincado allí y regentaban una carnicería. Era el tercero de cinco hermanos. Heredó de Constanza, su madre, el amor a la Virgen. Tanto es así que los cronistas aseguran que «Ave María» fueron las primeras palabras que pronunció cuando tenía catorce meses. Fueron también las que escoltaron su entrada en el cielo, puesto que ellas sellaron sus labios al final de su vida. Siendo un adolescente, y obviando la oposición familiar, solicitó el ingreso en la Orden trinitaria. Cumplió este sueño en 1566. Más adelante, tras cuatro años de noviciado, profesó en 1572.
Fue tartamudo hasta esta época de su vida, ya que antes de llegar a Salamanca para continuar su formación se detuvo en Paradinas de San Juan y en el desaparecido santuario-convento se veneraba a la Virgen de las Virtudes; le dedicó una novena y se curó de manera instantánea. Fue el lugar que eligió para oficiar su primera misa. Después partió a Toledo porque el capítulo provincial le había encomendado impartir las materias de filosofía y teología como lector de artes del convento. Ejerció la docencia hasta 1587, simultaneando esta actividad con la de formador; uno de los novicios era san Juan Bautista de la Concepción. También desempeñó el oficio de visitador apostólico en Castilla y en Andalucía de manera edificante, aceptando por obediencia estas misiones ya que por tendencia natural hubiera declinado las que revestían alta responsabilidad.
La inocencia evangélica del santo, figura señera en la corte de los Austrias, conmovió al monarca español Felipe III –quien lo escogió como consejero y preceptor de sus hijos–, y a su esposa Margarita de Austria. Ambos tomaron contacto con él a través de la condesa de Altamira que conoció a Simón cuando pasó por el convento trinitario madrileño en 1601. El juicio personal del rey, después de haberlo observado en las distancias cortas, era sin duda esclarecedor; sintetizaba la admirable virtud que había apreciado en él: «No he visto hombre que menos sepa a mundo». Que su devoción a la Virgen fue proverbial lo prueban las numerosas obras que emprendió en su honor. Entre otras cosas, logró que el «Ave María» fuese esculpida en el frontispicio del Palacio Real de Madrid. Por esta jaculatoria que continuamente brotaba de sus labios fue denominado «Padre Avemaría». Este saludo lo plasmó en la multitud de estampas que repartió dentro y fuera de España. Fiel observante del santo rosario, tuvo a la Virgen como modelo para su vida, y transmitió por doquier su anhelo de ser esclavo suyo considerando que todos los que se abrazasen a Ella podrían unirse más estrechamente con la Santísima Trinidad.
En 1612, con el beneplácito del rey Felipe III, fundó la Congregación de Esclavos del Dulcísimo Nombre de María que aglutinaba personas de todas condiciones, incluidos los miembros de la realeza y nobleza; éstos, que fueron los primeros afiliados, en nombre de la Virgen asistían a los pobres. «Si a Dios, que pide en el pobre, no le das, no recibirás», decía. En este afán de transmitir su devoción por la Madre de Dios, escribió un oficio para la festividad del Santo Nombre de María destinado a su Orden, que fue aprobado por la Santa Sede. Inocencio XI lo hizo extensivo después a toda la Iglesia. A Simón se debe también el rosario de 72 cuentas blancas y cordón azul en honor de la Inmaculada Concepción que realizaba con sus propias manos y repartía a diestro y siniestro. Con el número de cuentas significaba los años que pudo vivir la Virgen.
Además de su incansable tarea de difundir el amor a María y a la confesión, se ocupó de los cautivos a los que enviaba las cantidades que recaudaba para ellos. Se sentía profundamente conmovido por la muerte a manos de violentos berberiscos de tres hermanos religiosos que habían emprendido viaje para la redención de estos prisioneros. Los enfermos, los pobres, los presos de la cárcel de Madrid, los condenados, los niños abandonados para los que fundó una casa de acogida y, en general, los marginados por cualquier causa, estaban en su orden de preferencia; ejercitaba con todos su acción caritativa y misericordiosa. Fue un gran confesor y maestro de la oración. A ella le dedicaba expresamente varias horas diarias, aunque vivía en una constante presencia de Dios. Por eso se ha dicho que «todo cuanto predicaba, todo lo alcanzaba en la oración». Ensambló maravillosamente contemplación y acción apostólica.
Felipe IV, que subió al trono en 1621, lo nombró confesor de su esposa, la reina Isabel de Borbón, y de su hermana Ana María Mauricia; ésta contraería matrimonio más tarde con Luís XIII de Francia. Simón se comprometió con el monarca a cumplir el compromiso, siempre y cuando no contraviniese los que conllevaba su condición religiosa, ni cercenar su acción apostólica con los pobres y esclavos. Además, no quiso ser tratado con deferencias, ni ser remunerado por ello.
En julio de 1624 fue testigo de un hecho deleznable, sacrílego, que sucedió en un templo donde se profanó una Sagrada Forma. El inmenso dolor que le produjo pudo ser el detonante de su imparable declive. Hasta que se produjo su deceso, acaecido el 29 de septiembre de ese año, mantuvo una intensa actividad. Dos días antes de quedar postrado con carácter irreversible, los religiosos le vieron en el coro orando unos instantes ante un cuadro de la Virgen de los Desamparados. Ya se había despedido de todos ellos. Clemente XIII lo beatificó el 19 de mayo de 1766. Juan Pablo II lo canonizó el 3 de julio de 1988, Año Mariano.