ENTREVISTAS

Francisco Barrado: “Vivir y realizar el ministerio en Jerusalén es un gran privilegio”


 

Francisco Barrado Broncano es director de la Casa de Santiago de Jerusalén. La publicación Iglesia en Plasencia  en su último número ha entrevistado este sacerdote diocesano.

¿Desde cuándo está en Jerusalén?

Aterricé en febrero de 2014 y terminaré esta aventura en 2018.Algo que ni me plateaba solo unos meses antes. El curso 2013-2014 había empezado con la novedad de tener que volver a ser alumno; Mons. Amadeo Rodríguez Magro, entonces obispo de la diócesis de Plasencia, me había pedido iniciar estudios de doctorado sin dejar las tareas pastorales. Pero poco después me comunicó que la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) le había pedido que me permitiese dedicarme por cuatro años a la Casa de Santiago de Jerusalén y me indicó que sería muy positivo para nuestra diócesis y para mí que aceptase el encargo. Pedí que incorporarme a Jerusalén no fuese inmediato para tener tiempo para finalizar las tareas pastorales y que el traspaso en las parroquias de Peraleda, Fresnedoso y Mesas se realizase con normalidad y para concluir las asignaturas iniciadas.

¿En qué consiste tu trabajo allí?

Compagino la dirección de la Casa de Santiago y el Instituto Español Bíblico Arqueológico con los estudios y la vida cotidiana. La Casa de Santiago es una residencia para que un máximo de diez sacerdotes españoles o estudiantes de Biblia y Arqueología tengan un lugar en Jerusalén para realizar sus estudios. Ello conlleva estar atento a que todo funcione correctamente. Y en este año que se celebran 60 años de la Institución hemos tenido diversos actos conmemorativos en Salamanca, Madrid, Roma y Jerusalén. Se ha realizado una reforma para renovar el interior de la Casa. Si las obras siempre traen desvelos, con obreros con otro ritmo de vida y otro idioma estos no disminuyen. Desde el IEBA coordino la realización de una asignatura de las Facultades de Teología de España,cursos de formación para sacerdotes, catequistas, o guía de Tierra Santa y atiendo las peticiones de las campañas arqueológicas de instituciones de España que realizan sus campañas en Tierra Santa. Asisto a acots institucionales y acompaño a visitas a Jerusalén. Y procuro avanzar en los estudios, asistiendo a alguna clase y sobre todo a investigar en las bibliotecas para ir redactando la Tesis sobre algunas parábolas del Evangelio de Lucas. Además realizó tareas pastorales, celebraciones, formación a religiosas o Ejercicios Espirituales, visitas a presos de lengua española…

¿Cómo es el balance de tu estancia en Jerusalén?

Muy positivo. A pesar de inconvenientes, vivir y realizar el ministerio en Jerusalén es un gran privilegio; me está ayudando a profundizar en la vida espiritual, a llevar a cabo mis estudios y a crecer en valores humanos. Creo que con mi labor se está consiguiendo poner en valor la Casa de Santiago y que sea más conocida y utilizada.

¿Qué es lo que más te llamó la atención cuando llegaste?

Lo diferente, la ruptura con lo que estaba acostumbrado. Y en positivo, la experiencia de rezar y leer la Biblia en Tierra Santa y la convivencia con otras creencias. Hay textos que puedes decir que ocurrieron aquí. Vivir como minoría, que el Domingo sea el primer día de la semana laboralmente hablando o que se me invite a alabar a Dios en árabe, me ofrecen nuevos esquemas… ayuda a ver a otros cristianos como hermanos y valorar los que nos une.

¿Cómo lleva tu familia que estés en una zona tan conflictiva?

Tras la sorpresa inicial y cierto susto, mi familia y amigos respetan mi decisión y mi forma de entender el ministerio. Lo peor es la distancia. Aunque hoy en día puedes comunicarte con facilidad por el bendito Skype y otros medios, se precisa de cierto distanciamiento para poder realizar aquí la tarea y no estar pensando siempre en el terruño. Alguna bronca me ha caído por no comunicarme o por ir a España y no visitar, pero… Mucha gente se preocupa por mí y cuando oyen noticias desagradables de esta tierra piensan en mí. Intento hacer ver que, aunque a veces la situación ha sido complicada, yo siempre he estado bien. A la vuelta de mi estancia tendré una colección de anécdotas con la seguridad israelí del aeropuerto y extrañaré el haberme acostumbrado a ciertas medidas de seguridad y meter en la rutina cotidiana acontecimientos que no lo son, pero que terminas asumiendo.

(Diócesis de Plasencia)