Tribunas

La Oración de las madres

José Francisco Serrano Oceja

No hace mucho, un párroco de Madrid me contaba la insistente preocupación que las madres, en el confesionario, en las conversaciones de dirección espiritual, manifiestan en estos tiempos por la actual situación de los niños y los jóvenes, de sus hijos. Santa Mónica de nuevo, siempre.

Cuando el buen sacerdote le decía a una señora, para tranquilizarla,que en ella hay una raíz de fe, que además la Iglesia ofrece muchas oportunidades, esa madre le contestó: “No, si lo malo siempre viene de fuera”.  

Días después me he topado con una iniciativa singular. A media tarde, en una parroquia de un suburbio, un grupo de señoras de no mucha edad rezaban unas oraciones diferentes en voz alta. Como la curiosidad es el principio del periodismo, me acerqué un poco más a esa oraciónpública.

Allí estaban pidiendo por sus maridos, por sus hijos, por los sacerdotes de la parroquia. Era el grupo de la “Oración de las madres”, una iniciativa que, por cierto, viene de fuera, del condado de Kent, en el Reino Unido, y que comenzó en noviembre de 1995.

Verónica, la iniciadora, cuenta así la experiencia en una carta que se puede encontrar en Internet: “Durante algún tiempo mi cuñada Sandra y yo empezamos a sentir la necesidad de pedir por nuestros hijos de manera especial, para poder combatir los problemas a los que se enfrentan. Sandra se despertó en dos ocasiones con las palabras “reza por tu hijos””.

Y añade: “Decidimos prepararnos durante un mes por medio de la oración y luego nos reunimos con otras tres madres y usamos la estructura que ahora se usa en los grupos de Oración de las Madres en todo el mundo”.

La lectura de Jeremías 31, 16, fue clave en la experiencia de Verónica: “Deja de llorar y enjúgate las lágrimas. Todo lo que has hecho por tus hijos te será recompensado.Volverán de la tierra del enemigo. Hay esperanza en el futuro. Tus hijos volverán a su hogar. Yo, el Señor lo digo”.

Este grupo de Oración de las madres (spain@mothersprayers.org) tiene su peculiar metodología, que pasa por colocar el nombre de los hijos en una cesta y llevarlos al Sagrario. Bueno, no voy a desvelar más datos.

Quizá a alguna madre lectora le parezca interesante rezar con otras madres.

 

José Francisco Serrano Oceja