Editorial \ Reflexiones en frontera

Dolor y Oración esperanzada por los Difuntos queridos de la comunidad

RV | 02/11/2016 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

No dejemos que hoy el dolor nos avasalle. Convirtámoslo en oración, en diálogo de amor y comunión con nuestros seres queridos fallecidos.

Hagamos memoria de lo que tenemos dentro nuestro de los seres queridos que se nos adelantaron al abrazo con el Padre Dios. Esa herencia valiosa, esa historia, la tenemos que agradecer a ellos y a Dios. Y la memoria agradecida te fortalece el corazón.

Pensá que como parte que somos de los seres queridos difuntos de una familia, de una comunidad, lo que se ha cortado es la relación física, pero no la relación espiritual. A eso nos referimos en el credo cuando decimos: "Creo en la comunión de los santos". Se trata de la unión y comunión espiritual que hay entre los cristianos vivos y difuntos, por el canal de la oración.

La Oración es lo que nos permite entrar en esta dimensión de comunicación y comunión distinta, que debemos intentar y probar.

Por eso, recemos como podamos, dando gracias a Dios por estas personas en nuestra vida; disculpándonos o pidiendo perdón de nuestros errores y pecados; ofreciéndonos a hacer lo que discretamente podemos para integrarnos cada vez mejor a la familia de los hijos de Dios, que ya somos por el Bautismo y a los que nos esta prometida la resurrección.

Y no te olvides de la cruz, la velita, la flor… ¡Bendición!

@jesuitaGuillo