Francisco \ Encuentros y Eventos

Viernes de la Misericordia. El Papa va al encuentro de sacerdotes que han dejado el ministerio

RV | 11/11/2016


 

La tarde del viernes 11 de noviembre el Papa Francisco dejó la Casa de Santa Marta en el Vaticano para dirigirse hasta Ponte di Nona, barrio en la periferia de Roma. En un departamento, el Papa encontró a 7 familias formadas por jóvenes que a lo largo de los últimos años han dejado el sacerdocio.  El Santo Padre ha querido ofrecer un signo de cercanía y afecto a estos jóvenes que han cumplido una elección a menudo no compartida por sus hermanos sacerdotes y familiares.

Después de diversos años dedicados al ministerio sacerdotal desarrollado en las parroquias se ha dado el caso que, soledad, incomprensión y cansancio por el gran compromiso de responsabilidad pastoral, han puesto en crisis la elección inicial del sacerdocio de estos jóvenes, que luego han vivido meses y años de incertidumbre y de dudas que a menudo los han llevado a pensar haber cumplido, con el sacerdocio, la elección equivocada. De aquí su decisión de dejar el presbiterado y formar una familia.  

Cerrando el Año de la Misericordia el Papa Francisco ha querido encontrar a estos jóvenes: cuatro de la diócesis de Roma, donde han sido párrocos en diversas parroquias de la ciudad; uno de Madrid y otro de Latinoamérica, residentes en Roma, mientras que el último proviene de Sicilia. La inesperada entrada del Obispo de Roma en la habitación estuvo enmarcada por un gran entusiasmo: los niños han rodeado a Francisco para abrazarlo, y sus padres no han podido contener la emoción.  La visita del Santo Padre ha sido muy apreciada por todos los presentes que han podido sentir no el juicio del Papa por su elección, sino su cercanía y afecto. Mientras el tiempo transcurría rápidamente, el Papa escuchaba sus historias y seguía con atención las consideraciones acerca de los procedimientos jurídicos de los casos individuales.  Su palabra paternal ha asegurado a todos sobre su amistad y la certeza de su interés personal.

De esta manera, una vez más, el Santo Padre ha pretendido dar una señal de misericordia a quien vive en situación de malestar espiritual o material, poniendo en evidencia la exigencia que ninguno se sienta privado del amor y de la solidaridad de los Pastores.

(RC-RV)