Editorial \ Reflexiones en frontera

Sin poder y sin gloria vence a nuestros más grandes adversarios, dijo el Papa de Cristo

RV | 22/11/2016 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

Es sorprendente, pero la comunidad celebra al “Mesías de Dios, al Elegido, al Rey”, en la cruz, sin poder y sin gloria, donde parece más un vencido que un vencedor.

En la solemnidad de Cristo Rey Francisco afirmó que la realeza de Jesús es paradójica: “su trono es la cruz; su corona es de espinas; no tiene cetro, pero le ponen una caña en la mano; no viste suntuosamente, pero es privado de la túnica; no tiene anillos deslumbrantes en los dedos, sino sus manos están traspasadas por los clavos; no posee un tesoro, pero es vendido por treinta monedas”.

Y el Obispo de Roma explicó que la clave de la victoria está precisamente ahí. Porque la grandeza del  reino de Jesús “no es el poder según el mundo, sino el amor de Dios, un amor capaz de alcanzar y restaurar todas las cosas. Por este amor, Cristo se abajó hasta nosotros, vivió nuestra miseria humana, probó nuestra condición más ínfima: la injusticia, la traición, el abandono; experimentó la muerte, el sepulcro, los infiernos. De esta forma nuestro Rey fue incluso hasta los confines del Universo para abrazar y salvar a todo viviente”.

¿Qué pensás y sentís sobre esta paradoja de la fe, que sin embargo podría ser también la clave de nuestra victoria?

@jesuitaGuillo