Editorial \ Reflexiones en frontera

Cerrada la Puerta santa, permanece siempre abierta la verdadera puerta de la misericordia, que es el Corazón de Cristo, dijo el Papa

RV | 25/11/2016 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

Muchos peregrinos cruzaron la Puerta santa y lejos del ruido de las noticias gustaron la gran bondad del Señor. El 20 de noviembre, en el cierre de la Puerta santa y clausura del Año de la Misericordia, Francisco expresó: “Dios, apenas le damos la oportunidad, se acuerda de nosotros. Él está dispuesto a borrar por completo y para siempre el pecado, porque su memoria, no es como la nuestra, Dios olvida el mal realizado y no lleva cuenta de las ofensas sufridas. Dios no tiene memoria del pecado, sino de nosotros, de cada uno de nosotros, sus hijos amados. Y cree que es siempre posible volver a empezar, levantarse de nuevo.”

El Obispo de Roma pidió para todos “el don de esta memoria… la gracia de no cerrar nunca la puerta de la reconciliación y del perdón, sino de saber ir más allá del mal y de las divergencias, abriendo cualquier posible vía de esperanza. Como Dios cree en nosotros, infinitamente más allá de nuestros méritos, también nosotros estamos llamados a infundir esperanza y a dar oportunidad a los demás. Porque, aunque se cierra la Puerta santa, permanece siempre abierta de par en par para nosotros la verdadera puerta de la misericordia, que es el Corazón de Cristo. Del costado traspasado del Resucitado brota hasta el fin de los tiempos la misericordia, la consolación y la esperanza”.

jesuitaGuillo