Conferencia Episcopal
Participó en un acto con empresarios cristianos

Barriocanal afirma que si los bienes de la Iglesia, como la COPE, no evangelizan “estamos haciendo el tonto”

El presidente de la radio de la Conferencia Episcopal explica que las propiedades eclesiásticas deben anunciar la buena noticia y ejercer la caridad

Fernando Giménez Barriocanal, presidente de la Cope y vicesecretario de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, ha participado en un coloquio organizado por la asociación de empresarios y dirigentes cristianos, ASE-Acción Social Empresarial, con la ponencia titulada “Los laicos en la gestión económica de la Iglesia”.


 

Barriocanal ha introducido la conferencia lanzando varias preguntas a los asistentes relativas a si pueden los laicos administrar los bienes de la Iglesia, si se pueden aplicar criterios empresariales en la gestión eclesiástica, si la Iglesia puede tener empresas y ser empresaria y para qué existen los bienes de la Iglesia.  

Hay quienes sostienen que la Iglesia no debe meterse en temas de dinero, que lo que tiene que hacer es predicar, hablar bien y decir a la gente que se convierta. Otros en cambio, defienden una especie de paternalismo económico, es decir, acoger a todo el mundo sin aplicar criterios empresariales en la gestión económica y otros consideran que gestionar una parroquia, una lavandería, o una editorial de la Iglesia tiene que ser exactamente igual que una empresa”, subrayó Barriocanal.

Explicó que la Iglesia católica tiene bienes para el cumplimiento de sus fines, que son anunciar una buena noticia y ejercer la caridad.  “Si nos olvidamos de que los bienes de la Iglesia sirven para anunciar la buena noticia y para ejercer la caridad con los demás, estamos haciendo el tonto”, afirmó el presidente de la Cope.

 

Rechazaron un millón de euros

Indicó que las propiedades eclesiásticas cumplen una finalidad directa, otra indirecta y otra de rendimientos. Entre los bienes de la Iglesia que cumplen una finalidad indirecta se encuentran aquellas actividades dirigidas a contribuir a la misión de la Iglesia, como, por ejemplo, un colegio mayor o un medio de comunicación como puede ser la Cope.

Respecto a la cadena de radio que preside dijo: “Por ejemplo, Herrera habla de la actividad política y no de la novena a la Inmaculada, pero intentando sembrar un poso que nosotros entendemos de configuración social”.

En este sentido Barriocanal desveló que una empresa les ofreció un millón de euros netos por emitir un programa musical y, al no poder tocar el contenido, “lo rechazamos, porque entre música y música había ciertos comentarios que no podíamos emitir”.

Recordó que en Cope se ha dejado de tener pérdidas, obteniendo más de 4 millones de euros de beneficios. “Los obispos buscan la otra cuenta de resultados, que es hacer presente, la vida de la Iglesia”, apuntó.  

Y, por último, habló de la otra finalidad de los bienes de la Iglesia, que son los rendimientos, aquellas actividades compatibles con el Evangelio que permitem generar recursos.

 

Empresas sin pérdidas

Barriocanal también explicó el papel de los empresarios en la sociedad. “Es fundamental que haya empresarios católicos que entiendan esta función social de la economía y esto no significa no ganar dinero. Una empresa que está permanentemente en pérdidas no es una empresa”.

En esta línea, afirmó sentirse “cansado de ver que, en actividades importantes de la Iglesia, ponemos a buenas personas, sacerdotes a veces, pero que no tienen ni idea. Gestionar es una cosa muy seria y hay que saber”.  

Así, hizo referencia a que obispos y sacerdotes deben perder el miedo a encomendar a los laicos la gestión de los bienes de la Iglesia y que se le retribuya con justicia. “Los sistemas de contratación dentro de la Iglesia deben huir de la caridad y del enchufismo. Se deben realizar selecciones de personal adecuadamente, aunque venga el curita de al lado diciendo que recomienda a un chaval estupendísimo. La gestión de personal y contratación deben hacerla los laicos, los sacerdotes difícilmente pueden hacer estas tareas”.

Por último, se refirió al criterio moral del bien común que debe primar en toda actividad empresarial y en la transparencia en la gestión, que “en la Iglesia es especialmente relevante”.