Francisco \ Audiencias, Catequesis y Ángelus

Las propias seguridades no nos salvan, la esperanza en Dios sí. Catequesis del Papa en español

RV | 21/12/2016


 

En el miércoles 21 de diciembre el Santo Padre meditó, como en las catequesis precedentes, sobre el tema de la esperanza, y con la Navidad a nuestras puertas, quiso reflexionar sobre cómo la esperanza ha entrado en el mundo, es decir, con la encarnación del Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesús. 

El pontífice observó así que cuando se habla de esperanza, a menudo se refiere a lo que no está en manos del hombre y que no es visible, "de hecho - dijo - lo que esperamos va más allá de nuestras fuerzas y de nuestra mirada", e introdujo de este modo, la esperanza de la cual nos habla el nacimiento de Jesús, en la que, como resumió san Pablo, "hemos sido salvados" (Rm 8,24)

 

A continuación, el resumen de la catequesis que el Papa pronunció en nuestro idioma:

En las catequesis de los miércoles estamos reflexionando sobre el tema de la esperanza. Hoy, a pocos días de la Navidad, contemplamos la Encarnación del Hijo de Dios, que marca el momento concreto en el que la esperanza entró en el mundo. Dios se despoja de su divinidad y se acerca a su pueblo, manifestando su fidelidad y ofreciendo a la humanidad la vida eterna.

El nacimiento de Jesús, nos trae una esperanza segura, visible y evidente, que tiene su fundamento en Dios mismo. Jesús, entrando en el mundo, nos da fuerza para caminar con él hacia la plenitud de la vida y vivir el presente de un modo nuevo.

El pesebre que preparamos en nuestras casas nos habla de este gran misterio de esperanza. Dios elige nacer en Belén, un pueblito insignificante. Allí, en la pobreza de una gruta, María, Madre de la esperanza, da a luz al Redentor. Junto a ella está José, el hombre justo que confía en la palabra del Señor; los pastores, que representan a los pobres y sencillos, que esperan en el cumplimiento de las promesas de Dios, y también los ángeles cantando la gloria del Señor y la salvación que se realiza en este Niño. Dios siempre escoge lo pequeño, lo que no cuenta, para enseñarnos la grandeza de su humildad.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los provenientes de España y Latinoamérica. Que por intercesión de la Virgen y de san José, la contemplación del misterio de la Navidad nos ayude a recibir a Jesús en nuestra vida, y podamos ser humildes colaboradores en la venida de su Reino, Reino de amor, de justicia y de paz. Feliz Navidad, llena de esperanza para todos.

(Griselda Mutual - Radio Vaticano)