Servicio diario - 29 de diciembre de 2016


 

Unos 4 millones de fieles estuvieron en el 2016 con el Papa en el Vaticano
Posted by Redaccion on 29 December, 2016



(ZENIT – Roma).- Casi cuatro millones de fieles participaron en los diversos encuentros con el Santo Padre en el Vaticano durante las audiencias generales y especiales, audiencias jubilares, celebraciones litúrgicas, Ángelus y Regina Coeli de este 2016. La Prefectura de la Casa Pontificia volvió públicos los datos de acuerdo a las solicitudes de participación en los eventos y por los billetes que han distribuidos.
También d¡se tomó en cuenta la asistencia de público durante momentos como el Angelus, Regina Coeli y las diversas celebraciones en la plaza de San Pedro. Los números más elevados se encuentran en marzo, en coincidencia con la Semana Santa, y en septiembre con motivo de la canonización de la Madre Teresa de Calcuta.
El informe se refiere sólo a las participaciones en el Vaticano y no incluye otros momentos vividos por el Papa con gran participación de los fieles, como las visitas en la diócesis de Roma, en Italia, o en los viajes internacionales en los que el pontífice se reunió con varios millones de personas.


Santos Inocentes: en Belén rezan por los niños asesinados en conflictos y por el aborto
Posted by Sergio Mora on 29 December, 2016



(ZENIT – Roma).- La Custodia de Tierra Santa ha celebrado en Belén como cada 28 de diciembre , la solemnidad de los Santos Inocentes perpetrada por el rey Herodes en el intento de asesinar a Jesús, por miedo a ser destronado. Como recuerda el Evangelio de Mateo, Herodes “mandó a asesinar a todos los niños de Belén y de su territorio con menos de dos años”
En la ciudad de la matanza, donde el ángel le sugirió en sueños a San José escapar con Jesús y María hacia Egipto, una gruta recuerda a los Santos Inocentes. Allí la misa ha sido presidida por el vicario de la Custodia de Tierra Santa, fray Dobromir Jasztal, junto con otros frailes de la Custodia y fray Artemio Vitores, guardián de la fraternidad de Belén. El Adestes Fideles y otras canciones navideñas acompañaron la liturgia.
Fray Dobromir en la homilía de la misa recordó que “celebrar la fiesta de los Santos Inocentes tan cerca de la santa Navidad es fruto de una tradición de la Iglesia que ha querido situar a las víctimas inocentes entre los compañeros de Cristo”.
“En nuestros tiempos –añadió el vicario de la Custidia– esta masacre adquiere un significado especial porque estos niños asesinados por Herodes representan a los millones de niños nacidos y asesinados en el transcurso de tantos conflictos en todo el mundo, ante nuestros ojos”.
Pero también “las enormes matanzas de niños no nacidos y condenados a muerte por las empresas y gobiernos de muchos países con leyes que permiten el aborto como un derecho humano”, dijo.
“El que recibe a Jesús nacido en Belén –concluyó el fraile franciscano– ya tiene fe, quien después testimonia con su vida a aquel que es camino, verdad y vida, vive en plenitud la fe”.


La Comunidad de San Egidio organiza cenas navideñas en casi 400 lugares
Posted by Redaccion on 29 December, 2016



(ZENIT – Roma).- La comunidad de San Egidio organizó una comida navideña con los pobres, en Roma en la basílica de Santa Maria in Trastevere, pero también en diversos países en los que realizan su labor, llegando a preparar en casi lugares 400 la cena para los pobres.
Además el primero de enero realizarán en Roma la Marcha por la Paz, desde Castel Sant’Angelo a inicio de Vía de la Conciliación, hasta el Vaticano en donde participarán en la oración del ángelus presidida por el papa Francisco. La marcha se realiza también en otros países en donde se encuentra la Comunidad.
Por lo que se refiere a la comida de Navidad con los pobres, señalan que “es una tradición de la Comunidad de Sant’Egidio desde 1982 cuando un pequeño grupo de personas pobres fue recibido alrededor de la mesa en la Basílica de Santa Maria in Trastevere”. Ellos recuerdan que en esa primera comida “fueron unos 20 invitados: algunos ancianos del barrio, de los que ya éramos amigos desde tiempo, que aquel día habrían estado solos, y algunas personas sin hogar que conocíamos de las calles de Roma”.
Desde aquella fecha “la mesa se ha alargado cada año y desde Trastevere ha llegado a muchas partes del mundo, allí donde está presente la Comunidad”, indicaron.
En el año 2000, señalan que fue una Navidad extraordinaria, con decenas de miles de personas en 54 países diferentes: personas que viven en la calle, en las residencias, en las cárceles, todos aquellos pobres que la Comunidad ayuda durante el año y muchos otros que se han añadido a la fiesta.
El particular recuerdan que san Francisco decía que la Navidad era la fiesta de las fiestas y por ello debía abrazar a todos y no dejar a nadie excluido. El fraile Tomás de Celano explica que “Francisco quería que en este día, los mendigos fuesen saciados por los ricos y que los bueyes y las mulas recibiesen una ración de comida y de heno más abundante de lo normal”.
Por explican en la Comunidad, que desean justo en el día que nace Jesús pobre para salvar al mundo, reunirse como una gran familia, donde todo el mundo se pueda sentir como en casa.


Encuentran fosas comunes en Alepo ‘liberada’
Posted by Redaccion on 29 December, 2016



(ZENIT – Roma).- La ciudad de Alepo ya sido liberada de la presencia de las milicias yihadistas y opositoras, revela la cara infernal de los ocupantes que desde hace más de cuatro años y medio han dominado una parte de la ciudad y el alto precio pagado por los civiles secuestrados que permanecen bajo su control. De acuerdo con informes de la agencia de noticias oficial siria Sana, el gobierno acaba de descubrir otra fosa común que contenía los cuerpos de 21 personas que murieron en el distrito este de Alepo. Detrás de los homicidios estarían ‘grupos terroristas’, según la terminología utilizada por las noticias de Siria en referencia a los yihadistas salafistas y los rebeldes asociados con ellos.
Lo indica la agencia Asia News precisando que en la tarde del 25 de diciembre los médicos forenses citados por Sana, entre los cuales está el Dr. Zahr Hajjo, confirmó que entre los cuerpos hay “cinco niños y cinco mujeres.” Las víctimas de esta matanza inexplicable fueron encontrados en una “prisión administrada por grupos terroristas en los barrios de Al Sukkari y Kallassé”. Han sido “ejecutados con disparos” como se especifica por parte de la agencia.
La ciudad de Alepo ha encontrado la paz tras un inesperado acuerdo entre Rusia, un aliado del gobierno de Siria, y Turquía que es aliada y partidaria de los grupos yihadistas e insurgentes, indica Asia News. El pacto condujo a la evacuación de los combatientes, que se dirigieron a la provincia de Idlib, un bastión del Isisy grupos yihadistas. El grupo exiliado estaría formado por 35 mil hombres armados, acompañados de sus familias, de un total de cerca de 250 mil habitantes que compone el sector oriental de Alepo, ahora liberado del componente yihadista.
En los días previos a la evacuación, la ONU había informado que había recibido informes fidedignos relativos a la ejecución de al menos 82 civiles, de los cuales 11 mujeres y 13 niños, culpando de la matanza a las fuerzas progubernamentales. En respuesta, el 26 de diciembre, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso denunció el descubrimiento de las “tumbas comunes que contienen decenas de cadáveres de sirios ejecutados de una manera sumaria y (de víctimas) que habían sufrido tortura salvaje”.
Entrevistado por la prensa rusa, el general Igor Konachnkov, portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, dijo que “la mayoría de ellos fueron asesinados por arma de fuego, y que muchos cuerpos no estaban completos”, sino que mostraban mutilación generalizada.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en Londres y una red de informadores de la zona, confirmaron la noticia del descubrimiento el 25 de diciembre en las calles de Alepo al este de personas que murieron sin poder “aclarar la forma en que murieron estas víctimas”.
Muchos países occidentales han acusado a Rusia y el gobierno sirio, que llevó a cabo ataques aéreos durante las operaciones de liberación de los distritos al este de Alepo ocupados por los yihadistas y rebeldes. Moscú y Damasco han “cometido crímenes contra la humanidad.” Ahora el Kremlin y el gobierno sirio rechazan el remitente de estas acusaciones y hablan abiertamente de “matanzas de civiles cometidos por los terroristas con el apoyo de los países occidentales”.


Solemnidad de Santa María Madre de Dios – 1 de enero
Posted by Antonio Rivero on 29 December, 2016



Ciclo A – Textos: Números 6, 22-27; Gálatas 4, 4-7; Lucas 2, 16-21.
Idea principal: María es Madre de Dios y Madre nuestra.
Resumen del mensaje: Como nuestros hermanos orientales de rito sirio, demos hoy los augurios y felicitaciones a María Santísima, por ser la Madre de Dios. Acerquémonos a Ella con estos sentimientos, pues también es nuestra madre en el plano de la gracia.
Aspectos de esta idea:
En primer lugar, esta verdad de que María es verdadera Madre de Dios, la Theotokos, la Iglesia la definió en el concilio de Éfeso en el 431. San Cirilo de Alejandría, que presidió el Concilio, escribía a continuación a sus fieles: “Sabéis que se reunió el santo sínodo en la gran iglesia de María, Madre de Dios. Pasamos allí el día entero… Había allí unos doscientos obispos reunidos. Todo el pueblo esperaba con ansiedad, aguardando desde el amanecer hasta el crepúsculo la decisión del santo Sínodo… Cuando salimos de la iglesia, nos acompañaron con antorchas hasta nuestros domicilios, porque era de noche. Se respiraba alegría en el ambiente; la ciudad estaba salpicada de luces; incluso las mujeres nos precedían con incensarios y abrían la marcha” (Epístola 24). San Ignacio de Antioquía llama a Jesús “el hijo de Dios y de María”. Esto coloca a María a una altura que da vértigo, al lado del Padre. Pero también, por ser de nuestra raza “nacido de una mujer”, está cercana a nosotros y se hace nuestra madre también, madre de la Iglesia. De esclavos que éramos pasamos a ser hijos en el Hijo (segunda lectura). Maravilloso intercambio éste como para felicitar a María y felicitarnos entre nosotros.
En segundo lugar, veamos la misión que tiene esta Madre, como toda madre. Una madre da a luz a su hijo con amor y acompaña a su hijo hasta el final. Así hizo María con su Hijo Jesús. Una madre amamanta a su hijo. Una madre cuida a su hijo. Una madre respeta la libertad de su hijo. Una madre acompaña a su hijo en sus momentos alegres y también en los momentos difíciles. María es madre de todos los hombres en el orden de la gracia. Al dar a luz a su primogénito, parió también espiritualmente a aquellos que pertenecerían a él, a los que serían incorporados a él y se convertirían así en miembros suyos. Ella desde el cielo intercede por nosotros, nos consuela, nos anima y nos apunta a su Hijo diciéndonos: “Haced lo que Él os diga”.
Finalmente, preguntémonos qué podemos imitar de María, nuestra Madre. El evangelio nos da dos secretos: “Ella conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón”. Seamos hombres que sabemos rumiar las cosas de Dios en nuestra vida, y como decía san Agustín, dado que no podemos imitarla en la primera Encarnación física, imitémosla en la segunda encarnación espiritual “concibiendo el Verbo con la mente”. Y segundo, salgamos de la Navidad como los pastores que salieron “dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto”, es decir, seamos testigos de esta Encarnación del Hijo de Dios y de esta Maternidad divina de María.
Para reflexionar: ¿Tengo a María como madre de mi fe, esperanza y amor? ¿Rezo continuamente a María? Puedo, como María, recibir la palabra, custodiarla en mi corazón, hacer de ella la luz para mis pasos, alimento de mi vida espiritual.
Para rezar: recemos el famoso “Acordaos”.
“Acuérdate, oh Piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti. Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Virgen Madre, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu Presencia Soberana; no deseches, oh Purísima y Santísima Madre de Dios mis humildes súplicas, antes bien escúchalas y atiéndelas favorablemente. Amén”.


Jesús es esperanza de paz
Posted by Felipe Arizmendi Esquivel on 29 December, 2016



VER
En varias partes del mundo hay conflictos y guerras. En Siria, entre israelíes y palestinos, en diversas regiones de Africa, en Venezuela, y en tantos otros lugares, con mayor o menor intensidad. Pero lo mismo sucede entre nosotros. En Oxchuc y Chenalhó, no han podido tomar plena posesión como presidentas municipales dos mujeres, a pesar de que las autoridades federales les han confirmado en sus puestos. No es cuestión de género, sino que hay divisiones internas en sus comunidades, que tornan muy peligrosa, incluso sangrienta, su reinstalación. Es lo que queremos evitar. Pero el interés por el dinero, por administrar los recursos públicos, impide cualquier negociación y acuerdo. No hay la paz social que anhelamos en esos lugares. Y con bloqueos carreteros, que dañan tanto a las propias comunidades y al turismo, presionan para quedarse con el poder.
Tampoco hay paz en muchos hogares. ¡Cuánto sufren los hijos con el alcoholismo de un papá, o con la violencia intrafamiliar! Hay hermanos que no se hablan, por inconformidades internas con las herencias. ¡Cuánta guerra, subterránea o abierta, entre los candidatos de partidos políticos! Entre los mismos seguidores de Jesús, hay ataques fundamentalistas, usando hasta la misma Biblia para destrozarnos. Y ¡cuántos corazones rotos por odios y resentimientos, incapaces de perdonar!
En cambio, cuando descubrimos a Jesús y lo sentimos cercano, la vida cambia por completo. Así me lo escribió un encarcelado, ahora que visité el Centro de Readaptación Social No. 5 de Chiapas, como acostumbramos hacer muchos obispos y sacerdotes en las fiestas navideñas: “Como nunca, entiendo de manera literal lo que significa no ser libre a causa del pecado. Tenemos muchas cárceles: vicios, excesos, alejamientos, rencores, enfermedades, pobreza, hambre, indiferencia, y sólo cuando estás en la cárcel y te dicen que alguien llegará para darte la libertad, tu corazón despierta y comienza a albergar una luz en su interior: esperanza… En Navidad, damos gracias a Dios que nos libera, que puso su vista en nosotros y nuestra necesidad… Por eso, para quienes no somos libres, este día es un día de alegría, porque hoy nace Dios, y por eso es un día feliz”.
PENSAR
El Papa Francisco, con ocasión de la Navidad, nos invita a volver los ojos a Jesús. Si lo aceptamos y procuramos vivir su Evangelio, no sólo encontraremos paz y esperanza para nosotros, sino que las contagiaremos a los demás:
“Cuando todo parece terminar, cuando, ante tantas realidades negativas, la fe se hace difícil y viene la tentación de decir que nada más tiene sentido, ahí está en cambio la bella noticia: Dios está viniendo a realizar algo nuevo, a instaurar un reino de paz; Dios viene a traer libertad y consolación. El mal no triunfará por siempre; existe un final para el dolor. La desesperación ha sido vencida, porque Dios está entre nosotros.
Estamos llamados a convertirnos en hombres y mujeres de esperanza. Pero qué feo es cuando encontramos un cristiano que ha perdido la esperanza: “Yo no espero nada, todo ha terminado para mí”; un cristiano que no es capaz de mirar el horizonte con esperanza y, ante su corazón, solo hay un muro. ¡Dios destruye estos muros con el perdón! Y por esto, nuestra oración para que Dios nos dé cada día la esperanza y la dé a todos, aquella esperanza que nace cuando vemos a Dios en el pesebre en Belén. Y viendo al pequeño Niño de Belén, los pequeños del mundo sabrán que la promesa se ha cumplido, el mensaje se ha realizado. En un niño apenas nacido, necesitado de todo, envuelto en pañales y puesto en un pesebre, está contenida toda la potencia del Dios que salva” (14-XII-2016).
“Para encontrarlo, hay que ir allí, donde él está: es necesario reclinarse, abajarse, hacerse pequeño. El Niño que nace nos interpela: nos llama a dejar los engaños de lo efímero para ir a lo esencial, a renunciar a nuestras pretensiones insaciables, a abandonar las insatisfacciones permanentes y la tristeza ante cualquier cosa que siempre nos faltará. Nos hará bien dejar estas cosas para encontrar de nuevo en la sencillez del Niño Dios la paz, la alegría, el sentido luminoso de la vida” (24-XII-2016).
ACTUAR
Si piensas que esto son sólo bellas palabras, consuelos baratos, sentimentalismos ocasionales, haz la prueba de acercarte a Jesús y verás cómo cambia tu corazón. Encontrarás la paz que necesitas, suceda lo que sucediere, y serás constructor de paz a tu alrededor. Búscalo en el silencio de un Sagrario y en el sufrimiento de los pobres. Tu vida será diferente.


Beata Eugenia Ravasco – 30 de diciembre
Posted by Isabel Orellana Vilches on 29 December, 2016



(ZENIT – Madrid).- Aunque en sus entrañas latía el hondo anhelo de partir a misiones, sueño que no pudo cumplir, siendo jovencísima pasó a formar parte del gran elenco de fundadores y fundadoras, y dedicó su quehacer a sembrar de esperanza el acontecer de los jóvenes, con singular atención a los más desamparados.
Nació el 4 de enero de 1845 en Milán, Italia, siendo la tercera de los seis hijos que verían la luz en la familia formada por el honorable banquero Francisco Mateo y su esposa Carolina Mozzoni Frosconi. No iba a tener otro afán en su vida que «vivir abandonada en Dios y en las manos de María Inmaculada» y «arder en el deseo del bien ajeno, especialmente de la juventud», ideario de su fundación y objetivo de su acontecer. En esa situación familiar privilegiada, económica y social, fue educada en la fe, aunque perdió a su madre cuando era una niña. Dos hermanos pequeños murieron también, y su padre, de origen genovés, regresó a su tierra con dos de sus hijos, el mayor y la benjamina. Mientras, Eugenia quedó bajo el amparo de una tía que la formó y cuidó como una madre hasta que en 1852, con hondo pesar por tener que separarse de ella, se fue a Génova junto a su padre y hermanos: Ambrosio y Elisa. Con ésta última, en particular, estuvo estrechamente unida.
En 1855 murió su progenitor, y otros tíos, Luís Ravasco, también banquero y comprometido con la fe, así como Elisa Parodi, madre de una numerosa prole de diez hijos, intentaron cubrir el doloroso vacío. Luís fue el tutor de sus sobrinos. Buscó una institutriz para las niñas, y aunque aquélla actuó con mano firme y severa en exceso, Eugenia se amoldó sin dificultad. Tomó la primera comunión en 1855, y desde ese momento experimentó una singular devoción por la Eucaristía, que fue uno de los rasgos de su vida espiritual, compartido con su amor a los Sagrados Corazones de Jesús y de María Inmaculada. Al fallecer su querido tío Luís, que tanto bien le reportó, una de sus tías fraguó para ella un ventajoso matrimonio con un marqués, pero no prosperó la idea porque la elección de su consagración al Sagrado Corazón de Jesús estaba grabada en lo más íntimo de su ser.
En mayo de 1863 penetró en el templo de Santa Sabina. Un misionero predicaba la palabra, y Eugenia halló la respuesta que estaba buscando para su vida: ensamblado su corazón al Corazón de Jesús, se consagraría a los demás. Dócil a la voluntad divina, a través de su director espiritual comenzó a dar los pasos oportunos con firmeza. No tuvo en cuenta el juicio negativo de familiares y las críticas desdeñosas de personas de alto estatus social, como había sido el suyo, y dio muestras de su gran caridad y generosidad poniendo al servicio de los necesitados el copioso patrimonio que había heredado: «Este dinero no es mío, sino del Señor, yo soy solamente la depositaria». Y así comenzó a prestar toda clase de ayuda a niñas, enfermos y pobres.
Siendo joven había tenido que afrontar las dificultades y dolorosos hechos que acaecieron en su familia, hacerse cargo de los bienes y luchar contra personas sin escrúpulos que intentaron esquilmarlos. Además, vio con enorme sufrimiento cómo se perdía irremediablemente su hermano mayor, preso de los desmanes. Todo ello acrisoló su gran fortaleza y revistió su madurez humana y espiritual. Por eso se comprende que el 6 de diciembre de 1868, contando solo con 23 años, fundase la Congregación de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Ésta nació con el objeto de inculcar a los jóvenes, especialmente a los desfavorecidos, los valores cristianos. A todos instó a seguir el camino de perfección. Atenta a los pobres, no descuidó tampoco a personas con recursos ganándoselas para Cristo, al tiempo que obtenía su ayuda económica para auxiliar a los que nada poseían. La estrecha colaboración con las parroquias dio grandes frutos apostólicos. Con todos compartió su acendrado amor a la Eucaristía así como a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Rogaba insistentemente: «Corazón de Jesús, concededme poder hacer este bien y ninguno otro, en todas partes».
Su sueño frustrado, porque así lo determinó la Providencia, fue ir a misiones. Pero estuvo al lado de los presos, los moribundos y los incrédulos. En 1878 creó la Escuela Normal femenina, criticada e incomprendida por sectores laicistas. Nada hizo mella en su fe y vivió, como siempre había hecho, totalmente desprendida de sí. Las numerosas acciones que impulsó tuvieron el signo de la alegría y de la fe. Aconsejaba a las jóvenes: «Estad alegres, divertíos, pero santamente…». Y a sus hijas: «Vuestro gozo atraiga otros corazones para alabar a Dios». Con este espíritu asumió, llena de paciencia y caridad, la incomprensión y soledad a la que fue sometida dentro de su comunidad. Muy enferma murió el 30 de diciembre de 1900. Fue beatificada por Juan Pablo II el 27 de abril de 2003.