Editorial \ Reflexiones en frontera

Hasta dónde podrá llegar tu indiferencia y la mía. Aniversario del terremoto de Haití

RV | 12/01/2017 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

Me impresionó la foto de una niña alta sobre un basural, después del terrible terremoto de Haití en 2010. Esta foto de ahora es otra. Pero también aquí la niña con su vestido blanco y sus trenzas, debería ser un pimpollo precioso de esperanza, de vida nueva, de futuro.

En enero de 2010 el terremoto de 7 grados sacudió zarandeó, removió, destruyó Haití, uno de los países más pobres, como una mano dañina que revuelve la herida para causar más dolor.

¿La pobreza y la imposibilidad de volver a levantarse de Haití, es por la adoración del dios dinero y la corrupción que hay en todos los países del mundo?, ¿llegaron en 7 años las ayudas prometidas y se cumplieron las promesas realizadas? Pero Dios sí conoce la respuesta.

Por todos lados corren niños y niñas esperanza de futuro, que de pronto desaparecen secuestrados y convertidos en soldados, en esclavos, abusados, sus órganos vendidos; encontrados donde explotó la bomba de la indiferencia, enemiga de la humanidad entera y no de los soldados o de los mercenarios o de los civiles indefensos. ¿Hasta dónde podrá llegar tu indiferencia y la mía?

Con el tiempo, el mundo entero tendrá todo un bello rostro haitiano, pero desfigurado por la indiferencia y el egoísmo, si hoy vos y yo en vez de preguntarnos ¿dónde estaba Dios en Haití?, nos preguntamos qué es eso concreto que podemos hacer ahora por ese herido que está a nuestro lado, en todos y cada uno de los rincones de la geografía del planeta tierra también herido.

@jesuitaGuillo