Servicio diario - 26 de febrero de 2017


 

Francisco a los anglicanos: ‘Jesús nos pregunta, ¿estás dispuesto a dejar algo de tu pasado por mi?’
Posted by Redaccion on 26 February, 2017



(ZENIT- Roma, 26 Feb. 2017).- El papa Francisco visitó este domingo en Roma a la comunidad Anglicana, con motivo de los 200 años de la edificación de su iglesia de All Saints, situada a pocas cuadras de Piazza del Popolo.
El Santo Padre llegó en una Ford focus, un poco antes de las 16 horas locales. A su entrada saludó a las autoridades y el obispo anglicano Robert Innes, le indicó se trata de una visita histórica, la primera de un pontífice a una iglesia anglicana en Roma. Le agradeció su ministerio a favor de los pobres, de haber tomado partido a favor de los inmigrantes, y porque su obra aborda temas éticos que trascienden las fronteras.
El Papa bendijo a continuación un ícono de Cristo (San Salvatore) y a seguir encendieron velas delante de esta imagen. La celebración prosiguió con la renovación de las promesas bautismales, leídas por el papa Francisco y por el reverendo Innes.
El Pontífice agradeció la invitación y recordó que desde los 200 años de la inauguración de esta iglesia, las cosas en el mundo cambiaron mucho y también entre anglicanos y católicos, que en el pasado se miraban con sospechas y hostilidad. “Hoy gracias a Dios nos reconocemos como lo que verdaderamente somos: hermanos y hermanos en Cristo, mediante nuestro común bautismo” dijo. Y añadió: “Como amigos y peregrinos deseamos caminar juntos, seguir juntos a Nuestro Señor Jesucristo”.
Y refiriéndose al ícono apenas bendecido dijo: “En esta santa imagen, Jesús mirándonos parece hacernos un llamado: ¿Estás listo para dejar algo de tu pasado por mi?, ¿quieres ser mensajero de mi amor, de mi misericordia?”.
Y si san Pablo no tuvo siempre una relación fácil con la comunidad de Corinto, “superó las divergencias del pasado, viviendo su ministerio según la misericordia recibida”. Una tarea que inició en la humildad, “con la confianza de que Dios lo mira y sostiene en su debilidad”, dijo el Pontífice.
El punto de partida para que sea Dios quien opere, es “reconocerse necesitados de Dios, mendigos de misericordia”. Porque “¡somos solamente vasos de creta, pero custodiamos dentro de nosotros el tesoro más grande del mundo!”. Contrariamente “estaremos tan solo llenos de nuestros tesoros, que se corrompen y marchitan en vasos aparentemente bellos”.
Y si existían tensiones en la comunión en los cristianos de Corinto, la relación se acomodó y los cristianos de Corinto iniciaron a trabajar junto a las otras comunidades visitadas por Pablo para ayudar a quien estaba en necesidad. “Esto es un signo fuerte de la comunión restaurada. También la obra que vuestra comunidad realiza junto a otras de idioma inglés aquí en Roma puede ser vista de este modo”. Y precisó que “a través del testimonio concorde de la caridad, el rostro misericordioso de Jesús se vuelve visible en nuestra ciudad”.
Y les invitó a “animarnos mutuamente para volvernos cada vez más discípulos fieles de Jesús, cada vez más libres de los prejuicios del pasado y deseosos de rezar para y con los otros”.


Los anglicanos preguntan, el obispo de Roma responde: ‘el ecumenismo se hace caminando’
Posted by Sergio Mora on 26 February, 2017



(ZENIT- Roma, 26 Feb. 2017).- Durante la visita que el papa Francisco hizo este domingo a la iglesia anglicana en Roma, de All Saints, con motivo de los 200 años de su construcción, después de la ceremonia y palabras dirigidas a los presentes, aceptó responder algunas preguntas de los participantes.
Relaciones históricas entre católicos y anglicanos
Respondiendo a una estudiante, el Papa señaló: Vemos que las relaciones entre católicos y anglicanos son buenas, aunque “en la historia hay cosas feas por todas las partes”. Entretanto precisó que “arrancar un pedazo de la historia y ponerlo como un símbolo, como ejemplo de lo que fue siempre, no es justo”. Porque esos momentos –aseguró– tienen que ser entendidos en su hermenéutica.
“También en los santos, tenemos una común comunión”, recordó Francisco, y las dos Iglesias nunca los renegaron. Existieron además relaciones de hermandad en tiempos feos, en el que el poder político o religioso se mezclaban, con la norma Cuius regio, eius religio, recordó.
El Pontífice señaló que conoció a un anciano jesuita en Buenos Aires de familia inglesa, y que él católico, de joven fue monaguillo en la ciudad de Rosario en el funeral que se celebró de la Reina Victoria, o sea que “en esos tiempos existían también estas relaciones”.
Una figura que nos ayudará a pensar, señaló es: ‘dos pasos adelante y medio hacia atrás’, y debemos seguir en esto. Existen también los monasterios y “los monjes, sean católicos que anglicanos que son una gran fuente espiritual de nuestra tradición”, dijo y aunque “no hagamos todas las cosas iguales caminamos juntos”.
Discusión teológica o colaboración pastoral
Una profesora anglicana de la Universidad La Sapienza de Roma indicó que Benedicto XVI prefería la discusión teológica a la colaboración conjunta, como él.
¿Cuál de las dos cosas es prioritaria? Se interrogó Francisco y contó lo del patriarca Atenágora que le dijo al papa Pablo VI: ‘Hagamos nosotros la unidad y pongamos a los teólogos en una isla para que piensen. Lo dijo bromeando, pero me confirmaron que lo dijo.
“Es verdad lo que dijo Benedicto XVI, pero esto no se puede hacer en un laboratorio, se tiene que hacer caminando, en camino”. Porque el ecumenismo es un camino, añadió Francisco.


El Papa estudia viajar a Sud Sudán junto al obispo anglicano Welby para llevar la paz
Posted by Sergio Mora on 26 February, 2017



(ZENIT- Roma, 26 Feb. 2017).- El santo padre Francisco señaló que desea ir a Sud Sudan, y que se estudia la posibilidad. Esto porque tres obispos de diversos cultos cristianos se lo pidieron en conjunto y añadieron que deseaban que sea junto al obispo de Canterbury, Justin Welby. El Pontífice señaló su intención, “porque los tres trabajan por la paz”.
Lo dijo el papa Francisco hizo este domingo a la iglesia anglicana en Roma, de All Saints, con motivo de los 200 años de su construcción, durante las preguntas que los fieles anglicanos le hicieron.
En particular esta revelación nació de la pregunta de un seminarista nigeriano que le indicó a Francisco como en África el ecumenismo es más creativo que en Europa, y le preguntó qué se puede aprender de esto.
El Santo Padre reconoció que las iglesias jóvenes tienen más creatividad y que lo mismo sucedía al inicio en Europa. Y ambas tienen que colaborar, dijo. Aquí fue cuando reveló que “estamos estudiando la posibilidad de un viaje del Sud Sudán, tres obispos cristianos me lo pidieron, dijo, y que sea junto al obispo de Canterbury, Justin Welby. “Porque los tres trabajan por la paz”.
Narró que cuando Pablo VI beatificó a los mártires de Uganda no hizo distinción, algunos eran católicos y otros anglicanos, todos martirizados por el mismo Cristo. En ese momento recién después del Concilio no fue posible subrayar esto en la beatificación. Pero esa Iglesia joven los celebra a todos juntos y el Papa los nombró a todos juntos, dijo.
Francisco indicó también que era muy amigo en Buenos Aires del obispo anglicano. Y que en el norte de Argentina hay misiones católica y anglicanas que trabajan con los aborígenes y ambos juntos. Y si un domingo uno de ellos no puede celebrar, para no quedarse sin misa van a los de otra comunidad.
El Pontífice reconoció entretanto que el ecumenismo en materia teológica es más profundo en una Iglesia más antigua como la de Europa. Y señaló que le gustaría que los seminaristas europeos viajaran para aprender en los países jóvenes. Allí entretanto aseguró que no es más superficial el ecumenismo, porque ellos no negocian su fe.
Hacia el final de la visita, uno de los obispo señaló que en esta comunidad anglicana pagarán en nombre del Papa la cena semanal para indigentes en la estación Ostiense de trenes, en Roma. Y también que regalarán 50 Biblias en inglés en nombre del Santo Padre, a ex prostitutas africanas que han sido rescatadas de la calle.
Hacia la conclusión y poco antes de salir, una señora le regaló al Papa unas mermeladas y una torta, típica del cuarto domingo de cuaresma.


El Santo Padre en el ángelus: ‘Confiemos en Dios, es un Padre que no se olvida de sus hijos’
Posted by Redaccion on 26 February, 2017



(ZENIT- Ciudad del Vaticano, 26 Feb. 2017).- El mensaje del Evangelio de hoy “es un fuerte llamado a la confianza en Dios que cuida a todos los seres vivientes de la creación, provee el alimento a los animales y se preocupa de los lirios y hierbas del campo”.
Lo explicó el papa Francisco Francisco, este domingo en el Vaticano dese la ventana de su estudio, antes de la oración del ángelus que rezó ante los miles de peregrinos que le esperaban en la plaza de San Pedro. Invitó así a confiar en Dios, sin perder la serenidad ante las preocupaciones.
“Jesús nos exhorta a no preocuparnos por el mañana, recordándonos que tenemos un Padre lleno de amor que no se olvida jamás de ninguno de sus hijos, y si bien “tener confianza en él no resuelve mágicamente los problemas, pero nos permite afrontarlos con el animo justo”.
Con coraje porque uno se pone bajo la protección “de Dios mi padre que me quiere mucho”. Porque “Dios no es un ser lejano y anónimo, sino nuestro refugio, el manantial de nuestra serenidad y de nuestra paz”. Y además “Dios es para nosotros el gran amigo, el aliado, el Padre”.
No siempre nos damos cuenta de esto, señaló Francisco y por ello muchas veces preferimos apoyarnos en los bienes inmediatos y contingentes, olvidando y a veces rechazando el bien supremo, es decir el amor paterno de Dios. Así el Pontífice exhortó: “Sentirlo Padre, en esta época de orfandad es muy importante!”
Nosotros nos alejamos del amor de Dios cuando vamos en la búsqueda obsesiva de los bienes terrenos y de las riquezas, manifestando así un amor exagerado a estas realidades, indicó el Pontífice, siendo que “Jesús nos dice que esta búsqueda afanosa es ilusoria y motivo de infelicidad, y da a sus discípulos una regla de vida fundamental: ‘Busquen primero el Reino de Dios’. O sea el proyecto que Jesús anunció en el sermón de la montaña, confiando en Dios que no desilusiona, a diferencia de tantos amigos que nos han desilusionado.
Recordó también que el Evangelio es claro: “No se puede servir a Dios y a la riqueza”, ni a los ídolos fascinantes pero ilusorios que llevan a resultados tangibles pero fugaces. En cambio elegir a Dios no siempre muestra inmediatamente sus frutos. Es una decisión que se toma en la esperanza y que deja a Dios la plena realización de los proyectos.



Texto completo del papa Francisco en el ángelus de 26 de febrero de 2017
Posted by Redaccion on 26 February, 2017



(ZENIT- Ciudad del Vaticano, 26 Feb. 2017).- El papa Francisco rezó este domingo la oración del ángelus ante la plaza de San Pedro, donde estaban unos 30 mil fieles y peregrinos.
A continuación el texto completo de las palabras del Santo Padre:
“Queridos hermanos y hermanas, la página del Evangelio de hoy es un fuerte llamado a confiar en Dios, no se lo olviden, confiar en Dios, que cuida a todos los seres vivientes de la creación, provee el alimento a los animales y se preocupa de los lirios y de la hierba del campo.
Su mirada benéfica y atenta vigila cotidianamente por nuestra vida. Esta procede bajo las amenazas de tantas preocupaciones que nos ponen en riesgo de perder la serenidad y el equilibrio; aunque esta angustia frecuentemente es inútil porque no logra cambiar el curso de los eventos.
Jesús nos exhorta con insistencia a no preocuparnos por el mañana, recordándonos que sobretodo tenemos un Padre que nos ama, que no se olvida jamás de ninguno de sus hijos: confiarse a él no resuelve mágicamente los problemas, pero nos permite afrontarlos con el animo justo, con coraje. Y soy valiente porque me confío a mi Padre que cuida todo y me quiere mucho.
Dios no es un ser lejano y anónimo, sino nuestro refugio, el manantial de nuestra serenidad y de nuestra paz. Es la roca de nuestra salvación a la cual podemos aferrarnos con la seguridad de no caer; quien se aferra a Dios no cae nunca. Es nuestra defensa del mal, que siempre está al acecho.
Dios es para nosotros el gran amigo, el aliado, el Padre, pero no siempre nos damos cuenta, No nos damos cuenta que tenemos un amigo, un aliado, un padre. Preferimos apoyarnos en los bienes inmediatos y contingentes, olvidando y a veces rechazando el bien supremo, es decir el amor paterno de Dios.
Sentirlo Padre, en esta época de orfandad es muy importante. En este mundo huérfano, sentirlo Padre. Nosotros nos alejamos del amor de Dios cuando buscamos obsesivamente los bienes terrenos y las riquezas, manifestando así un amor exagerado a estas realidades.
Jesús nos dice que esta búsqueda afanosa es ilusoria y motivo de infelicidad y da a sus discípulos una regla de vida fundamental: ‘Busquen en cambio primero el Reino de Dios’.
Se trata de realizar el proyecto que Jesús anunció en el sermón de la montaña, confiando en Dios que no desilusiona como tantos amigos que nos han desilusionado. Trabajar como administradores fieles de los bienes que Él nos ha dado, incluso los terrenales, pero sin actual demasiado, como si todo, también nuestra salvación dependiera solo de nosotros.
Esta actitud evangélica pide una decisión clara, que el paso de hoy indica con precisión: ‘No se puede servir a Dios y a la riqueza’. O el Señor o los ídolos fascinantes pero ilusorios. Esta decisión que estamos llamados a cumplir repercute en todos nuestros actos, programas y empeños.
Es una decisión que debemos hacer de manera neta y que es necesario renovar continuamente, porque la tentación de reducir todo al dinero, placer y poder, nos amenazan.
Hay tantas tentaciones. Aunque honorar a estos ídolos lleva a resultados tangibles aunque fugaces, elegir a Dios no siempre muestra inmediatamente sus frutos. Es una decisión que se toma en la esperanza y que le deja a Dios la plena realización. La esperanza cristiana lleva a cumplimiento futuro de la promesa de Dios y no se detiene delante a ninguna dificultad, porque está fundada en la fidelidad de Dios, que nunca deja de cumplir. Él es fiel, es un padre, un amigo y un aliado fiel.
La Virgen María nos ayude a confiarnos al amor y a la bondad del Padre celeste, a vivir con Él y en Él. Este es el presupuesto para superar los tormentos y las adversidades de la vida, y también la persecución, como demuestra el testimonio de tantos hermanos y hermanas nuestros”.
Después de la oración del ángelus
“Queridos hermanos y hermanas, dirijo un cordial saludo a todos los peregrinos de Roma, de Italia y de los diversos países. Saludo a los fieles polacos de Varsovia y de otras localidades que han realizado una peregrinación mariana. Y de España, a los de Ciudad Real y a los jóvenes de Formentera. Saludo a los jóvenes de Cuneo, Zelarino, Mattarello y Malcesine, Fino Mornasco y Monteolimpino; a los recién Confirmados de Caravengo d’Adda, Almenno San Salvatore y Seravalle Scrivia; a los fieles de Ferrara, Latina, Sora, Roseto degli Abruzzi, Creazzo y Rivalta sul Mincio.
Saludo al grupo que ha venido por la “Jornada de las enfermedades raras”. Gracias, gracias a ustedes por todo lo que hacen, y deseo que los pacientes y sus familias sean adecuadamente apoyados en el no fácil recorrido, sea médico que legislativo. A todos les deseo un buen domingo y por favor no se olviden de rezar por mi. ‘Buon pranzo‘ y ‘Arrivederci‘”.
(Texto traducido por ZENIT)


El cardenal Osoro pide a España que ‘abra ya’ corredores humanitarios para los refugiados
Posted by Sergio Mora on 26 February, 2017



(ZENIT- Roma).- El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, visitó hoy algunas estructuras de la comunidad de Sant’Egidio. Allí le explicaron el trabajo con los corredores humanitarios para hacer llegar a Italia a las familias de refugiados. Interrogado sobre qué falta en España para que los corredores humanitarios se puedan activar como lo está haciendo Italia, el cardenal indicó que en su país “es una decisión que debemos tomar los que tienen las responsabilidades para hacerlo”, y desea claramente que sea “ya”.
Después de su visita a la Iglesia de San Bartolomé, en la isla Tiberina, en la que san Juan Pablo II quiso se dedique a la memoria ecuménica de los mártires del siglo XX y contemporáneos, interrogado por ZENIT sobre que le impresionó al visitar este templo, el purpurado español indicó tres puntos: primero “el testimonio de los cristianos en todas las situaciones aun cuando se pide la vida para indicar que Jesucristo es el verdadero camino y la verdad”.
Segundo, porque “me ha ayudado a ver como los cristianos tenemos que uniros”, dijo, porque “hay mártires de la iglesia católica y de otras iglesias, que son hermanos cristianos. Y lo importante de ver en ese ‘dar la vida’ es la unidad. La sangre nos une y la sangre de Cristo une a todos los hombres”.
Tercero, señaló el cardenal, es porque “esta basílica como está dispuesta es la tarjeta de presentación de lo que tiene que ser esta humanidad, un mundo de hermanos. Porque somos todos hijos de Dios”.
En su visita a la estructuras de la comunidad de Sant’Egidio, situada en Vía del Fienarioli, el arzobispo de Madrid estuvo en la escuela de italiano para extranjeros, que da este servicio gratuito a los inmigrantes.
El purpurado entró en diversas aulas y conversó con los alumnos. Entre ellos, una señora salvadoreña le señaló que emigraron pensando a los hijos, porque las pandillas los enrolan y ellos no pueden hacer nada. En esa aula también contaron sus experiencias una señora albanesa y otra de ucrania y una tercera de Georgia. La visita concluyó en una casa hogar cercana, para enfermos terminales.



El cardenal Osoro toma posesión de la basílica de Santa María en Trastevere
Posted by Sergio Mora on 26 February, 2017



(ZENIT – Roma).- El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, ordinario para los fieles de rito oriental de España, creado cardenal en 2016 por el papa Francisco, tomó posesión este sábado 25 de febrero de 2017 de la iglesia Santa María en Trastevere, una de las más antiguas de Roma y una joya arquitectónica.
El papa Francisco anunció el 9 de octubre de 2016 e su elevación a la púrpura cardenalicia y fue creado cardenal en la basílica de San Pedro en el consistorio del 19 de noviembre de ese año.
Todos los cardenales son titulares de un templo de la Ciudad Eterna, para subrayar su unión con el obispo de Roma, y al arzobispo de Madrid le fue dado este templo, con hermosos mosaicos medioevales, donde fue martirizado en el año 222 el papa san Calixto y su cuerpo arrojado al pozo de la iglesia que él había hecho construir.
El cardenal entró mientras el coro entonaba el salmo 61, ‘Descansa solo en Dios’ y en su homilía, el español agradeció al papa Francisco su nombramiento y recordó que esta iglesia está confiada a la comunidad de Sant’Egidio, con quien tiene estrecha relación y la cual “busca hacer verdad la cultura del encuentro, sirviendo siempre a los más pobres, en las circunstancias más adversas”.
Hoy domingo la Comunidad de San Egidio le mostrará al arzobispo de Madrid la basílica de San Bartolomé en la Isla Tiberina, iglesia en la que san Juan Pablo II quiso se dedique a la memoria ecuménica de los mártires del siglo XX y de los mártires contemporáneos. Después irá a vía del Fienaroli, donde está la escuela de italiano para los extranjeros y le explicarán el trabajo con los corredores humanitarios para hacer llegar a Italia, a familias de refugiados y una casa hogar para enfermos terminales.


San Gabriel de la Dolorosa – 27 de febrero
Posted by Isabel Orellana Vilches on 26 February, 2017



(ZENIT – Madrid).- La vida de Francisco Possenti, un amasijo de enfermedad y muerte que fueron peldaños de una heroica ofrenda, es la de una intensa y bellísima historia de amor a Jesús crucificado, a la Eucaristía y a la Virgen. Pero no fue así desde el principio. Acomodado a los recursos que le ofrecía el alto estatus social de su familia y el éxito que le rodeaba, fue aplazando la respuesta al llamamiento que claramente percibía dentro de sí. Experto en promesas incumplidas se ofrecía a Dios, y casi a renglón seguido se olvidaba de materializar su entrega. La maraña de autoengaños y mentiras psicológicas en las que se enredó le hacían perder el tiempo que Dios había trazado sobre él. Hasta que el sufrimiento atenazó su vida con su propia enfermedad y con la pérdida del ser que más quería. Después jamás intentó doblegar la voluntad divina queriendo acomodarla a la suya. Conmovió el corazón de Gemma Galgani asistiéndola desde el cielo, a través de «visitas» en las que la animaba y aconsejaba.
Nació en Asís, Italia, el 1 de marzo de 1838. Era el undécimo de trece hermanos. Perdió a su madre cuando tenía 4 años. Su padre era juez en la ciudad y al quedarse viudo se ocupó personalmente de su formación. Era un hombre creyente que, junto a su esposa, había alentado a sus hijos a compartir diariamente prácticas de piedad como el rezo del rosario. Sostenidos por su confianza en Dios afrontaron la desaparición de cinco de los hermanos. La sensibilidad de la que hacía gala se puso de manifiesto también con la educación de Francisco. Éste tenía lo que se dice mal genio. Un carácter impulsivo y tendente a la ira, que su progenitor se preocupó de templar a través de la selecta educación que le proporcionaron los hermanos de las Escuelas Cristianas y los jesuitas con quienes le llevó a estudiar.
El mundo en cierto modo le atraía, y como era un líder fácilmente sobresalía en cualquier lugar. Después, la indómita personalidad, atenuada progresivamente, dejó traslucir un «temperamento suave, jovial, insinuante, decidido y generoso; poseía también un corazón sensible y lleno de afectividad… Era de palabra fácil, apropiada, inteligente, amena y llena de una gracia que sorprendía…». Además, poseía innegable atractivo: alto y bien formado; le acompañaba incluso su tono de voz. Esmerado en el vestir –iba a la última– tenía dotes para el canto, la poesía y el teatro. Sensible y proclive al enamoramiento, se sentía atraído por la lectura de las novelas. Pero como en su interior mantenía siempre viva su fe cristiana (incluso tenía en su habitación una escultura de la Piedad que veneraba), después experimentaba una honda tristeza y abatimiento. A veces iba con su padre al teatro, y lo abandonaba a escondidas para rezar bajo el pórtico de la cercana catedral, regresando de nuevo antes de finalizar la función.
Dios tocó su corazón por medio de una grave enfermedad. Aterrorizado por ella, prometió que si sanaba abandonaría la vida que llevaba. Se curó, pero no cumplió su palabra. Con todo, llamó a la puerta de los jesuitas, y aunque fue aceptado pensó que le convenía una comunidad más rigurosa. Nuevamente estuvo a punto de morir, y seguro de que sanaría manteniéndose fiel a Dios, tocado por el ejemplo del beato Andrés Bobola, al que había pedido su mediación, efectivamente se curó. Solo le quedaba cumplir su promesa ingresando con los jesuitas. Sin embargo, dejó pasar el tiempo. Entonces perdió a la hermana que más quería a consecuencia de una epidemia de cólera, y lo interpretó como un signo divino inaplazable. De modo que, comunicó a su padre la decisión que daría el rumbo definitivo a su existencia. A su progenitor le parecía que un joven tan mundano como él no iba a encajar fácilmente en esa forma de vida y desistiría de su empeño prontamente. En esa época intervino María. El 22 de agosto de 1856, cuando Francisco asistía a la procesión de la «Santa Icone» en Spoleto, donde residía, la Virgen le dijo: «Tú no estás llamado a seguir en el mundo. ¿Qué haces, pues, en él? Entra en la vida religiosa». Y el 10 de septiembre de 1856, con 18 años, ingresó en el noviciado pasionista de Morrovalle (Macerata). Al profesar tomó el nombre de Gabriel de la Dolorosa.
Efectivamente, tal y como su padre pensó, la diferencia entre la vida que había llevado y la conventual le costó grandes esfuerzos a todos los niveles. En nada se parecía la frugalidad de una mesa sobre la que se extendían humildes viandas con los apetitosos bocados que había gustado en su casa. Los horarios, la disciplina… Se sobrepuso a todo. Y después hizo notar en sus escritos: «La alegría y el gozo que disfruto dentro de estas paredes son indecibles». Se formó en Preveterino, Camerino e Isola feliz de poder convertirse en sacerdote, pero Dios tenía otros planes para él. Nunca se quejó, soportó santamente las humillaciones, y fue admirado por sus hermanos por la amabilidad de su trato, su fervor y la fidelidad en el cumplimiento de lo que se le indicaba. «Lo que más me ayuda a vivir con el alma en paz es pensar en la presencia de Dios, el recordar que los ojos de Dios siempre me están mirando y sus oídos me están oyendo a toda hora y que el Señor pagará todo lo que se hace por él, aunque sea regalar a otro un vaso de agua», decía.
Refugiado en Cristo, y tan alejado de la notoriedad, hasta quemó las notas de sus experiencias místicas que habían estado cuajadas de favores celestiales. Paciente, humilde y obediente supo sacar partido a las mortificaciones y penitencias, creciendo en la santidad a través del dominio de la voluntad en las pequeñas cosas del día a día. A punto de ser ordenado sacerdote en 1861, contrajo la tuberculosis. Tenía presente la Pasión de Cristo y le habían consolado «Las glorias de María» de san Alfonso María de Ligorio, que acrecentaron su devoción por la Virgen. Tras un año de sufrimientos, ofrecidos como víctima expiatoria a Cristo, dando heroico testimonio de paciencia y de conformidad en tan doloroso proceso, murió en Isola del Gran Sasso, Teramo, el 27 de febrero de 1862. Fue canonizado el 13 de mayo de 1920 por Benedicto XV.