Servicio diario - 04 de marzo de 2017


 

Francisco al Congreso de música sacra: valorizar la tradición, saber ‘inculturar’, evitando la mediocridad
Posted by Sergio Mora on 4 March, 2017



(ZENIT- Ciudad del Vaticano, 4 Mar. 2017).- La música sacra y el canto litúrgico tienen una tarea: “donarnos el sentido de la gloria de Dios, su belleza, su santidad que nos envuelve como una “nube luminosa”.
Lo indicó el papa Francisco este sábado en el Vaticano, en la audiencia que concedió a los participantes del Congreso internacional de música sacra, que llevó por título: ‘Música e Iglesia: culto y cultura 50 años después del documento Musicam sacram”.
El congreso fue organizado del 2 al 4 de marzo por el Consejo pontificio de la cultura, por la Congregación para al educación católica, en colaboración con el Consejo pontificio de música sacra, y del Instituto pontificio litúrgico del Ateneo de San Anselmo.
El Santo Padre recordó que el Concilio Vaticano II advirtió la dificultad de los fieles para participar en la liturgia, en su lenguaje y signos. Así fueron emanadas instrucciones, entre las cuales el documento Musicam Sacram.
La finalidad era la una participación más intensa de la asamblea de los fieles, y se señalaba que la verdadera solemnidad no dependía tanto de las formas ricas o del aparato y fausto, sino “del modo digno y religioso de la celebración”, respetando el religioso silencio y la musicalidad del lenguaje con la cual el Señor nos habla.
Señaló también a los presentes reunidos en la Sala Clementina, que se trata de “custodiar y valorizar el rico y multiforme patrimonio heredado del pasado, utilizándolo con equilibrio en el presente y evitando el riesgo de una visión nostálgica o ‘arqueológica’”. Por ello se invitó que la música sacra y el canto litúrgico sean “plenamente inculturados en los lenguajes artísticos y musicales actuales”.
El Papa reconoció entretanto que en esta tarea, aparecieron diversos problemáticas relacionadas con el lenguaje, las formas y los géneros musicales y que a veces prevaleció una cierta mediocridad, superficialidad y banalidad, en perjuicio de la belleza y de la intensidad de las celebraciones litúrgicas.
Invitó así a “promover una adecuada formación musical, también entre quienes se preparan para ser sacerdotes” y elogió la “reflexión sobre la formación estética y musical sea del clero que de los religiosos, como de los laicos empeñados en la vida pastoral, y más directamente en las scolae cantorum.
Porque “encarnar y traducir la Palabra de Dios en cantos, sonidos, armonías que hagan vibrar el corazón de nuestros contemporáneos, creando también un clima emotivo oportuno, que disponga a la fe y suscite la acogida y la plena participación al misterio que se celebra”. Es necesario, concluyó el Papa “que la asamblea litúrgica y el pueblo de Dios perciban y participen con todos los sentidos, físicos y espirituales al misterio de Dios”.


El Vaticano reduce a la mitad su déficit fiscal
Posted by Redaccion on 4 March, 2017



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El Vaticano presentó su balance anual consolidado, referente al año 2015. Lo hizo la secretaría para la Economía en un comunicado presentado este sábado 4 de marzo de 2017.
La Santa Sede ha registrado un déficit de 12,4 millones de euros, la mitad del ejercicio del 2015, que cerró con pérdidas de 24 millones de euros. El de período 2014 registraba 25 millones de déficit.
En cambio la Ciudad del Vaticano indica un superávit de casi 60 millones de euros, gracias a los ingresos de las actividades culturales, especialmente las relacionadas con los Museos.
Además el presupuesto de 2017 se ha presentado, por primera vez antes del inicio del nuevo año calendario, al Consejo para la Economía, que ha recomendado su aprobación. Esto permitirá un mayor control sobre la revisión de los gastos, a través del monitoreo de los resultados reales con respecto a los planes financieros aprobados.
El atraso en la publicación del balance, que en el pasado era en junio o julio, se debe a la los nuevos métodos destinados a dar mayor transparencia.
A continuación el Comunicado de la Secretaría para la Economía sobre los Balances Anuales Consolidados de la Santa Sede, del Estado de la Ciudad del Vaticano y de las Entidades Afines correspondientes a 2015.
La Santa Sede ha registrado un déficit de 12,4 millones de euros en 2015. Las principales fuentes de ingresos en 2015, además de las inversiones, incluyen las contribuciones realizadas de conformidad con el Canon 1271 del Código de Derecho Canónico (24 millones de euros) y las contribuciones del Instituto para las Obras de Religión (50 millones de euros). Como en años anteriores, el gasto más significativo para la Santa Sede es el costo del personal.
La Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano indica un superávit de 59,9 millones de euros para el año 2015, en gran parte fruto de los continuos ingresos derivados de las actividades culturales, especialmente las relacionadas con los Museos.
El Balance Anual Consolidado de 2015 representa el primer conjunto de información financiera elaborada siguiendo las Políticas Vaticanas de Financial Management (VFMP), aprobadas por el Papa Francisco el 24 de octubre de 2014 y basadas en las Normas Internacionales de Contabilidad del Sector Público (IPSAS).
La Secretaría para la Economía ha informado al Consejo para la Economía de que el camino hacia una plena implementación de las VFMP está decididamente en curso pero que, no obstante, se necesitarán unos años más para completar este proceso y realizar una auditoría completa . El Balance Anual Consolidado de 2015 representa un paso importante tanto en las reformas económicas como en el camino hacia la adopción de nuevas políticas cuyo progreso es satisfactorio.
El Consejo para la Economía ha tomado acto del Balance Anual Consolidado de 2015 que durante este período de transición no ha sido todavía auditado. La adopción de las VFMP beneficia enormemente a la Santa Sede y al Estado de la Ciudad del Vaticano ya que mejora la calidad y la transparencia de la información financiera, además de potenciar el rigor en el procedimiento de reporting y de control financieros.
El Santo Padre, siguiendo la propuesta del Consejo para la Economía, ha tomado acto del Balance Anual Consolidado de 2015.
Se han realizado importantes avances en el proceso de predisposición del presupuesto. El presupuesto de 2017 se ha presentado, por primera vez antes del inicio del nuevo año calendario, al Consejo para la Economía, que ha recomendado su aprobación. Esto permitirá un mayor control sobre la revisión de los gastos, a través del monitoreo de los resultados reales con respecto a los planes financieros aprobados.
El Consejo para la Economía ha agradecido a la Secretaría para la Economía su decidido esfuerzo en la implementación de las reformas económicas aprobadas por el Santo Padre.


Colombia: una ‘app’ para rezar por la paz
Posted by Redaccion on 4 March, 2017



Para orar por la paz de Colombia la Conferencia Episcopal ha desarrollado la aplicación principalmente para teléfonos móviles o tabletas, “Oro por la Paz”. En clave de reconciliación, la aplicación ofrece una gama de recursos para cada tiempo litúrgico. En esta primera etapa está enfocado al tiempo de Cuaresma.
Desarrollada por el Departamento de Comunicación Social del episcopado colombiano, la aplicación ofrece para el tiempo de Cuaresma lecturas dominicales, el Via Crucis, oraciones enfocadas a la paz, claves para vivir el tiempo de Cuaresma e información y recursos de la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes.
Inicialmente la aplicación se encuentra disponible para dispositivos con sistema operativo Android a través de la tienda de Google Play. Próximamente se contará para dispositivos iOS.
En los siguientes días se tiene previsto nuevas actualizaciones donde se irán incorporando nuevos contenidos.
Oro por la Paz es una nueva versión de la antigua “Yo Oro por la Paz”. Aquellos usuarios que tenían la antigua versión se les invita para que actualicen a esta nueva.
(Descargar la app)


San Juan José de la Cruz – 5 de marzo
Posted by Isabel Orellana Vilches on 4 March, 2017



(ZENIT – Madrid).- Aunque desde la infancia su vida estuvo marcada por signos que revelan una precocidad y profundidad en la experiencia espiritual inusuales en esa etapa, por la época en la que nació: siglo XVII, hemos de creer que el relato de su acontecer trazado por los biógrafos tiene sólidos fundamentos, y no estamos ante una construcción idealizada, fantasiosa, y alejada de la realidad. Que hay elementos para corroborar su itinerario lo prueba el ejemplo de una familia tan religiosa como la suya, forjada con tal mimo por sus padres José Calosirto y Laura Gargiulo, que cinco de sus hermanos fueron consagrados. Y él alcanzó las altas cumbres de la santidad. Algo grande debía haber en ese hogar bendecido de ese modo por Dios.
Carlo Gaetano nació el 15 de agosto de 1654 en Ischia, isla situada a la entrada del golfo de Nápoles, Italia. Creció en el seno de esta familia noble y pudiente alimentando su querencia por el silencio y la oración. Los juegos infantiles no le decían mucho. Prefería acudir a las iglesias a retirarse a orar. En su tierno corazón ocupaba un lugar especialísimo la Virgen María y en su honor había erigido un pequeño altar en su habitación; ante él recitaba el rosario y las letanías. Sus gestos eran los de una persona abocada de forma natural a seguir a Dios con signos preclaros de una prematura vocación expresada palpablemente a todos los niveles.
Su inclinación a la penitencia, uno de los rasgos característicos que le acompañaron hasta el fin, se puso de manifiesto en esta etapa. Junto a obras de piedad como dar limosna a los pobres, incluía la mortificación y disciplinas; se flagelaba llevado por su devoción a la Pasión de Cristo. Pero como a pesar de la edad de algún modo intuía que lo esencial es el ayuno de las pasiones, también aprovechaba situaciones que se le presentaban para crecer espiritualmente. Cuando uno de sus hermanos le abofeteó, se arrodilló ante él, le rogó su perdón y rezó un Padrenuestro. Incluso el ornato externo develaba su espíritu austero y el afán de imitar a Cristo que latía en lo más profundo de su ser. Huía de la ostentación, aunque la alta posición de su familia le habría permitido vestir elegantemente.
Los pasos que fue dando estaban perfectamente medidos por el compás religioso. A los 17 años tuvo claro que habría de consagrarse. Y cuando se planteó dilucidar en qué Orden debía ingresar dedicó una novena al Espíritu Santo. Se sentía llamado a formar parte de aquellas que tuvieran una regla rigurosa, y tomó contacto con Juan de San Bernardo, un franciscano descalzo perteneciente a los reformados que impulsó san Pedro de Alcántara. Precisamente Juan provenía de España y había recalado en Ischia con el fin de establecer allí una nueva rama de la Orden. Para Carlo el encuentro con este religioso fue completamente esclarecedor. Él, que ya estaba habituado a la vida de entrega en la que se hallaba inmerso, cuando vio las virtudes de las que estaba adornado el franciscano no tuvo duda de que quería abrazarse a ese carisma. Se dirigió a Nápoles, al convento de Santa Lucía del Monte, donde fue admitido.
Profesó en 1671 tomando el nombre de Juan José de la Cruz. En él sintetizaba su devoción a la Pasión de Cristo, a san José y su amor a san Juan Bautista. Como era previsible, dada su trayectoria, el noviciado estuvo caracterizado por grandes austeridades y mortificaciones. Tenía como excelsos modelos a san Francisco de Asís y a san Pedro de Alcántara. Extremadamente exigente consigo mismo, ayunaba y se aplicaba cilicios, realizando severas penitencias. El descanso lo tenía prácticamente postergado. Tan edificante era su vida que en 1674 los superiores lo consideraron más que apto para iniciar una nueva fundación. Y lo trasladaron a Piedimonte de Afila. La construcción del convento, ardua labor, fue otra vía para disciplinarse. Acarreó tan pesadas piedras y se entregó al trabajo con tal brío que su organismo se dañó seriamente. Comenzó a tener vómitos de sangre, pero la protección de María que vino en su auxilio le devolvió la salud.
Era tan humilde que se sentía indigno de recibir el sacramento del orden, aunque lo aceptó por obediencia cuando tenía 23 años. Otro tanto le sucedió al ser designado confesor y maestro de novicios a los 27. Como le ha ocurrido a otros santos el rigor disciplinar lo reservaba para él; a los demás los trataba con delicadeza y bondad actuando incluso con cierta flexibilidad. Era guardián del convento de Piedimonte, una misión que desempeñaba admirablemente, pero de nuevo llevado de su humildad, rogó a sus superiores que le relevaran de la misión. Su petición fue escuchada. Sin embargo, en 1684 los componentes del capítulo provincial volvieron a encomendarle esa responsabilidad. No fue la única. En 1690 le nombraron definidor de la Orden. Silencio y recogimiento eran las divisas de vida que difundió entre sus hermanos extremando el cumplimiento de la regla, que personalmente había acatado siempre con toda fidelidad. Quería que la casa excediese en rigor a la fundada en Extremadura, España, por san Pedro de Alcántara.
Su vida ascética estuvo marcada por grandes pruebas. Le asaltaron oscuridad y dudas que sufrió pacientemente. Dios le bendijo con numerosos favores. Su primer arrobamiento fue un éxtasis integral que le mantuvo suspendido en el aire mientras se hallaba en la capilla de Piedimonte celebrando un oficio. A éste le sucedieron otros muchos. En algunos se le concedió tomar al Niño Jesús en sus brazos. De María recibió distintas locuciones en diversas apariciones suyas. Fue agraciado con los dones de bilocación, profecía y milagros. En los últimos 30 años de su vida no ingirió vino, agua, ni otra bebida. Ni su avanzada edad ni su delicada salud fueron motivo para que moderase sus penitencias, como le sugirieron. Le fue dada a conocer de antemano la fecha de su muerte que se produjo el 5 de marzo de 1734. Tras el deceso se apareció a varias personas. Fue canonizado por Gregorio XVI el 26 de mayo de 1839.