NOTA DE PRENSA | Sobre el autobús naranja de Hazteoir.org

El Centro Jurídico Tomás Moro solicita explicaciones a Cristina Cifuentes y a la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis

“Cristina Cifuentes y la Asociación Chrysallis no han dicho toda la verdad”:

  • Cristina Cifuentes ocultó a la ciudadanía que en la aprobación la Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad de Madrid, y a pesar de acordarse medidas graves para la salud de los menores, no se consultó a ningún experto ni se pidieron informes científicos, le Ley se hizo a gusto de las asociaciones LGTBi sin contar con el asesoramiento de las Asociaciones de Padres.

  • Chrysallis, en su campaña publicitaria de enero en la que sostenía que «Hay niñas con pene y niños con vulva», manipuló presuntamente los datos estadísticos referidos a los suicidios de personas transexuales.

 

Centro Jurídico Tomás Moro.- 6 de marzo de 2017


 

Este Centro Jurídico quiere llamar la atención sobre la campaña de manipulación a la que los partidos políticos y determinas asociaciones del Lobby LGTB están sometiendo a la sociedad civil.

Así, con motivo de la Campaña lanzada por Hazteoir.org no han dudado en instrumentalizar a los menores diciendo que la campaña de Hazteoir.org va dirigida a los menores trans para negar su identidad. Para ello han manipulado el lema de la campaña y directamente han decidido ignorar la parte última del lema publicitario, que dice: «No permitas que manipulen a tus hijos en el colegio. Infórmate con el libro que no quieren que leas. Pídelo gratuitamente en www.EllibroProhibido.com»

Esta última parte acredita que, en efecto, la campaña va dirigida a los padres, y sólo a los padres que no comparten la ideología de género.

Lo más grave de todo es que los Partidos Políticos representados en la Asamblea Regional de la Comunidad de Madrid (PP, Podemos, PSOE y Ciudadanos) y determinadas asociaciones del Lobby LGTB llevan tiempo practicando el engaño masivo.

Así, cuando el 17 de marzo del 2016 la Asamblea de Madrid aprobó la Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad de Madrid ocultó que para su aprobación, y a pesar de tratar temas educativos y sanitarios, no formalizó ninguna solicitud de comparecencia, ni recabó informe alguno de especialistas (ni pediatras, ni psicólogos, ni pedagogos, ni psiquiatras), ni llamó a las Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos ni a asociación alguna del ámbito educativo (maestros). Del mismo modo, no solicitó la comparecencia de Asociación alguna de pediatras, ni de psicólogos ni de psiquiatras. Y todo ello a pesar de que hoy en día la ciencia, a través del CIE-10 (Clasificación Internacional y Estadística de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud, publicada por la Organización Mundial de la Salud), diagnóstica este tercer género que quiere imponer la ideología política de género como disforia de género, que es un diagnóstico psiquiátrico asignado a las personas que sienten una disforia significativa o distrés debido a la discordancia entre su sexo asignado al nacer, con el que no se identifican ni sienten como propio, y su identidad de género. Así pues, aun siendo considerado una patología, no pidió informes científicos por ver cómo abordar legalmente su reconocimiento sin poner en riesgo su salud.

Del mismo modo, estos Partidos Políticos, sumisos a las imposiciones ideológicas del Lobby LGTB, han ignorado sistemáticamente la declaración del Colegio Americano de Pediatras de Estados Unidos, firmada por tres eminencias en pediatría como Michelle A. Cretella (presidenta de la Asociación Americana de Pediatría), Quentin Van Meter (vicepresidente y endocrinólogo pediátrico) y Paul McHugh (antiguo jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Johns Hopkins en el que dejaron de hacer operaciones de cambio de sexo), en la que afirmaban categóricamente que: «La ideología de género hace daño a los niños»

En cuanto a la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis, en enero pasado contrató una campaña de publicidad en Navarra y País Vasco que sostenía que «Hay niñas con pene y niños con vulva», y en cuyo faldón bajero sostenía que «La tasa de intento de suicidio entre los adultos transexuales a quienes se les negó su identidad en la infancia es del 41%». Esta misma asociación, al parecer, ha presentado denuncia contra Hazteoir.org por incitar al odio.

Pues bien, este Centro Jurídico le solicitó hace semanas que nos informara de la fuente de donde extraía el dato estadístico que publicaba en su campaña, y a pesar del transcurso del tiempo no ha respondido. Y no lo ha hecho, por cuanto presuntamente adulteró el dato estadístico que presuntamente tomó, deformándolo, del Metainforme científico publicado en The New Atlantis (A Journal of Technology & Society), que alerta de los riesgos de salud de las personas transgénero. En esencia este informe concluye que la tasa de intentos de suicidio a lo largo de la vida y para todas las edades se estime en un 41%, mientras que es menos de un 5% para la población general de los Estados Unidos, y que tal tasa permanece inalterada incluso en entornos sociales donde no existe un ambiente de discriminación contra estas personas. Ergo, el reconocimiento o falta de reconocimiento de su orientación no parece influir en el número de suicidios.

Es más, en comparación con la población general, los adultos sometidos a cirugía de reasignación de sexo siguen experimentando un mayor riesgo de problemas de salud mental. En un estudio se observó que, en comparación con los grupos control, los individuos con reasignación de sexo tenían aproximadamente 5 veces más probabilidades de intentar suicidarse y 19 veces más de morir por suicidio. Así pues, parece que el tratamiento hormonal, la cirugía invasiva y el reconocimiento legal y social no mejoran, per se, los índices de satisfacción de tal colectivo.

Finalmente, este colectivo ha ocultado que son escasos los estudios científicos que avalan el valor terapéutico de los tratamientos para retrasar la pubertad o modificar las características sexuales secundarias en adolescentes y que no existen pruebas de que a todos los niños con pensamientos o conductas de género atípicas haya que animarlos a convertirse en transgénero.

* * * * *

Por todo eso, el Centro Jurídico Tomás Moro, como portavoz de la mayoría social, exige que los poderes públicos tomen conciencia del deber de ser transparentes ante la ciudadanía.

En palabras del presidente del Centro Jurídico Tomás Moro, don Javier Mª Pérez-Roldán y Suanzes-Carpegna:

«Los poderes públicos, en vez de emplear toda su energía en perseguir y acosar al Disidente de la verdad oficial que quieren imponer, debería esforzarse en ser más transparentes. Debería explicar a la ciudadanía qué deben al lobby LGTB para que cada vez que aprueban leyes que privilegian a tal colectivo frente al resto, decidan asesorarse solo por los supuestos expertos de tal colectivo. Deberían explicar porque en estas materias, cuando tocan temas educativos, no llaman nunca a ninguna asociación del ámbito de la educación. Deberían explicar, también, por qué tratando sobre temas tan delicados como la salud de los menores, se niegan por sistema a solicitar la opinión de la ciencia y de los expertos en salud. La mayoría social entiende que el debate sobre estos temas no deber abordarse nunca desde la imposición ideológica, sino que debe abordarse desde la ciencia y el conocimiento, sin tener miedo a ello. El proceder actual de todos los partidos políticos, sin someterse a la razón, y plegándose lacayunamente a los dictados de un determinado lobby ideológico está poniendo en riesgo la salud e integridad de nuestros hijos, y eso es algo que la sociedad civil no va a seguir tolerando.»

Así pues desde este Centro Jurídico se aboga por entablar el debate sobre cuestiones de sexualidad y de identidades de género desde una perspectiva científica, y no ideológica ni religiosa. Y también aboga por fomentar la tolerancia con respecto a los que piensan diferente, insistiendo siempre en que la dignidad humana se funda en el carácter personal de cada individuo, y no en su sexualidad.

Los integrantes de este Centro Jurídico consideran, pues, que debe respetarse y protegerse a toda persona con independencia de su sexualidad, que es una cuestión íntima sobre la que la Constitución prohíbe obligar a declarar. Por todo ello, debemos caminar hacía una sociedad más tolerante donde la manifestación de una ideología u otra no se convierta en coartada para limitar los derechos, para impedir la libre expresión o para sentirse ofendidos. Quien manifiesta lo que siente y cómo se siente no agrede, por ese solo hecho, al otro.

Por eso desde el Centro Jurídico Tomás Moro queremos proclamar la libertad de defender la verdad, la justicia y la dignidad de todas las personas independientemente de sus creencias, ideología, sexo, raza o situación socioeconómica, pues la diversidad ha de ser respetado pero no impuesta.

Los heterosexuales también están cansados de que se les culpe, con la coletilla de ser integrantes del «heteropatriarcado», de todos los males, y nunca han ido persiguiendo en los Juzgados a quien pronunciaba esto bajo la premisa de la incitación al odio a lo heterosexual.

La sociedad debe asumir que discrepar no es nunca odiar.

 

Documentación de interés informátivo:

 

Para más información:

www.tomasmoro.info
info@tomas-moro.org