Servicio diario - 11 de marzo de 2017


 

El Papa a ‘Teléfono amigo’: Escuchen al necesitado como Dios nos escucha cuando rezamos
Posted by Sergio Mora on 11 March, 2017



(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 11 Mar. 2017).- “A través del diálogo y la escucha podemos contribuir a la construcción de un mundo mejor, haciéndolo un lugar de acogida y de respeto, evitando así las divisiones y los conflictos”. Lo indicó el Papa Francisco este sábado por la mañana en el Vaticano, en la audiencia concedida a los integrantes del ‘Telefono Amico‘ (Teléfono amigo), el servicio de una asociación de voluntarios que cumple 50 años de actividad.
Teléfono amigo, ofrece desde 1967 un servicio gratuito durante todo el año, gracias a sus 700 voluntarios que “escuchan a quienes se encuentren en una situación de soledad, angustia, tristeza, rabia y malestar… y a quien sienta necesidad de compartir estas emociones con una voz amiga”, se lee en su web.
Así en la Sala Clementina el Papa les indicó que considera su servicio “importante, especialmente en el actual contexto social” donde existe “aislamiento y falta de diálogo” típico en las grandes ciudades, con “indiferencia difusa, comunicación cada vez más virtual y menos personal, carencia de valores sólidos sobre los cuales fundar la existencia, cultura del tener y del aparecer”.
Además, indicó el Papa, “el diálogo es expresión de la caridad” y a través del mismo “podemos aprender a no ver al otro como una amenaza, sino como un don de Dios”.
Claro, reconoció el Pontífice, “escuchar al otro requiere paciencia y atención”. Y solamente quien sabe callar sabe escuchar: escuchar a Dios, al hermano ya la hermana que necesitan ayuda, a un amigo o a un familiar”. Además Dios “es el ejemplo más excelente de escucha: cada vez que le rezamos”.
“La actitud de escucha, de la cual Dios es modelo, nos impulsa a derribar los muros de las incomprensiones, a crear puentes de comunicación, superando el aislamiento y el encerrarse en el propio pequeño mundo” dijo.
El Papa concluyó sus palabras indicando: “cuento con vuestras oraciones” y les confió “a la protección de la Virgen María, mujer de silencio y escucha. La audiencia concluyó con la bendición apostólica.


México: El Papa nombra a Mons. Díaz Díaz, obispo de Irapuato
Posted by Redaccion on 11 March, 2017



(Ciudad del Vaticano, 11 Mar. 2017).- El Santo Padre ha nombrado obispo de Irapuato a Mons. Enrique Díaz Díaz, presente obispo coadjutor de San Cristóbal de las Casas.
Lo indicó el Vaticano en un comunicado difundido este sábado por su Oficina de prensa, precisando que Su Santidad ha aceptado también la renuncia presentada en precedencia, al oficio de obispo de Irapuato, Mons. José de Jesús Martínez Zepeda, en conformidad al canon 401 – 1, o sea por motivos de edad.
La noticia ha sido publicada también en L’Osservatore Romano el día de hoy.
Desde México en la web de los obispos escriben: “Nos unimos en alegría y oración como Iglesia por el nuevo ministerio Episcopal que el Señor le ha confiado a Mons. Enrique Díaz Díaz”.
Desde San Cristóbal de las Casas, Mons. Arizmendi indica “tristeza” porque sentirán su ausencia, si bien “felicitamos a la diócesis de Irapuato, porque tendrán un buen pastor, muy centrado en Cristo y en su Iglesia, y muy cercano al pueblo, sobre todo a los marginados”. Era previsible “que quedara como Obispo de San Cristóbal de Las Casas, pues así se había decidido desde el 15 de mayo de 2014, cuando el Papa Francisco le designó Coadjutor, con derecho a sucesión en esta sede episcopal”, indica Mons. Arizmendi.
Por su parte Mons. Enrique “consideró que era que era necesario un cambio de su persona, para que alguien diferente impulsara más la vida y la pastoral de esta Iglesia local”. O sea que “Mons. Enrique no rechaza a la diócesis, sino que, en su opinión, otro obispo, diferente a él, puede ayudar a seguir creciendo y consolidando lo que se ha logrado avanzar pastoralmente”, indica el obispo titular de San Cristóbal de las Casas.
Y concluye: “Extrañaremos a Mons. Enrique, pero respetamos su opción. Le expresamos nuestro profundo agradecimiento por los 14 años que desgastó su vida entre nosotros. Personalmente, valoro y agradezco mucho su apoyo, su amistad y su colaboración”.
También ZENIT, se une a estos deseos hacia Mons. Enrique, que semanalmente colabora en una columna con una meditación.
Curriculum:
Nació en Huandacareo, Michoacán, el 13 de Junio de 1952. Sus Padres, Rafael Díaz Aguilar (+) y Ma. Vicenta Díaz (+), procrearon una numerosa familia de 12 hijos, de los cuales es el tercero. Realizó sus primeros estudios en el Colegio Fray Francisco de Villafuerte de su pueblo natal. Ingreso al Seminario de Morelia el 13 de enero de 1966, donde estudió los ciclos de Latín (Seminario menor), Filosofía y Teología.
Fue ordenado diácono el 22 de mayo de 1977 y Presbítero el 23 de octubre del mismo año. Fue Vicario Parroquial en San Juan Bautista, Puruándiro, de 1977-1981, y en la parroquia de San Simón, Angangueo, de 1981 a 1983. Fue Párroco de la región Mazahua en la Parroquia de San Mateo del Rincón, Zitácuaro, Mich. De 1983- 1987 y en la zona Purépecha en la Parroquia de San Francisco, Tzinzuntzan, de 1987-1991.
Obtuvo la Licenciatura en Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico en Roma en el periodo de 1991- 1994. Capellán de la rectoría de las Tres Aves Marías, responsable de la Pastoral Bíblica Diocesana y director de la Escuela Bíblica en Morelia desde 1994- 1997. Maestro de Biblia en el Seminario Conciliar de Morelia desde 1994 a 2001.
Párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, Col. Guadalupe, Morelia: 1997-2000. Vicario Episcopal para la Zona de Nuestra Señora de la Luz, Pátzcuaro: 2000-2003. Ordenado Obispo titular de Izirzada y Auxiliar de San Cristóbal de las Casas, Chis.; el 10 de julio de 2003.
En la Conferencia Episcopal ha formado parte de las Comisiones de Biblia, Diaconado y Ministerios Laicales. Fue responsable de la Dimensión de Ministerios Laicales. Participó como Miembro del Sínodo de Obispos sobre la Palabra de Dios en la Vida y Misión de la Iglesia en Roma, en Octubre de 2008. Conoce el latín, griego, hebreo, inglés y francés. Además del italiano, habla los idiomas indígenas tzeltal y tsotsil; celebra en ch´ ol, tojolabal y purépecha.
Ha participado en encuentros latinoamericanos sobre el Diaconado Permanente. Nombrado el 15 de mayo de 2014 por el Papa Francisco, Obispo Coadjutor de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas.


España: realizan las XII Jornadas Fernando Rielo de Pedagogía
Posted by Redaccion on 11 March, 2017



(ZENIT – Roma)- La Juventud Idente de España y la Fundación Fernando Rielo están realizando este sábado 11 y domingo 12 de marzo de 2017, las XII Jornadas Fernando Rielo de Pedagogía bajo el lema “La pedagogía del amor: clave para la convivencia familiar y comunitaria”.
“En esta edición de las Jornadas de Pedagogía pretendemos ofrecer la mejor formación, a través de testimonios y propuestas de expertos, acerca de cómo lograr, desde la pedagogía del amor, mejorar la convivencia humana en las familias y también en todos los ambientes donde desarrollamos una vida comunitaria”, indica el comunicado.
Y señala que el sábado por la mañana se ha contado con la presencia de María Fernanda Lacilla Ramas, miembro de la Escuela Idente de Pensamiento, quien dará a conocer la aportación de Fernando Rielo sobre el tema marco.
A continuación fue una mesa redonda con el título “Una convivencia profunda en tiempos de superficialidades y prisas” que contará con la participación de Ascensión Escamilla Valera, Directora de la Fundación Fernando Rielo; Fernando Giménez Barriocanal, Presidente y Consejero Delegado de la COPE; José Fernando Calderero, Presidente del Capítulo de Educación de AEDOS e Isidro Catela Marcos, Periodista y Profesor de la Universidad Francisco de Vitoria.
El sábado por la tarde el tema ha sido: “El papel del amor en la educación ante trastornos de conducta” acompañados de tres expertas en el ámbito educativo y de la salud: Mar Álvarez Segura, psiquiatra; Mª del Carmen Cuenca Muñóz, Neuropsicóloga y Marian Alegre, Pedagoga. Pretendemos, en este espacio, hablar de los retos de la educación en momentos donde los trastornos de conducta están al orden del día.
El domingo por la mañana contaremos con dos momentos: una charla-taller de Elena Peces Gómez con el título “Convivencia familiar y comunitaria: don y vocación”; y una mesa redonda donde los jóvenes del Parlamento Universal de la Juventud hablarán de los trabajos que han desarrollado en relación con el tema “El perdón como acto sublime del amor”.
formacion@juventudidente.org Se pueden seguir las Jornadas por streaming a través del siguiente canal: https://www.youtube.com/channel/UCNpyYmisOISprY_og-WIdZg/live


Los Focolares: reflexión sobre la familia y las líneas de Francisco en la Amoris Letitiae
Posted by Redaccion on 11 March, 2017




(ZENIT – Roma).- El Movimiento de los Focolares realizará un momento de reflexión profundizando las líneas y el horizonte que le viene del último Sínodo de obispos y de la Exhortación apostólica post-sinodal del Santo Padre Francisco, Amoris Letitiae.
Lo indicó en Roma la oficina de prensa del movimiento, precisando que el motivo es el noveno aniversario de la muerte de Chiara Lubich, la fundadora de los Focolares.
Así el tema elegido este año es la Familia y el aporte que el carisma de la unidad da a la Familia, como agente de transformación de la sociedad.
Además, este año se cumple el 50 aniversario de la fundación de Familias Nuevas, la rama de los Focolares fundada en 1967 por la Lubich para el mundo de la familia.
Así en Florencia se realiza desde el viernes 10 a este domingo 12 de marza un evento de escala mundial en la Ciudadela de Loppiano, con la participación de las familias de los cinco continentes.
En el programa habrá talleres para padres, hijos, abuelos. Un grupo cualificado dará vida a un seminario cultural en el que se reflexionará sobre “el pacto de reciprocidad en la vida familiar, generador de confianza y de relación”.
Se llevará a cabo en colaboración con el Instituto Universitario Sophia, y se iniciará un Centro de estudios sobre la familia, en el cuadro de la actividad académica de Sophia, con el objetivo de ahondar en la contribución de la espiritualidad de la unidad para la familia hoy.
Un momento central del evento de Loppiano es esta tarde del sábado, con un programa articulado en tres etapas: “La familia, red de relaciones”: la relación en la pareja, con sus hijos, entre las generaciones; “El amor, herramienta y respuesta a la criticidad en la familia”: compartir las heridas, los retos, los dolores; “Familia, recurso creativo para el tejido social de cada pueblo”: redes de familias, solidaridad y hospitalidad, compromiso con la sociedad. Se han alternado historias reales de familias, reflexiones cualificadas y aportaciones del patrimonio de pensamiento y de vida de Chiara Lubich sobre la familia. El programa es transmitido en vivo.
Cada año, el aniversario de la muerte de Chiara Lubich para las comunidades de los Focolares en el mundo es una ocasión de encuentro, de fiesta, de testimonio y de un compromiso renovado. También el 2017 ve un multiplicarse de citas, de Singapur a Vilnius (Lituania), desde Sydney (Australia) a Houston (EE.UU.), de Manaos (Brasil) a Buyumbura (Burundi). Una especie de constelación que literalmente abraza el mundo y evoca la consigna de Chiara: «Sed una familia»


El riesgo de la fe
Posted by Enrique Díaz Díaz on 11 March, 2017



Génesis 12, 1-4: “Deja tu país, para ir a la tierra que Yo te mostraré”
Salmo 32: “Señor, ten misericordia de nosotros”
Timoteo 1, 8-10: “Dios nos ha llamado a que le consagremos nuestra vida”
San Mateo 17, 1-9: “Su rostro se puso resplandeciente como el sol”
Son como esas raras perlas que se encuentran con gran dificultad pero que hacen que el buscador renueve su optimismo y se enfrente a los obstáculos con mayor dedicación. Con ingenuidad el grupito de catequistas me platican sus proyectos y sus ilusiones para transformar su comunidad. No les importa que estén circundados de narcotraficantes, no les atemoriza que ya a alguno de ellos lo hayan amenazado, no se doblegan por las dificultades. Se sienten llamados por el Señor y no están dispuestos a renunciar a sus sueños. “Nosotros vivimos una experiencia de comunidad, de ayuda y de respeto a la naturaleza y ahora lo tenemos que recobrar. Ese sueño no se aparta de nuestras mentes. Si Abraham se levantó y tuvo fe, cuando no tenía nada, nosotros que ya hemos tenido una probadita no nos vamos a desanimar”. Disposición, fe decidida y un compromiso grande con Dios.
¿Qué es más difícil: iniciar o reconstruir? Cuaresma es el tiempo de conversión, de cambio, de renovación. Hay quien mira la Cuaresma como una larga estación que nos frena y nos pone en pausa, pero las lecturas de este día nos manifiestan todo lo contrario y nos la presentan como la búsqueda entusiasta, la inquietud constante, el estar siempre en tensión hacia un objetivo: el verdadero encuentro con Dios y con su Reino. Desde las palabras dirigidas por Dios a Abram, exigiendo que deje su país y sus parientes, pasando por las recomendaciones de Pablo a Timoteo que le recuerda que Dios nos ha llamado para que le consagremos la vida, hasta las palabras de Jesús a sus discípulos que no les permite que se queden sólo en la contemplación, sino que les ordena: “Levántense”, todo es una dinámica de búsqueda e inquietud que debe inflamar el espíritu del creyente. Parecería que Dios tiene una especial predilección por las palabras que mueven y motivan: “Deja tu casa”, “Síganme”, “Levántense”. Y nosotros que siempre buscamos las seguridades, que nos aferramos a nuestras posesiones, que nos encadenamos a nuestras ideas. Todas las palabras de este día parecerían querer infundirnos un entusiasmo que desinstale, nos ponga en marcha y en búsqueda.
Quien escucha la primera lectura y contempla a Abram instalado en su territorio, con sus posesiones y su parentela, difícilmente entiende que se entusiasme y que dejándolo todo, se lance en búsqueda de la tierra prometida, sostenido solamente por las palabras de un Dios que lo ha puesto en camino. Va en búsqueda de una tierra nueva y sólo lo sostiene su fe. Es modelo de todo cristiano que debe ponerse en movimiento y buscar el ideal manifestado por el encuentro con Dios. Hoy el hombre moderno, que se dice más libre que nunca, se descubre abotagado de bienes y de falsas ilusiones, que lo han hecho sacrificar la libertad, la conciencia y la autenticidad. No miramos las estrellas porque le tememos a la oscuridad y al riesgo del campo abierto, y preferimos permanecer resguardados en nuestras cuatro paredes. Es cierto, hay muchos riesgos en el camino pero se están buscando nuevos ideales. No nos es lícito permanecer indiferentes y acomodados, mientras el Señor nos invita a construir una casa para todos, a buscar una nueva tierra de hermanos. El verdadero cristiano se descubre por su entusiasmo y su ardor, por su fervor y dedicación al escuchar la Palabra que lo invita y lo desinstala. Es el hombre de fe que cree en el Dios de las promesas y que en Él pone toda su esperanza.
Jesús reta a sus discípulos para que tengan fe. No es la fe que protege y cubre como un manto, es la fe que acepta el riesgo y la aventura. Igual que Abram que deja sus cosas y toma la fe como su brújula y estrella, que abandona sus razones terrenas y se fía de las promesas, ahora Jesús pide a sus discípulos una nueva aventura en la construcción de su Reino. Al anunciar su pasión y su muerte, les ha puesto nuevas y radicales condiciones en su seguimiento. Mas no los deja en la oscuridad y les permite atisbar las razones de estas exigencias. Al transfigurarse, Dios mismo es quien habla y quien da su palabra para confirmar el camino de Jesús. La Transfiguración es un acontecimiento que busca animar y reorientar a los discípulos tan dispuestos a la búsqueda de los primeros lugares y tan reacios a la cruz. Manifiesta la gloria de Jesús y anticipa su victoria sobre la cruz. Pero la Transfiguración no tiene la intención de adormecer a los discípulos o asegurarles un triunfo terreno. Cuando Pedro, en el éxtasis de la contemplación, propone permanecer en las alturas, contemplando el triunfo de Jesús, es despertado bruscamente e invitado a levantarse sin temor. La Transfiguración devela el sentido misterioso y profundo de la vida de Jesús, pero de ninguna manera permite a los discípulos que se queden en contemplaciones y que abandonen la cruz. Deben volver a la realidad. Y es también la realidad del discípulo actual: no puede permanecer indiferente en la altura de la montaña. Puede subir a la montaña para llenarse de Dios, para discernir y descubrir su voluntad, para llenar su corazón de entusiasmo, pero no para alejarse de su compromiso frente a los hermanos.
El camino de la resurrección siempre pasa por el camino de la cruz y la Transfiguración nos descubre su verdadero sentido. La voz venida del cielo ordena a los discípulos que se fíen de la palabra de Jesús: “Éste es mi Hijo… escúchenlo”. Así, confiados en la Palabra, encontrarán la fuerza para bajar del monte y recorrer con el maestro el camino de la cruz. También para nosotros está dirigido el mensaje de Jesús: no puede ser verdadero discípulo quien se aísla de los hermanos, quien se instala cómodamente en la vida y tranquiliza su conciencia con visiones espiritualistas. Alejarse del compromiso con los hermanos y evadir el servicio a los más necesitados no es experiencia verdaderamente cristiana. La única forma de escuchar a Jesús es siguiendo su mismo camino: caminar y aprender con Jesús; caminar y ver con Jesús; caminar y descubrir el rostro de Jesús en los hermanos. Pedro, que ha descubierto la gloria y se ha extasiado en la contemplación, tiene ahora más razones para seguir a Jesús pero no para quedarse adormilado.
Subamos a la montaña con Jesús, contemplemos la transformación y belleza de su rostro, escuchemos la voz del Padre y después levantémonos dispuestos a cargar la cruz con Jesús. Nos pone el ideal para que no nos perdamos en el camino, nos enseña el rostro resplandeciente de Jesús, pero después nos invita a que lo acompañemos en la marcha de cada día, en el trabajo con los hermanos, en la carga cotidiana de la cruz.
Señor, Padre Santo, que nos mandas escuchar a tu amado Hijo, despiértanos de nuestras indiferencias y purifica nuestros ojos para que al contemplar a Cristo glorioso nos comprometamos a descubrir su rostro en cada uno de nuestros hermanos. Amén.


San Luís Orione – 12 de marzo
Posted by Isabel Orellana Vilches on 11 March, 2017




(ZENIT – Madrid).- Hay personas que pasan por el mundo sembrando tanto bien que el anhelo común de las buenas gentes sería que no desaparecieran jamás. Luís fue una de ellas. Entregado a las necesidades ajenas no hubo nada que pudiera hacer que dejara al azar, lo ignorase o diese prioridad a personales afanes. Por eso, su conmovedora existencia ha dejado una huella imborrable y conquistó la eternidad. «Sufrir, callar, orar, amar, crucificarse y adorar» eran los pilares de su vida. Sus cuatro pasiones: Jesús, la Virgen María, el papa y el género humano redimido por Cristo. La idea de que «solo la caridad salvará al mundo» guió el acontecer de este gran santo, que se calificó a sí mismo como «el peón de la divina Providencia». Pío XII lo denominó «Padre de los pobres e insigne bienhechor de la humanidad dolorida y desamparada», y Juan Pablo II al canonizarlo ensalzó su vida diciendo que fue «una maravillosa y genial expresión de caridad cristiana» al tiempo que lo calificaba como «estratega» de la misma.
Nació en Pontecurone, Italia, el 23 de junio de 1872. Tenía 13 años cuando se abrazó a la vida religiosa ingresando en el convento franciscano de Voghera, Pavía. Pero graves problemas de salud dieron al traste momentáneamente con su sueño. Su destino sería otro. Durante tres años, los que median entre 1886 y 1889, tuvo la gracia de formar parte de los discípulos de Don Bosco en el Oratorio turinés de Valdocco. Y concluida allí su formación, ingresó en el seminario de Tortona. Lo que aprendió en Valdocco, con el testimonio de Don Bosco, dejó en él una huella imborrable. Antes de ser sacerdote ya había puesto en marcha el Oratorio «San Luis», y un colegio en el barrio de San Bernardino. Eran los primeros signos de su impronta apostólica con niños y jóvenes que no tenían recursos económicos.
Fue ordenado en abril de 1895. Ese año fundó la Pequeña Obra de la Divina Providencia. Y en 1899 los Ermitaños de la Divina Providencia, integrada por el grupo de clérigos y sacerdotes que se aglutinaron en torno a él. En 1903 el obispo de Tortona, monseñor Bandi, se apresuró a reconocer canónicamente estas fundaciones que tenían como objeto de su acción los desposeídos, los humildes, los afectados por lesiones físicas y morales, etc., atendidos en sus «Pequeños Cottolengos». Para los enfermos y ancianos, entre otros, Luís puso en marcha hospitales diversos. El admirable plan de vida que se había trazado, basado exclusivamente en el evangelio: «hacer el bien siempre a todos, el mal nunca a nadie», estaba dando sus frutos. Aspiró a tener «un corazón grande y generoso capaz de llegar a todos los dolores y a todas las lágrimas», y lo consiguió.
En 1915 vio la luz otra de sus obras: las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, y creó el primer Cottolengo. Los frutos se multiplicaban. Se había implicado de lleno en la Sociedad de Mutuo Socorro San Marciano y en la Conferencia de San Vicente, y toda acción que lleva a cabo un apóstol redunda en numerosas bendiciones. Surgieron casas en Pavía, Sicilia, Roma… Prestó su ayuda a los damnificados en los terremotos que asolaron las regiones de Reggio, Messina y Marsica. Desempeñó la misión de vicario general de Messina a petición de Pío X, ante quien realizó sus votos perpetuos en 1912. Y entre 1920 y 1927 fundó las Hermanas adoratrices Sacramentinas invidentes, y las Contemplativas de Jesús crucificado.
Este prolífico fundador no fue ajeno a las dificultades histórico-sociales que afectaron a la Iglesia y al mundo en la época que le tocó vivir. Para contrarrestarlas solo cabía la santidad, y así lo dijo: «Tenemos que ser santos, pero no tales que nuestra santidad pertenezca solo al culto de los fieles o quede solo en la Iglesia, sino que trascienda y proyecte sobre la sociedad tanto esplendor de luz, tanta vida de amor a Dios y a los hombres que más que ser santos de la Iglesia seamos santos del pueblo y de la salvación social». Envió misioneros a diversos países de Europa y de América del Sur. Y él mismo viajó por distintos lugares del Cono Sur en 1921. Volvió después, y entre 1934 y 1937 permaneció en esta zona impulsando las fundaciones y asociaciones para laicos, entre las que también se cuentan las «Damas de la Divina Providencia», los «Ex Alumnos» y los «Amigos».
Su edificante existencia fue la de un hombre de oración, devoto de María, sencillo, humilde, intrépido. Un apóstol entregado a Cristo por completo, que viendo su rostro en el sufrimiento de las personas que conoció, hizo todo lo que estuvo en su mano para asistirlas. Un insigne predicador y confesor. Un fundador que gozó de la confianza de la Santa Sede, pero al que no faltaron incomprensiones, oposiciones, dificultades, y sufrimientos a todos los niveles. Su amor al Santo Padre le llevó a incluir un cuarto voto de fidelidad a él. Fue impulsor de dos santuarios. A lo largo de su vida llegó a «ver y sentir a Cristo en el hombre».
Con gran visión se adelantó a los tiempos, fomentando todas las vías de la nueva evangelización. Decía a los suyos: «¿Son tiempos nuevos? Fuera los miedos. No dudemos. Lancémonos en las formas nuevas, en los nuevos métodos… No nos fosilicemos: basta conseguir sembrar, basta poder arar a Jesucristo en la sociedad y fecundarla de Cristo». Estaba claro que quería combatir el inmovilismo y la rutina, enemigos del apóstol. Murió el 12 de marzo de 1940 en la casa de San Remo, exclamando: «¡Jesús! ¡Jesús! Voy». Fue beatificado por Juan Pablo II el 26 de octubre de 1980, quien glosó su existencia recordando que fue: «un hombre tierno y sensible hasta las lágrimas; infatigable y valiente hasta el agotamiento; tenaz y dinámico hasta el heroísmo; afrontando peligros de todo género; iluminando a hombres sin fe; convirtiendo a pecadores; siempre recogido en continua y confiada oración…». Este mismo pontífice lo canonizó el 16 de mayo de 2004.