Francisco \ Audiencias, Catequesis y Ángelus

Dolor y cercanía del Papa con Guatemala tras el incendio de la casa Refugio Virgen de la Asunción

RV | 12/03/2017


 

Tras rezar la oración mariana del Ángelus, el domingo 12 de marzo, segundo domingo de Cuaresma, el Santo Padre Francisco expresó su dolor y cercanía con el pueblo de Guatemala tras el incendio desencadenado en la casa hogar Refugio Virgen de la Asunción, el miércoles 8 de marzo, que se cobró la vida de decenas de personas, la mayoría menores de edad que vivían en estas instalaciones y dejó numerosos heridos graves.

Ante este trágico incidente el Obispo de Roma aseguró sus oraciones y pidió asimismo rezar por todas las chicas y chicos víctimas de violencia, maltrato, explotación y de guerras. «Esta es una plaga», dijo el Pontífice, «esto es un grito escondido que debe ser escuchado por todos nosotros y que no podemos continuar fingiendo que no vemos y no escuchamos».

A continuación, el Sucesor de Pedro saludó a las familias, grupos parroquiales y peregrinos procedentes de varias zonas de Italia y de otras partes del mundo, reunidos en la Plaza de San Pedro para escuchar la habitual reflexión del Evangelio dominical y recibir la Bendición Apostólica. En esta jornada soleada, Francisco dirigió unas palabras especiales a los peregrinos llegados de Alemania y el Líbano, así como a un grupo de maratonistas de Portugal.

En esta ocasión, la Plaza de San Pedró contó también con la presencia de varios grupos de jóvenes, a quienes el Papa saludó con particular alegría: los chicos del municipio italiano de Lodi que se preparan para la Profesión de Fe, los estudiantes de Dalmine y Busto Arsizio, y el coro juvenil “Gota tras gota” dela localidad de Bérgamo.

 

Texto completo de los saludos del Papa Francisco después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas,

Expreso mi cercanía al pueblo de Guatemala que vive el luto por el grave y triste incendio desencadenado en el interior de la casa Refugio Virgen de la Asunción, causando víctimas y heridas en las chicas que vivían allí. Que el Señor reciba sus almas, cure a los heridos, consuele a sus familias doloridas y a toda la nación. También rezo, y les pido que recen conmigo, por todas las chicas y chicos víctimas de violencia, maltrato, explotación y de las guerras. Esta es una plaga, esto es un grito escondido que debe ser escuchado por todos nosotros y que no podemos continuar fingiendo que no vemos y no escuchamos.

Dirijo un cordial saludo a todos ustedes aquí presentes, fieles de Roma y de tantas partes del mundo. Saludo a los peregrinos de Friburgo y Mannheim, en Alemania, así como a los del Líbano y a los maratonistas de Portugal.

Saludo a los grupos parroquiales provenientes de Gioiosa Ionica y Pachino, y a los chicos de Lodi que se preparan para la Profesión de Fe, los estudiantes de Dalmine y Busto Arsizio. Es verdad eso que ustedes dicen: no a la Cultura del Descarte, ¡bien!... y el coro juvenil “Gota tras gota” de Bérgamo.

Les deseo a todos un buen domingo. Por favor  no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo! y ¡Hasta la vista!

(SL-RV)