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Padre Spadaro: cuatro años de un Pontificado que siembra para el futuro

RV | 16/03/2017


 

Una Iglesia menos auto-referencial y más acogedora, el viaje a la isla de Lesbos en abril del 2016 para visitar a los refugiados, acompañado por el Patriarca ecuménico Bartolomé. Y la exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, con el lema “el tiempo es superior al espacio”, encarna todo el sentido de un pontificado que además de producir frutos, apunta sobre todo a sembrar para el futuro. Éstos y otros los temas tratados por el Director de La Civiltà Cattolica,  el padre jesuita Antonio Spadaro, el 13 de marzo, día en el que se celebró el cuarto aniversario del pontificado del Papa Francisco. Nuestro colega Fabio Colagrande le preguntó, en primer lugar, cómo ha cambiado la Iglesia en estos cuatro años.

R. - La Iglesia cambia continuamente, porque hace referencia a la historia y a sus dinámicas. Aquello que podemos ver en estos cuatro años es que la Iglesia se ha vuelto más extravertida, más abierta a la realidad, quizás menos atenta a las dinámicas demasiado internas, institucionales, a lo mejor más ágil, acogedora. Pienso que el mensaje de misericordia y de discernimiento que el Papa está trayendo dentro de la Iglesia está teniendo un efecto de apertura, apertura misionera, como decía ya en la Evangelii Gaudium.

P.- ¿Cuál gesto del Papa considera más representativo en estos cuatro años?

R.- En realidad este no es un Papa de gestos aislados, por lo tanto, es difícil elegir un fotograma que sintetice de manera coherente y correcta este pontificado. Ciertamente, entre los tantos, el que me ha impactado de manera particular fue el encuentro de Lesbos, en abril del 2016, con los migrantes realizado junto al Patriarca Bartolomé, por un motivo: porque hizo entender con claridad que la cuestión del ecumenismo no es una cuestión exclusivamente interna a las dinámicas de diálogo teológico, sino que responde a una necesidad del mundo. Es decir, el mundo y la exigencias de la realidad política de este momento piden a los cristianos que intervengan y que estén juntos. Por lo tanto, este gesto puso juntos el ecumenismo y atención a las dinámicas del mundo: un gesto complejo.

P.- El Papa Francisco es también el Papa que vive y ejercita su magisterio en el mundo digital, en el mundo de la velocidad, de la brevedad, que no corresponde a la fuerza a la superficialidad. En este sentido, ¿cuál frase del Papa elegiría para condensar en pocas palabras el sentido de su pontificado?

R. – Sí, con Francisco también la palabra brece puede tener una gran densidad de significado y también aquí, el Papa no es un Papa de palabras aisladas o aislables, o de frases de efecto. Teniendo que elegir una frase, me impresionó una expresión suya que en realidad repite desde hace mucho tiempo, desde antes de su elección: “el tiempo es superior al espacio”, que es una expresión extremamente breve pero que habla del significado de su pontificado, porque el pontificado de Francisco no es un pontificado de solo frutos. Los frutos vendrán, están llegando, están creciendo y madurando, pero es un pontificado de semillas. El Papa está sembrando y es necesario entonces hacer madurar la calidad de la semilla que se pone. Entonces, decir que “el tiempo es superior al espacio” significa que es necesario dejar al tiempo a procesos; que los procesos vayan adelante y que después sean estos los que determinen los grandes cambios en la vida de la Iglesia, incluso a la luz de las exigencias del mundo.

P.- ¿Hay algún viaje del Papa Francisco que le haya quedado grabado?

R.- Me cuesta citar uno en particular, porque cada uno ha tenido su característica única. Si debo indicar uno muy significativo diría aquel a los Estados Unidos (septiembre 2015) porque en aquel viaje el mundo se dio cuenta, quizás más que en otros, del papel político que tiene el Papa. El Papa expresa una forma de poder blando de las raíces espirituales, de una importancia extraordinaria, especialmente en este momento. En un momento en el que se construyen barreras y no puentes, en el cual el mundo parece dominado e incluso gobernado por el sentimiento del temor, aquel viaje hizo comprender que el Papa cuenta y que la visión en el Evangelio expresa una visión de la realidad y del mundo que hoy se está transformando en un punto de referencia fundamental. En definitiva, el Papa es un gran líder, quizás “el” líder moral del mundo.

P.- ¿Cómo ha cambiado la percepción del Papa de parte de la opinión pública en estos cuatro años? Al comienzo hubo quien le acusaba de gustar demasiado mientras hoy recibe críticas de los ambientes católicos…

R.- Diría que las oposiciones existen pero son parte del proceso. Si no existieran significaría que no hay un proceso en curso. Por lo tanto, diría que hay oposiciones, son parte del proceso mismo, no crecen, pero quizás se vuelven un poco más rabiosas, es decir, se hacen sentir, gritan más, porque se dan cuenta que Francisco está hablando en serio. Por otra parte es necesario decir que el hecho de que existan dentro de la Iglesia libres expresiones de pensamiento, incluso divergentes con respecto a la línea del Pontificado, confirma el viraje de Francisco. Por ello, es plausible que haya una opinión pública diferenciada dentro de la Iglesia.

P.- Podríamos decir que iniciar procesos significa también esto, es decir, comenzar debates, más o menos constructivos…

R.- Sí, sin lugar a duda. Iniciar procesos significa poner en movimiento energías que pueden ser positivas y negativas, pero cuando algo se mueve se libera una energía que debe ser recibida por lo que es. Entonces, también las oposiciones tienen un papel importante dentro de este proceso en curso.

P.- El Papa ha recordado recientemente que cada día recita la oración del buen humor de Santo Tomás Moro. ¿Por qué según usted le gusta tanto?

R.- Tengo que decir que el Papa está siempre de buen humor. Una vez me dijo que desde que había sido elegido nunca ha perdido la paz, la consolación. Pero esta paz y consolación a veces se transforman en verdadero humorismo. El Papa es capaz de bromear sobre la realidad y sobre sí mismo y ser auto-irónico. El motivo quizás es que de hecho el humorismo hace ver la realidad desde otro punto de vista. Al Papa le gusta mucho ver la complejidad de la realidad. El humorismo es un modo afilado, si queremos, de alivianar las tensiones y hacer ver la realidad de manera diferente.

(MCM-RV)