Servicio diario - 16 de marzo de 2017


 

El Santo Padre recibe al presidente del Líbano, país modelo de coexistencia religiosa
Sergio Mora

Francisco a los jóvenes ingleses: ‘Sean testimonio del amor de Cristo’
Redacción

Indígenas en el sur de América
Felipe Arizmendi Esquivel

Beato Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno – 17 de marzo
Isabel Orellana Vilches

El Papa en Sta. Marta: ser indiferente acaba por corrompernos
Redacción


 

16 marzo 2017
Sergio Mora

El Santo Padre recibe al presidente del Líbano, país modelo de coexistencia religiosa Aoun fue elegido después de dos años del Libano sin gobierno

(ZENIT- Ciudad del Vaticano, 16 Mar. 2017).- El santo padre Francisco recibió hoy jueves en el Vaticano al presidente del Líbano, Michel Aoun, en audiencia oficial.
El papa Francisco salió al encuentro del jefe de Estado, a quien recibió en su biblioteca del Palacio Apostólico en donde tuvieron un coloquio de 18 minutos. Poco después entró su consorte, Nadia Chami Aoun y la delegación que le acompaña.
Antes de partir en declaraciones recogidas por los medios locales, el presidente declaró que “los cristianos en Oriente Medio están en una situación difícil” y calificó este viaje “una luz de esperanza que quiere confirmar al Líbano como un ejemplo de coexistencia pacífica, a pesar de todos los obstáculos que se ven en el camino”.
Es el primer el primer encuentro de Aoun con el papa Francisco y el primer viaje a Europa desde que asumió a la presidencia el 31 de octubre de 2016, después que el país estuvo dos años sin presidente.
“Durante los coloquios –refiere la Oficina de prensa de la Santa Sede– se reafirmaron las buenas relaciones bilaterales entre la Santa Sede y el Líbano, subrayando el rol histórico e institucional de la Iglesia en la vida del País”. En el mismo comunicado “se expresa satisfacción por el empeño de las varias fuerzas políticas para poner fin a la sede vacante presidencial, deseando para el futuro una mayor colaboración enter los miembros de las diversas comunidades étnicas y religiosas a favor del bien común y del desarrollo de la Nación”.
Se habló “de los esfuerzos internacionales para una solución política del conflicto” y el Papa manifestó “aprecio por la acogida que el Líbano está dando a los numerosos prófugos sirios”. Hubo además un “amplio intercambio de puntos de vista sobre el contexto regional”, así como “sobre otros conflictos en curso y la situación de los cristianos en Medio Oriente”.
A continuación el Jefe de Estado encontró al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, acompañado por Mons. Paul Gallagher, ministro para las Relaciones con los Estados.
Después de la audiencia el presidente escribió en su cuenta twitter: “El Líbano de la coexistencia ocupa un lugar especial en el corazón del papa Francisco, que responderá a la invitación de visitar el país de los cedros”.
El jefe de estado llegó ayer miércoles al aeropuerto militar de Ciampino y la visita prevé la participación a la misa en la iglesia de San Marón en Roma. Encontrará allí a la comunidad maronita residente en Italia.
Conocido popularmente como “General”, Aoun actualmente es presidente del Líbano y líder del partido Movimiento Patriótico Libre, una coalición principalmente cristiana, con una visión secular de la política y actualmente aliada de Hezbolá.
Fue detenido por Siria y enviado al exilio forzado, hasta que retornó al en mayo de 2005, después de la retirada de las tropas sirias del Líbano. En las elecciones generales del Líbano de 2009 fue el segundo partido más votado y pasó así a ser el primer partido de la oposición. Fue designado Presidente del Líbano el 31 de octubre de 2016, después de que el país estuviera sin presidente durante más de dos años.
En recientes declaraciones a ZENIT, el el procurador del Patriarcado maronita en Roma, Mons. Françoise Eid, subrayó que en su país, el Líbano hay de acuerdo a la Constitución, igualdad entre cristianos y musulmanes y separa Iglesia de Estado. Pero que “los cristianos libaneses viven un período muy critico. En particular los jóvenes que emigran y no vuelven”. Indicó que los prófugos sirios en su país son 1,8 millones, con 500 mil palestinos refugiados, lo que constituye prácticamente el 50 por ciento de la población. Hay 1.800 campos de refugiados en los que falta todo y peor aún, algunos son dirigidos por islámicos radicales. Se suma a todo esto una desocupación 28 por ciento, dijo. Una situación, dijo que “amenaza la cultura de convivialidad pacífica forjada en los siglos”.

 

16/03/2017-16:19
Redacción

Francisco a los jóvenes ingleses: ‘Sean testimonio del amor de Cristo’

(ZENIT- Roma).- “Ser testimonios del amor de Cristo”. Lo ha pedido el papa Francisco a los casi 10 mil jóvenes reunidos el pasado sábad en la Arena di Wembley, en Inglaterra, con motivo del “Flame 2017”, una iniciativa de la CYMEvents de la “Catholic Youth Ministry Federation” y de la Conferencia episcopal de Inglaterra y Gales.
En un mensaje enviado por el cardenal secretario de Estado del Vaticano, Pietro
Parolín, el Papa reiteró a los jóvenes que es necesario “abrir nuevos horizontes”, capaces de contagiar alegría, aquella alegría que nace del amor de Dios, la alegría que pone en el corazón cada gesto, cada actitud de misericordia. A ir por las calles siguiendo la ‘locura’ de nuestro Dios que nos enseña a encontrarlo en el hambriento, sediento, desnudo, enfermo, en el amigo que terminó mal, en el detenido, en el prófugo, en el migrante y en el vecino que está solo”.
El tema del congreso de este año ha sido ‘diez mil razones’ para creer, esperar y rezar’. La música fue parte integrante del evento, con grupos musicales como “One Hope Project” y entre los cantantes estaban Jasmine Elcock (Ant and Dec’s ‘golden buzzer act’ on Britain’s Got Talent 2016) y Matt Redman, dos veces ganador del Grammy award.
En la misa presidida por la tarde por el cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster, se invitó a los jóvenes a rezar por los miles de refugiados que murieron ahogados intentando llegar a Europa en los viajes organizados por traficantes de hombres.

 

16/03/2017-06:42
Felipe Arizmendi Esquivel

Indígenas en el sur de América

VER
Estoy en Santiago de Chile, coordinando, de parte del CELAM, un Encuentro de Comisiones Episcopales de Pastoral en los Pueblos Originarios, con obispos, sacerdotes, religiosas y laicos de Brasil, Argentina, Paraguay y Chile. Esto es parte de un programa del Departamento de Cultura y Educación, del que soy miembro. Ya hicimos un evento semejante, en octubre pasado, con Panamá, Centro América y México. Tendremos un tercero en Lima, para Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. El objetivo de estos encuentros es compartir experiencias, criterios y líneas de acción pastoral en los pueblos originarios, a la luz del Magisterio universal y latinoamericano.
En un primer momento, compartimos algunos datos sobre la realidad de estos pueblos. Hay diferencias, aunque también constantes. Por ejemplo, en Chile, que tiene 17 millones de habitantes, son indígenas un millón y medio (9.1%), de nueve etnias: aymara, rapa nui, quechua, mapuche, atacameño, coya, kawesqar, yagán y diaguita. Predominan los mapuches, que son el 84% del total de la población indígena.
En Brasil, con una gran población de 205 millones de brasileiros, apenas 896,917 son indígenas, ni un millón. Están distribuidos en 305 etnias diferentes, con 274 lenguas o idiomas reconocidos. La mayoría viven dispersos en torno al río Amazonas; varios grupos están en peligro de extinción y otros aún son desconocidos.
En Argentina, con 42 millones de habitantes, un millón y medio se consideran indígenas, pertenecientes a 32 etnias, como Mbya, Qom, Pilaga, Wichi, Mocovi, Chane, Ava, Kolla, Huarpe, Mapuche, Tehulche, Diaguita, Tapiete, Chorte, Nivaclé, Sanavirón, Omahuaca, Chulupi, Comechingón, Atacama, Aymara, Charrúa, Lule, etc.
En Paraguay, con una población total de 6 millones y medio de habitantes, sólo 112,848 personas se consideran indígenas. La gran mayoría son guaraníes y hablan este idioma, pero no se asumen como indígenas. Pertenecen a 19 pueblos: Guaraní occidental, Aché, Ava Guaraní, Mbya, Pa? Tavyterã, Guaraní Ñandéva, Toba Maskoy 2.817, Enlhet Norte, Enxet Sur, Sanapaná, Angaité, Guaná, Nivaclé, Maká, Manjui,
Ayoreo, Ybytoso, Tomárãho y Qom.
Mons. Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de las Casas.
Una de las realidades constantes de estos pueblos es que viven marginados, sufren el racismo secular, con peligro de ser expulsados de sus territorios por grandes proyectos mineros o agrícolas. Sin embargo, en varias partes están retomando conciencia de su dignidad y de sus derechos. Son los jóvenes que han salido a estudiar en universidades, los que ahora revaloran su importancia y están recobrando sus raíces, para salvar a sus pueblos. En general, la Iglesia les ha acompañado en su proceso de recuperar su cultura, a pesar de que todavía hay agentes de pastoral que no le dan la debida importancia a esta evangelización integral.
PENSAR
El Papa Francisco, al recibir a los participantes en el III Foro de los Pueblos Indígenas, convocado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, dijo: “El problema principal está en cómo conciliar el derecho al desarrollo, con la protección de las características propias de los indígenas y de sus territorios. Esto se hace más evidente sobre todo cuando se trata de estructurar unas actividades económicas que pueden interferir con las culturas indígenas y su relación ancestral con la tierra. En este sentido, siempre debe prevalecer el derecho al consentimiento previo e informado, según exige el artículo 32 de la Declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas. Sólo así se puede garantizar una cooperación pacífica entre las autoridades gubernamentales y los pueblos indígenas que supere contradicciones y conflictos... Esto implica que los gobiernos reconozcan que las comunidades indígenas son una parte de la población que debe ser valorada y consultada, y que se ha de fomentar su plena participación a nivel local y nacional” (15-II-2017).
ACTUAR
Superemos el racismo persistente contra estos pueblos, o la indiferencia, como si no nos importaran. No son un estorbo, ni un rezago social. Sería una pobreza nacional y mundial si se pierden sus culturas. Son seres humanos, hijas e hijos de Dios, hermanos en Cristo, a quienes hemos de conocer, respetar, valorar y apoyar en su pleno desarrollo.

 

16/03/2017-05:24
Isabel Orellana Vilches

Beato Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno – 17 de marzo

«Curar todas las llagas, remediar todos los males, calmar todos los pesares, desterrar todas las necesidades, enjugar todas las lágrimas, no dejar, si posible fuera en todo el mundo, un solo ser abandonado, afligido, desamparado, sin educación religiosa y sin recursos». ¿Hay algo más hermoso que estos propósitos cimentados en la suprema excelencia de la caridad, mandamiento esencial otorgado por Cristo? Fueron los que animaron la vida de este beato que nunca se cansó de prodigar a manos llenas todo el bien que concibió, postrado ante el Redentor y custodiado por la Virgen de la Merced. Su lema era: «todo para bien de la humanidad, en Dios, por Dios y para Dios».
Nació en Granada, España, el 11 de octubre de 1831. Su raigambre cristiana estaba fuertemente asentada por la fe que profesaban sus padres Antonio y Josefa, ciudadanos estimados y de gran relevancia en la capital. Ello, y la cuidada educación que recibió, fue determinante para su vocación sacerdotal. Su padre, reputado médico y catedrático de la universidad, era un hombre sensible que no pasaba por alto las necesidades ajenas. Siempre que estuvo en su mano atenderlas actuó generosamente. Imbuido de tantos valores, Juan destacó entre los compañeros de clase por su aplicación al estudio y ejemplar comportamiento. Y cuando se hallaba en el frontispicio de un futuro halagüeño, pudiendo adquirir la notoriedad que le permitían sus muchas cualidades personales junto al estatus social familiar que disfrutaba, conquistando escalas circundadas por el éxito, optó por entregarse a Cristo.
Ingresó en el seminario en 1850 y en el transcurso de esos años de formación se hicieron patentes sus magníficas dotes de oratoria. Casi doscientos sermones recogidos por él dan cuenta de la fecundidad de su palabra que brotaba de su oración. No era un simple predicador, sino un confesor de la fe; por eso llegaba a calar en el corazón de tantas personas. En estos valiosísimos escritos queda patente su inclinación a los débiles desamparados y aquéllos cuya existencia discurría por un continuo valle de lágrimas por los motivos que fuesen.
Fue ordenado sacerdote en 1855. A los pocos días perdió a su madre víctima del cólera. Abrazado a la cruz inició su trayectoria pastoral, que compaginó con la docencia en el colegio de San Bartolomé y Santiago. Entre tanto, proseguía sus estudios que culminaron con la obtención del doctorado en teología, la licenciatura en derecho civil y canónico, y un bachillerato en filosofía y letras. Esta formidable preparación le capacitó para asumir la cátedra de psicología, lógica y ética del Instituto de Granada, al tiempo que se hacía cargo de las parroquias de Huétor Santillán y de Loja. Además, ejerció como predicador numerario de la reina Isabel II, fue sacerdote castrense, formador de seminaristas, arcipreste y examinador sinodal en Granada, Jaén y Orihuela. Su finura humana y espiritual, el talante humilde, misericordioso, paciente, afable, lleno de dulzura, y su manifiesta ternura hacia los demás, suscitó gran estima hacia su persona.
En 1869 fue destinado a la diócesis de Málaga como vicario general, canónigo de la catedral y visitador de religiosas. La Providencia guió sus pasos y le puso al frente de la casa de la misericordia de Santa María Magdalena y San Carlos. Para un espíritu tan sensible como el suyo, consternado por las necesidades y el sufrimiento ajeno, la oportunidad de hallarse inmerso en ese colectivo de desfavorecidos no hizo más que acrecentar la aspiración de servirles, que formaba parte de su manera de ser. Contemplaba afligido y lleno de piedad a las jóvenes descarriadas que anhelaban modificar el rumbo de su desdichada existencia. En 1872 murió su padre. Y en 1878 impulsó la fundación de las Hermanas Mercedarias de la Caridad asociada a la Orden mercedaria. Esta obra sería su cruz y su gloria.
Las primeras religiosas tomaron el hábito en Granada en la primavera de ese año, trasladándose a continuación a Málaga. En medio de tenebrosos y espurios intereses, esos que impulsa el maligno, cinco de las nueve primeras integrantes de este movimiento eclesial quedaron seducidas por la oferta de un sacerdote, Diego Aparicio, que había estado al lado de Juan al inicio de la fundación, y le abandonaron. Optaron por regresar a Granada junto al presbítero para volver a poner en marcha allí la Orden. Con el corazón afligido e incontenible emoción, el beato manifestó: «Con dos que haya, la obra sigue; no se desanimen, Dios proveerá... ». Fijada la sede de Granada como origen de la casa general y noviciado en 1880, a todas quedó claro, porque así lo dijo su fundador, que sus objetivos habrían de ser: «ejercer todas las obras de misericordia espiritual y corporal en la persona de los pobres... ».
Después de un primer periodo de fecunda andadura se desencadenaron graves acontecimientos. En 1888 Juan fue ignominiosamente acusado por una de sus hijas. La creyeron y él fue destituido de su misión al frente de la congregación. Los arzobispos de
Granada y de Sevilla, provincia de la que procedía la hostigadora, emprendieron una labor de esclarecimiento de los hechos que discurrió de forma confusa, con el desacuerdo de las religiosas de ambas ciudades. Además, se mezclaron otras ambiciones respecto a la Orden instigadas por varios eclesiásticos, con lo cual el padre Zegrí se entrevistó en Roma con León XIII. Se rehabilitó su imagen y se le permitió retomar sus funciones. Pero no fue bien recibido por el arzobispo de Granada ni por las religiosas. En julio de 1896 les dirigió una carta haciendo notar su inocencia. No logró llegar a sus entrañas. En 1901 conoció la aprobación de la obra que tantos sufrimientos le había causado. Pero murió a causa de una pertinaz diabetes, y lo hizo solo, completamente abandonado, el 17 de marzo de 1905. Dos décadas más tarde sus hijas repararon su error. Él contempló desde el cielo ese gesto. Juan Pablo II lo beatificó el 9 de noviembre de 2003.

 

16/03/2017-11:57
Redacción

El Papa en Sta. Marta: ser indiferente acaba por corrompernos

(ZENIT- Ciudad del Vaticano, 16 Mar. 2017).- Del camino del pecado se puede volver atrás, pero cuando se transforma en corrupción es muy difícil. Y nos puede suceder cuando nos cerramos ignorando a los sin techo, a los pobres o a quienes están en dificultad.
Lo indicó este jueves el papa Francisco en la misa en Santa Marta, inspirándose en el Evangelio del día, con la parábola de Lázaro y el rico que vestía púrpura y lino.
El rico “sabía quien era ese pobre: lo sabía. Porque cuando habla con el padre Abraham, dice: ‘Envíame a Lázaro’. Pero a él no le importaba de la miseria de Lázaro ya que él era feliz”. Es que el pecado a un cierto momento se transforma en corrupción, “y este no era un pecador sino un corrupto”.
E interrogó “¿Qué sentimos en el corazón cuando vamos por la calle y vemos a los mendigos, a los niños solos que piden limosna...?”. ¿Es normal esto...? Alguien se justifica: “No, pero estos son de esa etnia que roba...”. Y Francisco pide estar atentos si en nuestro corazón resuena normal decir: “la vida es así... yo como y bebo, pero para quitarme un poco de remordimiento doy una limosna y sigo adelante”, porque ese camino “no va bien”.
Lo mismo cuando escuchamos que una bomba cayó en un hospital y hubieron tantos
muertos. “¿Digo una oración y sigo como si nada fuera? ¿Me entra en el corazón o hago como el rico con Lázaro?
“Por esto –concluyó el Papa– Señor escruta en mi corazón. Mira si mi camino es equivocado, y si estoy en ese camino resbaloso del pecado a la corrupción, del cual no se puede volver hacia atrás”. Te pido, “hazme entender en que camino estoy”.