Servicio diario - 26 de marzo de 2017


El Papa en el ángelus da las gracias a los milaneses por la acogida con “el corazón en la mano”
Raquel Anillo

España: El Santo Padre saluda la beatificación de 115 mártires
Raquel Anillo

Cuaresma: redescubrir la luz del bautismo, para no tantear en la oscuridad
Raquel Anillo


 

26/03/2017-17:59
Raquel Anillo

El Papa en el ángelus da las gracias a los milaneses por la acogida con “el corazón en la mano”

(ZENIT- Ciudad del Vaticano).- Al día siguiente de su visita pastoral a Milán, realizada ayer 25 de marzo del 2017, el papa Francisco ha dado las gracias a los milaneses por su acogida realizada con “el corazón en la mano”.
En el ángelus rezado hoy domingo 26 de marzo en la plaza San Pedro, el Papa ha evocado su desplazamiento de un día a la capital lombarda, al norte de Italia:”Quisiera dar las gracias al cardenal arzobispo ( Angelo Scola) y a todo el pueblo milanés por la calurosa acogida de ayer”.
“Verdaderamente, me sentí como en casa con todos los creyentes y no creyentes” ha confiado el Papa. “Les doy las gracias queridos milaneses y les voy a decir una cosa: He constatado que es verdad lo que se dice de ustedes: en Milán se recibe con el corazón en la mano”.
Durante su visita, el Santo Padre ha sido recibido por familias de un barrio
desfavorecido: dos familias italianas y una familia marroquí musulmana le han acogido en su casa. A continuación fue el encuentro con el clero y personas consagradas, y después también ha ido a la prisión San Vittore donde ha almorzado con un centenar de detenidos. A continuació de una gran misa con los milaneses, el Pontífice ha tenido un encuentro con 80.000 jóvenes que se han confirmado y sus familias en el estadio San Siro.

 

26/03/2017-17:58
Raquel Anillo

España: El Santo Padre saluda la beatificación de 115 mártires

(Zenit- Ciudad del Vaticano) El papa Francisco ha saludado la beatificación de 115 mártires de la guerra española, muertos por el odio de la fe en 1936; 94 sacerdotes la mayoría diocesanos –liderados por el P. José Alvarez-Benavides y de la Torre– y también por algunos franciscanos y una veintena de laicos, dos de ellos mujeres, quienes han sido beatificados en la ciudad española de Almería, este sábado 25 de marzo del 2017 por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación por la causa de los santos.
Evocando este acontecimiento después de rezar el ángelus, hoy domingo en la plaza San Pedro, el Pontífice ha subrayado que fueron “testigos heroicos de Cristo y de su Evangelio de paz y de reconciliación fraterna”. Entre los mártires figura una gitana, Emilia Fernández Rodríguez.
He aquí nuestra traducción íntegra de las palabras que el Santo Padre ha pronunciado después del ángelus.
Palabras del Papa después del ángelus
“Queridos hermanos y hermanas,
Ayer en Almería (España) José Alvarez -Benavides y de la Torre y 114 compañeros mártires han sido proclamados bienaventurados. Estos sacerdotes, religiosos y laicos, han sido testigos heroicos de Cristo y de su Evangelio de paz y de reconciliación fraterna. Que su ejemplo y su intercesión sostengan el compromiso de la Iglesia para edificar la civilización del amor.
Saludo a todos, provenientes de Roma, de Italia y de los diversos países, en particular a los peregrinos de Córdoba (España), a los jóvenes del colegio Saint-Jean Passy de París, a los fieles de Loreto, a los fieles de Quartu Sant Elena, Rende, Majori, Poggiomarino y a los adolescentes del decanato “Romana-Vitoria” de Milán.
A propósito de Milán, quisiera dar las gracias al cardenal arzobispo y todo el pueblo milanés por la calurosa acogida de ayer. Verdaderamente, me sentí como en casa con todos, creyentes y no creyentes. Les doy las gracias queridos milaneses, y les voy a decir una cosa: he constatado que es verdad lo que se dice. En Milán se recibe con el corazón en la mano.
Les deseo a todos un buen domingo. Por favor no se olviden de rezar por mí. ‘Buen apetito y hasta la próxima'”.

 

26/03/2017-17:57
Raquel Anillo

Cuaresma: redescubrir la luz del bautismo, para no tantear en la oscuridad

(ZENIT- Ciudad del Vaticano, 26 de marzo de 2017).- Para el tiempo de cuaresma, el papa Francisco ha exhortado a redescubrir la “luz” del bautismo y adoptar “un cambio radical de mentalidad”. Lo hizo en el ángelus del 26 de marzo del 2017.
Ante 25.000 personas reunidas en la Plaza de San Pedro, el Pontífice ha prevenido contra la tentación de confiar “en las pequeñas luces” que hacen tantear en la
oscuridad, en particular las “falsas luces” de los prejuicios que “deforman la realidad” y el interés personal que evalúa según la propia conveniencia.
Desde una ventana del palacio apostólico que da a la plaza San Pedro, el papa ha introducido el ángelus meditando sobre el Evangelio del día (jn 9, 1-41), la curación del ciego de nacimiento. El ciego “representa a cada uno de nosotros”, ha explicado, ciegos por el pecado.
Los bautizados al contrario, ha continuado el Santo Padre, deben “comportarse como hijos de la luz”. Esto exige “un cambio radical de mentalidad, una capacidad de juzgar a los hombres y las cosas según una nueva escala de valores, que vienen de Dios”. Y de animarnos a “abandonar las falsas luces”, comenzando por el “prejuicio contra los otros, porque el prejuicio deforma la realidad y nos llena de aversión hacia aquellos que juzgamos sin misericordia y condenamos sin sentido. Cuando meditamos sobre los otros, no caminamos en la luz, caminamos en la oscuridad”.
El papa Francisco ha evocado otra “falsa luz”: “el interés personal, que evalúa “a los hombres y las cosas según la base del criterio de nuestra utilidad, de nuestro placer, de nuestro prestigio”.
El Pontífice también ha invitado a un examen de conciencia: “Creen que Jesús es el Hijo de Dios.? Creen que él puede cambiarles el corazón.? Creen que él puede haceros ver la realidad como él la ve, no como la vemos nosotros? Creen que él es la luz, que nos da la verdadera luz?
A continuación la traducción íntegra de las palabras que le papa Francisco ha pronunciado antes del ángelus.
Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
En el centro del Evangelio de este cuarto domingo de cuaresma se encuentran Jesús y un ciego de nacimiento (cf. Jn 9,1-41). Cristo le da la vista y se cumple este milagro con una clase de rito simbólico: primero mezcla la tierra con saliva y lo aplica sobre los ojos del ciego; después le ordena que vaya a lavarse a la piscina de Siloé. Este hombre va, se lava y recupera la vista. Era un ciego de nacimiento. Con este milagro Jesús se manifiesta y se manifiesta a nosotros como luz del mundo; y el ciego de nacimiento representa a cada uno de nosotros, que hemos sido creados para conocer a Dios, pero que a causa del pecado somos como ciegos, tenemos necesidad de una luz nueva: la luz de la fe, que Jesús nos ha dado. En efecto este ciego del Evangelio recobrando la vista se abre al misterio de Cristo .Jesús le pide ” «Crees tú en el Hijo del hombre?”( v.35). “Y quién es el Señor, para que crea en él?” responde el ciego curado (v.36) “Tú lo ves Es el que te habla “ “Yo creo Señor” y se postra delante de Jesús.
Este episodio nos lleva a reflexionar sobre nuestra fe en Cristo, el Hijo de Dios, y al mismo tiempo hace referencia también al bautismo, que es el primer Sacramento de la fe; el sacramento que nos hace “volver a la luz”, por el renacer del agua y del Espíritu Santo; como sucede con el ciego de nacimiento al que se le abren los ojos después de lavarse en el agua de la piscina de Siloé.
El ciego de nacimiento curado nos representa cuando no nos damos cuenta de que Jesús es la luz “la luz del mundo”, cuando miramos hacía otros lados, cuando preferimos confiarnos a pequeñas luces, cuando tanteamos en la oscuridad. El hecho de que este ciego no tenga nombre, nos ayuda a reflejarnos con nuestro rostro y nuestro nombre en su historia. Nosotros también hemos sido “iluminados” por Cristo en el bautismo de manera que somos llamados a comportarnos como hijos de la luz.
Esto exige un cambio radical de mentalidad, una capacidad de juzgar a los hombres y a las cosas según una nueva escala de valores, que vienen de Dios. El sacramento del bautismo, exige una elección firme y decisiva de vivir como hijos de la luz y de caminar en la luz.
Si ahora les digo: “¿Creen que Jesús es el Hijo de Dios”? “¿Creen que él puede cambiar vuestro corazón? ¿Creen que él puede haceros ver la realidad como él la ve y no como la vemos nosotros? ¿Creen que él es la luz, que él nos da la verdadera luz? Qué responderían ustedes? Que cada uno responda en su corazón.
¿Qué significa tener la luz verdadera, caminar en la luz?. Significa primero abandonar las falsas luces: la luz débil y sutil del prejuicio contra los otros porque el prejuicio deforma la realidad y nos llena de aversión contra aquellos que juzgan sin misericordia y condenan sin sentido. Esto pasa siempre cuando meditamos sobre los otros, no caminamos en la luz, caminamos en la sombra.
Otra luz falsa que seduce y es ambigua es la del interés personal: si evaluamos a los hombres y las cosas sobre la base del criterio de nuestra utilidad, de nuestro placer, de nuestro prestigio, no hacemos la verdad en las relaciones y en las situaciones. Si tomamos el camino de la búsqueda del interés personal, caminamos en las tinieblas.
Que la Santa Virgen que ha recibido en primer lugar a Jesús, luz del mundo, nos obtenga la gracia de acoger de nuevo en esta cuaresma la luz de la fe, redescubriendo el don inestimable del bautismo que todos hemos recibido. Y que esta nueva luz nos transforme nuestras actitudes y acciones para ser nosotros también, a partir de nuestra pobreza, de nuestras insuficiencias, portadores de un rayo de la luz de Cristo.