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Catequesis del Papa: Debemos dar razón de nuestra esperanza

RV | 05/04/2017


 

Prosiguiendo con su ciclo de catequesis sobre la esperanza cristiana, el primer miércoles de abril, al celebrar su tradicional audiencia semanal, el Papa Francisco reflexionó con la invitación de San Pedro – tal como se lee en un pasaje de su Primera Carta – al hecho de dar razón de la esperanza que está en nosotros.

Hablando en italiano el Pontífice explicó que esta Primera Carta del Apóstol Pedro contiene una carga extraordinaria, porque logra infundir gran consuelo y paz, haciendo percibir cómo el Señor siempre está junto a nosotros y no nos abandona, especialmente en los momentos más delicados y difíciles de nuestra vida.

De ahí que el Santo Padre haya formulado la pregunta acerca de cuál es el “secreto” de este texto. A lo que respondió que su secreto reside en el hecho de hundir sus raíces en la Pascua, es decir, en el corazón del misterio que estamos a punto de celebrar, haciéndonos percibir, de este modo, toda la luz y alegría que brotan de la muerte y resurrección de Cristo.

Tras afirmar que Jesús ha resucitado verdaderamente, que está vivo y que habita en cada uno de nosotros, el Papa añadió que por esta razón San Pedro nos invita con fuerza a que lo adoremos en nuestros corazones. Porque el Señor – dijo – está allí desde el momento de nuestro Bautismo, y desde allí sigue renovándonos, colmándonos con su amor y con la plenitud de su Espíritu. Por esta razón – explicó – el Apóstol nos recomienda dar razón de la esperanza que está en nosotros. A la vez que añadió que “nuestra esperanza no es un concepto o un sentimiento, sino una Persona, es el Señor Jesús a quien reconocemos vivo y presente en nosotros y en nuestros hermanos”.

El Obispo de Roma agregó además que debemos comprender que de esta esperanza no se debe dar sólo razón a nivel teórico, con las palabras, sino sobre todo, con el testimonio de la vida, tanto dentro como fuera de la comunidad cristiana. Y concluyó recordando que cuando en las situaciones grandes o pequeña de nuestra vida, aceptamos sufrir por el bien, es como si esparciéramos a nuestro alrededor semillas de resurrección y de vida, haciendo resplandecer en la oscuridad la luz de la Pascua.

Sí, porque cada vez que nos relacionamos con los últimos y marginados – dijo el Papa – o que no respondemos al mal con el mal, sino perdonando y bendiciendo, resplandeceremos como signos vivos y luminosos de esperanza, llegando a ser así instrumento de consuelo y de paz, según el corazón de Dios.

(María Fernanda Bernasconi – RV).