Servicio diario - 05 de abril de 2017


Audiencia general: El Papa pide no ocultar y compartir ese tesoro que es Jesús
Sergio Mora

Francisco rinde homenaje a san Juan Pablo II, en el 12º aniversario de su muerte
Anne Kurian

El Santo Padre expresa su cercanía espiritual a las víctimas del atentado de San Petersburgo
Redacción

Oriente Medio: “Responder al mal perdonando y bendiciendo”, pide Francisco
Anne Kurian

El Papa deploró con firmeza la inaceptable masacre en Siria
Sergio Mora

Francisco recibe a líderes musulmanes: ‘Cuando uno escucha y habla ya está en camino’
Redacción

Texto completo de la catequesis del papa Francisco en la audiencia del 5 de abril de 2017
Redacción

Italia incluye al Vaticano en la ‘lista blanca’ de países con transparencia fiscal y bancaria
Redacción

San Pedro de Verona – 6 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

5 abril 2017
Sergio Mora

Audiencia general: El Papa pide no ocultar y compartir ese tesoro que es Jesús

El Santo Padre prosiguió con las catequesis sobre el tema de la esperanza

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 5 Abr. 2017).- En una jornada de primavera, el papa Francisco ingresó este miércoles en la plaza de San Pedro para la audiencia general, en medio del entusiasmo de los aproximadamente 15 mil peregrinos y fieles que allí le esperaban.

En el vehículo abierto pasó en medio de los pasillos de la plaza, bendiciendo a diversos niños y ancianos e incluso deteniéndose algunos instantes para tomar un mate que le ofreció un peregrino.

En sus palabras en español, el Santo Padre resumió la catequesis, prosiguiendo con el tema de la esperanza cristiana. Y recordó que “el apóstol Pedro nos invita a dar razones de la esperanza que habita en nuestros corazones”.

Precisó entretanto que “esta esperanza no es un concepto ni un sentimiento, sino una persona, Jesús resucitado, que, desde nuestro bautismo, vive en nosotros, renueva nuestra vida y nos colma con su amor y con la plenitud del Espíritu Santo”.

“Este tesoro -dijo- no podemos ocultarlo, tenemos que compartirlo y darlo a conocer con el testimonio de nuestra vida”.

Entretanto, precisó, “es necesario que la esperanza tome la forma de dulzura y de bondad para con el prójimo, y también de perdón para los que nos han hecho daño, convencidos de que el mal solamente se vence con la humildad y la misericordia”.

“San Pedro nos dice además -prosiguió el Santo Padre- que es mejor sufrir haciendo el bien que haciendo el mal, porque cuando sufrimos por el bien, estamos en comunión con Jesús, que aceptó el sufrimiento por nuestra salvación”.

Porque “cuando vivimos esta realidad, nos convertimos en sembradores de resurrección, y en portadores de un perdón y de una bendición que son el anuncio del amor sin medida de Dios, fundamento de nuestra esperanza”.

El Papa concluyó sus palabras en español saludando a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.

Y concluyó: “Los animo a vivir con intensidad los días de la Semana Santa. Que la contemplación de la Pasión y Muerte de Jesús, nos asegure en la esperanza de la resurrección, y nos ayude a ser instrumentos de su consuelo y de su amor para todos nuestros hermanos”.

La audiencia concluyó con la bendición apostólica y el canto del Padre Nuestro en Latín.

(Leer el texto completo de la catequesis)

 

05/04/2017-11:31
Anne Kurian

Francisco rinde homenaje a san Juan Pablo II, en el 12º aniversario de su muerte

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 5 Abr. 2017).- Se cumplen hoy 12 años de la muerte del papa san Juan Pablo II, y el santo padre Francisco le ha rendido homenaje en la audiencia de este miércoles al saludar a los peregrinos polacos presentes en la plaza de San Pedro.
Recordó que Juan Pablo II “ha dirigido al mundo dos grandes mensajes: de Jesús Misericordioso y el de Fátima. El primero lo hemos recordado durante el jubileo extraordinario de la Misericordia; el segundo relacionado al triunfo del Inmaculado Corazón de María sobre el mal, que nos recuerda el centenario de las apariciones de Fátima”.
“Aceptemos estos mensajes –ha animado el papa Francisco– para que ellos llenen nuestros corazones” y “abramos las puertas a Cristo”, dijo, recordando las palabras que dijo el Papa polaco apenas fue elegido.

Juan Pablo II durante la misa de su inicio de pontificado, el 22 de octubre de 1978, pronunció la célebre frase: “¡No tengan miedo. Abran de par en par las puertas a Cristo!
¡A su pujanza salvadora abran las fronteras de los Estados, los sistemas económicos y políticos, los inmensos sectores de la cultura, de la civilización y del desarrollo. No tengan miedo! Cristo conoce lo que está dentro del hombre. ¡Solo Él lo conoce!”.

 

05/04/2017-08:39
Redacción

El Santo Padre expresa su cercanía espiritual a las víctimas del atentado de San Petersburgo

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 5 Abr. 2017).- El papa Francisco indicó en la audiencia de este miércoles su cercanía espiritual a las víctimas y familiares del atentado de San Petesburgo.
El atentado cometido el lunes en la metropolitana de la ciudad de San Petesburgo dejó un saldo de 14 muertos y decenas de heridos. Todo indica que haya sido un atentado suicida realizado por un ciudadano ruso nacido en Kirguistán y perteneciente a los separatistas de dicha región.
Se piensa que la persona responsable del ataque terrorista en el vagón fue la misma que dejó la otra bolsa con un explosivo en la parada de Ploshad Vostaniya, bomba que fue desactivada poco después, indicó la policía apoyándose en los videos de vigilancia.
“Mi pensamiento va en este momento –dijo el Santo Padre– al grave atentado de los días pasados en la metropolitana de San Petersburgo, que provocó víctimas y consternación en la población”.
“Mientras confío a la misericordia de Dios a todos ellos que trágicamente murieron, expreso mi espiritual cercanía a sus familiares y a todos los que sufren a causa de este dramático evento”.

 

05/04/2017-10:36
Anne Kurian

Oriente Medio: “Responder al mal perdonando y bendiciendo”, pide Francisco

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 5 Abr. 2017).- El papa Francisco ha animado a los cristianos de Medio Oriente a responder al mal “perdonando y bendiciendo”, una recomendación dada durante la audiencia general de este miércoles en el Vaticano.
“Queridos hermanos y hermanas, Él nos dijo que cada vez que nosotros toman parte a favor de los pequeños y marginados, o que nosotros no respondemos al mal con mal, pero perdonando y bendiciendo, nosotros resplandecemos como signos vivos y luminosos de esperanza, volviéndonos instrumentos de consolación y del paz, de acuerdo al corazón de Dios”.
“Que el Señor les bendiga’, añadió siempre en italiano antes de ser traducido en árabe. Durante su catequesis el Papa subrayó que “nuestra esperanza no es un sentimiento o un concepto, un móvil o algún tipo de riqueza, sino una persona”. Es “el Señor viviente y presente en nosotros y en nuestros hermanos”.

 

05/04/2017-11:07
Sergio Mora

El Papa deploró con firmeza la inaceptable masacre en Siria

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 5 Abr. 2017).- “Deploro con firmeza la inaceptable masacre sucedida ayer en la provincia de Idlid”. Con estas palabras que no pueden dejar margen de duda alguna, el papa Francisco se refirió al ataque con armas químicas en Siria, contra un bastión de los rebeldes, donde al menos 83 civiles perdieron la vida, entre ellos 11 niños.
“Asistimos horrorizados a los últimos eventos en Siria. Deploro firmemente la inaceptable masacre sucedida ayer en la provincia de Idlid, donde fueron asesinadas decenas de personas inermes entre las cuales muchos niños”, dijo el Santo Padre.
“Rezo por las víctimas y sus familiares” añadió, e hizo “un llamado a la conciencia de los que tienen responsabilidad política, a nivel local e internacional, para que cese esta tragedia y se dé alivio a esta querida población, desde hace demasiado tiempo golpeada por la guerra”.
“Animo además –dijo– los esfuerzos de quienes, trabajando en la inseguridad y en situación de malestar, se esfuerzan para hacer llegar ayuda a los habitantes de aquella región”.
En el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se ha propuesto un proyecto de resolución condenando el ataque químico registrado en el norte de Siria. Tanto las Naciones Unidas como la UE han pedido responsabilidades por lo ocurrido. El ministro francés de Exteriores Jean-Marc Ayrault, consideró que “no hay duda sobre la responsabilidad del régimen de Damasco, del régimen sirio”, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, aseguró que Irán y Rusia tienen una “enorme responsabilidad moral” por las muertes en el bombardeo.

 

05/04/2017-14:53
Redacción

Francisco recibe a líderes musulmanes: ‘Cuando uno escucha y habla ya está en camino’

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 5 Abr. 2017).- El santo padre Francisco recibió este miércoles por la mañana, antes de la audiencia general, en el Estudio del Aula Pablo VI, a una delegación de líderes musulmanes de Gran Bretaña, a quienes invitó a escuchar a los hermanos. Porque “cuando se escucha y se habla ya se está en camino”.
La delegación estaba formada por Moulana Ali Raza RIZVI, Presidente, Majlis y ulama Europe; Moulana Muhammad Shahid RAZA, Chairman, British Muslim Forum, Gran Bretaña; Shaykh Ibrahim MOGRA, Co-Chair, Christian Muslim Forum; Moulana Sayed Ali Abbas RAZAWI, Director General, Scottish Ahlul Bayt Society.
“Con alegría les doy la bienvenida. Me gusta pensar que el trabajo más importante que tenemos que hacer hoy, entre nosotros, en la humanidad, es un trabajo “de oreja”: escucharnos. Escucharnos, sin prisas para responder. Aceptar la palabra del hermano, de la hermana y luego, pensar en pronunciar la mía. La capacidad de escuchar, es muy importante”, dijo.
“Es interesante: cuando las personas tienen esta capacidad de escuchar –prosiguió el Papa– hablan en tono bajo, tranquilo … En cambio, cuando no la tienen, hablan en voz alta y también gritan”.
Por esto el Pontífice les exhorto: “Entre hermanos, todos nosotros debemos hablar, escucharnos y hablar lentamente, tranquilos, buscar juntos el camino. Y cuando se escucha y se habla, ya se está en camino”.
“Les agradezco el camino que están haciendo –dijo Francisco al concluir– y pido a Dios Todopoderoso y Misericordioso que les bendiga. Y a vosotros les pido que recen por mí.

 

05/04/2017-14:40
Redacción

Texto completo de la catequesis del papa Francisco en la audiencia del 5 de abril de 2017

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 5 abr. 2017).- El papa Francisco en la audiencia de este miércoles 5 de abril ha proseguido las catequesis sobre el tema de la esperanza, indicando que no se trata de una teoría sino nuestra esperanza no es un concepto, ni un teléfono móvil, ni es un montón de riquezas. Nuestra esperanza es una Persona, es el Señor Jesús, y debemos testimonio con nuestra vida, permitiéndole a Cristo que habite en nuestro corazón y se vuelva visible.

A continuación el texto completo
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
¡La Primera Carta del Apóstol Pedro lleva en sí una carga extraordinaria! Es necesario leerla una, dos, tres veces para entender, esta carga extraordinaria: logra infundir gran consolación y paz, haciendo percibir como el Señor está siempre junto a nosotros y no nos abandona jamás, sobre todo en los momentos más delicados y difíciles de nuestra vida. Pero, ¿cuál es el secreto de esta Carta, y en modo particular del pasaje que hemos apenas escuchado (Cfr. 1 Pt 3,8-17)? Esta es la pregunta. Yo sé que ustedes hoy tomarán el Nuevo Testamento, buscarán la Primera Carta de Pedro y la leerán con calma, para entender el secreto y la fuerza de esta Carta. ¿Cuál es el secreto de esta Carta?
El secreto está en el hecho de que este escrito tiene sus raíces directamente en la Pascua, en el corazón del misterio que estamos por celebrar, haciéndonos así percibir toda la luz y la alegría que surgen de la muerte y resurrección de Cristo. Cristo ha resucitado verdaderamente, y este es un bonito saludo para darnos los días de Pascua: “¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo ha resucitado!”, como muchos pueblos hacen.
Recordándonos que Cristo ha resucitado, está vivo entre nosotros, está vivo y habita en cada uno de nosotros. Es por esto que San Pedro nos invita con fuerza a adorarlo en nuestros corazones (Cfr. v. 16). Allí el Señor ha establecido su morada en el momento de nuestro Bautismo, y desde allí continúa renovándonos y renovando nuestra vida, llenándonos de su amor y de la plenitud del Espíritu.
Es por esto que el Apóstol nos exhorta a dar razones de la esperanza que habita en nosotros (Cfr. v. 15): nuestra esperanza no es un concepto, no es un sentimiento, no es un teléfono celular, no es un montón de riquezas: ¡no! Nuestra esperanza es una Persona, es el Señor Jesús que lo reconocemos vivo y presente en nosotros y en nuestros hermanos, porque Cristo ha resucitado.
Los pueblos eslavos se saludan, en vez de decir “buenos días”, “buenas tardes”, en los días de Pascua se saludan con esto “¡Cristo ha resucitado!”, ‘¡Christos voskrese!’, lo dicen entre ellos; y son felices al decirlo. Y este es el “buenos días” y las “buenas tardes” que nos dan: “¡Cristo ha resucitado!”.
Entonces, comprendemos que de esta esperanza no se debe dar tantas razones a nivel teórico, con palabras, sino sobre todo con el testimonio de vida, y esto sea dentro de la comunidad cristiana, sea fuera de ella. Si Cristo está vivo y habita en nosotros, en nuestro corazón, entonces debemos también dejar que se haga visible, no esconderlo, y que actúe en nosotros.
Esto significa que el Señor Jesús debe ser cada vez más nuestro modelo: modelo de vida y que nosotros debemos aprender a comportarnos como Él se ha comportado. Hacer lo mismo que hacia Jesús.
La esperanza que habita en nosotros, por tanto, no puede permanecer escondida dentro de nosotros, en nuestro corazón: sino, sería una esperanza débil, que no tiene la valentía de salir fuera y hacerse ver; sino nuestra esperanza, como se ve en el Salmo 33 citado por Pedro, debe necesariamente difundirse fuera, tomando la forma exquisita e inconfundible de la dulzura, del respeto, de la benevolencia hacia el prójimo, llegando incluso a perdonar a quien nos hace el mal.
Una persona que no tiene esperanza no logra perdonar, no logra dar la consolación del perdón y tener la consolación de perdonar. Sí, porque así ha hecho Jesús, y así continúa haciendo por medio de quienes le hacen espacio en sus corazones y en sus vidas, con la conciencia de que el mal no se vence con el mal, sino con la humildad, la misericordia y la mansedumbre.
Los mafiosos piensan que el mal se puede vencer con el mal, y así realizan la venganza y hacen muchas cosas que todos nosotros sabemos. Pero no conocen que cosa es la humildad, la misericordia y la mansedumbre. ¿Y por qué? Porque los mafiosos no tienen esperanza. ¡Eh! Piensen en esto.
Es por esto que San Pedro afirma que «es preferible sufrir haciendo el bien, si esta es la voluntad de Dios, que haciendo el mal» (v. 17): no quiere decir que es bueno sufrir, sino que, cuando sufrimos por el bien, estamos en comunión con el Señor, quien ha aceptado sufrir y ser crucificado por nuestra salvación. Entonces cuando también nosotros, en las situaciones más pequeñas o más grandes de nuestra vida, aceptamos sufrir por el bien, es como si difundiéramos a nuestro alrededor las semillas de la resurrección, las semillas de vida e hiciéramos resplandecer en la oscuridad la luz de la Pascua.
Es por esto que el Apóstol nos exhorta a responder siempre «deseando el bien» (v. 9): la bendición no es una formalidad, no es sólo un signo de cortesía, sino es un gran don que nosotros en primer lugar hemos recibido y que tenemos la posibilidad de compartirlo con los hermanos. Es el anuncio del amor de Dios, un amor infinito, que no se termina, que no disminuye jamás y que constituye el verdadero fundamento de nuestra esperanza.
Queridos amigos, comprendemos también porque el Apóstol Pedro nos llama «dichosos», cuando tengamos que sufrir por la justicia (Cfr. v. 13). No es sólo por una razón moral o ascética, sino es porque cada vez que nosotros tomamos parte a favor de los últimos y de los marginados o que no respondemos al mal con el mal, sino perdonando, sin venganza, perdonando y bendiciendo, cada vez que hacemos esto nosotros resplandecemos como signos vivos y luminosos de esperanza, convirtiéndonos así en instrumentos de consolación y de paz, según el corazón de Dios.
Así, adelante con la dulzura, la mansedumbre, siendo amables y haciendo el bien incluso a aquellos que no nos quieren, o nos hacen del mal. ¡Adelante!

 

05/04/2017-07:18
Redacción

Italia incluye al Vaticano en la ‘lista blanca’ de países con transparencia fiscal y bancaria

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 5 Abr. 2017).- Italia incluyó en la ‘lista blanca’ al Estado-Ciudad del Vaticano y al Instituto para las Ordenes Religiosas (IOR).
Con la publicación en la ‘Gazeta oficial’, el Vaticano pasa a estar entre los países que respeta los estándares internacionales de transparencia fiscal y bancaria.
Es un resultado más gracias al camino de transparencia iniciado por Benedicto XVI y proseguido por el papa Francisco, que llevó a firmar un acuerdo en 2016 que prevé intercambio de información bancaria desde 2009 y la posibilidad de repatriación de capitales.
En el acuerdo firmado se prevé además que las rentas financieras de las personas físicas y jurídicas que tengan cuentas en el IOR, deban pagar impuestos a Italia desde 2014.

 

05/04/2017-04:10
Isabel Orellana Vilches

San Pedro de Verona – 6 de abril

(ZENIT – Madrid).- Nació en 1205 en Verona, Italia, cuando los cátaros propagaban el maniqueísmo. En su propia familia tenía a los enemigos de la fe ya que había quedado atrapada por las consignas de la herejía. Pero sus padres, respetuosos, abiertos y generosos, posibilitaron sus estudios en un centro católico. De allí salió pertrechado con una gran preparación que le permitiría hacer frente a los opositores con el rigor debido.
Un tío suyo, cátaro convencido, tuvo ocasión de constatar de primera mano lo consolidados que estaban los principios en el ánimo del adolescente, que recitó con fervor el símbolo de la fe nicena. Este pariente al escucharle quedó impresionado por la contundencia de los argumentos esgrimidos, y no ocultó su inquietud.
Más tarde, siendo Pedro estudiante universitario en Bolonia, compañías poco aconsejables le jugaron malas pasadas y se vio asaltado por distintas tentaciones. Pero ese tiempo no se dilató. Dios tenía para él grandes misiones. La Orden de Predicadores estaba en su apogeo en el momento en que el joven, que tenía 16 años, conoció a Domingo de Guzmán. Seducido por sus palabras se hizo dominico y recibió el hábito que le impuso personalmente el santo. Si de niño había destacado por su inteligencia, sinceridad y firmeza en sus decisiones, como religioso cumplió con estricta fidelidad su compromiso. Tomó el evangelio, se aplicó en el estudio y mantuvo vivo un estado de oración. Además, buscando una penitencia radical se abrazó a las austeridades, como había hecho su fundador.
De manera concienzuda preparaba ante Cristo su predicación, para lo cual se recogía durante la noche meditando y orando. Mientras evangelizaba en Lombardía, en estas cotidianas vigilias que tenían lugar en su celda, hallándose en estado de contemplación se le presentaron tres santas que fueron martirizadas: Inés, Cecilia y Catalina de Alejandría, con las cuales mantuvo un diálogo. Informado el prior por otros frailes, que habían escuchado voces tras los muros, fue severamente reprendido en el capítulo. Le recriminaron por haber violado la clausura amén de introducir a mujeres en su humilde aposento. Se juzgó con severidad esta supuesta imprudencia que revestía innegable gravedad para un consagrado. Él guardó escrupuloso silencio y acogió obedientemente su traslado al convento de la Marca Ancona.
Le habían prohibido predicar, de modo que se dedicó a estudiar con más ahínco.
Suplicaba a Dios con insistencia: el peso del apego a la fama era importante. Él conocía su inocencia, pero, ¿qué pensarían los demás? Un día se dirigió al crucifijo y mostró su desconsuelo: «Señor, Tú sabes que no soy culpable. ¿Por qué permites que me calumnien?». Jesús respondió: «¿Y qué hice yo, Pedro, para merecer la pasión y la muerte?». Impactado por estas palabras se sintió avergonzado y afligido. También salió fortalecido para afrontar la pena. Poco tiempo después quedó al descubierto su inocencia. Volvió a la predicación y cosechó mayores frutos apostólicos.
Ordenado sacerdote, y siendo hombre de diálogo, comenzó a difundir el evangelio por la Toscana, Milanesado y la Romaña. Su objetivo primordial eran los cátaros. Fueron incontables los herejes que volvieron a la Iglesia tras escuchar sus palabras. Uno de ellos Rainiero de Piacenza. Las multitudes buscaban su curación espiritual y física tratando de acceder a él aunque para ello tenían que abrirse paso a empujones. Él mismo tenía que ser izado porque de otro modo habrían podido arrollarle. Las iglesias y espacios al aire libre servían a los fieles para acoger jubilosos a este gran confesor.
Tenía para cada uno de los penitentes el juicio justo, sabio, encarnado en el amor misericordioso de Dios. En la intensa labor evangelizadora que llevaba a cabo su virtud le precedía. Creó las «Asociaciones de la fe» y la «Cofradía para la alabanza de la Virgen María».
A lo largo de su vida experimentó muy diversas pruebas, menosprecios y ataques. Pero amaba a Cristo y nada trocó su voluntad. Llegó a ser superior de los conventos de Piacenza, Como y Génova. Predicó por Roma, Florencia, Milán… Por todos los lugares iba dejando una estela de milagros, don con el que fue agraciado. Alguna vez personas maliciosas intentaron tentarle fingiendo una enfermedad. Es lo que hizo un hereje en Milán que gozaba de buena salud. Si lograba confundir al santo, lo dejaría en evidencia.
Pedro le dijo: «Ruego al Señor de todo lo creado, que si tu enfermedad no es verdadera, te trate como lo mereces». Inmediatamente sufrió el mentiroso los síntomas de la lesión que simuló, y rogó la curación que en ese momento precisaba para huir de tan punzantes dolores. Compadecido el santo de su arrepentimiento, trazó la señal de la cruz y le liberó del mal. Además, logró su conversión.
A Pedro siempre le acompañó la sed de martirio que no dudaba en suplicar le fuera concedida. En 1232 Gregorio IX, que lo conocía, le nombró inquisidor general (como luego hizo Inocencio IV), lo que suscitó muchas enemistades. Incluso hubo una conjura para asesinarle. Veinte años más tarde, mientras predicaba en Como fue informado de que se conspiraba contra su vida tasada en 40 libras milanesas. Respondió sin inmutarse: «Dejadles tranquilos; después de muerto seré todavía más poderoso».
Transcurridos quince días, concretamente el 6 de abril de 1252, cuando regresaba a Milán desde Como, convento del que era prior, cerca de la localidad de Barlassina recibió dos hachazos en la cabeza que le profirieron los enemigos de la fe. Sangrando,
pero aún con vida, recitaba el Credo y, según narran las crónicas, a punto de expirar con su propia sangre escribió con un dedo en el suelo: «Credo in Deum». Tenía 46 años.
El 25 de marzo del 1253, al año siguiente de su muerte, fue canonizado por Inocencio IV. Es protomártir de la Orden dominicana. Carino, ejecutor del santo, se arrepintió después, y se hizo dominico. Sus signos visibles de virtud hicieron que fuese venerado por parte del pueblo.