Servicio diario - 06 de abril de 2017


Jueves Santo: el Papa celebrará en una cárcel de colaboradores de Justicia
Federico Cenci

El Papa en Santa Marta: ‘Meditemos sobre la fidelidad de Dios, también en nuestra vida’
Redacción

Mensaje del Santo Padre a los damnificados por las lluvias en Argentina
Redacción

Evento literario en Roma por los 90 años de Benedicto XVI
Redacción

Ecuador: obispos piden facilidades para el recuento de los votos
Redacción

El Cristo de los Ramos
Enrique Díaz Díaz

San Juan Bautista de La Salle – 7 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

6 abril 2017
Federico Cenci

Jueves Santo: el Papa celebrará en una cárcel de colaboradores de Justicia

Misa en Coena Domini y el rito del lavado de los pies

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, Abr. 2017).- “El santo padre Francisco irá el jueves 13 de abril a al instituto de reclusión de Paliano (Provincia de Frosinone y diócesis de Palestrina), para celebrar la ‘Misa in Coena Domini’, con el rito del lavado de los pies a algunos detenidos”. Lo indicó la Oficina de prensa de la Santa Sede, precisando que “la visita tendrá un carácter privado”.

La mencionada cárcel, ubicada en la antigua Fortaleza de los Colonna di Paliano, a 70 kilómetros de Roma, tuvo encerrados a algunos exponentes de la criminalidad organizada y del terrorismo italiano .

Es un instituto especial porque está dedicado a los colaboradores de Justicia. Los detenidos realizan en el interior de la estructura trabajos de restauración, de huerto y tienen otras actividades productivas, como una pizzería interna.

El papa Francisco prosigue así la tradición de celebrar la misa de jueves Santo y el rito del lavado de los pies en lugares que pueden ser identificados en lo que él define como ‘periferias existenciales’.

El año pasado el sucesor de Pedro celebró el Jueves Santo en el Centro de recepción para los solicitantes de asilo en Castel Nuovo di Porto, cerca de Roma. En el 2015 fue a la cárcel romana de Rebibbia. En cambio el año anterior optó por la ir a la Fundación Don Gnocchi, que recibe a personas con discapacidades o no autosuficientes; la primera semana santa de Bergoglio como pontífice, visitó la cárcel de menores, en Casal de Marmo, en Roma.

 

06/04/2017-13:53
Redacción

El Papa en Santa Marta: ‘Meditemos sobre la fidelidad de Dios, también en nuestra vida’

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, Abr. 2017).- Dios es siempre fiel a su alianza. Este fue el centro de la homilía de la misa que el papa Francisco celebró este jueves en la Casa Santa Marta. E invitó a meditar durante el día de hoy unos diez minutos sobre nuestra propia historia para descubrir la belleza del amor de Dios, incluso delante de las dificultades que todos pasamos en la vida.
Basándose en las lecturas del día, el papa señaló la alianza de Dios con Abraham, profeta al que Jesús llama ‘padre’.
El Pontífice desarrolló su meditación entorno a la figura Abraham, presentada por la liturgia del día. En efecto, en la Primera Lectura se narra acerca de la alianza que Dios hizo con él, a quien Jesús llama “padre”, un profeta que obedece y deja su tierra que habría recibido en herencia.
Recuerda que cuando era anciano Abraham recibe la promesa de tener un hijo, siendo además su mujer estéril. “Si alguien tratara de hacer una descripción de la vida de Abraham, podría decir: ‘Éste es un soñador’” si bien algo de soñador tenía, pero de “aquel sueño de la esperanza”.
Además fue puesto a la prueba y “después de haber tenido el hijo, hijo muchacho, adolescente, le pide que lo ofrezca en sacrificio: obedeció y fue contra toda esperanza. Y éste es nuestro padre Abraham, que va adelante, adelante, adelante y cuando Jesús dice que Abraham vio su día, vio a Jesús, estuvo lleno de alegría. Sí: vio en promesa eso y esa alegría de ver la plenitud de la promesa de la alianza, la alegría de ver que Dios no lo había engañado, que Dios -como hemos rezado en el Cántico litúrgico- es siempre fiel a su alianza”.
Abraham pactó obedecer siempre y la promesa de Dios era convertirlo en “padre de una multitud de naciones”. En el libro del Génesis, Dios le dice que su descendencia será numerosa como las estrellas del cielo y la arena que está en la orilla del mar. Y hoy nosotros podemos decir: “Yo soy una de aquellas estrellas. Yo soy un granito de arena”. Por ello Jesús que le dice a los fariseos que Abraham exultó en la esperanza de ver “mi día”.
Así la Iglesia hoy invita precisamente a detenerse y a mirar nuestras raíces. No estoy solo, soy un pueblo. La Iglesia es un pueblo soñado por Dios.
El Pontifice invitó por ello a hacer “un día de memoria”, porque “en esta gran Historia, en el marco de Dios y de Jesús, está la pequeña historia de cada uno de nosotros”.
“Los invito a dedicar hoy cinco minutos, diez minutos, sentados, sin radio, sin tv; sentados y pensar en la propia historia: las bendiciones y los problemas, todo. Las gracias y los pecados: todo.
Y ver allí la fidelidad de aquel Dios que permaneció fiel a su alianza, ha permanecido fiel a la promesa que había hecho a Abraham, ha permanecido fiel a la salvación que había prometido en Su Hijo Jesús. Estoy seguro de que en medio de las cosas, tal vez feas, porque todos las tenemos, tantas cosas feas en la vida. Si hoy hacemos esto, descubriremos la belleza del amor de Dios, la belleza de Su Misericordia, la belleza de la esperanza. Y estoy seguro de que todos nosotros estaremos llenos de alegría”.

 

06/04/2017-11:00
Redacción

Mensaje del Santo Padre a los damnificados por las lluvias en Argentina

(ZENIT – Roma).- El Papa Francisco ha enviado por medio de una carta dirigida al Presidente de la Conferencia Epsicopal Argentina, su cercanía espiritual y bendición a todas aquellas personas damnificadas por las torrenciales lluvias de los últimos días. Lo indica la web de la Conferencia Episcopal Argentina, que publica el texto completo.
Más de 7.000 personas fueron evacuadas en siete provincias al norte del país: Córdoba, San Juan, San Luis, La Pampa, Santa Rosa, Neuquén y Tucumán, debido a las inundaciones provocadas por las fuertes precipitaciones.
A continuación el texto del telegrama:
“Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz
Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina
He recibido con dolor la noticia de los graves daños que las lluvias torrenciales de los últimos días han provocado en numerosas provincias del país. Te pido, querido hermano, que hagas llegar mi cercanía espiritual a todas esas miles de personas que han tenido que ser evacuadas, muchas de ellas viendo cómo se perdía en un momento todo lo que tenían: hogar, bienes, recuerdos familiares ... , fruto de tantos años de sacrificio y trabajo.
Deseo también acompañar con mi oración y mi palabra de aliento a los hermanos obispos, sacerdotes y fieles de tantas parroquias que, en estos momentos de necesidad, se desviven por estar cerca de su pueblo; así como a las autoridades, instituciones y voluntarios, para que colaborando entre sí con espíritu de unidad lleven a todos los afectados un testimonio de fraterna solidaridad.
Los encomiendo a todos a la intercesión de nuestra Madre la Virgen, para que ella los cuide y proteja siempre, y les imparto de corazón la bendición apostólica.
Francisco”

 

06/04/2017-09:07
Redacción

Evento literario en Roma por los 90 años de Benedicto XVI

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 6 Abr. 2017).- La fundación vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, promueve hoy jueves un encuentro en el Instituto Patristico Augustinianum de Roma, con motivo del los 90 años del papa emérito, que los cumple el próximo 16 de abril.
Tras los saludos de padre Giuseppe Caruso, rector dell’Augustinianum y del sacerdote salesiano Giuseppe Costa, director de la Librería Editora Vaticana, habla el presidente de la Fundación Ratzinger, el padre Federico Lombardi, ex director de la Oficina de prensa de la Santa Sede.
El padre Lombardi presenta así el libro Cooperatores Veritatis, escrito en honor del papa emérito Benedicto XVI con motivo de su 90º cumpleaños, por el realizado junto a Pierluca Azzaro. La obra reúne las contribuciones de 13 estudiosos que desde el 2011 hasta el día de hoy fueron galardonados con el Premio Ratzinger.
El cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos y miembro del Comité científico de la Fundación, disertará sobre el tema “Una sinfonía de amor y verdad en la libertad. Joseph Ratzinger/Benedetto XVI testimonio grato de la fe pascual”.
El libro “constituye un camino original para tomar contacto con un grupo internacional de prestigiosos estudiosos, que se han confrontado con el pensamiento de Joseph Ratzinger”, escribe el padre Lombardi en la introducción.
Los autores de los ensayos son el Mons, Inos Biffi; el filósofo francés Rémi Brague, el biblista anglicano Richard Burridge; el teólogo polaco, Mons. Waldemar Chrostowski; el jesuita estadounidense Brian E. Daley; el jesuita brasileño Mario De França Miranda, el teólogo español padre Olegario González de Cardedal; el abad cisterciense de Heiligenkreuz (Austria), Maximilian Heim; el estudioso libanés Nabil el-Khoury; el teólogo grigo-ortodoxo Ioannis Kourempeles, la teóloga francesa Anne-Marie Pelletier, el teólogo alemán, Christian Schaller, curador de la Opera omnia de Joseph Ratzinger – Benedetto XVI, y el italiano Manlio Simonetti, experto de Patristica.

 

06/04/2017-10:52
Redacción

Ecuador: obispos piden facilidades para el recuento de los votos

(ZENIT – Roma – 6 Abr. 2017).- “Frente a los controvertidos resultados expresados por las urnas el domingo pasado, los obispos de la Conferencia Episcopal reconocen incondicionalmente el pleno derecho que tiene el pueblo ecuatoriano de conocer la verdad”. Lo indicó un comunicado publicado en la web de los obispos de Ecuador, pidiendo facilidades para el recuento de los votos.
Siempre ayer, el Consejo Nacional Electoral dio el resultado final después del conteo del 100 por ciento de los votos: 51,14 por ciento para el oficialista Lénin Moreno, actual vicepresidente del gobierno de Rafael Correa y 48,86 por ciento para opositor banquero Guillermo Lasso.
Los obispos señalan que “la autoridad electoral, respaldada por el Gobierno nacional, tiene el deber de asegurar a la parte política que se sienta afectada todas las facilidades para impugnar los mencionados resultados y de acudir, sin exclusión alguna, a las instancias legalmente previstas para hacer valer sus razones”. Y piden que “en la más pulcra transparencia, sean entregadas al pueblo las pruebas a favor de la veracidad de los resultados, o, en su defecto, las de su eventual falacia”.
Reprueban entretanto las manifestaciones violentas que se han registrado: “Jamás la violencia, tanto del poder como de la oposición, serán el camino para la paz, el desarrollo y la democracia en el marco del auténtico bien común”, escriben. Y solicitan un diálogo “que permita el pleno esclarecimiento de la verdad y así volver en seguida a la calma y a la tranquilidad en las calles de nuestras ciudades.
Los obispos del Ecuador concluyen reiterando “el llamado a la paz, al respeto y a la unidad nacional”, e invitan a rezar al “Dios, Rey de la paz y de la verdad, para que proteja, junto con su Madre bendita, a nuestro querido Ecuador”.
Desde el movimiento oficialista Alianza PAIS, llegó siempre este miércoles, el anuncio de “adherir a las acciones de impugnación que presentará la alianza CREO-SUMA, del banquero Guillermo Lasso, que ha alegado un supuesto fraude electoral”, indicó la Agencia de noticias Andina.
“Con la finalidad de que no quede la menor sombra de duda que estas elecciones se ganaron con el apoyo mayoritario del pueblo ecuatoriano –señala la nota– nos adherimos a las acciones de impugnación presentada por el movimiento CREO-SUMA para la revisión de las 1.795 actas, por parte del CNE (Consejo Nacional Electoral), y solicitamos que dicha revisión se efectúe de manera inmediata en un lugar público, con todos los medios de comunicación nacionales e internacionales”, dijo José Serrano, asambleísta electo de PAIS.

 

06/04/2017-19:19
Enrique Díaz Díaz

El Cristo de los Ramos

Domingo de Ramos

San Mateo 21, 1-11: “Bendito el que viene en nombre del Señor”
Isaías 50, 4-7: “No aparté mi rostro de los insultos, y sé que no quedaré avergonzado”
Salmo: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
Filipenses 2, 6-11: Cristo se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó”
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo (26, 14- 27, 66)

¿Qué le dirá la imagen de Jesús, tan pequeño, tan humilde, montado en un burrito a un mundo de tecnología, de poder, de ambición, de terrorismo y de prepotencia? Las ramas cortadas al pasar, los mantos ofrecidos con generosidad y los corazones dispuestos a recibir a Jesús podrían ser los auténticos signos de un mundo, que igual que Sión, busca encontrar la paz, la verdad y la justicia.
Jesús es el único rey que puede darnos la paz. San Mateo nos narra una sola visita de Jesús a Jerusalén y la coloca como el centro de toda su actividad evangelizadora y la manifestación del verdadero mesianismo de Jesús. La figura de Jesús montado en un burrito debería contrastar enormemente con los gritos de júbilo proclamándolo como Hijo de David. Todas las expectativas que señalaban al Mesías como un rey poderoso y fuerte, que con espada y lanza liberaría a Israel de todos sus enemigos, se ven ridiculizadas cuando Jesús se presenta “montado en un burro, en un burrito, hijo de animal de yugo”. Y si por un lado se anima a Sión manifestándole que viene “su rey” que le procurará la paz, por otro lado toda la humildad y sencillez con que Jesús entra en Jerusalén nos manifiestan el verdadero camino de la paz. Jesús ofrece una manifestación de su condición de Rey-Mesías, no con el aire triunfal de los vencedores, sino en son de paz, con la sencillez del que viene a servir a su pueblo. La entrada de Jesús a Jerusalén y la entrada de Jesús en nuestros pueblos es en sí misma una interrogante sobre lo que significa su presencia y su misión en medio de nosotros: ¿Cómo estamos construyendo la paz? ¿A base de descalificaciones, amenazas y venganzas? ¿Lo hacemos desde el interior, desde el servicio y desde la recuperación del valor de la persona?
El Cristo de los Ramos y los Hosannas resulta contradictorio y paradójico. Domingo de Ramos se nos presenta como un día pleno de contrastes, luces y sombras, de un sabor agridulce. En un momento se llenan nuestras calles con los gritos: “¡Viva Cristo Rey!, ¡Hosanna al Hijo de David!”, y momentos después resuenan en nuestras iglesias las trágicas palabras de la Pasión, y se van sucediendo, paso a paso, la entrega, el beso de la traición, la negación de Pedro, las burlas y las aclamaciones irónicas de los soldados: “¡Viva el rey de los Judíos!”, los gritos de “¡Crucifícalo!”, hasta la última exclamación en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, para que Jesús dando un fuerte grito, expire. Es la dolorosa realidad que cada día se hace presente en nuestras vidas. Por una parte se exalta al hombre, se le alaba y por otra se le desprecia, se le tortura y se le aniquila. Escuchamos la proclamación de los derechos humanos, la exaltación al respeto y a la igualdad de la mujer, se defiende apasionadamente a los niños y a los pobres, y los noticieros dan cuenta de abusos, de drogas, de violaciones, de secuestros y de la trata de personas. Es la pasión de Jesús vivida cada día en la persona de cada hombre y cada mujer.
Realidad humana vivida por Jesús que toma el rostro y el dolor de cada persona y que lo asume para rescatarlo, para darle su verdadero significado, para llevarlo a la verdadera libertad, más allá de las expectativas meramente humanas y económicas. Acontecimientos vividos en aquel día, lo que pasó en esa semana, no es historia del pasado, se trata de una especie de profecía y documentación anticipada de todo lo que ocurre siempre en el mundo y en nuestra historia. El escenario no tiene importancia. Todas las situaciones de nuestra vida reflejan la pasión: siempre se encontrará en el centro a un hombre, Cristo-hoy, víctima de la injusticia, de la soledad, de la traición, de la indiferencia, de la ausencia de amor. Y siempre los actores serán los mismos, quizás con alguna pequeña diferencia, el Herodes que condena, Pilato lavándose las manos, el Pedro que niega al amigo por temor al compromiso, la huida, el beso de la traición... la muchedumbre que igual en un momento alaba y exalta y en otro, se burla, condena e insulta. Alguna vez me comentaban los actores de la representación que si no habría posibilidad de cambiar un poco los papeles. Así esperaríamos encontrar a un Pilato que alguna vez no se lave las manos o a un Herodes que realmente busque la justicia; a un Pedro que no se escurra sino que diga con toda claridad: “Sí lo conozco, es mi amigo”; a unos discípulos que venciendo sus miedos, no huyan cobardemente sino que se queden firmes en la lucha contra la injusticia. Y hoy tenemos la posibilidad de cambiar el guion... ¡con nuestra vida!
Domingo de Ramos, Semana Santa... es la historia de Cristo encarnada en la humanidad, con la posibilidad de que nosotros cambiemos las situaciones y nos unamos al Jesús, Hijo de David, en su misión de paz y de amor. Claro que necesitamos cambiar las actitudes y asumir los criterios de Jesús que se entrega, mientras los demás huyen; que da la vida, mientras los otros toman las armas; que perdona, mientras los demás se llenan de odio. La Semana Santa debe vivirse en este clima del gran amor de Jesús, pero al mismo tiempo debe vivirse como un fuerte reclamo ante las agresiones a la dignidad del hombre. No podemos vivir una Semana Santa sin compromisos, sin atención al hermano. Que cada una de las palabras de Jesús encuentre eco en nuestro corazón. Este día y esta Semana Santa llenémonos del amor de Jesús, guardemos sus palabras, sus actitudes y sus enseñanzas en nuestro corazón. ¿Habrá tiempo para escuchar a Jesús? ¿Habrá tiempo para aceptar la manifestación de su amor hacia nosotros? ¿Estaremos demasiado ocupados? ¿Lo dejaremos muriendo en soledad, en la cárcel, por el hambre y el abandono? Semana santa: tiempo de Jesús y tiempo del hombre verdadero.
Padre Bueno que nos has dado como modelo a tu Hijo, nuestro Salvador, hecho hombre, humillado hasta la muerte de cruz, haz que participando vivamente en su Pasión, manifestemos y vivamos nuestra fe en su Resurrección. Amén.

 

06/04/2017-19:26
Isabel Orellana Vilches

San Juan Bautista de La Salle – 7 de abril

(ZENIT – Madrid).- Nació en Reims, Francia, el 30 de abril de 1651. Era el primogénito de una numerosa prole nacida en el seno de una familia adinerada. Su padre era magistrado de la audiencia, de modo que pudo haber tenido lo que quisiera, pero escogió a Cristo por encima de todo. A los 11 años recibió la tonsura, y a los 16 fue nombrado canónigo del cabildo de la catedral. Un primo suyo, canciller de la universidad, renunció a la canonjía en su favor. Estudió en el colegio Bons-Enfants, y cuando estaba en edad de elegir, en lugar de optar por la carrera de derecho, como su padre hubiese deseado, determinó ser sacerdote. Su progenitor no puso inconveniente. Graduado como Maestro en Artes, ingresó en el seminario de San Sulpicio de París. Su virtud no pasaba desapercibida. El superior de la congregación expresó su parecer en estos términos: «De La Salle fue un constante observador de la regla. Su conversación fue siempre agradable e irreprochable. Parece que nunca ha ofendido a nadie, ni ha incurrido en censura por parte de nadie».
En ese periodo sus padres fallecieron y él quedó a cargo de la administración de las propiedades. Eso le obligó a dejar el seminario. A veces las sombras se cernían sobre él. Dudaba de sí mismo sopesando sus capacidades que minusvaloraba en extremo. La oración y el acompañamiento de buenos directores le ayudó a ser ponderado en los juicios. Al respecto, fue especialmente significativo el consejo que recibió de Nicolás Roland, canónigo y teólogo de Reims. En 1678 recibió el sacramento del orden. Dos años más tarde obtuvo el grado de doctor en teología y poco después se implicó en la fundación de una escuela. Casi a continuación, de forma imprevista tomó bajo su responsabilidad el avituallamiento de una comunidad religiosa femenina.
Estando en la treintena sopesaba las vías que le convenía seguir para dar el mejor cauce a su vida. La docencia, la tarea parroquial, o la asistencia caritativo social a las escuelas y maestros, eran opciones que barajaba. Fue ésta última la que orientó su acontecer. Había reparado en el colectivo de muchachos que vivían en zonas marginales, sin acceso a una educación que parecía sonreír únicamente a los que más recursos tenían. Algunos andaban por el mundo abandonados a su suerte; otros habían caído en lo más bajo y requerían atención especial. Precisaban una persona que se ocupase de restituirles su dignidad; ello les permitiría hacerse acreedores de la confianza y del respeto de sus congéneres.
Una de las decisiones que tomó Juan Bautista fue dejar a su familia para convivir con un grupo de docentes. Entonces percibió las necesidades que tenían, comenzando por la formación. Durante unos meses del año 1680 proporcionó una sólida preparación integral de orientación cristiana a los que acogió en su casa. En 1683 consiguió que se aceptara su renuncia a la canonjía, que había intentado antes sin éxito, y repartió su fortuna entre los pobres. Al año siguiente comenzaba a germinar su fundación, el Instituto de Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de la Salle). Hermanos por el espíritu fraterno que les vinculaba entre sí y todos con Cristo. El eje vertebral era la familiarización con la presencia de Dios en sus vidas. A través de ella se ponía de manifiesto la tutela del Creador hacia cada uno de sus hijos. Con esta práctica, seguida no solo por los alumnos sino también por el profesorado, les inducía a ver el mundo y actuar en el día a día.
Roland había vaticinado: «Tu celo la hará prosperar». «Completarás el trabajo que he iniciado. En todo esto, el padre Barré será tu modelo y guía». Juan Bautista siempre manifestó que la idea de la obra no fue suya. Reconoció también: «Si alguna vez hubiera pensado que lo que hice por pura caridad con los maestros pobres iba a terminar haciendo que viviera con ellos, hubiera renunciado al instante». Pero le había guiado su plena confianza en la Providencia: «Debo hacer el trabajo de Dios y si lo peor debe pasar roguemos al Señor por fuerza». Así superó abandonos, destituciones y muchas pruebas. Uno de sus grandes pesares fue la prematura muerte de Henri L’Heureux en 1690, cuando estaba presto a ordenarse. Tras ella entendió que la fundación no debía estar integrada por sacerdotes.
Al abrir las escuelas la idea de Juan Bautista fue instaurar la gratuidad para todos con independencia de la economía familiar de cada uno; era algo que chocaba con otros intereses. Pero los Hermanos de la Salle siguieron adelante. En esa época lo habitual era la enseñanza individualizada. Por eso sorprendía que los alumnos pudieran recibirla todos juntos y a la vez, lo cual suscitó enconadas oposiciones. Hasta en estamentos eclesiales se miró con recelo el nacimiento de este proyecto gestionado por laicos consagrados, dedicados a enseñar «juntos y por asociación». Se hallaba fuera de los cánones conocidos y las autoridades educativas no salían de su asombro. El santo organizó centros de formación de maestros, escuelas especiales para jóvenes que habían delinquido y a quienes había que reinsertar, escuelas técnicas, otras
secundarias para lenguas modernas, ciencias y letras... Todo ello con excelente calidad.
Era un campo abonado para alentar a una vocación religiosa porque los padres y maestros estaban implicados en la educación.
Escribió silabarios, catecismos para uso escolar, salterios y obras pedagógicas y espirituales. La «Guía de las Escuelas Cristianas» se considera el mejor texto pedagógico del siglo XVII. Y «Meditaciones» es valiosísimo para educadores cristianos. Juan Bautista falleció en Saint-Yon, cerca de Rouen, el 7 de abril de 1719. Al fin de sus días había confesado: «Si Dios me hubiera revelado lo bueno que podría ser logrado por este instituto, y de la misma manera me hubiera hecho saber las pruebas y los sufrimientos que lo acompañarían, mi valor habría fallado, y yo nunca lo habría emprendido». León XIII lo beatificó el 19 de febrero de 1888. Él mismo lo canonizó el 24 de mayo de 1900.