Servicio diario - 19 de abril de 2017


Audiencia del Papa: Demos testimonio de que el Señor vive en medio de nosotros
Sergio Mora

Audiencia – Egipto y Oriente Medio: “Mirar constantemente a quien venció la muerte”
Anne Kurian

Francisco en la Audiencia: “Jóvenes, ¡lleven el testimonio de la paz!”
Redacción

El patriarca de Constantinopla y Tawadros II estarán al lado del Papa en el viaje a Egipto
Anne Kurian

Torneo de cricket en Fátima favorecerá el diálogo interreligioso
Constance Roques

Trinidad, familia y pueblos originarios
Felipe Arizmendi Esquivel

Santa Inés de Montepulciano – 20 de Abril
Isabel Orellana Vilches

Texto completo de la catequesis del papa en la audiencia del miércoles 19 de abril de 2017
Redacción


 

19 abril 2017
Sergio Mora

Audiencia del Papa: Demos testimonio de que el Señor vive en medio de nosotros

En la catequesis en español recuerda que si Jesús no hubiera resucitado sería solo un ejemplo de generosidad

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 19 Abr. 2017).- El papa Francisco realizó en este jornada ventosa de primavera otra audiencia de los miércoles, en la plaza de San Pedro, en donde entró con el papamóvil.

El Santo Padre saludó a los miles de peregrinos que lo esperaban en la plaza adornada con gran cantidad de flores con motivo de la Pascua. Ellos agitaban pañuelos y coreaban con el entusiasmo característico de estos eventos. El Papa pasaba y se detenía cada tanto para bendecir, en particular a niños y ancianos, mientras se escuchaban los acordes de una banda que tocaba marchas varias.

El Pontífice siguió con la serie de catequesis sobre el tema de la esperanza cristiana, relacionándola con la resurrección de Jesús. En su resumen en español el sucesor de Pedro recordó que “nos encontramos hoy, en el contexto de la Pascua, que hemos celebrado y seguimos celebrándola en la liturgia. Cristo resucitado es nuestra esperanza. El cristianismo es un camino de fe que nace de un evento, testimoniado por los discípulos de Jesús. Como nos dice San Pablo: Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado, resucitó al tercer día y se apareció a Pedro y a los Doce”.

Precisó entretanto que “si todo hubiese terminado con la muerte de Jesús, sólo tendríamos en él un ejemplo de entrega y generosidad, pero no sería suficiente para generar nuestra fe, porque la fe nace en la mañana de Pascua”.

El Papa recordó que “San Pablo, al relatarnos la experiencia de las personas que han entrado en contacto con el Resucitado, hace referencia primero a Cefas, luego a los Doce, después a más de quinientas personas, a Santiago y por último se cita a sí mismo”.

“Jesús quiso salir al encuentro de Pablo, perseguidor de la Iglesia, cuando iba camino de Damasco, y para el Apóstol ese fue un acontecimiento que cambio su vida. También el Señor quiere hacerse presente en nuestras vidas para conquistarnos y no abandonarnos jamás”, indicó.

Y el Santo Padre precisó que “ser cristianos significa reconocer y abrazar el amor que Dios tiene por nosotros, que vence el pecado y la muerte”.

Al concluir su resumen en español saludó “cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica”, dijo. Y añadió: “Los invito a llevar a todos el gozo de la resurrección del Señor. Que podamos comunicar con nuestra vida que él está aquí y vive en medio de nosotros”.

(Leer el texto completo)

 

19/04/2017-09:25
Anne Kurian

Audiencia – Egipto y Oriente Medio: “Mirar constantemente a quien venció la muerte”

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 19 Abr. 2017).- El Papa Francisco en la audiencia
general de este miércoles en la Plaza de San Pedro, ha animado a los cristianos árabes a “mirar constantemente a quien ha vencido la muerte”.
“Dirijo un cordial bienvenido a los peregrinos de idioma árabe, en particular a los provenientes de Egipto y de Medio Oriente”, dijo el Pontífice.
“Queridos hermanos y hermanas –exclamó el sucesor de Pedro– Cristo Jesús nuestra esperanza ha resucitado”. Y añadió: “Les exhorto a mirar constantemente a aquel que ha vencido la muerte y nos ayuda a acoger los sufrimientos como preciosa ocasión de redención y salvación”.
“Que el Señor les bendiga”, concluyó el Papa hablando en italiano, poco antes de ser traducido en árabe por el colaborador que hizo un resumen de la catequesis en este idioma.

 

19/04/2017-15:36
Redacción

Francisco en la Audiencia: “Jóvenes, ¡lleven el testimonio de la paz!”

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 19 Abr. 2017).- Dar testimonio de la paz en todas partes,
es la misiàon que el papa Francisco les ha encargado a los jóvenes este miércoles en la audiencia general.
Al concluir el encuentro con los miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro, el Papa saludó en particular a “los jóvenes de la Confirmación, de las diócesis de Milán y
de Cremona” quienes se hicieron notar con sus aplausos y gritos en medio de la multitud.
“Vivan en plenitud el mensaje pascual, den testimonio en todas partes de la paz, don de Cristo Resucitado”, dijo.
Como en cada miércoles, el papa Francisco se acercó a las personas enfermas y a los nuevos esposos: “Queridos enfermos, miren constantemente a Aquel que ha vencido la muerte y que nos ayuda a acoger los sufrimientos como momentos privilegiados de redención y de santidad”.
“Queridos nuevos esposos -añadió el sucesor de Pedro- vivan la experiencia familiar cotidiana en vuestras casas, en la conciencia de la presencia vivificante de Jesús”.

 

19/04/2017-15:43
Anne Kurian

El patriarca de Constantinopla y Tawadros II estarán al lado del Papa en el viaje a Egipto

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 19 Abr. 2017).- El patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, estará en el Cairo al lado del papa Francisco durante el viaje que el Pontífice realizará a Egipto este próximo 28 y 29 de abril.Ellos visitarán juntos la universidad de Al-Azhar, dando así una señal fuerte a favor de la unidad de los cristianos y el diálogo interreligioso.
De acuerdo al cotidiano católico italiano Avvenire, el jefe de la Iglesia ortodoxa de Constantinopla ha hecho este anuncio personalmente al celebrar la fiesta de Pascua en el Phanar, Turquía, este 16 de abril: “He sido invitado también por la Universidad de Al-Azhar al Cairo, el 28 de abril y podré estar con el papa Francisco”, dijo. Bartolomé ha indicado también que recibió una carta de su ‘hermano’ el papa latinoamericano con motivo de la fiesta de Pascua.
El patriarca ecuménico, el papa Francisco y el papa de los coptos ortodoxos Tawadros II, se encontrarán así juntos al gran imán de la universidad de Al-Azhar, el jeque Ahmed Mohamed al-Tayeb.
Este visita favorecerá el diálogo con las más altas autoridades del islam sunita, quienes condenan el terrorismo y el fanatismo religioso.
En los últimos años, Bartolomé I y el papa Francisco han realizado diversas iniciativas conjuntas: han viajado juntos en mayo de 2014 a Tierra Santa; han rezado el 8 de junio del mismo año, lado a lado por la paz en la región, con los presidentes de Israel y de Palestina.
En abril de 2016 tuvieron un encuentro en la isla griega de Lesbos para hablar al unísono en favor de los inmigrantes y de los refugiados. En septiembre siguiente, los dos pastores estuvieron nuevamente juntos en Asís, con ocasión del encuentro interreligioso por la paz.

 

19/04/2017-10:58
Constance Roques

Torneo de cricket en Fátima favorecerá el diálogo interreligioso

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 19 Abr. 2017).- El club de cricket de San Pedro, conocido también como ‘Vaticano XI’, irá a Fátima después de pascua para un torneo interconfesional que incluirá equipos musulmanes, hindúes y judíos de España, Portugal y del Reino Unido, indicó el programa inglés de Radio Vaticano.
El cricket, deporte casi desconocido en América Latina y un poco menos en España, en cambio es muy difundido en varios países del mundo. El tercer torneo ‘Light of Faith’ (Luz de la Fe) se realizará en Fátima un poco antes de la visita del papa Francisco al santuario mariano programada para el 12 y 13 de mayo próximos, con motivo del centenario de las apariciones marianas.
El Club de Cricket de San Pedro, que está compuesto por sacerdotes y seminaristas de diferentes nacionalidades que estudian o se encuentran en Roma, viajará a Lisboa el miércoles 19 de abrilm¡, pasarán un día en el santuario de Fátima y durante su estadía de cuatro días, los jugadores serán albergados por el consejo municipal y la población de Miranda do Corvo, junto a la histórica ciudad universitaria de Coimbra.
Uno de los objetivos del Club de Cricket del Vaticano, fundado en 2013 bajo el auspicio del Consejo Pontificio de la Cultura, es “construir puentes hacia las personas de otras Iglesias cristianas y comunidades de otros credos”. El club ha recibido en Roma a equipos anglicanos y musulmanes y ha ido dos veces a Inglaterra para los torneos ‘Light of Faith’ de 2014 y 2016.
El director del equipo San Pedro es el sacerdote Eamonn O’Higgins, director espiritual del Colegio Pontificio María Mater Ecclesiae de Roma, quien ha explicado a la Radio Vaticano que su equipo ha sido invitado por el Club de Cricket de Miranda do Corvo, por el centenario de las apariciones de Fátima.
Al inicio los anfitriones querían que el equipo llegara durante la visita del papa Francisco, pero el padre Eamonn señaló que “si bien era una bella ocasión para hacerse una foto juntos”, decidió por razones pastorales, viajar algunas semanas antes del Papa, “promoviendo de alguna manera la vista pontificia”.
“Reunirse con las otras confesiones religiosas es importante para el papa Francisco”, precisó, subrayando en este sentido el significado de los partidos interconfesionales.
El padre Eamonn concluyó la entrevista indicando que el equipo llegará a Portugal el 19 de abril y los jugadores irán directamente a Fátima para participar en la misa en el altar principal del santuario y “para consagrar el equipo a María”, porque subrayó, “todo inicia con la oración”.

 

19/04/2017-06:44
Felipe Arizmendi Esquivel

Trinidad, familia y pueblos originarios

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas

VER
Nos hemos reunido en Quito, Ecuador, los integrantes el equipo asesor del CELAM sobre un asunto fronterizo, la teología india, para preparar el VI Simposio, que versará sobre el misterio de la Santísima Trinidad y su vivencia en los pueblos indígenas. Este evento, programado por el mismo CELAM en su plan de trabajo, se llevará a cabo en Asunción, Paraguay, en septiembre próximo. Su
objetivo general será proseguir el camino de profundización de los contenidos doctrinales de la Teología India, para avanzar en su clarificación a la luz de la
Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia. Son cuatro sus objetivos específicos: Profundizar en la fe católica sobre el misterio de la Trinidad en sus diversas expresiones a través de los tiempos y las culturas. Conocer, compartir y dialogar sobre el modo cómo viven los pueblos originarios el misterio de la Trinidad y la familia. Ofrecer elementos teológicos para acompañar pastoralmente a las familias originarias en los procesos de cambio que están viviendo. Celebrar la fe trinitaria con expresiones propias de las familias originarias. Nos importa mucho el tema de la familia, por todos los cambios culturales que está experimentando, aún en los lugares más apartados de las montañas y las selvas, convencidos de que tenemos una gran riqueza en la Revelación, que les ofrecemos, para ayudar a salvar la familia.
En los Simposios anteriores se han abordado temas muy importantes: El primero fue en Bogotá, en 1997, para empezar a desbrozar los prolegómenos. El segundo fue en Cochabamba, en 2002, para profundizar algunos contenidos introductorios. El tercero fue en Guatemala, den 2006, sobre Cristo en los pueblos indígenas. El cuarto fue en Lima, Perú, en 2011, sobre la teología de la creación en la fe católica y en los mitos, ritos y símbolos de los pueblos originarios cristianos en América Latina. El quinto fue en San Cristóbal de Las Casas, en 2014, sobre la Revelación de Dios y los pueblos originarios. Todos ellos se han hecho de común acuerdo y con participación de la Congregación para la Doctrina de la fe, pues desde que era su Prefecto el Cardenal Joseph Ratzinger, nos insistió en la importancia de realizar estos diálogos en comunión eclesial, participando los obispos designados por las Conferencias Episcopales para los temas indígenas, junto con teólogos que están elaborando y viviendo esta teología en los pueblos originarios. Se ha avanzado bastante, en un clima de discusión y apertura eclesial. Queremos mantenernos fieles y firmes en nuestra fe católica, pero con el corazón y la mente cercanos a las experiencias religiosas de los indígenas, en los cuales también actúa el Espíritu de Dios.

PENSAR
El Papa Francisco ha dicho: “Bien entendida, la diversidad cultural no amenaza la unidad de la Iglesia. El mismo Espíritu Santo es la armonía, así como es el vínculo de amor entre el Padre y el Hijo. Él es quien suscita una múltiple y diversa riqueza de dones y al mismo tiempo construye una unidad que nunca es uniformidad sino multiforme armonía que atrae. La evangelización reconoce gozosamente estas múltiples riquezas que el Espíritu engendra en la Iglesia. No haría justicia a la lógica de la encarnación pensar en un cristianismo monocultural y monocorde. Por ello, en la evangelización de nuevas culturas o de culturas que no han acogido la predicación cristiana, no es indispensable imponer una determinada forma cultural, por más bella y antigua que sea, junto con la propuesta del Evangelio. El mensaje que anunciamos siempre tiene algún ropaje cultural, pero a veces en la Iglesia caemos en la vanidosa sacralización de la propia cultura, con lo cual podemos mostrar más fanatismo que auténtico fervor evangelizador” (EG 117).
“La teología, en diálogo con otras ciencias y experiencias humanas, tiene gran importancia para pensar cómo hacer llegar la propuesta del Evangelio a la diversidad de contextos culturales y de destinatarios. La Iglesia, empeñada en la evangelización, aprecia y alienta el carisma de los teólogos y su esfuerzo por la investigación teológica, que promueve el diálogo con el mundo de las culturas y de las ciencias. Convoco a los teólogos a cumplir este servicio como parte de la misión salvífica de la Iglesia. Pero es necesario que, para tal propósito, lleven en el corazón la finalidad evangelizadora de la Iglesia y también de la teología, y no se contenten con una teología de escritorio” (EG 133).

ACTUAR
El Espíritu de Dios, a través de los tiempos y las culturas, se expresa de diversas formas. Escuchémoslo en las vivencias religiosas de los pueblos indígenas, y ofrezcámosles siempre la plenitud de la Revelación que Jesucristo nos ha traído.

 

19/04/2017-04:22
Isabel Orellana Vilches

Santa Inés de Montepulciano – 20 de Abril

(ZENIT – Madrid).- San Raimundo de Capua, biógrafo de Catalina de Siena, es una de las fuentes principales para conocer a esta santa. Ella no ocultó su impresión al conocer los hechos extraordinarios que Dios hizo por medio de Inés, y la profundísima vida de piedad y penitencia que jalonó su existencia. En su Diálogo escribió Catalina: «La dulce virgen santa Inés, que desde la niñez hasta el fin de su vida me sirvió con humildad y firme esperanza sin preocuparse de sí misma». En Inés fueron palpables los signos de la sencillez e inocencia evangélica, muestra de que un niño no tiene doblez y de que su apertura a los más altos ideales obedece a un patrimonio legado por el Padre celestial, al que jamás se cierra; siempre está presto a manifestarse a poco que se estimule y acompañe en el camino de la fe. Si todavía hay alguien que piense que el rigor y la comprensión de una alta vida espiritual es impropia de esa edad, debería desterrar la idea.
Nació Inés Segni el 28 de enero de 1268 en Gracciano Vecchio, pequeña localidad cercana a Montepulciano, Italia. Su familia, poseedora de excelentes recursos económicos, abrazaba el credo que ella heredó, complaciéndose en el rezo de las oraciones que le enseñaron, especialmente el Padrenuestro y el Avemaría. Los recitaba en distintos momentos del día priorizando este fervoroso gesto sobre los juegos infantiles que retomaba después de haber orado devotamente. Muy niña se fijó en el tosco hábito, un «sacco», que llevaban las religiosas de su ciudad natal. Le sedujeron, porque a su corta edad ya experimentaba particular tendencia a la espiritual. Y a los 9 años ingresó en la comunidad. Tuvo la fortuna de que sus padres se lo permitieran al ver la madurez con la que expuso su anhelo, y de ser acogida y formada por ellas.
A los 12 años Inés eran tan capaz y tan virtuosa que pusieron en sus manos la administración de los bienes del monasterio. Y a los 15 fue enviada a Procena en respuesta a una demanda efectuada por las personas que tenían a su cargo el castillo de Montepulciano que solicitaban la presencia de las monjas allí. Para asumir el oficio de abadesa tuvo que ser dispensada por el papa Martín IV. El hecho de ser elegida para esta misión siendo tan joven da idea de su talla humana y espiritual. La clave de su vida era la oración continua. El trato familiar con las Personas Divinas y su devoción por la Virgen María cincelaban su espíritu con los signos indelebles de un amor que iba transfigurándola en Cristo. Era amable, humilde, sencilla, bondadosa, abnegada, con gran visión de gobierno, y mostraba en toda circunstancia paz y alegría. Al encarnar las virtudes evangélicas todo lo que decía era creíble.
Junto a Margarita, que fue su formadora, fundó otro monasterio en Montepulciano a petición de un grupo de caballeros. A sus 18 años el obispo la designó superiora del mismo. Permaneció en ese cargo veintidós años. En este nuevo convento, con su ilimitada entrega, llena de confianza en Dios, el rigor en el cumplimiento de la regla, su oración y pasión por la Eucaristía, siguió arrebatando la gracia de muchísimas vocaciones. Tuvo también preocupaciones y disgustos. En dos ocasiones viajó a Roma. Una de ellas con objeto de cercenar de raíz la ambición y afanes de poder internos. Por si fuera poco, su úlcera de estómago y habituales infecciones intestinales no le dieron excesiva tregua desde 1304, aunque ella mostraba extraordinaria fortaleza de manera incesante soportándolas con paciencia.
Las noticias de su excelsa forma de vida y de la bondad que regía el monasterio que se hallaba bajo su responsabilidad fue origen de una tercera fundación que requirieron pusiese en marcha en Montepulciano, erigida con la aprobación del pontífice. Años atrás, la Virgen le había encomendado esta obra sellada con el signo de tres piedras que entregó a la religiosa. Vio en la oración que debía ser destinada a la juventud y, con la contribución económica de amigos, familiares y vecinos, abrió el convento en 1306 en ese monte en cuyas laderas moraban mujeres de vida descarriada. Eligió la regla a seguir después de tener una visión en la que se le presentaron tres santos: Agustín, Domingo y Francisco. Iban navegando en un barco y la invitaron a subir. En medio de la sobrenatural conversación, Domingo vaticinó: «Subirá a mi nave, pues así lo ha dispuesto Dios». Y el espíritu dominicano fue adoptado por ella y sus hermanas.
Adornada con diversos carismas, el de milagros y éxtasis, entre otros, que comenzaron a manifestarse en su infancia, recibía también mensajes extraordinarios. En una de estas visiones, narrada por san Raimundo, la Virgen depositó al Niño Jesús en sus brazos, y parece ser que antes de entregárselo de nuevo a María, le quitó la cruz que portaba en el cuello y la conservó. En otra ocasión, tras haber contemplado el gozo del paraíso con la Virgen y los santos que entonaban Vernans Rosa (floreciendo la rosa), apareció una rosa en el lugar donde había estado hincada de rodillas.
En 1316 por sugerencia de las religiosas aceptó recibir tratamiento para sus enfermedades en las termas de Chianciano. Allí siguieron obrándose prodigios. Empeoró y regresó a Montepulciano. Los últimos meses de vida los pasó animando y confortando espiritualmente a sus hermanas. Quienes la acompañaban en los postreros instantes no podían evitar la emoción. Pero Inés las consoló, diciéndoles: «Si en verdad me aman, alégrense de que voy al Padre Dios a recibir su herencia eterna. No se afanen, que desde la eternidad las encomendaré siempre». Falleció el 20 de abril de 1317. Catalina de Siena, que la denominó «madre gloriosa», acudió a venerar sus restos treinta años más tarde. El cuerpo se hallaba (y se encuentra) incorrupto. Según relató san Raimundo, cuando Catalina hizo ademán de arrodillarse, uno de los pies de Inés cobró vida y se puso a su alcance, hecho milagroso que fue contemplado por los que se encontraban allí. Clemente VIII beatificó a Inés en 1608. Benedicto XIII la canonizó el 10 de diciembre de 1726.

 

19/04/2017-08:27
Redacción

Texto completo de la catequesis del papa en la audiencia del miércoles 19 de abril de 2017

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 19 Abr. 2017).- El Papa Francisco realizó la catequesis de este miércoles, durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro, centrándola sobre la esperanza cristiana y de su relación con la resurrección de Jesús.
A continuación el texto completo de la catequesis:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Nos encontramos hoy, en la luz de la Pascua, que hemos celebrado y continuamos celebrándola en la Liturgia. Por esto, en nuestro itinerario de catequesis sobre la esperanza cristiana, hoy deseo hablarles de Cristo Resucitado, nuestra esperanza, así como lo presenta San Pablo en la Primera Carta a los Corintios (Cfr. cap. 15).
El apóstol quiere resolver una problemática que seguramente en la comunidad de Corinto estaba en el centro de las discusiones. La resurrección es el último tema afrontado en la Carta, pero probablemente, en orden de importancia, es el primero: de hecho todo se apoya en este presupuesto.
Hablando a los cristianos, Pablo parte de un dato indudable, que no es el resultado de una reflexión de algún hombre sabio, sino un hecho, un simple hecho que ha intervenido en la vida de algunas personas. El cristianismo nace de aquí. No es una ideología, no es un sistema filosófico, sino es un camino de fe que parte de un advenimiento, testimoniado por los primeros discípulos de Jesús.
Pablo lo resume de este modo: Jesús murió por nuestros pecados, fue sepultado, resucitó al tercer día y se apareció a Pedro y a los Doce (Cfr. 1 Cor 15,3-5). Este es el hecho. Ha muerto, fue sepultado, ha resucitado, se ha aparecido. Es decir: Jesús está vivo. Este es el núcleo del mensaje cristiano.
Anunciando este hecho, que es el núcleo central de la fe, Pablo insiste sobre todo en el último elemento del misterio pascual, es decir, que Jesús ha resucitado. Si de hecho, todo hubiese terminado con la muerte, en Él tendríamos un ejemplo de entrega suprema, pero esto no podría generar nuestra fe. Ha sido un héroe, ¡No!, ha muerto, pero ha resucitado.
Porque la fe nace de la resurrección. Aceptar que Cristo ha muerto, y ha muerto crucificado, no es un acto de fe, es un hecho histórico. En cambio, creer que ha resucitado sí. Nuestra fe nace en la mañana de Pascua.
Pablo hace una lista de las personas a las cuales Jesús resucitado se les aparece (Cfr. vv. 5-7). Tenemos aquí una pequeña síntesis de todas las narraciones pascuales y de todas las personas que han entrado en contacto con el Resucitado. Al inicio de la lista están Cefas, es decir, Pedro, y el grupo de los Doce, luego “quinientos hermanos” muchos de los cuales podían dar todavía sus testimonios, luego es citado Santiago. El último de la lista –como el menos digno de todos– es él mismo, Pablo dice de sí mismo: “como un aborto” (Cfr. v. 8).
Pablo usa esta expresión porque su historia personal es dramática: pero él no era un monaguillo, ¿no? Él era un perseguidor de la Iglesia, orgulloso de sus propias convicciones; se sentía un hombre realizado, con una idea muy clara de cómo es la vida con sus deberes. Pero, en este cuadro perfecto –todo era perfecto en Pablo, sabía todo– en este cuadro perfecto de vida, un día sucedió lo que era absolutamente imprevisible: el encuentro con Jesús Resucitado, en el camino a Damasco.
Allí no había sólo un hombre que cayó en la tierra: había una persona atrapada por un advenimiento que le habría cambiado el sentido de la vida. Y el perseguidor se convierte en apóstol, ¿Por qué? ¡Porque yo he visto a Jesús vivo! ¡Yo he visto a Jesús resucitado! Este es el fundamento de la fe de Pablo, como de la fe de los demás apóstoles, como de la fe de la Iglesia, como de nuestra fe.
¡Qué bello es pensar que el cristianismo, esencialmente, es esto! No es tanto nuestra búsqueda en relación a Dios –una búsqueda, en verdad, casi incierta– sino mejor dicho la búsqueda de Dios en relación con nosotros. Jesús nos ha tomado, nos ha atrapado, nos ha conquistado para no dejarnos más.
El cristianismo es gracia, es sorpresa, y por este motivo presupone un corazón capaz de maravillarse. Un corazón cerrado, un corazón racionalista es incapaz de la maravilla, y no puede entender que cosa es el cristianismo. Porque el cristianismo es gracia, y la gracia solamente se percibe, más: se encuentra en la maravilla del encuentro.
Y entonces, también si somos pecadores –pero todos lo somos– si nuestros propósitos de bien se han quedado en el papel, o quizás sí, mirando nuestra vida, nos damos cuenta de haber sumado tantos fracasos.
En la mañana de Pascua podemos hacer como aquellas personas de las cuales nos habla el Evangelio: ir al sepulcro de Cristo, ver la gran piedra removida y pensar que Dios está realizando para mí, para todos nosotros, un futuro inesperado. Ir a nuestro sepulcro: todos tenemos un poco dentro. Ir ahí, y ver como Dios es capaz de resucitar de ahí. Aquí hay felicidad, aquí hay alegría, vida, donde todos pensaban que había sólo tristeza, derrota y tinieblas. Dios hace crecer sus flores más bellas en medio a las piedras más áridas.
Ser cristianos significa no partir de la muerte, sino del amor de Dios por nosotros, que ha derrotado a nuestra acérrima enemiga. Dios es más grande de la nada, y basta sólo una luz encendida para vencer la más oscura de las noches.
Pablo grita, evocando a los profetas: «¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?» (v. 55). En estos días de Pascua, llevemos este grito en el corazón. Y si nos dirán del porqué de nuestra sonrisa donada y de nuestro paciente compartir, entonces podremos responder que Jesús está todavía aquí, que continúa estando vivo entre nosotros, que Jesús está aquí, en la Plaza, con nosotros: vivo y resucitado.