Servicio diario - 26 de abril de 2017


El Papa en la audiencia: ‘Dios está cerca y camina a nuestro lado’
Sergio Mora

Texto completo de la catequesis del Papa Francisco en la audiencia del 26 de abril de 2017
Redacción

El C9 – Nº 19: formación, selección del personal y descentralización entre Curia y Conferencias episcopales
Sergio Mora

Bodas de oro: “Díganle a los jóvenes que el matrimonio es algo hermoso”
Anne Kurian

Venezuela: el Santo Padre hizo llegar su solidaridad al cardenal Urosa
Redacción

Texto completo del papa Francisco al TED 2017 de Vancouver ‘The future you’
Redacción

Fiesta de la Divina Misericordia, en Roma y en el mundo
Pilar Paz

Focolares: preparan el ‘Genfest 2018’, pensando al sínodo sobre los jóvenes
Redacción

Beata María Antonia Bandrés y Elósegui – 27 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

26 abril 2017
Sergio Mora

El Papa en la audiencia: ‘Dios está cerca y camina a nuestro lado’

Recuerda que el ancla era un símbolo de los primeros cristianos

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 26 Abr. 2017).- El santo padre Francisco inició la audiencia de este miércoles retomando el tema de la esperanza cristiana, recordó que entre los símbolos cristianos de la esperanza está el ancla porque que Dios nos está cerca, y debemos estar anclados en él. Porque camina a nuestro lado y no permanece indiferente, sino que está lleno de amor y ternura por cada uno de nosotros.

El Pontífice llegó en el jeep descubierto y cruzó los diversos pasillos de la plaza saludando a los presentes, que le aguardaban agitando pañuelos, y con diversas expresiones de cariño. El Santo Padre hizo subir a algunos niños al vehículo que se detuvo veces para saludar y bendecir en particular a los bebes y ancianos.

En el resumen de la catequesis de hoy, que el Pontífice realizó en idioma español, indicó que “las palabras del Evangelio de san Mateo que acabamos de escuchar nos aseguran que nuestro Dios es un Dios cercano, que camina a nuestro lado. No es un Dios lejano e indiferente, sino lleno de amor y de ternura por cada hombre y mujer”.

“A diferencia de nosotros, hábiles en arruinar vínculos y derribar puentes, Dios permanece fiel, nunca nos deja solos, sino que camina siempre a nuestro lado, aun cuando nos olvidáramos de él. La existencia de todo ser humano es un camino, una peregrinación”, señaló el Papa.

Recordó también que “la Sagrada Escritura está llena de historias de peregrinos y viajeros, como la de Abraham que, siguiendo la voz del Señor, abandonó su tierra para ir al encuentro de Dios”.

“En el camino de la vida –prosiguió el Papa– nadie está solo, y para nosotros los cristianos, esta certeza es aún más fuerte, pues las palabras de Jesús: «Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo», nos aseguran que él nos cuida y nos acompaña siempre”.

Y señaló que “entre los símbolos cristianos de la esperanza está el ancla, que evidencia cómo la esperanza cristiana no sea un sentimiento indefinido que quisiera mejorar el mundo con la propia fuerza de voluntad, sino la seguridad en lo que Dios nos ha prometido y realizado en Jesús”.

El Pontífice concluyó saludando a los peregrinos de idioma español, “en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica”. Y les deseó “que en este tiempo pascual la contemplación de Jesús resucitado, que ha vencido a la muerte y vive para siempre, nos ayude a sentirnos acompañados por su amor y por su presencia vivificante, aún en los momentos más difíciles de nuestra vida”.

(Leer el texto completo de la audiencia)

 

26/04/2017-09:36
Redacción

Texto completo de la catequesis del Papa Francisco en la audiencia del 26 de abril de 2017

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco prosiguió las catequesis de los
miércoles en la audiencia general, con el tema de la esperanza cristiana. A continuación
el texto completo de la audiencia.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
«Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo» (Mt 28,20). Estas últimas
palabras del Evangelio de Mateo evocan el anuncio profético que encontramos al inicio:
«A Él le pondrán el nombre de Emanuel, que significa: Dios con nosotros» (Mt 1,23; Cfr.
Is 7,14). Dios estará con nosotros, todos los días, hasta el fin del mundo. Jesús
caminará con nosotros: todos los días, hasta el fin del mundo.
Todo el Evangelio esta contenido entre estas dos citas, palabras que comunican el
misterio de Dios cuyo nombre, cuya identidad es estar-con: no es un Dios aislado, es un
Dios-con nosotros, en particular con nosotros, es decir, con la criatura humana. Nuestro
Dios no es un Dios ausente, secuestrado en un cielo lejano; es en cambio un Dios
“apasionado” por el hombre, así tiernamente amante de ser incapaz de separarse de él.
Nosotros humanos somos hábiles en arruinar vínculos y derribar puentes. Él en cambio
no. Si nuestro corazón se enfría, el suyo permanece siempre incandescente. Nuestro
Dios nos acompaña siempre, incluso si por desgracia nosotros nos olvidáramos de Él.
En el punto que divide la incredulidad de la fe, es decisivo el descubrimiento de ser
amados y acompañados por nuestro Padre, de no haber sido jamás abandonados por Él.
Nuestra existencia es una peregrinación, un camino. A pesar de que muchos son
movidos por una esperanza simplemente humana, perciben la seducción del horizonte,
que los impulsa a explorar mundos que todavía no conocen. Nuestra alma es un alma
migrante. La Biblia está llena de historias de peregrinos y viajeros.
La vocación de Abraham comienza con este mandato: «Deja tu tierra» (Gen 12,1). Y el
patriarca deja ese pedazo de mundo que conocía bien y que era una de las cunas de la
civilización de su tiempo. Todo conspiraba contra la sensatez de aquel viaje. Y a pesar
de ello, Abraham parte. No se convierte en hombres y mujeres maduros si no se percibe
la atracción del horizonte: aquel límite entre el cielo y la tierra que pide ser alcanzado
por un pueblo de caminantes.
En su camino en el mundo, el hombre no está jamás sólo. Sobre todo el cristiano no se
siente jamás abandonado, porque Jesús nos asegura que no nos espera sólo al final de
nuestro largo viaje, sino nos acompaña en cada uno de nuestros días.
¿Hasta cuándo perdurará el cuidado de Dios en relación al hombre? ¿Hasta cuándo el
Señor Jesús, caminará con nosotros, hasta cuándo cuidará de nosotros? La respuesta
del Evangelio no deja espacio a la duda: ¡hasta el fin del mundo! Pasaran los cielos,
pasará la tierra, serán canceladas las esperanzas humanas, pero la Palabra de Dios es
más grande de todo y no pasará. Y Él será el Dios con nosotros, el Dios Jesús que
camina con nosotros.
No existirá un día de nuestra vida en el cual cesaremos de ser una preocupación para el
corazón de Dios. Pero alguno podría decir: “¿Qué cosa esta diciendo usted?”. Digo esto:
no existirá un día de nuestra vida en el cual cesaremos de ser una preocupación para el
corazón de Dios. Él se preocupa por nosotros, y camina con nosotros, y ¿Por qué hace
esto? Simplemente porque nos ama. ¿Entendido? ¡Nos ama! Y Dios seguramente
proveerá a todas nuestras necesidades, no nos abandonará en el tiempo de la prueba y
de la oscuridad. Esta certeza pide hacer su nido en nuestra alma para no apagarse
jamás. Alguno la llama con el nombre de “Providencia”. Es decir, la cercanía de Dios, el
amor de Dios, el caminar de Dios con nosotros se llama también “Providencia de Dios”:
Él provee nuestra vida”.
No es casual que entre los símbolos cristianos de la esperanza existe uno que a mí me
gusta tanto: es el ancla. Ella expresa que nuestra esperanza no es banal; no se debe
confundir con el sentimiento mutable de quien quiere mejorar las cosas de este mundo
de manera utópica, haciendo, contando sólo en su propia fuerza de voluntad.
La esperanza cristiana, de hecho, encuentra su raíz no en lo atractivo del futuro, sino en
la seguridad de lo que Dios nos ha prometido y ha realizado en Jesucristo. Si Él nos ha
garantizado que no nos abandonará jamás, si el inicio de toda vocación es un
“Sígueme”, con el cual Él nos asegura de quedarse siempre delante de nosotros,
entonces ¿Por qué temer? Con esta promesa, los cristianos pueden caminar donde sea.
También atravesando porciones de mundo herido, donde las cosas no van bien,
nosotros estamos entre aquellos que también ahí continuamos esperando. Dice el
salmo: «Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás
conmigo» (Sal 23,4).
Es justamente donde abunda la oscuridad que se necesita tener encendida una luz.
Volvamos al ancla: el ancla es aquello que los navegantes, ese instrumento, que lanzan
al mar y luego se sujetan a la cuerda para acercar la barca, la barca a la orilla. Nuestra
fe es el ancla del cielo. Nosotros tenemos nuestra vida anclada al cielo. ¿Qué cosa
debemos hacer? Sujetarnos a la cuerda: está siempre ahí. Y vamos adelante porque
estamos seguros que nuestra vida es como un ancla que está en el cielo, en esa orilla a
dónde llegaremos.
Cierto, si confiáramos solo en nuestras fuerzas, tendríamos razón de sentirnos
desilusionados y derrotados, porque el mundo muchas veces se muestra contrario a las
leyes del amor. Prefiere muchas veces, las leyes del egoísmo. Pero si sobrevive en
nosotros la certeza de que Dios no nos abandona, de que Dios nos ama tiernamente y a
este mundo, entonces en seguida cambia la perspectiva. “Homo viator, spe erectus”,
decían los antiguos.
A lo largo el camino, la promesa de Jesús «Yo estoy con ustedes» nos hace estar de
pie, erguidos, con esperanza, confiando que el Dios bueno está ya trabajando para
realizar lo que humanamente parece imposible, porque el ancla está en la orilla del cielo.
El santo pueblo fiel de Dios es gente que está de pie – “homo viator” – y camina, pero
de pie, “erectus”, y camina en la esperanza. Y a donde quiera que va, sabe que el amor
de Dios lo ha precedido: no existe una parte en el mundo que escape a la victoria de
Cristo Resucitado. ¿Y cuál es la victoria de Cristo Resucitado? La victoria del amor.

Gracias.
(Fuente: Radio Vaticano)

 

26/04/2017-11:50
Sergio Mora

El C9 – Nº 19: formación, selección del personal y descentralización entre Curia y Conferencias episcopales

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 24 Abr. 2017).- El consejo de los nueve cardenales,
llamado también C9, que inició este lunes con la participación de los purpurados a la
misa en la Casa Santa Marta, concluye hoy miércoles por la tarde en el Vaticano. Una
reunión de tres días, para seguir profundizando la reforma de la Curia romana querida
por el papa Francisco, quien preside cinco de las seis reuniones realizadas.
“El Papa habla siempre de reforma, la reforma es cultura y por lo tanto de cambiar la
cultura del personal”, indicó Burke, señalando que se ha profundizado sobre “formación
y selección del personal, a ‘360 grados’, sean laicos que clérigos”.
Y precisó que sobre este tema en algunos momentos participaron personas de diversos
dicasterios o entes vaticanos, como de la Secretaría de Estado, del Apsa
(Administración del patrimonio de la Sede Apostólica , y del Ulsa, (Oficina trabajo de la
Sede Apsotólica) por sus siglas en italiano.
“El Papa escucha mucho y hace muchas preguntas a los presentes”, dijo Burke al
responder a los periodistas, precisando que “el Pontífice participa en cinco de las seis
reuniones de este ciclo”, excepto la de hoy miércoles por la mañana debido a la
Audiencia General.
Sobre los temas abordados, el portavoz indicó que se han estudiado los textos sobre los
cuales deberá en futuro decidir el Santo Padre, para una modificación de la Pastor
Bonus, el reglamento que indica el funcionamiento de la Curia Romana.
Se profundizó también sobre dos Consejos pontificios: el del Diálogo interreligoso y el de
los Textos legislativos, así como sobre los tres tribunales de la Santa Sede, precisando
entretanto que “no se esperan grandes cambios, como se realizó con la creación del
nuevo dicasterio de Laicos, Justicia y Paz”. Se realizó también –dijo el portavoz– “un
control de los gastos de la Santa Sede de acuerdo al presupuesto que ha sido
aprobado”.
Otro tema fue la relación entre la Curia Romana y las Conferencias Episcopales, para lo
que se estudia cómo lograr una mayor descentralización. O sea entre los ‘ministerios’
que le ayudan al Papa a gobernar la Iglesia y los obispos de cada país.
Sobre el programa de protección de menores puesto en acto por el Vaticano para lograr
erradicar la lacra de los abusos sexuales en la Iglesia, el cardenal Sean Patrick
O’Malley, expuso al sucesor de Pedro, el trabajo que se está realizando en los cinco
continentes con cursos, conferencias y talleres varios.
Añadió que estuvieron todos los cardenales presentes. Ellos son: el secretario de
Estado del Vaticano, Pietro Parolin; el hondureño Andrés Rodríguez Maradiaga; el
italiano Giuseppe Bertello; el estadounidense Sean Patrick O’Malley; el chileno
Francisco Javier Errázuriz Ossa; el indio Oswald Gracias; el alemán Reinhard Marx; el
congoleño Laurent Monsengwo Pasinya y el australiano George Pell.
La próxima reunión del C9, concluyó Burke, será el 12, 13 y 14 de junio próximo.

 

26/04/2017-10:25
Anne Kurian

Bodas de oro: “Díganle a los jóvenes que el matrimonio es algo hermoso”

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 26 Abr. 2017).- El papa Francisco subrayó al importancia
de la oración en el matrimonio, durante la audiencia general de este miércoles en la
plaza de San Pedro. Exhortó así a las parejas que hicieron las bodas de oro, a decirle a
los jóvenes que el matrimonio cristiano “es hermoso”.
Fue al concluir el encuentro semanal, cuando saludó a los jóvenes, a los nuevos
esposos y a los enfermos, recordando la fiesta de san Marcos evangelista, festejado en
este martes 25 de abril.
“Que su Evangelio breve pero incisivo les recuerde, queridos nuevos esposos, la
importancia de la oración en el camino matrimonial que se ha tomado”, dijo el Papa.
Y en los saludos en italiano, se dirigió también a las parejas de la arquidiócesis italiana
de Ancna-Osimo, quienes festejaban el 50 aniversario de matrimonio, animándolos a
“redescubrir los sacramentos recibidos, signos eficaces de la gracia de Dios en nuestras
vidas”.
El Papa les dijo: “Ustedes que festejan los 50 años de matrimonio, ¡díganle a los
jóvenes que es bueno, que la vida del matrimonio cristiano es hermosa!”
Al concluir el encuentro el Papa les deseó a los jóvenes que el camino de discípulos de
san Marco “siguiendo la de San Pablo sea un ejemplo (…) para seguir al Salvador”. Y
concluyó pidiendo que “su intercesión les sostenga, queridos hermanos, en las
dificultades y en la prueba de la enfermedad”.

 

26/04/2017-06:46
Redacción

Venezuela: el Santo Padre hizo llegar su solidaridad al cardenal Urosa

(ZENIT – Roma).- El Papa Francisco envió un saludo de solidaridad y hermandad al
arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino, ante las agresiones sufridas
recientemente por parte de grupos radicales “anti religiosos” y “anti eclesiásticos”,
supuestamente allegados al Gobierno de Nicolás Maduro, que sabotearon a la misa del
Nazareno en la Basílica Santa Teresa.
El propio arzobispo de Caracas hizo público el apoyo papal, que le llegó a través de una
llamada telefónica del secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolín,
recibida la semana pasada, en la cual le transmitió el saludo, solidaridad, y cercanía del
papa Francisco.
“Debo decir con alegría que recibí … una llamada telefónica por parte de Pietro Parolín”,
dijo Urosa durante una entrevista al diario El Nuevo País y que difundió este 25 de abril,
la oficina de información de la Arquidiócesis de Caracas, noticia retomada por diversos
medios del país, llegó a la redacción de ZENIT a través de un comunicado del director
del GuardianCatolic, Ramón Antonio Pérez.
Durante la llamada “el Cardenal Parolín me manifestaba la solidaridad del Santo Papa y
la suya por la agresión antireligiosa y antieclesiástica que tuvo lugar en la Basílica del
Nazareno, que debo decir fue insólita e intolerable”, expresó el cardenal Urosa.
Así también, mencionó que “el Santo Padre sigue pendiente” de la situación en general
de Venezuela. Su cercanía y hermandad con la Iglesia y con todos los venezolanos fue
evidente en una mención que hizo del país bolivariano durante el Ángelus del Domingo
de Ramos.
“El Santo Padre el Domingo de Ramos abogó por la búsqueda de las soluciones
políticas a los problemas en Paraguay y Venezuela. El Papa está pendiente de eso”, dijo
Urosa.
Iglesia Venezolana en comunión con el Papa
“El gesto del Papa Francisco puede considerarse como una expresión concreta de
unidad entre la iglesia venezolana y el Vaticano. No hay diferencia alguna entre la
Conferencia Episcopal Venezolana y el Vaticano.”, dijo una fuente allegada al
Episcopado.
“Su saludo al cardenal Urosa es un espaldarazo a todos los obispos, y llega justo en
este momento de mucha tensión y desencuentros en el país”, acotó la fuente. La iglesia
católica es una de las instituciones más sólidas y con mayor nivel de credibilidad en
Venezuela.
Como se recordará el pasado Miércoles Santo, durante la misa del mediodía en honor al
Nazareno de San Pablo, el arzobispo de Caracas estuvo a punto de ser agredido
físicamente dentro de la Basílica Santa Teresa de Caracas por parte de un grupo de
personas supuestamente allegadas al Gobierno nacional. De las ofensas verbales no
pudo escapar.
Según un comunicado que en su momento emitió el Arzobispado de Caracas, estos
“hechos violentos” e “inaceptables”, nunca antes habían ocurrido en Venezuela en un
templo católico, por lo cual generaron mucho rechazo a los agresores apoyo para la
Iglesia en general.
Los agresores “profanaron la celebración sagrada en honor de Nuestro Señor Jesucristo
Nazareno, y fueron rechazados por los cerca de dos mil feligreses venidos de toda
Caracas y de otras partes del País que se encontraban en la Basílica”, dijo el
comunicado.

 

26/04/2017-14:35
Redacción

Texto completo del papa Francisco al TED 2017 de Vancouver ‘The future you’

(ZENIT – Roma).- Publicamos a continuación la transcripción del vídeo mensaje que el
Santo Padre Francisco ha enviado al TED 2017 en curso en Vancouver ,(Canadá), del
24 al 28 abril ,sobre el tema: The future you.
Texto del vídeomensaje del Santo Padre
¡Buenas noches – o buenos días- no sé que hora es allí donde estáis vosotros ¡
A cualquier hora, sin embargo, estoy contento de participar en vuestro encuentro. Me
ha gustado mucho el título – “The future you” – porque, mientras mira hacia el futuro,
invita ya desde ahora, al diálogo: mirando hacia el futuro, invita a dirigirse a un “tú”. “The
future you”, el futuro lo haces tú, está hecho de encuentros porque la vida fluye a
través de las relaciones. Varios años de vida han hecho que en mí madure cada vez
más la convicción de que la existencia de cada uno de nosotros está ligada a la de los
demás: la vida no es tiempo que pasa, sino tiempo de encuentro.
Cuando encuentro o escucho a los enfermos que sufren, a los migrantes que se
enfrentan a enormes dificultades en busca de un futuro mejor, a los presos que llevan el
infierno en sus corazones, a personas, especialmente jóvenes, que no tienen trabajo, a
menudo me acompaña una pregunta: “¿Por qué ellos y no yo?”. Yo también nací en
una familia de emigrantes: mi padre, mis abuelos, al igual que muchos otros italianos,
emigraron a Argentina y conocieron la suerte de los que se quedan sin nada. Yo
también habría podido ser uno de los “descartados” de hoy. Por eso , en mi corazón
está siempre esta pregunta: “¿Por qué ellos y no yo?”
Quisiera en primer lugar que este encuentro nos ayudase a recordar que todos nos
necesitamos los unos alos otros, que ninguno de nosotros es una isla, un yo autónomo
e independiente de los demás, que podemos construir el futuro solo si estamos juntos,
sin excluir a nadie. A menudo no pensamos en ello, pero en realidad todo está
relacionado y necesitamos siempre reparar nuestros enlaces: también ese duro juicio
que albergo en mi corazón contra mi hermano o mi hermana, esa herida no curada, ese
mal no perdonado, ese rencor que solo me hará daño , es un pedazo de guerra que
llevo dentro, es un fuego en el corazón, que hay que apagar para que no se convierta
en un incendio y no deje cenizas.
Muchos hoy en día, por diversas razones, parece que no creen posible un futuro feliz.
Estos temores se deben tomar en serio. Pero no son invencibles. Se pueden superar si
no nos encerramos en nosotros mismos. Porque la felicidad sólo se experimenta como
un don de la armonía de cada detalle con el todo. Incluso las ciencias – como sabéis
mejor que yo – nos indican hoy una comprensión de la realidad, donde todo existe en
relación, en interacción constante con las otras.
Y aquí llego a mi segundo mensaje. ¡Que bonito sería si al crecimiento de las
innovaciones científicas y tecnológicas correspondiera también una equidad y una
inclusión social cada vez mayores! ¡Que bonito sería que a medida que descubrimos
nuevos planetas lejanos, volviéramos a descubrir las necesidades del hermano o de
la hermana en órbita alrededor de mí! ¡Qué bonito sería que la fraternidad, esa palabra
tan hermosa y, a veces incómoda, no se redujera exclusivamente a asistencia social,
sino que se convirtiera en la actitud de fondo en las opciones en el ámbito político,
económico, científico, en las relaciones entre las personas, entre los pueblos y los
países!. Sólo la educación a la fraternidad, a una solidaridad concreta, puede superar la
“cultura del descarte” que no atañe solamente a la comida y a los bienes, sino en primer
lugar a las personas que son marginadas por sistemas técnico-económicos cuyo centro
a menudo – sin que nos demos cuenta- no es el ser humano, sino los productos del
ser humano.
La solidaridad es una palabra que muchos quieren quitar del diccionario. La solidaridad,
sin embargo, no es un mecanismo automático, no puede ser programado o controlado:
es una respuesta libre que viene del corazón de cada uno. Sí, ¡una respuesta libre! Si
uno entiende que su vida, aún en medio de muchas contradicciones, es un don, que el
amor es el origen y el significado de la vida, ¿cómo se puede frenar el deseo de hacer el
bien a los demás?
Para ser activos en el bien hace falta memoria, hace falta valor y también creatividad.
Me han dicho que en TED se reúne mucha gente creativa. Sí, el amor exige una
respuesta creativa, práctica e ingeniosa. No son suficientes las buenas intenciones y las
fórmulas usuales, que a menudo sólo sirven para apaciguar las conciencias.
Ayudémonos juntos a recordar que los otros no son estadísticas o números: el otro
tiene un rostro, el “tú” es siempre un rostro concreto, un hermano al que prestar atención.
Hay una historia narrada por Jesús para que entendiéramos la diferencia entre el que
no se incomoda y el que cuida del otro. Probablemente habréis oído hablar de ella: es
la parábola del buen samaritano. Cuando le preguntaron a Jesús: ¿Quién es mi
prójimo?, – es decir- ¿De quien debo cuidar? – Jesús contó esta historia, la historia de
un hombre que los ladrones habían atacado, robado, golpeado y abandonado en medio
del camino. Dos personas muy respetables en aquella época, un sacerdote y un levita,
lo vieron pero pasaron de largo. Entonces llegó un samaritano, que pertenecía a un
grupo étnico despreciado, y este samaritano viendo a este hombre herido en el suelo,
no pasó de largo como los otros, como si nada hubiera sucedido, sino que tuvo
compasión. Tuvo compasión y la compasión lo llevó a hacer cosas muy concretas: virtió
aceite y vino en las heridas del hombre, lo llevó a una posada y pagó de su propio
bolsillo para que lo cuidasen.
La del Buen Samaritano es la historia de la humanidad actual. En el camino de los
pueblos hay heridas causadas por el hecho de que el centro lo ocupan el dinero, las
cosas, no las personas. Y a menudo, la gente que se considera “respetable”, tiene la
costumbre de no preocuparse por los demás, dejando a muchos seres humanos,
pueblos enteros, detrás, tirados por el suelo. Pero también están aquellos que dan vida
a un nuevo mundo, cuidando de los demás, incluso a sus propias expensas. De hecho –
decía la Madre Teresa de Calcuta – no se puede amar si no a expensas propias .
Hay mucho que hacer, y debemos hacerlo juntos. Pero ¿qué hacer, con el mal que
respiramos? Gracias a Dios, ningún sistema puede cancelar la apertura hacia el bien, la
compasión, la capacidad de reaccionar ante el mal que surgen del corazón del ser
humano. Ahora bien, me podriaís decir: “Sí, son bellas palabras, pero yo no soy el
Buen Samaritano y tampoco la Madre Teresa de Calcuta”. En cambio, cada uno de
nosotros es inapreciable; cada uno de nosotros es irreemplazable ante los ojos de Dios.
En la noche de los conflictos que estamos atravesando, cada uno de nosotros puede ser
una vela encendida que recuerda que la luz prevalece sobre la oscuridad, no al contrario.
Para nosotros, los cristianos, el futuro tiene un nombre y este nombre es esperanza.
Tener esperanza no significa ser optimistas ingenuos que ignoran el drama del mal de la
humanidad. La esperanza es la virtud de un corazón que no se cierra en la oscuridad,
no se detiene en el pasado, no se mantiene a flote en el presente, sino que sabe ver el
mañana. La esperanza es la puerta abierta hacia el porvenir. La esperanza es una
semilla de vida humilde y escondida pero que se transforma con el tiempo en un gran
árbol. Es como una levadura invisible, que hace subir toda la masa, que da sabor a
toda la vida. Y puede hacer mucho, porque basta una pequeña luz que se alimente de la
esperanza, y la oscuridad ya no será completa. Basta un hombre solo , para que haya
esperanza, y ese hombre puedes ser tú. Después hay otro “tú” y otro”tú”, y entonces nos
convertimos en “nosotros”. Y cuando existe el “nosotros”, ¿comienza la esperanza? No.
Esa empezaba con el “tú”. Cuando existe el nosotros, comienza una revolución.
El tercer y último mensaje que me gustaría compartir hoy se refiere precisamente a la
revolución: la revolución de la ternura. ¿Qué es la ternura? Es el amor que se hace
cercano y concreto. Es un movimiento que procede del corazón y llega a los ojos,a los
oídos, a las manos. La ternura es usar los ojos para ver al otro, usar los oídos para
escuchar al otro, para oír el grito de los pequeños, de los pobres, de los que temen el
futuro; escuchar también el grito silencioso de nuestra casa común, la tierra
contaminada y enferma. La ternura consiste en utilizar las manos y el corazón para
acariciar al otro. Para cuidarlo.
La ternura es el lenguaje de los más pequeños , del que necesita al otro: un niño siente
afecto y conoce a su padre y a su madre por las caricias, por la mirada, por la voz, por
la ternura. Me gusta escuchar cuando el padre o la madre hablan a su niño pequeño,
cuando ellos también se vuelven hijos, hablando como habla él, el pequeño. Esta es la
ternura, abajarse al nivel del otro. También Dios se abajó en Jesús para ponerse a
nuestro nivel. Este es el camino seguido por el Buen Samaritano. Este es el camino
seguido por Jesús, que se abajó, que atravesó toda la vida del ser humano con el
lenguaje concreto del amor.
Sí, la ternura es el camino que han recorrido los hombres y las mujeres más valientes y
fuertes. La ternura no es debilidad, es fortaleza. Es el camino de la solidaridad, el
camino de la humildad. Permitidme decirlo claramente: cuanto más poderoso eres,
cuanto más repercuten tus acciones en la gente, más estás llamado a ser humilde.
Porque, de lo contrario, el poder te arruina y tu arruinarás a los demás. En Argentina se
decía que el poder es como la ginebra bebida con el estómago vacío: hace que te dé
vueltas la cabeza, te emborrachas, pierdes el equilibrio y te lleva a hacerte daño o a
hacérselo a los otros, si no lo juntas con la humildad y la ternura. Con la humildad y el
amor concreto, en cambio, el poder – el más alto, el más fuerte – se convierte en
servicio y difunde el bien.
El futuro de la humanidad no está solamente en manos de los políticos,de los grandes
líderes,de las grandes empresas . Sí, su responsabilidad es enorme. Pero el futuro
está, sobre todo, en manos de las personas que reconocen al otro como un “tú” y a
ellos mismos como parte de un “nosotros” .
Nos necesitamos unos a otros. Y por eso, por favor, acordáos también de mí con
ternura, para que lleve a cabo la tarea que me ha sido confiada para el bien de los otros,
de todos, de todos vosotros, de todos nosotros.
Gracias.

 

26/04/2017-06:03
Pilar Paz

Fiesta de la Divina Misericordia, en Roma y en el mundo

(ZENIT – Roma).- Mientras en Roma se ha celebrado este 23 de abril el segundo
domingo de Pascua, manifestaciones similares se registraron en diversas partes del
mundo. Por ejemplo en la ciudad argentina de San Miguel de Tucumán, unos
15.000 fieles se reunieron en la Plaza Independencia para asistir a la santa misa
presidida por monseñor Alfredo Zecca por la Fiesta de la Divina Misericordia.
A pocas semanas de que alrededor de 20.000 católicos manifestasen públicamente su
defensa a la vida y su fidelidad mariana, en lo que fue el escenario hace menos de un
año del XIº Congreso Eucarístico Nacional que reunió a 300.000 mil personas, miles de
fieles salieron a las calles para rendir culto a Jesús Misericordioso.
En Tucumán, la Fiesta de la Divina Misericordia comenzó a las 17 horas con una
procesión con el Santísimo Sacramento e imágenes de Jesús Misericordioso, desde la
Maternidad hasta la Plaza Independencia, donde el Arzobispo presidió la celebración del
santo sacrificio del altar. Como se trata de una fiesta en la que se pueden ganar
indulgencias se colocaron confesionarios en la plaza donde veinte sacerdotes
administraron el sacramento de la confesión. La organización estuvo a cargo del grupo
de Apóstoles de la Divina Misericordia de Tucumán, cuyo asesor es el presbítero Luis
Brandán.
En una entrevista monseñor Zecca afirmó: “Creo que es muy importante que hagamos
crecer esta devoción porque es acercarnos a la Misericordia de Dios. Es comprender
que esa misericordia es la que nos ha salvado y que el Señor quiere seguir cargando
sobre sus hombros nuestros pecados. Siempre nos está esperando para recibir todos
nuestros pecados, para perdonarnos, para acompañarnos. Jesús está en un mundo
donde hay mucha orfandad, hay mucha gente que se siente desamparada, sola,
desorientada. Saber que tiene en Jesucristo su refugio, Alguien que lo acompaña en la
vida, que lo comprende, que lo perdona, que se hace cargo de sus dolores es
sumamente importante”, expresó.
Eliana Merlo, coordinadora de los Apóstoles de la Divina Misericordia manifestó: “lo
único que puedo hacer es alabar al Señor. Alabar, ensalzarlo, glorificarlo por las grandes
cosas que sigue haciendo en su pueblo, por todo lo que Él ha derramado, por todo lo
que Él está haciendo en cada una de las almas que con confianza se acercan. Todos
los que nos sabemos necesitados, todos los que nos sabemos agobiados, los que
estamos débiles. ¡Bendito sea el Señor por este día de fiesta, por las multitudes que ha
acarreado!”. Además, añadió que la Fiesta de la Divina Misericordia en Tucumán es una
de las más grandes del país e incluso de América Latina.
Esta no fue la única celebración que se llevó a cabo en la provincia. A las 10:30 de la
mañana, monseñor Zecca presidió la misa en el Santuario de la Divina Misericordia
ubicado en el Hogar San Agustín, de los Padres Rogacionistas, en El Corte, Yerba
Buena, que contó con una amplia participación.
La Fiesta de la Divina Misericordia tiene su origen en las revelaciones de Jesús a Santa
Faustina Kowalska. Tal como aparecen en su Diario el Señor le dijo a la monja polaca:
“deseo que la Fiesta de la Misericordia sea un refugio y amparo para todas las almas y
especialmente, para los pobres pecadores (Diario, 699).
Jesús expresa que ofrece la última tabla de salvación, la Fiesta de la Divina
Misericordia. “Quien se acerque ese día a la Fuente de vida recibirá el perdón total de
las culpas y las penas (Diario 300). Ese día están abiertas las entrañas de Mi
misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre aquellas almas que se acercan al
manantial de Mi misericordia (…) (Diario 699)”.
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de
mayo del 2000 un decreto en el que se establecía, por indicación de San Juan Pablo II,
la fiesta de la Divina Misericordia, que tendría lugar el segundo domingo de Pascua.
“San Juan Pablo II ha tenido una intuición profética al promover esta revelación que tuvo
Santa Faustina y haber promovido esta fiesta. Quiera Dios que esto vaya creciendo
cada día más” dijo el Arzobispo de Tucumán.
El Pbro. Marcelo Barrionuevo, párroco de la Iglesia Catedral, expresó, refiriéndose al
compromiso de los católicos tucumanos, que eso demuestra que Tucumán es un lugar
de fe y acción: “es una comunidad eclesial que siempre responde al llamado de la
Iglesia y sus pastores, los obispos y sacerdotes”, concluyó.
Historia del cuadro de Jesús Misericordioso, pintado bajo la dirección de santa Faustina

 

26/04/2017-08:07
Redacción

Focolares: preparan el ‘Genfest 2018’, pensando al sínodo sobre los jóvenes

(ZENIT – 26 Abr. 2017).- “Cambiar el corazón para cambiar el mundo” es el título del la
Semana Mundo Unido de los jóvenes y adolescentes de los Focolares que se realizará
del 30 de abril al 7 de mayo de 2017, en Manila.
Allí se presentará el el ‘Genfest 2018’, tres meses antes del sínodo de los obispos sobre
los jóvenes que se realizará en Roma en el 2018.
El Genfest es una jornada para los jóvenes organizada por el movimiento de los
Focolares, que funde las palabras ‘generación nueva’ y ‘fiesta’, evento nacido en los
años 70 gracias a la fundadora del Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich.
El Roma, la portavoz Victoria Gómez explica a ZENIT que “el tema central de la Semana
Mundo Unido 2017 es la paz. Hablamos de la paz interior, de la paz mundial, de la paz
local. Queremos mostrar que la paz genera cambio personal y social; produce una
economía que pone en el centro a la persona y una política que está al servicio de los
individuos y las comunidades; es motor de procesos de integración y renovación”.
Son palabras recogidas entre los jóvenes organizadores de la Reunión internacional que
tradicionalmente abre la Semana Mundo Unido a nivel mundial, este año en Loppiano,
Florencia, los días 29 y 30 de abril, con más de 500 participantes de 30 países. Palabras
que se basan en acciones de fraternidad y de paz que se llevan a cabo cotidianamente
en muchos lugares del mundo.
Nacida después del Genfest de 1995, la Semana Mundo Unido ha contribuido, a lo largo
de estos años, a dar visibilidad a acciones que nacen de individuos y grupos. Una de
estas es The Besom (la escoba), que comenzó en el Reino Unido en 1987 por el deseo
del joven James Odgers de «contribuir a barrer el dolor y el sufrimiento».
Del 30 de abril al 7 de mayo de 2017, en colaboración con grupos, movimientos,
asociaciones e instituciones, a menudo con una participación de carácter ecuménico e
interreligioso, que involucra también autoridades civiles y religiosas, los jóvenes de los
Focolares animarán iniciativas en todas partes donde están presentes comunidades del
Movimiento.
Entre ellas la tradicional cita del 1 de mayo, en Loppiano (Florencia) con más 3.000
jóvenes, que con el evento “Latido” será sinónimo de diálogo interreligioso y
construcción social mediante el compromiso y la presencia de varios imanes y jóvenes
de las Comunidades islámicas de Italia.
El 7 de mayo se hará la carrera de relevos Run4unity (www.run4unity.net), animada
sobre todo por los chicos, que de las 11 a las 12 hs., en cada zona horaria, verá a miles
de participantes manifestar el compromiso de construir la paz y realizar juntos acciones
de solidaridad.
Los primeros a partir en la carrera serán los chicos de Oceanía que, en Perth, correrán
junto con las familias de refugiados de Siria e Iraq con los que ya hacen muchas
actividades. En Mexicali, México y Calexico, Estados Unidos, ciudades divididas por el
muro que delimita la zona fronteriza entre los dos países. (unitedworldproject.org
#4Peace)

 

26/04/2017-04:53
Isabel Orellana Vilches

Beata María Antonia Bandrés y Elósegui – 27 de abril

(ZENIT – Madrid).- En un hogar acomodado de Tolosa, Guipúzcoa, España, nació esta
beata el 6 de marzo de 1898. Su padre Raimundo Bandrés era un reputado jurista que
había formado una gran familia junto a Teresa Elósogui. Antonia fue la segunda de
quince hermanos. Nació frágil y recibió cuidados y ternura a raudales que hicieron mella
en su forma de ser. Tanto derroche de atenciones revertieron en su personalidad en tal
grado que durante los primeros años fue una persona inmadura en la que se apreciaba
una hipersensibilidad preocupante.
Su madre se había ocupado de inculcarle muchos valores que, unidos a su gran
devoción a María, fueron abriéndole luminosos caminos. Pero en el transcurso de su
adolescencia, esta madre generosa y llena de piedad, no ocultó su inquietud: «¡Qué
chiquilla más fastidiosa!, decía, ¡cuánto vas a sufrir con ese carácter!». Sin embargo, el
germen de tan buen ejemplo ya estaba larvado en el corazón de la joven. Comenzó una
labor caritativa con los pobres y necesitados que malvivían en los suburbios
acompañando a su madre de la que aprendió a contemplar el rostro de Cristo en ellos.
También contaba con la discreción de una empleada doméstica que la seguía solícita en
esta acción solidaria que llevaba a cabo y que iba dejando una huella indeleble en los
agraciados, conmovidos por su espíritu humilde, sencillo y generoso. Finura de trato y el
tacto que brotaba de su caridad le permitieron suavizar las aristas que halló en personas
difíciles de hábitos violentos.
Había cursado estudios en el colegio de san José, de Tolosa, erigido por la Madre
Cándida, fundadora de las Hijas de Jesús, quién al conocerla, seducida por su virtud,
vislumbró en ella una futura vocación. La espiritualidad mariana del centro, que tenía
como objeto directo de su devoción a la Virgen del Amor Hermoso, hicieron que
reviviese en Antonia el amor a María que su buena madre le infundió. En 1915, a la
edad de 17 años, como en medio de su frágil salud emergía la fortaleza que proviene de
la gracia divina, no dudó en consagrarse. Cumpliría así el vaticinio que la fundadora le
hizo cuando era una adolescente: «Tú serás Hija de Jesús». Antonia entrevió la llamada
en medio de la oración cuando realizaba los ejercicios espirituales en Loyola. El
profundo y legítimo cariño que le vinculaba a su familia no fue un escollo. Y aunque
experimentaba el dolor de la separación, siguió en pos de Cristo. Eso sí, reconocería
con toda sencillez en el noviciado: «Solo por Dios los he dejado». Un tío suyo, Antón,
agnóstico declarado, no vio con buenos ojos esta decisión, sentimiento que no pasó
desapercibido para la beata.
En 1918 profesó en Salamanca y, casi a la par, su salud fue quebrándose
irremisiblemente. La sonrisa en medio del sufrimiento era una constante en su rostro,
como lo fue la conformidad y paz que mostró en todo instante dejando conmovido a su
médico, el egregio Dr. Filiberto Villalobos. Éste comentaba con doctos amigos, como el
gran Miguel de Unamuno, el impacto que le causaba ver tanta conformidad y fe en su
paciente, que caminaba gozosa a un final indeclinable porque sabía que le aguardaban
los brazos del Padre celestial. «¡Qué errada es nuestra vida! –exclamaba–. Esto sí que
es morir!». Una reflexión que caló en el ánimo de sus interlocutores. El hecho es que
Antonia había ofrecido su vida a Dios por la conversión de su tío Antón, gracia que le
fue concedida y que se materializó cuando él se percató de la grandeza de su sobrina,
hallando la paz en el perdón y la misericordia divina ante la imagen de la Virgen de
Aránzazu.
¡Quién hubiera dicho que aquélla frágil adolescente que mostraba la herida de sus
sentimientos a la primera de cambio, impulsada por una enfermiza sensibilidad, iba a
actuar con tanta entereza! Que se hubiera propuesto con esa firmeza con que lo hizo:
«Es preciso llegar a la cumbre», enfrentándose con bravura a una muerte inevitable que
asumió uniéndose a Cristo sabedora de que Él nunca la abandonaba, creyendo que le
sería otorgada la petición que hizo para su querido padrino. Si Cristo había sufrido, por
qué no iba a hacerlo ella. Resoluta, clara, indeclinable en esta determinación de morir
para ser dadora de vida con Él, tenía claro que ese afán de ofrenda tenía que cumplirlo
con este cariz: «de hacerla, hacerla entera».
En medio de sus sufrimientos, Dios no quiso dejarla huérfana de consuelo, y ella llegó a
manifestar: «¿Esto es morir? ¡Qué dulce es morir en la vida religiosa! Siento que la
Virgen está a mi lado, que Jesús me ama y yo lo amo…». El 27 de abril de 1919,
festividad de Nuestra Señora de Montserrat, culminó su calvario y entró en la gloria.
Tenía 21 años recién cumplidos. Fue beatificada por Juan Pablo II el 12 de mayo de
1996 junto a su fundadora, la Madre Cándida María de Jesús.