Tribunas

Los obispos gallegos se adelantan

José Francisco Serrano Oceja

 

Los obispos de la provincia eclesiástica de Galicia han dado un paso al frente, y se han adelantado a otros episcopados, en la defensa del derecho de los padres a la educación integral y libre de sus hijos. No es éste, precisamente, un colectivo, como se dice ahora, que se mantenga en “pausa”, es decir, en silencio.

En una carta con motivo de la Jornada Interdiocesana de Enseñanza religiosa escolar, han ofrecido una serie de criterios muy prácticos que sirven tanto para formar la conciencia de los fieles como para invitar a optar por la enseñanza de la religión católica para sus hijos.

Lo que destaca del escrito episcopal es su claridad de ideas. Quizá sea la nueva forma de comunicación en estos tiempos, frases directas, sencillas, casi en forma de titulares periodísticos. Y no párrafos entretejidos de citas múltiples, textos y contextos.  Con once sencillos puntos y un estilo interpelador es suficiente.

Dicen los obispos que “la presencia de la Enseñanza religiosa en los centros educativos es un derecho y un deber que tenéis vosotros, los padres, reconocido en la Constitución, y que todas las autoridades educativas deben garantizaros para que podáis optar por ella con plena libertad evitando toda discriminación y en igualdad de trato que el resto de las demás asignaturas”.

La enseñanza religiosa, según los obispos, “ayudará a vuestros hijos e hijas a conocer mejor y profundizar en el mensaje de Jesús; a reflexionar sobre los criterios, valores y actitudes que permiten dar pleno sentido de la vida, del mundo y de la historia; a crecer en inteligencia de la Palabra de Dios para encontrar en ella la luz que les ilumine a la hora de formar su personalidad e insertarse en medio de la sociedad; a comprender la propia tradición religiosa, en la que han nacido y a conocer el sentido religioso de nuestra cultura llena de costumbres, fiestas, ritos y modos de vida impregnados por el cristianismo; capacitarles para un diálogo entre fe y cultura en un mundo cada vez más pluricultural y plurirreligioso”.

Para ahondar más en este argumento, apuntan los obispos gallegos que “sin duda, queréis que progresen en el conocimiento de matemáticas, sociales o literatura.  Pero no permitáis que vuestros hijos crezcan sin una cultura y formación religiosa. Estad seguros de que en ella encontrarán conocimientos y valores que les ayudarán a ser buenas personas. La religión no hace daño a nadie, al contrario, nos ayuda a ver la vida y actuar en ella con sentido de verdad, justicia y solidaridad”.

Un detalle final merecido. El agradecimiento a los profesores de religión por su trabajo, a quienes piden “que con su palabra y su testimonio transmitan a sus alumnos el mensaje de Jesús y les encaminen por los caminos de los valores del Evangelio”.

 

José Francisco Serrano Oceja