Servicio diario - 09 de mayo de 2017


El Papa en Santa Marta: ‘La docilidad al Espíritu llevó a difundir el cristianismo’
Redacción

Vaticano: nueva moneda de dos euros con la imagen de san Pedro y san Pablo
Redacción

El Tweet del papa Francisco
Redacción

China: fallece el obispo Wang Chongyi, preso 9 años durante la Revolución cultural
Redacción

Siria: consagrarán Alepo a la Virgen de Fátima durante la peregrinación del Papa a Portugal
Sergio Mora

Quinto domingo de Pascua
Antonio Rivero

San Juan de Ávila -10 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

9 mayo 2017
Redacción

El Papa en Santa Marta: ‘La docilidad al Espíritu llevó a difundir el cristianismo’

El Santo Padre recuerda que en Antioquía es donde llamaron por primera vez ‘cristianos’ a los discípulos de Jesús

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 9 Mayo 2017).- Paz y dominio de sí son los frutos de quien acoge la palabra de Dios. No hay que oponer resistencia al Espíritu Santo, sino aceptarlo con docilidad. Esta ha sido el punto central de la homilía del papa Francisco en la misa que ha celebrado este martes por la mañana en Santa Marta.

La misa fue ofrecida por las hermanas de la Casa Santa Marta que “celebran el día de su fundadora, Santa Luisa de Marillac”.

Francisco retomó la idea desarrollada en los días pasados, de que san Esteban “reprochaba a los doctores de la ley”. En cambio hoy “las Lecturas nos hablan de una actitud contraria, la del cristiano que “es dócil al Espíritu Santo”.

Partiendo de la Primera lectura, el Papa recuerda que con la persecución en Jerusalén se quedaron solamente los apóstoles, en cambio los creyentes se habían disperso en Chipre, Fencia y Antioquía; y anunciaban a Jesús solo a los judíos. En cambio algunos ‘laicos’ en Antioquía iniciaron a anunciar a Jesús a los griegos y a los ‘paganos’ porque sentían que el Espíritu les empujaba a hacer esto. “Fueron dóciles, explica Francisco”.

El primer paso para ser dóciles es “acoger la Palabra”, Para ello es necesario estar abiertos y no ser rígidos. El segundo es “conocer la Palabra”, y el tercero es la “familiaridad con la Palabra”. Y “la familiaridad con la palabra es un gran fruto”.

Esta docilidad al Espíritu Santo, “me llevara a un modo de vivir y de actuar”. Debemos así “recibir con docilidad la Palabra, conocer la palabra y pedir al Espíritu Santo la gracia de hacerla conocer y después darle espacio para que germine y crezca en actitudes de bondad, mansedumbre, benevolencia, paz, caridad, dominio de sí: todo esto es parte del estilo cristiano”.

En la primera Lectura se conoce que cuando a Jerusalén llega la noticia que gente en Chipre y Cirene anunciaba la Palabra a los paganos, ellos se asustaron, y enviaron a Bernabé para que vea como era posible que ‘gente que no conocemos’ predicaran la Palabra a los no circuncisos.

Y “es bello, cuando Bernabé llega a Antioquía y “ve la gracia de Dios”.

Así el Santo Padre invita a interrogarnos: ¿Oponemos resistencia al Espíritu? ¿O lo recibimos con docilidad? . El Papa concluyó invitando a pedir la gracia de la docilidad.

Un particular que recordó el Papa, fue que en Antioquía justamente por primera vez los discípulos fueron llamados Cristianos.

 

09/05/2017-10:56
Redacción

Vaticano: nueva moneda de dos euros con la imagen de san Pedro y san Pablo

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 9 Mayo 2017).- La oficina numismática del Vaticano acuñará desde el próximo 1º de junio, una moneda de dos euros dedicada al 1.950 aniversario del martirio de los santos Pedro y Pablo.
En el año 67 d.C., Pedro y Pablo fueron martirizados en Roma, el primero crucificado de cabeza abajo y el segundo decapitado, honor reservado a los ciudadanos romanos condenados a muerte. Este año se celebra el 1.950 aniversario del martirio de los dos santos, sobre cuya fe, recuerda el papa Francisco, «se funda la Iglesia de Roma, que desde siempre los venera como patronos. Ellos, anunciadores y testimonios del Evangelio entre la gente, sellaron con el martirio su misión de fe y de caridad».
En la moneda el perfil de los dos santos ha sido representado por Gabriella Titotto junto a los dos símbolos que desde siempre les caracterizan en la iconografía: las llaves y la espada.
El primero un explícito reclamo al conferir Jesús a Pedro las llaves «del reino de los cielos» (Mt 16, 13-20), el segundo a la vida de san Pablo, perseguidor de cristianos antes de la conversión, junto con su martirio.
La moneda usada por el Vaticano es el Euro, como en 19 de los 28 países de Europa, debido a una convención junto a otros tres países pequeños: Andorra, Mónaco y San Marino.
El Estado-Ciudad del Vaticano puede acuñar moneda en cuanto estado soberano, entre tanto se limita a acuñar moneda principalmente con fines conmemorativos.

 

09/05/2017-12:00
Redacción

El Tweet del papa Francisco

 

09/05/2017-15:29
Redacción

China: fallece el obispo Wang Chongyi, preso 9 años durante la Revolución cultural

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 9 de. 2017).- El 20 de abril pasado ha fallecido Mons.
Andrea Aniceto Wang Chongyi, arzobispo de Guiyang, en la provincia di Guizhou. Tenía 97 años y era uno de los obispos más ancianos de China Continental.
Lo informó este lunes la Oficina de prensa de la Santa Sede, precisando que el obispo nacido en 1919 de una familia católica había entrado en el seminario menor de Guiyang, sucesivamente en el intermedio de San Pablo. para concluir en el seminario mayor de San Pedro.
Ordenado sacerdote el 24 de octubre de 1949 fue nombrado párroco de Meitan y de Zunyi. Durante la revolución cultural fue arrestado y obligado a trabajos forzados durante nueve años. En 1979 vuelve a la parroquia de Zunyi y en 1981 es nombrado párroco de la iglesia norte de Guiyang.
El 4 de diciembre de 1988 fue ordenado obispo de Guiyang y con celo apostólico guió el pueblo de Dios que le fue confiado.
El 8 de septiembre de 2014 había presentado du renuncia al papa Francisco, la cual fue aceptada el 2 de marzo de 2015. La arquidiócesis quedó a su coadjutor, Mons. Pablo Xiao Zejiang, por él consagrado obispo el 8 de septiembre de 2007.
La diócesis cuenta actualmente con 23 sacerdotes y más de 40 religiosos. Los fieles son unos cien mil. El comunicado concluye señalando que los funerales fueron celebrados el 22 de abril en la catedral de Guiyang.

 

09/05/2017-16:13
Sergio Mora

Siria: consagrarán Alepo a la Virgen de Fátima durante la peregrinación del Papa a Portugal

(ZENIT – Roma, 9 Mayo 2017).- La ciudad siria de Alepo será consagrada el 13 de mayo a la Virgen de Fátima en coincidencia con el viaje del papa Francisco al santuario mariano de Portugal este próximo jueves y viernes.
Un gesto simbólico de gran importancia en una ciudad devastada por años de guerra de la llamada batalla de Alepo, iniciada a mitad de 2015, con la división de la ciudad en dos partes una del Gobierno y otra de los rebeldes. Una guerra de posiciones que concluyó a final de diciembre de 2016 con la conquista de toda la ciudad por parte de las tropas gubernativas.
En la ciudad no caen misiles, pero se vive sin electricidad ni agua corriente, en condiciones de pobreza extrema, indicó a Radio Vaticano el sacerdote franciscano Ibrahim Alsabagh.
La consagración será durante la misa concelebrada por todos los obispos y sacerdotes de Alepo y presidida por el Eparca Antoine Audo, sj.
La iniciativa que partió de la parroquia latina de San Francisco inicia el 11 de mayo las celebraciones, sigue durante todo el viernes 12, cuando además se realizarán actividades varias, y concluye en la festividad de María con una procesión con la imagen de Nuestra Señora de Fátima y la consagración de la ciudad de Alepo a la Virgen María, con la participación de todos los ritos del norte de Siria.
Sobre el evento Mons. Audo declaró a Asia News que “todo el mes de mayo es importante para la comunidad cristiana de Alepo. Todas las iglesias están llenas de fieles que rezan el Rosario, se acercan a la Eucaristía, recitan las letanías. Este es un momento muy importante de oración y comunión en torno a María, una tradición agradable y arraigada en el tiempo”.
De hecho, el pueblo de Alepo “ama mucho la devoción popular”, desea “participar” y perpetrar una “profunda tradición”, que une a las iglesias y las familias en torno a María. Esto, dijo, “es muy bonito, ya que crea una atmósfera de serenidad. Mayo es el mes preferido para orar por la paz, por el fin de todos los conflictos”.
La consagración de Alepo a María, el tema de la paz – añade el obispo caldeo – son fuente de esperanza y un signo de nuestra presencia. Queremos aprovechar el evento para revivir los temas de diálogo, la unidad y el encuentro no sólo entre las diferentes denominaciones cristianas, sino también con los musulmanes aprovechando la gran repercusión que ha tenido el viaje del Papa a Egipto. Es un evento del que todavía se habla hoy, un testimonio hecho más con gestos que con palabras”.
Al drama de la guerra, concluye Mons. Audo, se puede responder “con el fanatismo o con la comunión: la Iglesia ha ayudado a optar por la segunda. La fe cristiana es firme y fuerte, y esto genera optimismo, a pesar de que permanecen las incertidumbres y las sombras en lo que concierne al futuro”.

 

09/05/2017-06:39
Antonio Rivero

Quinto domingo de Pascua

Ciclo A
Textos: Hechos 6, 1-7; 1 Pe 2, 4-9; Jn 14, 1-12

P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor de Humanidades Clásicas en el Centro de Noviciado y Humanidades y Ciencias de la Legión de Cristo en Monterrey (México).
Idea principal: Cristo Resucitado es el Camino, la Verdad y la Vida (evangelio). Es la piedra angular (segunda lectura).
Resumen del mensaje: Sin Cristo que es Camino, nos extraviamos. Sin Cristo que es Verdad, caemos en la mentira y en la ideología. Sin Cristo que es Vida
, nos alcanzará la muerte. Sin Cristo que es Piedra angular, el edificio de la Iglesia, del matrimonio y de nuestra vida personal se derrumba.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, Cristo no sólo enseña la verdad, sino que es la Verdad encarnada. Desde la Encarnación Cristo Verdad acampa entre nosotros. Así dice
san Agustín: “Esta verdad se vistió de carne por nosotros y nació de María
virgen para que se cumpliera la profecía: la Verdad brotó de la tierra”. Cristo, la Verdad eterna, se hizo Verdad en el tiempo. En un mundo plagado de mentiras aberrantes, mentiras en el campo social, en la política, con un lenguaje de medias verdades y sofismas insostenibles desde el punto de vista racional –baste apuntar de pasada lo que nos viene encima con la ideología del género y que nos obligan a aprobar y aceptar como natural-. Mentiras que tantas veces disfrazan la cobardía, la manipulación del género humano y el atentado contra Dios Creador. Es la hora de que sigamos siempre la verdad plena que es Cristo.
No olvidemos lo que nos dice el salmo 32 leído de hoy: “La Palabra del Señor es recta y Él obra siempre con lealtad; Él ama la justicia y el derecho”.
En segundo lugar, Cristo no sólo tiene vida, sino que es la Vida. Mediante la Encarnación, la Vida eterna que es Dios, se hizo carne entre nosotros.
“Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. ¿Qué significa que Cristo es Vida? Que anhela hacerse vida nuestra, que anhela vivificar nuestro ser. Dicha vida fue introducida en nuestros corazones el día del bautismo. Pero dicha vida en nosotros tiene que estar en crecimiento, al modo de una semilla que apunta a su plenitud, que tiende a hacerse árbol. Las flores y los frutos de la gracia y de esa vida divina en nosotros son las virtudes cristianas, las teologales y las cardinales. Lo que mataría esta vida de Cristo en nosotros es el pecado. Por tanto, mantengámonos lejos, no sólo del pecado, que esclaviza, sino de la mediocridad, que es como una arterosclerosis del espíritu, porque impide el paso triunfal de la savia divina por las venas de nuestra alma. ¿Los que aprueban, promueven, aplauden y hacen el aborto y la eutanasia y los mil experimentos genéticos que ofenden la dignidad de la persona humana siguen a Cristo-Vida?
Finalmente, Cristo no es un camino entre muchos otros, sino “el” Camino , el único camino para la salvación, para la felicidad. Cristo se hizo camino también por medio de la Encarnación. Dirigiéndose desde Belén hasta el Calvario, nos trazó el camino de la Redención. Camino de venida. Tras su muerte y resurrección, ascendió al cielo, retornando a la casa del Padre. Camino de vuelta. Por el mismo camino vino y volvió, para señalarnos la dirección de la ruta
verdadera. San Agustín nos dice: “Siguiendo el camino de su humanidad, llegarás a la Divinidad. Él te conduce a Él mismo. No andes buscando por donde ir fuera de Él. Si Él no hubiera tenido la voluntad de ser camino, extraviados anduviéramos siempre. Se hizo, pues, camino, por donde ir. Por tanto no te diré: Busca el camino. El camino mismo es quien viene a ti. ¡Levántate y anda! Anda con la conducta, no con los pies. Muchos andan bien con los pies y mal con la conducta. Y aun los hay que andan bien, pero fuera del camino. Corren, mas no por el camino, y cuanto más andan, más se extravían, pues se alejan más del camino... Preferible, sin duda, es ir por el camino, aun cojeando, a ir
bravamente fuera del camino” (Sobre el evangelio de san Juan, 13). Sí, Cristo es camino estrecho, frente a los caminos espaciosos del mundo. Pero estos últimos son atajos sin salida.
Para reflexionar: ¿Qué me impide seguir a Cristo camino: los atajos agradables
del mundo? ¿Qué me impide seguir a Cristo verdad: las ideologías de turno (ideología de género, el tradicionalismo a ultranza...) y los trucos del mundo?
¿Qué me impide seguir a Cristo vida: los elixires de esta sociedad sin Dios que promete la eterna felicidad cuando en realidad provoca la muerte del alma?
Para rezar: Señor, si Tú eres el Camino, dame la fuerza para andarlo. Si Tú eres la Verdad, que la acepte y la defienda, si es necesario con mi sangre. Y si Tú eres la Vida, líbrame de ir al cementerio de las almas. Amén.

 

09/05/2017-04:48
Isabel Orellana Vilches

San Juan de Ávila -10 de mayo

(ZENIT – Madrid).- Nació en Almodóvar del Campo, Ciudad Real, España, el 6 de enero de 1499 o 1500. Sus padres eran propietarios de unas minas de plata en Sierra Morena, pero el pequeño Juan no estimaba en nada los recursos que poseía. Formado por ellos en la abnegación y el amor al prójimo, se desprendía de sus pertenencias fácilmente. Así, se deshizo de su sayo nuevo que ofreció a un niño pobre. Fue enviado a estudiar a Salamanca cuando tenía 14 años. Y a los 18 regresó al domicilio paterno después de haber cursado leyes, con el reducto espiritual que le dejó una experiencia de conversión. Vivió en oración y penitencia hasta que en 1520, alentado por un franciscano, partió a Alcalá de Henares para seguir estudios. Tomó contacto con el que luego sería arzobispo de Granada, Pedro Guerrero, y con el venerable Fernando de Contreras. Seguramente conoció allí a san Ignacio de Loyola. Entre tanto, perdió a sus padres. En honor a ellos, cuando en 1526 fue ordenado sacerdote eligió su ciudad natal para decir su primera misa poniendo el signo de invitar a doce pobres a comer a su mesa, entre los cuales repartió sus bienes; comenzó la evangelización en su propio pueblo.
Su siguiente etapa fue Sevilla, desde cuyo puerto pensaba embarcar rumbo a América junto al recién elegido obispo de Tlaxcala, Nueva España. Los planes de la Providencia eran otros. En el compás de espera compartió sus ansias de pobreza, oración y sacrificio con el padre Contreras. Ambos asistían a los pobres y les instruían en la fe. A través de este compañero, la brújula marcó al santo otro destino para su vida. Contreras le habló de él a monseñor Manrique, arzobispo de Sevilla, y éste pidió a Juan que predicara en su presencia. Estuvo toda la noche orando ante el crucifijo, lleno de gran timidez. Según confesó después, en esos momentos pensaba en la vergüenza que Cristo pasó desnudo en la cruz. El sermón causó tal impresión que le llenaron de alabanzas, y él respondió: «Eso mismo me decía el demonio al subir al púlpito».
De allí partió a Écija, Sevilla y Cádiz, lugares en los que su predicación y labor como director espiritual siguieron siendo excepcionales.
Sus acciones le acarrearon persecuciones y enemistades. En 1531 fue procesado por la Inquisición siendo acusado de graves hechos que no cometió. Pasó un año en la cárcel sin aceptar defensa alguna porque –así lo reconocía–, estaba en las mejores manos: las de Dios. La celda fue lugar de celestiales consuelos. En el juicio respondió a los cargos que se le imputaban dando testimonio de su fe, sin reprobar a los cinco testigos de la acusación. De pronto aparecieron 55 que testificaron a favor suyo. En prisión escribió Audi, Filia. Este periodo le enseñó mucho más que los libros y experiencias anteriores. Fue liberado, pero la injusta sentencia señalaba «haber proferido en sus sermones y fuera de ellos algunas proposiciones que no parecieron bien sonantes»
. Y le impusieron, bajo pena de excomunión, que las declarase convenientemente donde las hubiera expuesto.
En 1535 partió a Córdoba llamado por el obispo Álvarez de Toledo. Entonces conoció a fray Luís de Granada. Creó los colegios de san Pelagio y de la Asunción, y un año más tarde se fue a Granada para ayudar al arzobispo en la fundación de la universidad. Allí le oyeron predicar san Juan de Dios y san Francisco de Borja; el influjo de sus palabras cambió radicalmente sus vidas. Tenía gran devoción por el Santísimo Sacramento y por la Virgen. Y sabiendo de su capacidad persuasiva, un día le pidieron que abogase a favor de un templo dedicado a María que se estaba construyendo. Se ofreció él mismo de inmediato: «Yo iré allí, y tomaré una piedra sobre mis hombros para ponerla en la casa que se edifica a honra de la Madre de Dios». Desde luego, como esperaban, movió la generosidad de la gente. Hasta los pobres respondieron a sus peticiones con sus mermadas pertenencias. La clave de su fuerza en los sermones se hallaba en el «amar mucho a Dios». Oración, sacrificio y estudio eran sus pilares. A su espíritu de pobreza unía paciencia, modestia, prudencia, abnegación, discreción; hacía de la frugalidad virtud ejemplar dando testimonio con su propia vida de lo que predicaba. Renunció a dignidades cardenalicias y episcopales.
Formó en Granada un grupo sacerdotal en 1537, que tuvo bajo su amparo, y en 1539 ayudó a la fundación de la universidad de Baeza, Jaén. Gran escritor y predicador, su amor por el sacerdocio le llevó a pedir la creación de seminarios para una verdadera reforma de la Iglesia y del clero. En 1551 enfermó y tuvo que permanecer en la localidad cordobesa de Montilla. Durante quince años siguió escribiendo y aconsejando a personas de toda clase, edad, condición y procedencia. Estuvo relacionado con san Ignacio de Loyola y santa Teresa de Jesús, quien le dio a examinar el «Libro de su vida», y causó gran influjo en san Antonio María Claret. En mayo de 1569 su salud, que ya venía lesionada de atrás, empeoró. En medio del dolor, exclamaba: «Señor mío, crezca el dolor, y crezca el amor, que yo me deleito en el padecer por Vos» o «¡Señor, más mal, y más paciencia!». Esa era su disposición. Pero cuando le vencía le debilidad, manifestaba: «¡Ah, Señor, que no puedo!». Incluso una noche en la que arreciaron los dolores pidió a Dios que los erradicara, y así sucedió. A la mañana siguiente reconoció: «¡Qué bofetada me ha dado Nuestro Señor esta noche!»
Pronto a partir de este mundo, no hallaba mayor consuelo que la recepción de la Eucaristía. «¡Denme a mi Señor, denme a mi Señor!», suplicaba. En los postreros instantes, en medio de intensísimo dolor y fatiga que le hacía proferir: «Bueno está ya, Señor, bueno está», no cesaba de recitar esta jaculatoria: «Jesús, María; Jesús, María» . Murió el 10 de mayo de 1569. León XIII lo beatificó el 4 de abril de 1894. Pío XII lo designó patrono del clero secular español el 2 de julio de 1946. Pablo VI lo canonizó el 31 de mayo de 1970. Y el 7 de octubre de 2012 Benedicto XVI lo declaró doctor de la Iglesia.