Servicio diario - 13 de mayo de 2017


Viaje a Fátima 13 de Mayo: 9:30 – Plegaria silenciosa del Papa ante las tumbas de Jacinta y Francisco
Redacción

Fátima: 10:30 – El Papa declara santos a Jacinta y Francisco Marto
Sergio Mora

Fátima: 12:30 – El sucesor de Pedro a los enfermos: ‘vivan esto como una gracia”’
Redacción

Fátima: 15:30 – El papa Francisco se despide y parte hacia a Roma
Redacción

Canonización de Jacinta y Francisco Marto. Texto de la homilía del papa Francisco en Fátima
Redacción

Fátima: vigilia del viernes 12 – El Papa: ‘Seamos con María signo de la misericordia de Dios’
Redacción

San Miguel Garicoïts – 14 de mayo
Isabel Orellana Vilches

El Papa aterriza en Roma. Da una rueda de prensa en el avión
Redacción

Apariciones de Medjugore – Francisco cita el informe Ruini: serias las primeras, dudosas las recientes
Redacción

Rueda de prensa en el avión: “Nunca he firmado la gracia” a un cura pedófilo
Redacción


 

13 mayo 2017
Redacción

Viaje a Fátima 13 de Mayo: 9:30 – Plegaria silenciosa del Papa ante las tumbas de Jacinta y Francisco

El Santo Padre saluda al sacerdote más anciano de Portugal, de 104 años

(ZENIT – Roma, 13 May. 2017).- En este sábado 13 de mayo, centenario de la primera aparición de María en Fátima, el santo padre Francisco presidió la santa misa y ceremonia de canonización de dos de los tres pastorcitos que vieron a María en la Cova de Iría.

Poco antes el Pontífice rezó en el interior de la iglesia, de Nuestra Señora del Rosario, delante de las tumbas de los niños pastores Jacinta y Francisco Marto, primos de 7 y 9 años de edad, fallecidos poco después, como la Virgen le predijo en una de las apariciones. El tercer pastorcito fue Lucía, después religiosa de clausura en un Carmelo, fallecida a los 98 años y con proceso de beatificación en curso.

Son los primeros niños canonizados no mártires. Está el joven salesiano santo Domingo Sávio, elevado también a los altares, pero él era un adolescente.

El Papa allí saludó también al sacerdote portugués más anciano, de 104 años, y a una familia de refugiados sirios.

 

13/05/2017-09:37
Sergio Mora

Fátima: 10:30 – El Papa declara santos a Jacinta y Francisco Marto

(ZENIT – Roma, 13 May. 2017).- “Con la autoridad de la Iglesia, de Pedro Pablo y nuestra”, dijo el Pontífice, “declaramos y definimos santos, los beatos Francisco Marto y Jacinta Marto y los inscribimos en el catálogo de los santos”.
Con estas palabras el santo padre Francisco los declaró santos, no por haber visto a la Virgen, sino por haber dado testimonio de la fe, incluso cuando el alcalde les amenazó de muerte.
Así después de un par de días durante los cuales los fieles desafiaron la lluvia, en este 13 de mayo de primavera, centenario de las apariciones de María en Fátima el Santo Padre Francisco canonizó a Jacinta y Francisco Marto, los dos primos que junto con Lucia fueron los testimonios del ciclo de apariciones marianas.
Mientras el coro cantaba el Veni Creator Spiritus, desde la basílica del Rosario el cortejo entró hasta el altar puesto delante de la explanada, donde unas 500 mil personas esperaban este momento histórico de la canonización y santa misa. La procesión incluyó una imagen de Nuestra Señora y los dos relicarios en forma de candelabros con las reliquias de Francisco y Jacinta, cargados por la postuladora de la causa de canonización de los dos pastorcitos, la hermana Ângela Coelho.
El Pontífice vestía paramentos color crema con bordes dorados y vede, endosando el palio. La ceremonia inició con la petición del obispo de Fatima -Leiria, Antonio Marto, de que los dos niños sean declarados santos, como autorizado por la Congregación de la Causa de los Santos.
Le siguió el Kyrie, una oración y la proclamación de santidad de los dos pastorcitos,
cuya fiesta litúrgica se celebrará cada 20 de febrero, fecha de la muerte de santa Jacinta Marto.
Inmediatamente después de la canonización el coro entonó el “Salve Salve pastorinhos, videntes de María”, el himno dedicado a los primeros dos niños santos no mártires. Estaban allí presentes los presidentes de Portugal, Paraguay y Santo Tomás y Príncipe y varios cientos de miles de fieles y peregrinos reunidos en la explanada del santuario.

(Texto completo de la homilía)

 

13/05/2017-11:20
Redacción

Fátima: 12:30 – El sucesor de Pedro a los enfermos: ‘vivan esto como una gracia”’

(ZENIT – Roma, 13 May. 2017).- El papa Francisco al concluir la santa misa de canonización de santa Jacinta y san Francisco Marto, bendijo a los enfermos presentes y entregó un regalo a la Casa “Nossa Senhora do Carmo” donde a las 12:30 almorzó con los obispos de Portugal.
A los enfermos el Pontífice les dijo “el Señor nos precede siempre: cuando atravesamos por alguna cruz, él ya ha pasado antes. En su Pasión, cargó con nuestros sufrimientos. Jesús sabe lo que significa el sufrimiento, nos comprende, nos consuela y nos da fuerza, como hizo con san Francisco Marto y santa Jacinta, y con los santos de todas las épocas y lugares. Pienso en el apóstol Pedro, en cómo la Iglesia entera rezaba por él mientras estaba encadenado en la prisión de Jerusalén. Y el Señor lo consoló.
Este es el misterio de la Iglesia: la Iglesia pide al Señor que consuele a los afligidos y él los consuela, incluso de manera oculta; los consuela en la intimidad del corazón y les consuela dándoles fortaleza.
Queridos peregrinos, ante nuestros ojos tenemos a Jesús invisible pero presente en la Eucaristía, así como tenemos a Jesús oculto pero presente en las llagas de nuestros hermanos y hermanas enfermos y atribulados.
En el altar, adoramos la carne de Jesús; en ellos, descubrimos las llagas de Jesús. El
cristiano adora a Jesús, el cristiano busca a Jesús, el cristiano sabe reconocer las llagas de Jesús.
Hoy, la Virgen María nos repite a todos nosotros la pregunta que hizo, hace cien años, a los pastorcillos: «¿Queréis ofreceros a Dios?». La respuesta: «¡Sí, queremos!», nos ofrece la oportunidad de entender e imitar su vida. Ellos la vivieron con todo lo que conlleva de alegría y sufrimiento, en una actitud de ofrecimiento al Señor.
Queridos enfermos, vivan vuestra vida como una gracia y digan a Nuestra Señora, como los pastorcillos, que desean ofrecerse a Dios con todo el corazón.
No se consideren solamente como unos destinatarios de la solidaridad caritativa, sino partícipes a pleno título de la vida y misión de la Iglesia. Vuestra presencia silenciosa, pero más elocuente que muchas palabras, vuestra oración, el ofrecimiento diario de vuestros sufrimientos, en unión con los de Jesús crucificado por la salvación del mundo, la aceptación paciente y hasta alegre de vuestra condición son un recurso espiritual, un patrimonio para toda comunidad cristiana.
No tengan vergüenza de ser un tesoro valioso de la Iglesia. Jesús va a pasar cerca de vosotros en el Santísimo Sacramento para manifestaros su cercanía y su amor. Confíenle vuestro dolor, vuestros sufrimientos, vuestro cansancio. Cuenten con la oración de la Iglesia que, por vosotros y con vosotros, se eleva al cielo desde todas partes. Dios es Padre y nunca los olvida”.

 

13/05/2017-14:32
Redacción

Fátima: 15:30 – El papa Francisco se despide y parte hacia a Roma

(ZENIT – Roma, 13 May. 2017).- El santo padre Francisco, visiblemente contento, concluyó este sábado por la tarde su visita en Portugal donde estuvo en el santuario mariano de Fátima para celebrar el centenario de las apariciones marianas y canonizar a los pastorcitos Jacinta y Francisco Marto.
En la Casa Nuestra Señora del Carmen, donde al concluir las ceremonias religiosas el Pontífice almorzó con los obispos de Portugal, el cardenal patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, en nombre de los obispos lusos se dirigió al Papa y agradeció a Dios por “la gran gracia de tenerlo con nosotros en la celebración del centenario de las apariciones de Nuestra Señora del Rosario de Fátima”.
Desde allí el Pontífice al salir de la residencia donde se alojó la noche del viernes, saludó desde un vehículo abierto a miles de peregrinos que aún le esperaban, hasta que cambió a un auto cerrado que le llevó al aeropuerto, a unos 40 kilómetros de distancia. En la base militar de Monte Real saludó a peregrinos y autoridades que le le aguardaban y subió al avión que partió hacia Roma.
La aeronave de Transportes Aéreos Portugueses (TAP) cruza el espacio aéreo de Portugal, España, Francia e Italia. Los datos oficiales indican que Fátima acogió hoy a medio millón de peregrinos de 55 países, deseosos de participar en la visita del Papa.
El presidente de Portugal afirmó al concluir al visita del Pontífice a Portugual, que esta “superó todas las expectativas”.

 

13/05/2017-10:04
Redacción

Canonización de Jacinta y Francisco Marto. Texto de la homilía del papa Francisco en Fátima

(ZENIT – Roma, 13 May. 2017).- En el día del centenario de la primera de las apariciones de María en Fátima, dos de los tres pastorcitos fueron canonizados: Santa Jacinta y san Francisco Marto.
Tras declararlos santos, en medio del júbilo generalizado y los aplausos, el papa Francisco presidió la misa ante varios cientos de miles de peregrinos reunidos en la explanada delante del santuario mariano.
En la homilía el papa Francisco recordó algunos hechos de las apariciones, reiteró con fuerza que “¡Tenemos Madre!”, que “Fátima es un manto del luz que nos cubre”, e invitó a que “con la protección de María, seamos en el mundo centinelas que sepan contemplar el verdadero rostro de Jesús Salvador, que brilla en la Pascua, y descubramos de nuevo el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es misionera, acogedora, libre, fiel, pobre de medios y rica de amor”.
El texto:
Queridos Peregrinos, tenemos una Madre.
Con esta esperanza, nos hemos reunido aquí para dar gracias por las innumerables bendiciones que el Cielo ha derramado en estos cien años, y que han transcurrido bajo el manto de Luz que la Virgen, desde este Portugal rico en esperanza, ha extendido hasta los cuatro ángulos de la tierra.
Como un ejemplo para nosotros, tenemos ante los ojos a san Francisco Marto y a santa Jacinta, a quienes la Virgen María introdujo en el mar inmenso de la Luz de Dios, para que lo adoraran. De ahí recibían ellos la fuerza para superar las contrariedades y los sufrimientos. La presencia divina se fue haciendo cada vez más constante en sus vidas, como se manifiesta claramente en la insistente oración por los pecadores y en el deseo permanente de estar junto a «Jesús oculto» en el Sagrario.
En sus Memorias (III, n.6), sor Lucía da la palabra a Jacinta, que había recibido una visión: «¿No ves muchas carreteras, muchos caminos y campos llenos de gente que lloran de hambre por no tener nada para comer? ¿Y el Santo Padre en una iglesia, rezando delante del Inmaculado Corazón de María? ¿Y tanta gente rezando con él?» Gracias por haberme acompañado. No podía dejar de venir aquí para venerar a la Virgen Madre, y para confiarle a sus hijos e hijas.
Bajo su manto, no se pierden; de sus brazos vendrá la esperanza y la paz que necesitan y que yo suplico para todos mis hermanos en el bautismo y en la humanidad, en particular para los enfermos y los discapacitados, los encarcelados y los desocupados, los pobres y los abandonados. Queridos hermanos: pidamos a Dios, con la esperanza de que nos escuchen los hombres, y dirijámonos a los hombres, con la certeza de que Dios nos ayuda. E
n efecto, él nos ha creado como una esperanza para los demás, una esperanza real y realizable en el estado de vida de cada uno. Al «pedir» y «exigir» de cada uno de nosotros el cumplimiento de los compromisos del propio estado (Carta de sor Lucía, 28 de febrero de 1943), el cielo activa aquí una auténtica y precisa movilización general contra esa indiferencia que nos enfría el corazón y agrava nuestra miopía.
No queremos ser una esperanza abortada. La vida sólo puede sobrevivir gracias a la generosidad de otra vida. «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto» (Jn 12,24): lo ha dicho y lo ha hecho el Señor, que siempre nos precede.
Cuando pasamos por alguna cruz, él ya ha pasado antes. De este modo, no subimos a la cruz para encontrar a Jesús, sino que ha sido él el que se ha humillado y ha bajado hasta la cruz para encontrarnos a nosotros y, en nosotros, vencer las tinieblas del mal y llevarnos a la luz.
Que, con la protección de María, seamos en el mundo centinelas que sepan contemplar el verdadero rostro de Jesús Salvador, que brilla en la Pascua, y descubramos de nuevo el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es misionera, acogedora, libre, fiel, pobre de medios y rica de amor.

 

13/05/2017-06:15
Redacción

Fátima: vigilia del viernes 12 – El Papa: ‘Seamos con María signo de la misericordia de Dios’

(ZENIT – Roma).- El papa Francisco, en la noche del viernes 12, dirigió unas palabras con motivo de la bendición de las velas y el rezo del Santo Rosario en la Capilla de las Apariciones, en el Santuario de Fátima en Portugal, en las que deseó “que seamos, con María, signo y sacramento de la misericordia de Dios que siempre perdona, perdona todo”.
Y llevados de la mano de la Virgen Madre y ante su mirada, concluyó el Papa,“podemos decir: Mi alma te canta, oh Señor. La misericordia que tuviste con todos tus santos y con todo tu pueblo fiel la tuviste también conmigo”.

Texto completo
Queridos peregrinos de María y con María.
Gracias por recibirme entre vosotros y uniros a mí en esta peregrinación vivida en la esperanza y en la paz. Desde ahora, deseo asegurar a los que os habéis unidos a mí, aquí o en cualquier otro lugar, que os llevo en mi corazón. Siento que Jesús os ha confiado a mí (cf. Jn 21,15-17), y a todos os abrazo y os confío a Jesús, «especialmente a los más necesitados» —como la Virgen nos enseñó a pedir (Aparición, julio de 1917)—. Que ella, madre tierna y solícita con todos los necesitados, les obtenga la bendición del Señor. Que, sobre cada uno de los desheredados e infelices, a los que se les ha robado el presente, de los excluidos y abandonados a los que se les niega el futuro, de los huérfanos y las víctimas de la injusticia a los que no se les permite tener un pasado, descienda la bendición de Dios encarnada en Jesucristo: «El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz» (Nm 6,24-26).
Esta bendición se cumplió plenamente en la Virgen María, puesto que ninguna otra criatura ha visto brillar sobre sí el rostro de Dios como ella, que dio un rostro humano al Hijo del Padre eterno; a quien podemos ahora contemplar en los sucesivos momentos gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos de su vida, como recordamos en el rezo del Rosario. Con Cristo y María, permanezcamos en Dios. En efecto, «si queremos ser cristianos, tenemos que ser marianos, es decir, hay que reconocer la relación esencial, vital y providencial que une a la Virgen con Jesús, y que nos abre el camino que nos lleva a él» (Pablo VI, Homilía en el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria, Cagliari, 24 abril 1970). De este modo, cada vez que recitamos el Rosario, en este lugar bendito o en cualquier otro lugar, el Evangelio prosigue su camino en la vida de cada uno, de las familias, de los pueblos y del mundo.
Peregrinos con María... ¿Qué María? ¿Una maestra de vida espiritual, la primera que siguió a Cristo por el «camino estrecho» de la cruz dándonos ejemplo, o más bien una Señora «inalcanzable» y por tanto inimitable? ¿La «Bienaventurada porque ha creído» siempre y en todo momento en la palabra divina (cf. Lc 1,45), o más bien una «santita», a la que se acude para conseguir gracias baratas? ¿La Virgen María del Evangelio, venerada por la Iglesia orante, o más bien una María retratada por sensibilidades subjetivas, como deteniendo el brazo justiciero de Dios listo para castigar: una María mejor que Cristo, considerado como juez implacable; más misericordiosa que el Cordero que se ha inmolado por nosotros?
Cometemos una gran injusticia contra Dios y su gracia cuando afirmamos en primer lugar que los pecados son castigados por su juicio, sin anteponer —como enseña el Evangelio— que son perdonados por su misericordia. Hay que anteponer la misericordia al juicio y, en cualquier caso, el juicio de Dios siempre se realiza a la luz de su misericordia. Por supuesto, la misericordia de Dios no niega la justicia, porque Jesús cargó sobre sí las consecuencias de nuestro pecado junto con su castigo conveniente. Él no negó el pecado, pero pagó por nosotros en la cruz. Y así, por la fe que nos une a la cruz de Cristo, quedamos libres de nuestros pecados; dejemos de lado cualquier clase de miedo y temor, porque eso no es propio de quien se siente amado (cf. 1 Jn 4,18). «Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes. [...] Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización» (Exhort. Ap. Evangelii gaudium, 288). Que seamos, con María, signo y sacramento de la misericordia de Dios que siempre perdona, perdona todo.
Llevados de la mano de la Virgen Madre y ante su mirada, podemos cantar con alegría las misericordias del Señor. Podemos decir: Mi alma te canta, oh Señor. La misericordia que tuviste con todos tus santos y con todo tu pueblo fiel la tuviste también conmigo. Oh Señor, por culpa del orgullo de mi corazón, he vivido distraído siguiendo mis ambiciones e intereses, pero sin conseguir ocupar ningún trono. La única manera de ser exaltado es que tu Madre me tome en brazos, me cubra con su manto y me ponga junto a tu corazón. Que así sea.

 

13/05/2017-04:03
Isabel Orellana Vilches

San Miguel Garicoïts – 14 de mayo

(ZENIT – Madrid).- En el devenir de Miguel tuvo un peso decisivo el ejemplo de los suyos: abuelos y padres Arnaud y Gratianne. Ahora bien, el detonante de la inspirada elección que hizo para su vida fue la autoridad moral de la madre, estricta con él. Reconoció que sin ella pudo haberse convertido en un malvado. Es otra prueba del alcance que toda familia tiene en el acontecer de los hijos, inigualable ante cualquier otra vía formativa.
Nació en Ibarra, Bayona, región fronteriza entre Francia y España, el 15 de abril de 1797. Algunos lo consideran el primer vasco canonizado. Era el mayor de seis hijos. Desafiando los rigores de la Revolución francesa, sus padres, que no tenían medios económicos, acogían a los sacerdotes fugitivos en su casa, hasta que Arnaud podía conducirlos en secreto a España. Miguel era robusto, de gran fuerza física, y un temperamento impetuoso, violento y combativo que mostraba a la primera de cambio. En medio de su rudeza pervivía un torrente de sensibilidad que, en su momento, llevado por su gran ardor místico le haría verter muchas lágrimas. En esa época Gratianne le enderezaba con buenos consejos que él siempre recordaría. Con una pedagogía clara, sencilla, plagada de ejemplos, su madre le enseñaba a discernir el bien del mal. Así aprendió la gravedad del pecado y se propuso conquistar el cielo porque ella le había dicho: «El cielo es la casa de Dios». En su ingenuidad creyó que subiendo a la cima de una colina con su rebaño podría alcanzarlo. Un día, al ver que no podía llegar al firmamento, encaminó sus pasos hacia otra y luego hacia una más alejada hasta que anocheció y tuvo que dormir al raso con las ovejas. Cuando regresó al día siguiente, nadie le recriminó, pero ese deseo de ir al cielo lo mantuvo vivo en lo más hondo de su ser. En la escuela donde ingresó en 1806, destacó entre todos los alumnos. Dos años más tarde abandonó los estudios para ayudar a su familia. Era pastor en Oneix en la granja propiedad de la familia Anghelú. Siempre llevaba consigo un libro. En 1811 recibió la Primera Comunión. Una de las características de su vida fue su amor a la Eucaristía. En 1813 comunicó a sus padres que quería ser sacerdote. La falta de recursos económicos pesó en su juicio negativo, hasta que los convenció la abuela que le enseñó a decir a Dios: «¡Heme aquí!». Ella recorrió 10 km. para hablar con el párroco de Saint-Palais y logró que acogiese en su casa a Miguel y le preparase a cambio de algunas tareas. No fue fácil para él combinar labores domésticas y estudios, pero cosechó el fruto de su tesón. Su mal temperamento aún le proporcionaba malas pasadas. Y fue transformándolo a costa de esfuerzo, extrayendo lecciones ejemplares: «En el obispado, tenía que soportar a menudo el mal humor de la cocinera, y yo me vengaba limpiando alegremente las ollas y las cazuelas; ella acabó ocupando su tiempo libre en coser mis pañuelos y en lavarme la ropa». Completó estudios eclesiásticos en varios seminarios. Los formadores al ver su aprovechamiento le destinaron al seminario de Saint-Sulpice, donde iban los más destacados. Pero el obispo, temiendo perderlo, le retuvo en el seminario de Dax. Su piedad hizo que fuese comparado con san Luís Gonzaga.
En 1821 impartió clases en el seminario menor de Larressore mientras seguía los estudios de teología. Se ordenó en 1823 y partió a Cambo como vicario de un anciano sacerdote que estaba paralítico. Y rápidamente fue conocido por su caridad, la profundidad de sus sermones, la labor catequética y su dedicación en el confesionario, en el que tantas veces permanecía quedándose sin comer. El Padre celestial fue una de sus pasiones. Decía: «¡Padre, aquí estoy!». «Dios es Padre; hay que entregarse por completo a su amor, hay que contestarle: ‘¡Aquí estoy!’». Su fortaleza física le permitía realizar numerosas penitencias. Y el domingo compartía con los feligreses el juego de la pelota vasca. Después oraba ante el Santísimo. Su lema era «Fiat Voluntas Dei». El obispo de Bayona lo nombró profesor de filosofía y administrador del seminario mayor de la diócesis, establecido en Betharram, junto a un santuario mariano enclavado al pie de una colina, del que fue su capellán. Fue confesor de Isabel Bichier des Ages. Y al tratar con ella y con la fundación instituida junto a san Andrés Fournet, las Hijas de la Cruz, se sintió atraído por la vida religiosa. Además, como responsable del seminario había visto los resultados de un inadecuado enfoque anterior en su gestión. Entonces se dijo: «formaré sacerdotes que, por su obediencia, consolarán el corazón de sus obispos». En 1832 hizo un retiro de un mes de duración con los jesuitas de Toulouse, pero no parecía que fuese su lugar. El P. Le Blanc, director espiritual de la comunidad, lo tuvo claro: «Dios quiere que sea más que un jesuita; siga su primera inspiración, que creo que le viene del cielo, y será el padre de una familia que será hermana de la nuestra...». Seis años más tarde, junto a otros cinco sacerdotes que lo eligieron como superior, contando con la aprobación del obispo de Bayona, Miguel puso los pilares de los «Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram», nombre que recibieron en 1841. No fue fácil. Surgieron graves disensiones entre los integrantes de la fundación, y él tuvo que sufrir mucho en un proceso que se alargó hasta el final. Un día confió al prelado Lacroix: «¡Cuán laborioso resulta el alumbramiento de una congregación!». En 1853 perdió la salud que había disfrutado siempre al sufrir un ataque de parálisis que se repitió en 1859. «No tengan miedo, decía a los cercanos, seguiremos todo el tiempo que Dios permita». Se recuperó, pero en 1863 sufrió otra crisis, que fue definitiva, y murió el 14 de mayo de ese año. En 1870 la nueva congregación fundada por él salió adelante con las directrices que concibió para ella. Pío XI lo beatificó el 10 de mayo de 1923. Y Pío XII lo canonizó el 6 de julio de 1947 junto a Isabel Bichier des Ages.

 

13/05/2017-20:00
Redacción

El Papa aterriza en Roma. Da una rueda de prensa en el avión

(ZENIT – Roma, 13 May. 2017).- El vuelo del santo padre Francisco procedente de Portugal aterrizó a las 19:20 en Roma. Desde el aeropuerto el Santo Padre fue directamente al Vaticano, a la residencia Santa Marta.
En el avión el Pontífice respondió a varias preguntas. Así explicó que “Fatima tiene un mensaje de paz es indudable”, que la canonización no estaba programada hasta que el proceso del milagro se desbloqueó.
Interrogado por qué en la oración el Papa se presentó como el obispo vestido de blanco que se aplicaba a la tercera parte y a Juan Pablo II. Francisco puntualizó “La oración no la hice yo, pero el santuario”. Si bien reconoció que hay una conexión entre el blanco de la túnica y la inocencia de los pastorcitos. Creo que han expresado esa inocencia. Sobre el tercer secreto indicó que “el entonces cardenal Ratzinger ha explicado todo claramente”.
Sobre el encuentro que mantendrá con el presidente estadounidense Ronald Trump el próximo 24 de mayo, el Santo Padre indicó que “nunca hago un juicio sobre una persona sin escucharla, no creo deba hacerlo”. En nuestro coloquio saldrán cosas, yo diré lo que pienso y él dirá lo que piensa. Sobre los migrantes saben que pienso. Siempre hay puertas que no están cerradas, buscarlas y hablar de los temas comunes e ir paso a paso. La paz es artesanal, se hace cada día, también la amistad entre las personas. También la amistad ente las personas, es recíproca y artesanal. Es necesario tener respeto y al mismo tiempo decir lo que se piensa de manera sincera.
Sobre el hecho que fue un 13 de mayo cuando le fue anunciado que iba a ser obispo auxiliar de Buenos Aires, el Papa señaló que solamente ayer cuando rezaba se acordó de ello y “a la Virgen le pedí perdón por mis equivocaciones”.
Sobre la Fraternità San Pio X y un acuerdo en breve señaló que la “Congregación para la doctrina de la fe ha estudiado un documento y este aún no me ha llegado”. Indicó que “las relaciones son fraternas”, y que el año pasado ha dado la dispensa para que puedan confesar y también una forma de jurisdicción para los matrimonios.
“No me gusta apurar las cosas, pero caminar y caminar, después se verá. Para mi no es un problema de vencedores o vencidos, sino de hermanos que dan pasos hacia adelante”.
Si los evangélicos y católicos podrán participar a la misma misa el Santo Padre señaló que “se han realizado grande pasos hacia adelante. Pensemos a la declaración sobre la Justificación, desde es momento el camino no se ha detenido”. Y aseguró que “no debemos detenernos, debemos rezar juntos, dar testimonio juntos, hacer juntos obras de misericordia, afirmar que Jesús es el único salvador, que la gracia viene solo de Él. Los teólogos seguirán estudiando, nosotros iremos hacia adelante por el camino”.

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13/05/2017-20:26
Redacción

Apariciones de Medjugore – Francisco cita el informe Ruini: serias las primeras, dudosas las recientes

(ZENIT – Roma, 13 May. 2017).-En el avión de regreso de Portugal a Roma, respondió a los periodistas diversas preguntas, entre ellas sobre Medjugore.
Señaló que es importante distinguir entre las primeras apariciones y las últimas sobre las que avanzó sus dudas. En cambio señaló que los frutos espirituales de Medjugore, como la conversión de las personas son indudables, y para ello nombró recientemente a un obispo que ayudará en la parte pastoral.
“Todas las apariciones o presuntas apariciones pertenecen a la esfera privada, no son parte del magisterio público ordinario” precisó el Pontífice y que “para Medjugorje Benedetto XVI ha instituido una comisión presidida por el cardenal Ruini. Yo lo he recibido el resultado. La comisión estaba compuesta por buenos teólogos, obispos y cardenales. El informe de la comisión es muy, muy bueno. Existían algunas dudas en la Congregación para la doctrina de la fe”.
Así explicó el Papa que el “dicasterio ha juzgado oportuno enviar a cada uno de los miembros de la IV feria, (la reunión mensual de la congregación), toda la documentación, también las opiniones contrarios a al informe Ruini”.
Francisco explicó que recibió la notificación un sábado por la noche y “no me pareció justo: era como poner ‘a remate’ el informe Ruini, que está muy bien hecho”. Así “el domingo por la mañana el prefecto de la Doctrina de la Fe recibió una carta en la que le pido en cambio que en vez de enviar a la Feria IV esas opiniones contrarias, las envíen a mi personalmente”.
El Pontífice subrayó que “estas opiniones fueron estudiadas todas” y precisa que “el informe Ruini afirma que es necesario distinguir entre las primeras apariciones, cuando los videntes eran jóvenes y dice que es necesario seguir investigando”. En cambio “sobre las presuntas apariciones actuales, el informe presenta sus dudas”.
“Yo personalmente soy más malo, prefiero a la Virgen como madre y no como jefe de la oficina de telégrafos que cada día envía un mensaje. Esta no es la mamá de Jesús y estas presuntas apariciones no tienen tanto valor: lo digo como opinión personal, pero es claro”.
“El tercer punto y centro del informe Ruini es la repercusión espiritual y pastoral”, dijo, hay gente que se convierte, que encuentra a Dios, que cambia vida. Y esto no es gracias a una varita mágica. Este hecho no se puede negar”. El Papa señaló que “ahora para investigar sobre esto he nombrado a un obispo capaz, que tiene experiencia para ocuparse de la parte pastoral”.

 

13/05/2017-20:00
Redacción

Rueda de prensa en el avión: “Nunca he firmado la gracia” a un cura pedófilo

(ZENIT – Roma, 13 May. 2017).- Ahora si un sacerdote es reducido al estado laical, no puede hacer apelo a la sentencia sino solamente pedir la gracia al Papa, y “nunca he firmado una gracia”.
Lo indicó este sábado el papa Francisco, en el vuelo de regreso de su peregrinación a Fátima, respondiendo a los periodistas en una rueda de prensa sobre la renuncia de la señora Marie Collins, de la Comisión de tutela de los menores.
Francisco señaló que ella “me ha explicado bien la cosa” y “es una mujer competente” que “seguirá trabajando con los sacerdotes sobre este punto”.
Reconoció que un poco de razón la tiene “porque hay muchos casos que están atrasados”, pero fue necesario hacer una legislación, gracias a la cual “en todas las diócesis hay un protocolo que deben seguir”.
Uno de los problemas es que hay poca gente que apura estas prácticas judiciales y que por ello se está buscando más personal para trabajar en todo lo atrasado. Señaló también que se está pensando a tribunales o pre-tribunales continentales para que ayuden antes que el caso llegue a Roma.
Indicó también que cuando un sacerdote era reducido al estado laical podía apelarse a la cuarta sesión de la Doctrina de la Fe, (IV Feria), que era la misma que lo había condenado, por ello creó otro tribunal “a cargo de una persona indiscutible, el arzobispo de Malta, Scicluna, de los más duro contra los abusos”.
De este modo si se aprueba la sentencia, el caso se acaba. El sacerdote “solamente tiene posibilidad de apelarse al Papa para pedir la gracia” y aseguró “Nunca he firmado una gracia”.