Servicio diario - 29 de mayo de 2017


El Papa en Santa Marta: una Fe que no escucha al Espíritu Santo se vuelve ideológica
Redacción

El Papa recibe al primer ministro de Canadá Justin Trudeau
Sergio Mora

Obispos de Panamá: colecta para los medios de comunicación católicos
Redacción

Fallece Sor Cándida a los 110 años. El secreto de su longevidad
Redacción

‘Il Mio Papa’ llega ahora a España
Redacción

Premios Razón Abierta: llegan 367 trabajos de 30 países
Redacción

Obispos de México: proponen plan transversal para lograr la paz en el país
Redacción

San José Marello – 30 de mayo
Isabel Orellana Vilches

Santa Úrsula Ledóchowska – 29 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

29 mayo 2017
Redacción

El Papa en Santa Marta: una Fe que no escucha al Espíritu Santo se vuelve ideológica

El Santo Padre invita a escuchar al Espíritu Santo antes de tomar las decisiones

(ZENIT – Roma, 29 May. 2017).- Dejarse interpelar por el Espíritu Santo, aprender a escucharlo antes de tomar las decisiones, contrariamente la fe se vuelve ideológica.

El Papa Francisco lo explicó este lunes, en la homilía de su misa cotidiana en la Casa Santa Marta, anticipando la festividad del próximo domingo de Pentecostés, y precisando que es el Espíritu Santo quien mueve el corazón y suscita emociones.

Partiendo de la Primera lectura del día, que narra como la comunidad de Éfeso había recibido la Fe pero no sabía que existiera el Espíritu Santo, “no conocía este don del Padre”, y cuando Pablo le impuso las manos bajó sobre ellos el Espíritu Santo e iniciaron a hablar idiomas.

E invita a preguntarnos que lugar tiene en nuestra vida el Espíritu Santo: ¿Soy capaz de escucharlo?, de pedir inspiración antes de tomar una decisión, decir una palabra o hacer algo? ¿O mi corazón está tranquilo, sin emociones, un corazón quieto?”.

“A ciertos corazones si le hacen un electrocardiograma espiritual, el resultado sería linear, sin emociones” dijo el Papa y añadió: “También en los Evangelios están estos, pensemos a los doctores de la Ley: creían en Dios, sabían todos los mandamientos pero su corazón estaba cerrado, quieto, no se dejaba inquietar”.

El sucesor de Pedro señala que ha escuchado decir:
— Padre, ¿eso no es sentimentalismo
— ¡No, si uno va por el camino justo no es sentimentalismo!

“He sentido ganas de hacer esto, de ir a visitar a aquel enfermo, o cambiar mi vida, o dejar esto… Sentir, y discernir: lo que siente mi corazón porque el Espíritu Santo es maestro del discernimiento”. Y si “una persona no tiene estos movimientos en el corazón, no discierne qué sucede, es una persona con una fe fría, una fe ideológica. Su fe es una ideología”.

Debemos preguntarnos si tenemos un corazón inquieto porque está movido por el Espíritu Santo y que antes de hacer algo le pedimos al Espíritu Santo que nos inspire, que “diga que sí o que no”, o si sólo hacemos “cálculos mentales”.

“Pidamos también nosotros esta gracia de escuchar lo que el Espíritu Santo dice a nuestra Iglesia, a nuestra comunidad, a nuestra parroquia, a nuestra familia” y a “cada uno de nosotros”. Pidamos “la gracia de aprender este lenguaje –concluyó el Papa– para escuchar al Espíritu Santo”.

 

29/05/2017-13:17
Sergio Mora

El Papa recibe al primer ministro de Canadá Justin Trudeau

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 29 May. 2017).- El papa Francisco recibió este lunes en el Vaticano al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y en el encuentro a puertas cerradas hablaron de inmigración, libertad religiosa, temas éticos y de las minorías religiosas perseguidas en Medio Oriente.
“En los cordiales coloquios se confirmaron las buenas relaciones bilaterales entre la
Santa Sede y Canadá”, ha indicado un comunicado de la oficina de prensa del Vaticano, y se destacó “la contribución de la Iglesia católica en la vida social del país”.
Otros temas abordados fueron “la integración y la reconciliación, así como sobre la libertad religiosa y las actuales temáticas éticas”.
Se abordó también el tema, a la luz de los resultados de la reciente cumbre G7 en Taormina, y “algunos temas de carácter internacional, con especial atención a Oriente Medio y a las áreas de conflicto”.
A continuación el primer ministro canadiense tuvo un encuentro con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, junto a Mons. Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados.
Según el censo de 2001 por Statistics Canada, Canadá es un mosaico social compuesto de 34 grupos étnicos con al menos cien mil miembros cada uno, de los cuales 10 grupos tienen más de 1.000.000 de personas y muchos otros representados en cantidades más pequeñas. El 16,2% de la población pertenece a minorías visibles: entre estos los grupos más numerosos son el de Asia Meridional (4,0% de la población), chino (3,9%), negro (2,5%), y filipino (1,1%).
Un estudio sociológico llevado a cabo en 2014 concluyó que: «Australia y Canadá son los más receptivos a la inmigración entre las naciones occidentales»

 

29/05/2017-14:10
Redacción

Obispos de Panamá: colecta para los medios de comunicación católicos

(ZENIT – Roma).- La Conferencia Episcopal Panameña, consciente de la importancia de los medios de comunicación, realizó por primera vez, una Colecta Nacional, en todas las parroquias del país, el domingo 28 de mayo, a favor de los medios de comunicación católicos.
Lo indicó la agencia Fides, precisando que esta colecta se realizó en el contexto de la celebración de la 51ª Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales establecida en el Día de la Solemnidad de la Ascensión del Señor, por lo que en Panamá y en otras naciones será el domingo 28 de mayo.
La Jornada Mundial para las Comunicaciones fue instituida, a través del Decreto Intermirifica del Concilio Vaticano II, en 1963, donde establece la responsabilidad de los fieles de sostener y fomentar los medios de comunicación católicos.
Los obispos panameños han recordado el mensaje para este año del Papa Francisco, titulado “No temas, que yo estoy contigo (Is. 43,5). Comunicar esperanza y confianza en nuestros tiempos” y según el comunicado recibido en la Agencia Fides, exhortan a los fieles a apoyar generosamente esta colecta que se realizará en todas las misas celebradas en las parroquias de las diócesis del país, a fin de ser corresponsables con los medios de comunicación católicos.
Ya que estos medios “permiten a la Iglesia católica formar, afirmar y promover una opinión pública en consonancia con el derecho natural y con las doctrinas y preceptos católicos, al mismo tiempo a divulgar y desarrollar adecuadamente los acontecimientos relacionados con la vida eclesial, respetando los lenguajes y dinámicas de cada medio de comunicación y garantizando su profesionalismo”.

 

29/05/2017-09:30
Redacción

Fallece Sor Cándida a los 110 años. El secreto de su longevidad

(ZENIT – Roma, 29 May. 2017).- Sor Cándida Bellotti, una de las religiosas más ancianas del mundo falleció este pasado sábado a la edad de 110 años. El Papa la había conocido y bendecido en el 2014 después de la misa en la Domus Santa Marta en el Vaticano.
Nació en 1907 en la provincia italiana de Verona, tercera de 10 hijos su padre era zapatero y su madre ama de casa. Vivió durante el pontificado de diez papas, partiendo del de San Pio X.
Entró a los 24 años en la Congregación de las ministras de las enfermas de San Camilo, dedicándose siempre a ellos.
“Dejó esta tierra con la serenidad que siempre la distinguió” indican sus hermanas, realizando su labor siguiendo el carisma de san Camillo de Lellis.
¿Cuál era el secreto de su longevidad? le preguntaban. “Tomar las cosas como vienen”, decía. Y sobre el secreto de su alegría: “Escuchar la voz de Cristo y ser dóciles a su voluntad. Durante toda mi vida siempre pensé: donde el Señor me pone, ese es el lugar justo para mi”.
Desde el año 2000 vive en la casa madre del Instituto, en la ciudad italiana de Lucca, y a pesar de su edad participaba activamente en la vida comunitaria.
El 20 de febrero pasado había festejado su último cumpleaños, acompañada por el obispo de Lucca, Italo Castellani; por la superiora provincial, suor Giuliana Fracasso, y por las hermanas. El Santo Padre le envió una bendición y sus “vivas felicitaciones y fervorosos saludos”.

 

29/05/2017-10:56
Redacción

‘Il Mio Papa’ llega ahora a España

(ZENIT – Roma, 29 May. 2017).- Uno de los mejores indicadores de la popularidad y estima que alguien cuenta la indican las casas editoriales. Así la revista ‘Il Mio Papa’, editada en Italia desde el 2014 por la Mondadori, con un tiraje de casi 100 mil copias, ahora inicia a salir también en España, el último viernes de cada mes en unos de 20 mil kioscos repartidos por toda la geografía española, publicada por Romana Editorial en colaboración con la Universidad Católica de Valencia.
La revista Il Mio Papa, que conserva el título original en italiano, está dedicada a la figura de Francisco. Recoge las intervenciones más importantes del Pontífice a lo largo del mes, los viajes, las audiencias generales, las catequesis en la plaza de San Pedro, los discursos... Contar, ilustrar y explicar las palabras, los gestos y los mensajes del Papa, su figura, sus reuniones y mensajes, prestando una atención especial a las imágenes y curiosidades.
Además, quiere ofrecer al lector una ventana inédita el mundo de Francisco, para entrar en el Vaticano, en la residencia del Papa en Santa Marta y conocer el día a día del Papa, a lo largo de 68 páginas a todo color. Al tiempo, se destaca siempre su modo de comunicar el mensaje evangélico a través de innumerables gestos de ternura, especialmente hacia los enfermos, ancianos y desvalidos.

 

29/05/2017-10:36
Redacción

Premios Razón Abierta: llegan 367 trabajos de 30 países

(ZENIT – Roma, 29 May. 2017).- La primera edición de los Premios Razón Abierta, organizada con la colaboración de la Fundación vaticana Joseph Ratzinger junto a la Universidad Francisco de Vitoria ha recibido un total de 367 trabajos, provenientes de 30 países distintos.
Lo indican los organizadores en un comunicado, precisando que los lugares desde donde ha llegado un mayor número de propuestas son: España (137), Estados Unidos (56), México (39) y Argentina (30). Además, han llegado trabajos desde numerosos países de habla hispana, como por ejemplo, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela; así como también desde otros países como Italia, Brasil, Canadá, Filipinas, Hungría, India, Nigeria, Polonia, Reino Unido y Suiza.
Por áreas de conocimiento, las más numerosas han sido: Filosofía, Teología y Humanidades (145), Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales (116) y Ciencias Biomédicas y de la Salud (56).
Los Premios, fruto del Congreso Internacional que se celebró en la UFV en Octubre de 2015 sobre “La oración, fuerza que cambia el mundo”, fueron presentados el pasado mes de septiembre en Madrid por el Rector de la UFV, Daniel Sada, y por el P. Federico Lombardi, S.J., presidente de la Fundacion vaticana.
El acto tuvo lugar en la sala capitular de la Catedral de La Almudena, y al que asistió el Cardenal Arzobispo de Madrid, Mons. Osoro. Su objetivo es promover y reconocer a aquellos docentes e investigadores que, en su labor profesional, se esfuercen por ampliar los horizontes de la racionalidad, a partir del diálogo de las ciencias y disciplinas con la Filosofía y la Teología, convencidos de que si la racionalidad científica se convierte en la única forma de conocimiento cierto, se dejaran fuera algunas de las preguntas fundamentales y de las cuestiones vitales para el hombre.
El período para presentar trabajos concluyó el pasado 30 de abril. El premio consiste en un total de 100.000 euros, repartidos en dos premios de 25.000 euros para la categoría de Investigación y otros dos, de la misma cuantía, para la categoría de Docencia. Además, entre las obras no premiadas, se contemplará la posibilidad de divulgar en la web de los Premios aquellas que el Tribunal juzgue de especial interés, previo acuerdo con los autores.
Los galardonados en esta primera edición, al igual que los miembros del Jurado, se darán a conocer el día 31 de julio, y se les hará entrega de los premios en una ceremonia que tendrá lugar en septiembre, y que servirá también para presentar la segunda edición de los Premios Razón Abierta (www.premiosrazonabierta.org)

 

29/05/2017-17:09
Redacción

Obispos de México: proponen plan transversal para lograr la paz en el país

(ZENIT – Roma, 29 mayo 2017).- Los obispos de México presentaron un Proyecto de Construcción de la Paz en el país como eje transversal, en el Encuentro de vicarios pastorales, que se realizó el 17 de mayo.
“En efecto, la violencia en nuestro país está alcanzando niveles inimaginables y la sociedad, en general, se encuentra como en un marasmo anímico y una parálisis moral, desconcertada y desorientada, por lo inédito de la situación”, indica el documento firmado por el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos.
Por ello a través de los centros de escucha es necesario atender “a las víctimas como los primeros que tienen que recibir acompañamiento, consuelo, fortaleza y esperanza y proporcione una manera práctica para vivir el perdón y la reconciliación”.
“Comencemos a construir, lenta pero inexorablemente, la nueva Iglesia y sociedad que soñamos para nuestro país. Es un proceso pausado, gradual, sostenido, pero, así lo creemos, imparable porque es portador de las semillas, de los valores y principios del Evangelio”, indicó.
“En nuestro país, aún si la violencia ha sido como un mal endémico y omnipresente desde el inicio de nuestra historia nacional, fue, sin embargo, durante los últimos siete años que adquirió un rostro nuevo, cruel y despiadado, rayando en lo demencial”, señaló, y añadió: “digámoslo con tristeza, ni siquiera contamos con cifras confiables”.
Consideró que hoy más que nunca se necesita en las diócesis, a partir del Plan Global de Pastoral que se está generando y que ya está impulsando a los Obispos, un plan de evangelización. Un proyecto de construcción de paz en las parroquias, teniendo como referente la Exhortación Pastoral “Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga Vida Digna”.
Es necesario ofrecerles a estas personas la oportunidad de encontrar nuevamente el rumbo en su vida, producir un cambio es fundamental pues estas personas están atoradas en los sentimientos de impotencia, enojo, frustración y tristeza.
Además de la formación permanente de los sacerdotes para que sean también capaces de consolar, de dar esperanza, de acompañar a las personas en medio de la violencia.
El obispo concluye el documento señalando que: “No se puede pensar en construir la paz, habiendo tantas personas afectadas por la violencia. Atender a las víctimas es también una cuestión preventiva, ya que ser víctima es la ruta más corta para ser victimario”.

(Documento completo)

 

29/05/2017-05:15
Isabel Orellana Vilches

San José Marello – 30 de mayo

(ZENIT Madrid).- La Iglesia celebra hoy, junto a Fernando III, a Juana de Arco y otros santos y beatos, a José Marello. Nació en Turín, Italia, el 26 de diciembre de 1844. A los 8 años su padre Vincenzo lo llevó a San Martino Alfieri junto a su hermano, donde fueron criados por sus abuelos que se hicieron cargo de ellos tras la muerte de su madre. José comenzó su formación bajo la tutela del maestro Silvestro Ponzo y del párroco Giovanni Battista Torchio. El buen sacerdote hizo una espléndida labor con el muchacho, aunque era extraordinariamente receptivo. Tan aplicado en el estudio que en el estío de 1856, para recompensar su esfuerzo y las excelentes calificaciones que obtuvo, su padre le premió con una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de la Misericordia, en Savona. Cosas de la Providencia. Vincenzo podía haber elegido otro lugar para gratificar la dedicación de su hijo, pero tenía que ser precisamente el santuario. Y es que María esperaba al futuro santo con sus maternales brazos abiertos, y allí mismo le señaló la senda sacerdotal con un apremiante: «¡Hazte sacerdote, entra al seminario!».
José acogió esta petición sin dudarlo. En el mes de octubre de ese año 1856, lo más pronto que pudo, ingresó en el seminario de Asti, preparándose concienzudamente para ser un buen sacerdote. Su progenitor hubiese preferido que se dedicara a los negocios familiares. Y, en principio, la historia se convirtió en aliada suya. José solo pudo permanecer en el seminario tres años que fueron suficientes para mostrar su tesón, inteligencia, y otras muchas virtudes que se abrían paso sin quedar ahogadas en su fuerte carácter. Pero la segunda guerra de independencia del reino de Cerdeña en pugna con Austria, que se inició en 1859, introdujo un paréntesis en su vida, ya que el seminario de Asti fue tomado para destinarlo a los militares.
Primeramente estuvo acogido en el domicilio de una familia local, hasta que en el verano de 1862, una vez culminados los estudios filosóficos en la curia diocesana, regresó a Turín. Vincenzo no ocultó su gozo ante esta nueva opción para la vida de su hijo que comenzó a especializarse en temas comerciales con el fin de llevar la rienda de las posesiones, como él deseaba. Sin embargo, se presentó un inesperado escollo; otro gesto de la Providencia para salirse con la suya. En 1863 José contrajo el tifus y su salud se agravó peligrosamente. Ante tal impedimento fue rotundo: «Papá yo hubiera querido continuar con los estudios para hacerme sacerdote. Tú no has querido y yo te he obedecido. Pero la Virgen viendo los peligros en los que me encuentro, ha escuchado mi oración y está por liberarme. Si tú consientes que yo siga mi camino, me curaré rápidamente, de otro modo, la Virgen me llamará a sí».
Al año siguiente, recuperado de la enfermedad y la crisis que había sufrido por mediación de la Virgen de la Consolación, reingresó en el seminario de Asti. Fue ordenado en septiembre de 1868. Monseñor Carlo Savio que había reparado en sus cualidades lo escogió como secretario; fue un juicio acertadísimo. José puso todo su empeño en la formación moral y religiosa de la juventud, dedicaba largas horas a las confesiones y a la dirección espiritual en Michelerio, organizó cursos para los jóvenes obreros, y compaginaba su labor volcado también en las necesidades del clero. Fue canónigo de la catedral y se ocupó de una casa de reposo que no tenía medios para atender a los desvalidos; además, asistía a los ancianos. Todo ello le permitió conocer desde dentro los entresijos de la labor pastoral, pero en el fondo de su corazón se sentía llamado a la vida contemplativa. Trabajador infatigable, advertía: «El ruido no hace bien, y el bien no hace ruido». Monseñor Savio le aseguró que Dios tenía para él otra misión. En 1869 acompañó al prelado al Concilio Vaticano I. Entre otros cardenales conoció al futuro papa León XIII. En 1873 murió Vincenzo. Dos años más tarde, hallándose en Roma, José mantuvo una audiencia privada con Pío IX.
El 14 de marzo de 1878, en la sede del Instituto Michelerio donde se propuso crear la Compañía de San José, fundó la Congregación de Oblatos de San José. Les dio como modelo al Santo Patriarca encomendándoles de forma particular que difundieran su culto, que formasen a la juventud y que estuviesen al servicio de las iglesias locales, parroquias, orfanatos, escuelas... «Cartujos en casa y apóstoles fuera de casa»; «Sed extraordinarios en las cosas ordinarias», aconsejaba. En 1884 trasladó a los primeros Oblatos al hospicio de Santa Clara, que se convirtió en la casa madre de la congregación.
El 23 de noviembre de 1888 fue designado obispo de Acqui; León XIII no había olvidado al joven virtuoso que conoció en el palacio del Quirinale. Desde el mes de junio de 1889 hasta su muerte en 1895, José ejerció su fecundo ministerio pastoral. Seguía persiguiendo la santidad como la deseaba para todos: «La unión con Dios debe ser ya desde aquí en la tierra nuestro único trabajo como noviciado de aquella unión perfecta que se consumará en el cielo. Todo lo demás debe ir ordenado a esta sola». Su consigna era: «Todos cuiden los intereses de Jesús». Sus visitas pastorales le permitieron conocer directamente las parroquias a las que accedió con los medios de la época, algunos precarios: tren, carro y caballo. En todas ellas fue ganándose el afecto de los fieles.
El 30 de mayo de 1895 el superior de los padres escolapios le invitó a participar en Savona en la celebración del tercer centenario de la muerte de Felipe Neri. Siempre había tenido una frágil salud, y en ese instante no se hallaba precisamente en buen estado, pero dijo: «se celebra la fiesta de san Felipe Neri y si Dios quiere se muere». Así fue. Ese día al terminar de celebrar la Eucaristía en la iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia de Savona, en plena visita pastoral entregó su alma a Dios. León XIII lo denominó «lumbrera del episcopado». Pablo VI lo beatificó el 12 de junio de 1978. Juan Pablo II lo canonizó el 25 de noviembre de 2001.

 

29/05/2017-04:23
Isabel Orellana Vilches

Santa Úrsula Ledóchowska – 29 de mayo

(ZENIT – Madrid).- «Arda continuamente en vuestros corazones el fuego del amor por las almas. Conducirlas a Jesús y hacer conocer la infinita bondad de su corazón, he aquí el ideal al que tenemos que consagrarnos». Fue la consigna que esta intrépida mujer transmitió a sus hijas reiteradamente. Hoy continua sorprendiendo al mundo por su intenso quehacer con el que demostró a Cristo su amor por Él.
Julia María nació el 17 de abril de 1865 en Loosdorf, Austria. Sus ascendentes directos fueron eclesiásticos, consagrados, militares y hombres de estado. Sus padres eran el conde Anton Halka Ledochowski y la condesa Josephine Salis-Zizers, de nacionalidad polaca y suiza respectivamente. El cardenal Mieczyslaw, arzobispo de Gniezno-Poznan, que fue primado de Polonia y prefecto de la Congregación para la Propagación de la Fe, era tío paterno suyo. Anton había enviudado de su primera mujer de la que tuvo tres hijos, y luego contrajo nupcias con Josephine. Julia fue la segunda de los seis nuevos vástagos de este segundo matrimonio, entre los cuales hubo religiosos relevantes.
La primogénita, María Teresa, fundadora de las misioneras de San Pedro Claver, fue beatificada por Pablo VI. Su hermano Wladimir fue general de la Compañía de Jesús, y otro de sus hermanos, oficial de alta graduación, murió a manos de los nazis en el campo de concentración de Dora­Nordhausen. Su padre, que se ocupaba de la educación de todos ellos, solía leerles biografías de santos, de héroes polacos, y les introducía en el mundo del arte y de la cultura, completando la formación que les proporcionaban profesores particulares. Josephine aportaba su fortaleza y energía, una alegría que contribuyó a realzar la felicidad y paz características del hogar. Por otro lado, el compromiso eclesial y la solidaridad circulaban por la casa como el aire; la presencia de sacerdotes y religiosos era constante.
Julia tuvo la fortuna de ser educada en este selecto ambiente y crecer instada por sus progenitores a la urgencia del amor. Sus hermanos admiraron en ella su espíritu sensible, generosidad y alegría. Estudió lenguas, pintura y música. Cuando en 1873 se produjo un grave revés financiero y tuvieron que abandonar la idílica villa en la que vivían para afincarse en la localidad germana de St. Pölten, acudió al centro regentado por las religiosas fundadas por Mary Ward. En 1883 se trasladaron a Lipnica Murowana, Polonia.
Al morir su padre en 1885 aquejado de viruela, su tío, el cardenal, se ocupó de todos. Al año siguiente Julia ingresó en el convento de las ursulinas de Cracovia. Allí tomó el nombre de María Úrsula de Jesús. Era audaz, sensible, disciplinada, emprendedora, tenía gran celo apostólico, talento y una visión certera y creativa. Pero, por encima de sus cualidades como estratega en bien del apostolado, sobresalía su donación sin paliativos a Cristo, sin componendas, sin vuelta atrás. Exquisita en su trato, no permitía que las visitas tuvieran que esperarla. Si le sugerían posponer la entrevista por hallarse ocupada, respondía: «Nunca debemos pedir a Jesús que espere». Obtuvo el título de maestra y luego el de capacitación para enseñar en lengua francesa. Fue una gran formadora. De 1904 a 1907 ejerció como superiora en Cracovia, etapa en la que abrió el campo educativo de las ursulinas. A instancias del padre Constantino Budkiewicz, párroco de la iglesia de Santa Catalina, fundó un internado para estudiantes.
Pío X vio que era una mujer de gran empuje, y le propuso evangelizar Rusia. Vistiendo civilmente, Julia partió a San Petersburgo con una hermana. En 1908 sería nombrada superiora de la casa que abrieron. Viviendo en clandestinidad y bajo vigilancia policial, porque el gobierno ruso se había percatado de su intensa actividad, desafió las hostilidades que se cernían sobre la Iglesia actuando a través de varios frentes apostólicos dirigidos a la juventud universitaria y a los adultos. Extendió estas acciones a Finlandia donde puso en marcha una clínica para personas sin recursos. Allí se involucró en el ámbito ecuménico entre católicos de varios ritos y ortodoxos. En 1914 en el fragor de la Primera Guerra Mundial por ser austriaca fue expulsada, y emigró a Suecia, Dinamarca y Estocolmo. Dejaba tras de sí en cada lugar su sello apostólico: centros para huérfanos y niñas, escuelas de idiomas, etc.
En 1915 estableció la primera congregación mariana para universitarios, e impulsó cursos dirigidos por las mentes teológicas más preclaras del momento. En 1918 creó en Aalborg, Dinamarca, una escuela de economía doméstica y un orfanato. Después de regresar a Polonia en 1920, a requerimiento de los padres camilos colaboró con el comité de ayuda a las víctimas de la guerra que había fundado el conocido escritor polaco Henryk Sienkiewicz. Entonces afrontó graves problemas para integrar su casa y su obra educativa en la naciente Unión de las Ursulinas polacas que había concebido para asistir a pobres, enfermos y desamparados. El nuncio apostólico en Polonia, Achille Ratti, futuro Pío XI, la confirmó en esa misión: «Permaneced en el puesto que os ha indicado la misma providencia». Ese año la Santa Sede la autorizó a transformar su convento autónomo de San Petersburgo en la congregación de Hermanas Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante.
Trabajó entre los indigentes, abrió numerosos centros de educación, impartió catequesis, compiló ediciones de libros para niños y jóvenes, fue artífice de revistas, dictó conferencias, y fundó en 1925 la Cruzada Eucarística juvenil. De este sacramento extrajo su fortaleza y caridad. Fue un remanso de paz para todos al margen de orientaciones ideológicas, políticas y religiosas. «Mi opinión política es el amor de Dios y de mi país», respondió a un diplomático en una ocasión. Murió en Roma siendo superiora general el 29 de mayo de 1939. Su cuerpo se conserva incorrupto. Juan Pablo II la beatificó el 20 de junio de 1983, y la canonizó el 18 de mayo de 2003.