Servicio diario - 30 de mayo de 2017


El Papa a los obispos de Albania: dar testimonio como lo hicieron los mártires
Redacción

El Papa en Santa Marta: el verdadero pastor sabe dejar su cargo cuando llega el momento
Redacción

La presidencia del Celam confirió con el papa Francisco su labor del último bienio
Sergio Mora

El viaje del Papa a Sudán del Sur no se realizará este año
Redacción

Carta de los obispos de Cuba a la Conferencia Episcopal Venezolana
Redacción

Solemnidad de Pentecostés
Antonio Rivero

Santa Bautista (Camila) de Varano – 31 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

30 mayo 2017
Redacción

El Papa a los obispos de Albania: dar testimonio como lo hicieron los mártires

En visita ad Limina, exponen las dificultades y esperanzas de esta Iglesia

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 30 May. 2017).- El papa Francisco recibió este martes en el Vaticano, a los obispos de Albania que se encuentran en Roma en visita Ad Limina.

Se trata de una Iglesia que sufrió mucho durante los 50 años de la dictadura comunista, la cual trabajó para aniquilarla sin lograrlo. Los obispos le manifestaron al Papa las esperanzas y dificultades de esta pequeña Iglesia.

En septiembre de 2014 fue el viaje apostólico de Francisco a la capital albanesa, Tirana, dónde pidió no olvidarse de los sufrimientos de los mártires, de los cuales 38 fueron beatificados en noviembre de 2016.

Mons. Angelo Massafra, arzobispo de Scutari y presidente de la Conferencia Episcopal de Albania, señaló a Radio Vaticano que el Papa también hoy les exhortó a imitar el ejemplo de estos testimonios del Evangelio que pagaron con su vida la fidelidad a Cristo.

Señaló que el Pontífice insistió de “salir, tener celo, esperanza, o sea una mirada muy fuerte y llena de esperanza en Dios”. Les invitó también a “promover las vocaciones, una pastoral que pasa por el testimonio, de estar unidos, de estar serenos, felices, porque si uno está sereno y feliz también se vuelve un modelo”.

Sobre el diálogo interreligioso explicó que la última semana representantes “de todos los credos, católicos, ortodoxos, evangélicos, musulmanes, bektashi, hicimos una declaración unitaria invitando a no crear desórdenes, a la colaboración, a la solidaridad, a ponerse de acuerdo y dialogar, a hacer algo contra la compra y venta de votos en vista de las elecciones”.

El mensaje que llevan los obispos albaneses a su país, después del encuentro con el sucesor de Pedro es “estar en comunión entre nosotros, empeñarlos por la familia y por los pobres, si bien ya estamos empeñados con los encarcelados, con las familias que tienen a personas con discapacidades”.

Sobre todo concluyó Mons. Angelo Massafra, “invitaremos a tener esperanza, a rezar, a practicar la adoración eucarística. Con Cristo podemos ir adelante y tener esta mirada hacia el futuro. Y el Papa nos ha animado y bendecido”.

 

30/05/2017-10:06
Redacción

El Papa en Santa Marta: el verdadero pastor sabe dejar su cargo cuando llega el momento

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 30 May. 2017).- El verdadero pastor sabe dejar su cargo en la Iglesia cuando es el debido momento, porque sabe que el rebaño no es su propiedad y él no es el centro de la historia.
Lo indicó el papa Francisco este martes en la homilía de la misa en la Casa Santa Marta en el Vaticano, comentando la Primera lectura de los actos de los apóstoles que podría titularse, dijo: “La despedida de un obispo”.
“Un pastor que no aprendió a despedirse –añadió el Pontífice– es porque tuvo alguna relación equivocada con el rebaño, una relación que no está purificada por la cruz de Jesús”.
El Papa explica que Pablo llama a todos los presbíteros de Éfeso y en una especie de ‘consejo presbiterial’ se despide. Y subraya tres actitudes. Afirma de no haberse ‘tirado atrás’, y no es un acto de vanidad”, porque “afirma que es el peor de los pecadores, lo sabe y lo dice” y simplemente “cuenta la historia”.
“Una de las cosas que dará paz al pastor cuando se retira –explica el Papa– es recordarse que nunca fue un pastor de compromisos”.
El segundo punto es que Pablo va a Jerusalén “obligado por el Espíritu”, sin saber lo que le sucederá”. Obedecer al Espíritu, porque “el pastor sabe que está en camino.
‘Sé solamente que el Espíritu Santo me indica que de ciudad en ciudad me esperan cadenas y tribulaciones, indica Pablo. “Él no se jubila, sino a servir a otras Iglesias, siempre con el corazón abierto a la voz de Dios: dejo esto, veré que me pide el Señor”.
Y el tercer punto es que Pablo dice: “No considero de ninguna manera preciosa mi vida” porque no es “el centro de la historia grande o de la historia pequeña”. Es un servicio y el Papa recuerda el dicho popular: “como se vive se muere” y añade “Como se vive se despide”.
“Con este hermoso ejemplo –concluye el Papa– recemos por los pastores, por nuestros pastores, por los párrocos, obispos, por el Papa, para que su vida sea una vida sin compromisos, una vida en camino, y una vida en la que ellos no crean que están en el centro de la historia y así aprendan a despedirse”.

 

30/05/2017-15:27
Sergio Mora

La presidencia del Celam confirió con el papa Francisco su labor del último bienio

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 30 May. 2017).- El papa Francisco recibió en audiencia este viernes 26 al medio día, a la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) que le presentó un informe con una síntesis de los trabajos que realizaron en los dos primeros años de este cuadrienio y de la reunión de la Asamblea General que tuvieron del 8 al 13 de mayo de 2017 en El Salvador, com motivo de los 20 años del Sínodo de América.
Lo explicó a ZENIT Mons. Humberto González Franco, oficial de la Pontificia Comisión para América Latina, precisando que “en la audiencia han explicado los cuatro temas elegidos: ‘La Iglesia en salida’, el primer año; ‘Una Iglesia pobre para los pobres’, en el segundo año; el tema para el 2017 que es ‘la conversión pastoral’, con todo lo que significa teniendo presente el mensaje de Aparecida; y el último del cuadrienio será, ‘El diálogo con el mundo'”.
Precisó que a la audiencia pontificia en la biblioteca privada del Santo Padre, asistieron el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y presidente del Celam; el cardenal José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de David, Panamá, presidente del Consejo de Asuntos Económicos; monseñor Carlos María Collazzi, obispo de Mercedes,Uruguay, primer vicepresidente; monseñor José Belisario Da Silva, arzobispo de São Luis de Maranhão, segundo vicepresidente; monseñor Juan Espinoza Jiménez, obispo auxiliar de Morelia, México, secretario general.
También estuvieron los dos secretarios generales adjuntos, el entrante, monseñor Francisco Niño Súa, de la arquidiócesis de Bogotá, y el padre Leónidas Ortiz, de la diócesis de Garzón, Colombia, secretario adjunto saliente. “Un hecho muy bonito –señaló Mons. González Franco– fue que el padre Ortiz quiso después de trabajar durante 25 años en el CELAM, dejar su cargo saludando al Santo Padre”.
El otro tema que hablaron muy ampliamente, indicó Mons. González Franco, “son las buenas relaciones que existen entre el CELAM y la Pontificia Comisión para América Latina”.
“Después de la plenaria en marzo del años pasado, el Papa le envió una carta al cardenal Marc Ouellet, en la que hablaba sobre el papel indispensable del laico en la vida pública. Indicó así una hoja de Ruta, y tratando de darle continuidad a este mensaje, el Celam y la Cal están organizando en conjunto el ‘Encuentro de Católicos con responsabilidades políticas al sevicio de los pueblos latinoamericanos’ al que participarán en Bogotá del 1 al 3 de diciembre unos 80 políticos de diversas tendencias. Y para ello a las conferencias Episcopales se le pidió la propuesta de indicar a algunos políticos”, precisó el oficial del Celam.
Otro tema del que hablaron y que ya está en marcha fue la que presentó el cardenal Salazar: la “Red Latinoamericana y Caribeña de Migración, Refugio y Trata de Personas”, conocida como Red Clamor, que tiene por objetivo articular el trabajo pastoral que realizan diversas organizaciones de la Iglesia Católica en América Latina y El Caribe para acoger, proteger, promover e integrar los migrantes, refugiados, desplazados y víctimas de tráfico y trata de personas.

 

30/05/2017-14:08
Redacción

El viaje del Papa a Sudán del Sur no se realizará este año

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 30 May. 2017).- El viaje del papa Francisco a Sudán del Sur no se realizará este año. Lo indicó hoy martes, el director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, Greg Burke, precisando que el mismo no había sido anunciado oficialmente. Entretanto, recordó que el Papa había manifestado su deseo de visitar este país africano junto con el primado anglicano Justin Welby. “Pero este año no es posible”.
El Santo Padre, después de haber recibido a una delegación de obispos sudaneses, tres meses atrás, indicó: “Estamos pensando si se puede hacer, aunque la situación es
fea allá. Pero lo estamos evaluando porque los tres quieren la paz y trabajan por la paz”.
El país que firmó su independencia en el 2011, tras un referendo con más del 98 por ciento de apoyo, en el 2013 se encontró nuevamente en guerra civil. La ONU denunció que desde entonces más de 17 mil niños fueron reclutados como soldados por las diversas facciones. Además se registran situaciones de limpieza étnica.
Las cifras hablan de cientos de miles de personas en situación de hambruna y de una
epidemia de cólera que a afectó varios miles de personas con al menos 248 muertos. En marzo de 2015 Sudán del Sur ingresó como el miembro 134 del G-77.
Papa ha confirmado para el 2017 un viaje a Colombia entre el 6 y el 10 de septiembre, y aún por confirmar figuran India y Bangladesh.

 

30/05/2017-06:33
Redacción

Carta de los obispos de Cuba a la Conferencia Episcopal Venezolana

(ZENIT – Roma, 30 May. 2017).- Los obispos de Cuba enviaron una carta a la Conferencia Episcopal de Venezuela, en la que expresan su solidaridad delante de la difícil situación que el pueblo está viviendo. A continuación el texto de la misiva.

La Habana, 26 de mayo de 2017
S.E.R Mons. Diego Rafael Padrón Sánchez
Arzobispo de Cumaná
Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana

Queridos hermanos en el Episcopado:
En estos difíciles momentos de la vida del pueblo venezolano, pueblo que pastorean y sirven en la fe como obispos, no estamos al margen del sufrimiento e incertidumbres que viven los venezolanos.
Les haceos llegar nuestra cercanía fraterna, oración solidaria y el profundo deseo de que los caminos de perdón, diálogo constructivo y sincero así como los anhelos de verdad, justicia y apego a la legalidad constitucional conduzcan a alcanzar una paz estable y verdadera.
Reciban de nosotros el firme apoyo a los deseos manifestados en sus reiteradas intervenciones en favor de la paz y la concordia de todos los venezolanos.
A la Virgen de la Caridad, nuestra Patrona, los encomendamos para que los coloque, a ustedes y a su pueblo junto a su Hijo Jesús, Príncipe de la Paz.

Mons. Dionisio García Ibañez
Arzobispo de Santiago de Cuba
Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.

 

30/05/2017-06:05
Antonio Rivero

Solemnidad de Pentecostés

Ciclo A – Textos: Hechos 2, 1-11; 1Co 12, 3-7.12-13; Jn 20, 19-23

P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor de Humanidades Clásicas en el Centro de Noviciado y Humanidades y Ciencias de la Legión de Cristo en Monterrey (México).
Idea principal: la acción visible del Espíritu Santo en la Iglesia, a través de un viento estruendoso, un fuego y unas lenguas (primera lectura).
Resumen del mensaje: en el sexto domingo de Pascua vimos la acción invisible del Espíritu Santo en el alma de cada uno de nosotros: es nuestro Consolador o Paráclito. Hoy, Pentecostés, la liturgia resalta la acción visible del Espíritu Santo en la Iglesia. El Espíritu Santo convierte a la Iglesia en misionera y católica,
cuyos efectos son: viento que lleva el polen divino, fuego que quema con la caridad cuanto toca y lengua para llevar el mensaje de Cristo.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, el Espíritu Santo hoy se manifiesta como viento, como soplo vivificador. El Espíritu Santo es como el alma de la Iglesia, que infunde santidad y estabilidad, a pesar de todos los pecados y miserias de sus integrantes. Es soplo que barre toda escoria para dejar en cada corazón el aroma del cielo. Si la Iglesia fuese solamente una institución humana, hace tiempo que se hubiera corrompido y desaparecido totalmente; como sucedió a tantas empresas e imperios humanos. La Iglesia, a pesar de retrocesos, contramarchas y crisis terribles, permanece siempre con el aroma de lo esencial, pues el Espíritu es soplo que limpia y purifica. Y ese aroma es transmitido como polen divino que fecundará todas las culturas con el amor de Cristo.
En segundo lugar, el Espíritu Santo también se manifiesta como fuego. Ese
viento se convierte también en fuego que nos arde por dentro y nos lleva a salir fuera a todas las periferias existenciales, como diría el Papa Francisco, para incendiar este mundo con la palabra del Evangelio. En Pentecostés nace la Iglesia misionera y ardorosa, lanzada a llevar el calor divino a todos los lugares del mundo. Siempre tendremos la tentación de volver al Cenáculo y a cerrar la puerta, especialmente cuando fuera soplan vientos de contradicción. Solamente el Espíritu nos dará fuerza para vencer esos miedos y parálisis, como hizo con los primeros apóstoles, que de apocados y miedosos, los convirtió en intrépidos y audaces mensajeros de la Buena Nueva, que llevaron con ardor misionero el mensaje de salvación de Jesús.
Finalmente, el Espíritu Santo se manifiesta como lengua. Lengua, no lenguas,
como pasó en la Babel soberbia del Génesis donde nadie se entendía. La lengua del Espíritu Santo es una: la caridad, que nos une a todos en un mismo corazón y una misma alma. Y con esa lengua, la caridad, formamos un solo cuerpo en Cristo por el Espíritu (segunda lectura); y con esa lengua podemos hacernos entender por todas partes, como sucedió a los apóstoles, y llevar a todo el mundo el mensaje del amor y perdón traído por Cristo a este mundo (primera lectura y evangelio). Lo que destruye esta lengua del Espíritu son los mil dialectos ideológicos que a veces queremos hablar en las relaciones con los demás para defender nuestro egoísmo, nuestros intereses y nuestras ambiciones. En el Cenáculo, donde el Espíritu Santo es infundido, las diferencias y las divisiones son superadas. La verdadera unidad sólo proviene de Dios Espíritu que es principio de cohesión (segunda lectura).
Para reflexionar: ¿Dejaré la puerta y las ventanas abiertas de mi ser para que entre el viento y el fuego del Espíritu Santo en este Pentecostés para después contagiarlo a mi alrededor con mi lengua y conducta? ¿Experimento en mí otros vientos y fuegos que quieren destruirme y devorar mi vida de gracia y mi amor a Cristo? ¿Hablo la lengua del Espíritu Santo que es la caridad o tengo otros
dialectos ideológicos?
Para rezar: oración al Espíritu Santo
No te conozco, pero sé que nos sostienes
No te veo, pero te siento
Cuando estoy débil, me levantas
Cuando me alejo de Dios, me acercas hasta El
Cuando olvido a Jesús, Tú me lo recuerdas
¡ESPÍRITU SANTO, VEN!
Si no doy testimonio de mi fe, Tú me animas
Si me duermo en la comodidad, Tú me despiertas
Si me conformo con los mínimos, Tú me perfeccionas
Si estoy confundido, Tú me aclaras
Si tengo miedo, Tú me das valentía
¡ESPÍRITU SANTO, VEN!
Si caigo, Tú me sostienes
Si me equivoco, Tú me corriges
Si me enojo, Tú me das la paz
Si caigo en la tristeza, Tú me regalas la alegría
¡ESPÍRITU SANTO, VEN!

 

30/05/2017-04:11
Isabel Orellana Vilches

Santa Bautista (Camila) de Varano – 31 de mayo

(ZENIT – Madrid).- Se entregó generosamente a Cristo después de haber experimentado los goces mundanos que formaban parte de la clase social a la que pertenecía. Nació en Camerino, Macerata, Italia, el 9 de abril de 1458. Y aunque era hija ilegítima del príncipe Julio César de Varano y de Cecchina di maestro Giacomo, no le faltó el cariño de su padre y de su esposa Juana Malatesta. Hasta que llegó el momento de su conversión, esta mujer despierta e inteligente recibió una sólida formación conforme a los cánones renacentistas. Ello incluía el conocimiento de la literatura clásica y el dominio del latín. Aprendió a pintar, dominaba los juegos de mesa, y no se privó de los bailes de salón frecuentados por personas de su alcurnia.
Espiritualmente, cuando tenía alrededor de 10 años su inocente corazón quedó encendido por las palabras que oyó pronunciar a Domenico da Leonessa. Entonces elevó a voto la costumbre de meditar todos los viernes en la Pasión de Cristo y de verter alguna lágrima por Él, como le sugirió el bondadoso fraile. Cumplió esta promesa fielmente: «Por virtud del Espíritu Santo, aquella santa palabra quedó impresa de tal manera en mi tierno e infantil corazón, que ya nunca marchó del corazón ni de la memoria». Fray Pacífico da Urbino, otro insigne franciscano, le animó a perseverar en esta práctica piadosa. Pero a los 18 años quedó hechizada por lo fútil. Pesaron en su ánimo las ansias de vivir y de divertirse, quedando inmersa en el fulgor de la corte en la que determinados comportamientos escandalosos no se consideraban tales. «Todo el tiempo –recordó de forma retrospectiva– lo pasaba en serenatas, bailes, paseos, en vanidades y en otras cosas juveniles y mundanas que de éstas se siguen». Después añadiría: «Bienaventurada aquella criatura que por ninguna tentación deja el bien comenzado». Lo decía por experiencia, porque hasta los 21 años se debatió entre grandes luchas espirituales.
Aún seducida por los placeres, un persistente impulso interior le invitaba a seguir a Dios.
En la Cuaresma de 1479 experimentó la gracia de comprender el don de la virginidad y el llamamiento a la vida consagrada. Eligió el convento de Santa Clara, pero al comunicar esta decisión a su padre no recibió su beneplácito. Firme en su propósito, dos años más tarde logró vencer la obstinación paterna y pudo ingresar en el monasterio de Urbino. Allí tomo el nombre de Bautista, inusual para una mujer en esa época.
El príncipe, aceptando que inevitablemente no podría desposarla con alguien de rancio abolengo, ni proveerla de una vida llena de riquezas, como había soñado, secundó el anhelo de su hija restaurando y ampliando el monasterio de Santa María Nuova. Debió pensar que era la mejor dote que podía ofrecerle sin ser rehusada por ella que había elegido la pobreza franciscana. Además, el convento estaba ubicado cerca de sus posesiones lo que emocionalmente tenía su enjundia para él, ya que al menos la mantendría en su entorno. A este lugar se trasladó Camila en 1484, después de profesar, junto a ocho religiosas. Durante su estancia, por indicación de su confesor Antonio de Segovia, redactó diversos tratados en medio de las numerosas gracias y favores celestiales que recibió; entre ellos se encuentra La pureza del corazón.
Pasó por etapas de gran aridez que expuso minuciosamente en su obra Vida espiritual . Esas experiencias fueron forjando su imparable ascenso espiritual que estuvo marcado por las renuncias, en medio de las cuales ofrendó su amor a Dios sin escatimar esfuerzos. Era el signo de una vida ascética impecable que tenía como soporte, junto a la Eucaristía y a la oración continua, esta aspiración: «entrar en el Sagrado Corazón de Jesús y ahogarse en el océano de sus dolorosísimos sufrimientos». En ese tiempo la Iglesia se estremecía por el impacto que las tesis luteranas estaban teniendo en Alemania. Paralelamente, la desidia, origen de tantos desmanes, se había apoderado del espíritu de muchos eclesiásticos. Y Camila se afligía viendo tambalearse los cimientos de la unidad. Por eso, en su oración y entrega incluía específicamente la intención de obtener de Cristo la gracia de la conversión y, con ella, la reconciliación dentro de la Iglesia.
En su corazón revivía su amor por el Redentor, suplicando: «haz que yo te restituya amor por amor, sangre por sangre, vida por vida». Pronto se le presentó la ocasión de cumplir tan ferviente deseo. En 1501 se desencadenó una aterradora tragedia familiar. Alejandro VI excomulgó al príncipe de Varano y lo privó de sus derechos. Al tiempo, arrasaron Camerino y asesinaron al padre y tres hermanos de Camila. Solo uno de ellos se libró de la muerte. La santa, en medio de su dolor, elevó sus súplicas por ellos al cielo y perdonó al asesino. El lema de su vida era: «‘Hacer el bien y sufrir el mal’, y sufrirlo no solos, sino con Jesús en la cruz». Al año siguiente vio con preocupación que la masacre de Camerino podía reproducirse en el convento. Y huyendo del asedio de los Borgia, que ponía en peligro la vida de sus hermanas, partió a Fermo. No se diluyó el alto riesgo y como los señores de Fermo podían sufrir represalias por haberle dado cobijo, se dirigió a Atri, Nápoles, teniendo a su lado a Isabel Piccolomini Todeschini, que estaba casada con Mateo de Aguaviva de Aragón.
La muerte del papa Borgia le permitió regresar a Camerino. Después, coincidió que su hermano Juan, el único que había sobrevivido al asalto, fue nombrado jefe de estado de la ciudad por el papa Julio II. Este pontífice en 1505 encomendó a Camila la fundación de un nuevo monasterio en Fermo. Luego ella abrió otro en San Severino Marche ocupándose también de formar a las monjas. De ambos fue reelegida abadesa en diversas ocasiones. Su vida se apagó el 31 de mayo de 1524 a consecuencia de la peste que se desató en Camerino. Tenía 66 años, 43 de los cuales habían discurrido en la intimidad del claustro. Gregorio XVI la beatificó el 7 de abril de 1843. Benedicto XVI la canonizó el 17 de octubre de 2010.