Servicio diario - 14 de junio de 2017


El Papa en la audiencia: ‘Para cambiar el corazón de una persona, en primer lugar hay que abrazarla’
Sergio Mora

Texto completo de la catequesis del papa Francisco en la audiencia del 14 de junio de 2017
Redacción

El Santo Padre a los jóvenes, enfermos y recién casados, les indica a san Antonio de Padua
Redacción

El Papa y el C9: en la elección de obispos mayor participación de laicos y religiosos
Sergio Mora

El desafío de la formación en las nuevas formas de vida consagrada
Redacción

Santa Germana Cousin – 15 de junio
Sergio Mora

Corpus Christi
Antonio Rivero


 

14 junio 2017
Sergio Mora

El Papa en la audiencia: ‘Para cambiar el corazón de una persona, en primer lugar hay que abrazarla’

Indicó que detrás de muchas reacciones de odio y violencia se esconde un gran vacío interior el de un corazón que no ha sido amado verdaderamente

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 14 Jun. 2017).- En este día caluroso de primavera, el papa Francisco realizó hoy miércoles una nueva audiencia en la plaza de San Pedro, en donde miles de fieles y peregrinos le recibieron con el entusiasmo característico de estos encuentros. El Santo Padre entró en Jeep saludando, en particular a los niños y enfermos.

En su catequesis prosiguió con el tema de la esperanza cristiana, y en su resumen hecho en español señaló que esta se “funda en que somos hijos amados de Dios”.

El Santo Padre indicó que “nadie puede vivir sin amor. En cierto modo, detrás de muchas reacciones de odio y violencia se esconde un gran vacío interior, el de un corazón que no ha sido amado verdaderamente. Lo único que puede hacer feliz a una persona es la experiencia de amar y de ser amado”.

“El primer paso que da Dios hacia nosotros es su amor anticipado e incondicionado. Dios nos ama antes de que nosotros hayamos hecho algo para merecerlo. Él es amor, y el amor tiende por naturaleza a difundirse, a donarse” dijo.

Precisó que es “como una madre, que no deja nunca de amar a su hijo, aunque haya cometido un error y deba cumplir con la justicia, así Dios nunca deja de amarnos, porque somos sus hijos queridos”.

“El amor llama al amor. Para cambiar el corazón de una persona –precisó el Santo Padre– en primer lugar hay que abrazarla, que sienta que es importante para nosotros y que es querida. Así comenzará a despuntar también en ella el don de la esperanza”.

El sucesor de Pedro concluyó saludando “cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina”. Y les exhortó: “Pidamos a la Virgen María que nos dejemos guiar siempre por el amor de su Hijo. Que sepamos transmitir a los demás ese amor de Dios, para que se encienda en todos una esperanza nueva. Que el Señor los bendiga”.

 

14/06/2017-16:33
Redacción

Texto completo de la catequesis del papa Francisco en la audiencia del 14 de junio de 2017

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 14 Jun. 2017).- El papa Francisco realizó hoy en la plaza de San Pedro la audiencia de los miércoles, en la cual desarrolló prosiguió con la serie de catequesis sobre la esperanza.
A continuación el texto completo:
«¡Queridos hermanos y hermanas , buenos días!
Hoy hacemos esta Audiencia en dos lugares, unidos a través de las pantallas gigantes: los enfermos están en el Aula Pablo VI para que no sufran tanto el calor y nosotros aquí. Pero todos juntos. Y nos une el Espíritu Santo, que es el que hace siempre la unidad. Saludemos a los que están en el Aula...
Ninguno de nosotros puede vivir sin amor. Y una de las más feas esclavitudes en la que podemos caer es la de creer que el amor se merece. Seguramente gran parte de la angustia del hombre contemporáneo viene de esto: creer que si no somos fuertes, atrayentes y bellos, nadie se ocupará de nosotros.
¿Es la vía de la “meritocracia” no? Tantas personas hoy día buscan una visibilidad sólo para colmar el vacío interior: como si fuéramos personas eternamente necesitadas de ser confirmados. Pero ¿imagínense un mundo donde todos mendiguen la atención de los demás, y nadie esté dispuesto a amar gratuitamente a otra persona? Imagínense un mundo así...un mundo sin la gratuidad del quererse bien....Parece un mundo humano, pero en realidad está enfermo.
Tantos narcisismos del ser humano, nacen de un sentimiento de soledad. Y también de orfandad. Detrás de tantos comportamientos aparentemente inexplicables se esconde una pregunta: ¿Es posible que yo no merezca ser llamado por mi nombre; o lo que es lo mismo, no merezca ser amado? Porque el amor siempre te llama por tu nombre.
Cuando es un adolescente quien no es o no se siente amado; entonces puede nacer la violencia. Detrás de tantas formas de odio social y de vandalismo, se esconde con frecuencia un corazón que no ha sido reconocido.
No existen los niños malos, como tampoco existen los adolescentes del todo malvados, existen personas infelices. ¿Y qué nos puede hacer felices más que la experiencia de dar y recibir amor? La vida del ser humano es un intercambio de miradas: alguien que al mirarnos, nos arranca una primera sonrisa, y en la sonrisa que ofrecemos gratuitamente a quien está encerrado en la tristeza. Y así es cómo abrimos el camino. Intercambio de miradas: mirarse a los ojos....y así se abren las puertas del corazón.
El primer paso que Dios realiza en nosotros, es un amor que nos anticipa de manera incondicional. Dios siempre ama primero. Dios no nos ama porque nosotros tememos motivos que despierten su amor. Dios nos ama porque Él mismo es amor y el amor por su propia naturaleza tiende a difundirse, a darse.
Dios no vincula su benevolencia a nuestra conversión: aunque ésta sea una consecuencia del amor de Dios. San Pablo lo dice de manera perfecta: “Dios demuestra su amor hacia nosotros, en el hecho de que aunque éramos todavía pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5,8).
Mientras aún éramos pecadores. Un amor incondicional. Estábamos lejos, como el hijo pródigo de la parábola: “Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vió, tuvo compasión....” (Lc 15,20). Por amor hacia nosotros, Dios realizó un éxodo de sí mismo, para venir a nuestro encuentro, en esta tierra, dónde insensato que Él transitara. Dios nos amaba aun cuando estábamos equivocados.
¿Quién de nosotros ama de esta manera, a no ser quien es madre o padre? Una madre sigue amando a su hijo aunque éste hijo esté en la cárcel. Yo recuerdo tantas madres, haciendo la fila para entrar en la cárcel, en la primera diócesis dónde estuve: tantas madres. Y no se avergonzaban. El hijo estaba en la cárcel, pero era su hijo.
Y sufrían tantas humillaciones en la antesala, antes de entrar, pero “es hijo mío”. “¡Pero señora, su hijo es un delincuente! – “Es hijo mío”- Sólo este amor de madre y de padre, nos hace comprender cómo es el amor de Dios.
Una madre, no pide que no se aplique la justicia de los hombres, porque todo error necesita redimirse, pero una madre nunca deja nunca de sufrir por el propio hijo. Lo ama a pesar de saber que es pecador.
Dios hace lo mismo con nosotros: somos sus hijos amados. ¿Pero puede ser que Dios tenga algún hijo al que no ame? No. Todos somos hijos amados de Dios. No hay ninguna maldición sobre nuestra vida, lo único es la benévola palabra de Dios, que ha sacado nuestra existencia de la nada. La verdad de todo está en esa relación de amor que une al Padre con el Hijo mediante el Espíritu Santo, relación en la cual, nosotros somos recibidos mediante la gracia.
En Él, en Cristo Jesús, hemos sido queridos, amados, deseados. Es Él quien ha impreso en nosotros una belleza primordial que ningún pecado, ninguna decisión equivocada podrá nunca borrar enteramente.
Nosotros, ante los ojos de Dios, somos siempre pequeños manantiales hechos para salpicar el agua buena. Lo dijo Jesús a la samaritana: “ El agua que yo te daré, se hará en ti una corriente de agua, de la que fluye la vida eterna”. (Jn. 4,14)
Para cambiar el corazón de una persona infeliz, ¿cuál es la medicina? ¿Cuál es la
medicina para cambiar el corazón de una persona que no es feliz? (responden ‘el amor’) ¡Más fuerte! (‘¡el amor!’)
¡Muy despiertos!, muy despiertos, ¡todos están muy despiertos! ¿Y cómo hacemos
sentir a una persona que la amamos? Hace falta sobretodo abrazarla. Hacerle sentir que es deseada, que es importante, y dejará de estar triste.
El amor llama al amor, de un modo mucho más fuerte de cuanto el odio llama a la muerte. Jesús no murió y resucitó para si mismo, sino por nosotros, para que nuestros pecados sean perdonados. Así que es tiempo de Resurrección para todos: tiempo de levantar a los pobres de la desesperanza, sobre todo a aquellos que yacen en el sepulcro mucho más que tres días.
Sopla aquí, sobre nuestros rostros, un viento de liberación. Haz que germine aquí, el don de la esperanza. Y la esperanza es la de Dios Padre que nos ama como somos: nos ama siempre, a todos. Buenos y malos. ¿De acuerdo? ¡Gracias!»

 

14/06/2017-10:08
Redacción

El Santo Padre a los jóvenes, enfermos y recién casados, les indica a san Antonio de Padua

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 14 Jun. 2017).- Al final de la audiencia general de este miércoles el santo padre Francisco quiso saludar a los jóvenes, a los enfermos y a nos recién casados, en particular en con motivo de la fiesta de San Antonio de Padua.
“Saludo a los jóvenes, a los enfermos y a los nuevos esposos. Ayer hemos recordado en la liturgia a San Antonio de Padua, “insigne predicador y patrono de los pobres y de quienes sufren”.
Y poniendo el ejemplo de san Antonio, a los jóvenes les exhortó a “imitar la rectitud de su vida cristiana” a los “queridos enfermos” les indicó que “no se cansen de pedir a Dios Padre por su intercesión de lo que necesitan” y a los recién casados les invitó viendo sus enseñanzas, a “competir en el conocimiento de la palabra de Dios”.
Poco antes de la audiencia en el Aula Pablo VI, donde estaban muchos de los enfermos el Papa les dijo: “Hoy celebraremos la audiencia en dos sitios diferentes, pero estaremos unidos a través de la pantalla gigante, así ustedes estarán más cómodos aquí, porque en la Plaza da mucho el sol. Hoy será un baño turco”.
Muchas gracias por haber venido. Y después, escuchen lo que diga pero con el
corazón unido a los que están en la Plaza: la Iglesia es así. Un grupo aquí, otro allá, otro allí, pero todos están unidos. ¿Y quien une a la Iglesia? El Espíritu Santo. Recemos al Espíritu Santo para que nos una a todos hoy, en esta audiencia.
Veni, Sancte Spiritus...
Padre nuestro,
Dios te salve, María..

 

14/06/2017-17:20
Sergio Mora

El Papa y el C9: en la elección de obispos mayor participación de laicos y religiosos

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 14 Jun. 2017).- La reunión del santo padre Francisco con el Consejo de los nueve cardenales (C9) que inició este lunes en el Vaticano, concluyó hoy miércoles por la tarde.
Los cardenales de los cinco continentes asesoran al Papa en la labor de reforma de la Curia Romana e instituciones eclesiásticas con la finalidad de volverlas más eficientes en su labor apostólica.
El director de la Oficina de prensa, Greg Burke, ha informado que la XX reunión de los cardenales consejeros con el Pontífice han profundizado el tema de la elección de los candidatos propuestos para ser obispos, considerando la posibilidad de una consulta más amplia, en la que intervengan miembros de la vida consagrada y de laicos.
Entre otras propuestas, también “surgió la posibilidad de transferir algunos poderes de los dicasterios romanos a los obispos locales o a las conferencias episcopales, con un espíritu de descentralización saludable”, indicó el portavoz.
Y señaló ejemplo, la transferencia del Dicasterio para el clero, o a la conferencia episcopal de un determinado país, el examen y la aprobación de ordenar sacerdote a un diácono permanente no casado; o el nuevo matrimonio de un diácono permanente viudo; así como la solicitud de acceso a la ordenación sacerdotal de un diácono permanente viudo.
Los cardenales, añadió el portavoz “han efectuado ulteriores observaciones sobre los distintos dicasterios de la Curia, en particular, sobre la Congregación para la Evangelización de los Pueblos”.
En estos días también han estudiado y releído los textos propuestos para ser presentados al Santo Padre relativos al Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, al
Dicasterio para las Iglesias Orientales; al Dicasterio para los Textos Legislativos y a los tres tribunales: la Penitenciaría Apostólica, el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica y el Tribunal de la Rota Romana, teniendo en vista la futura constitución que modificará a la actual Pastor Bonus.
Por su parte “el cardenal George Pell ha facilitado una actualización sobre el trabajo de la Secretaría para la Economía, de la que es presidente. Se ha prestado una especial atención a los progresos realizados en el proceso de planificación de los recursos económicos y en el monitoreo de los planes financieros para el primer trimestre de 2017 que han confirmado, sustancialmente, con pocas excepciones, los datos del presupuesto. Dentro de poco comenzarán el proceso de presupuesto para el año 2018 y el de monitoreo del segundo trimestre de 2017”, indicó Burke.
De otro lado, el prefecto de la Secretaría para la Comunicación (SPC), Mons. Dario Edoardo Viganó, ha presentado al Papa y al Consejo, un informe sobre el estado de la reforma del sistema de comunicación de la Santa Sede. El particular ha ilustrado los resultados económicos y operativos de la SPC, mostrando que han sido positivos. A continuación, ha explicado los proyectos en fase de realización del nuevo sistema de comunicación, en sintonía con lo especificado por el Santo Padre en su reciente discurso con motivo de la primera asamblea plenaria de ese dicasterio.
La próxima reunión del Consejo de Cardenales, concluyó el director de la Oficina de prensa, se llevará a cabo los días 11, 12 y 13 de septiembre de 2017, o sea que iniciará prácticamente el mismo día que el Papa llega de su viaje apostólico en Colombia.

 

14/06/2017-16:46
Redacción

El desafío de la formación en las nuevas formas de vida consagrada

(ZENIT – Roma, 14 Jun. 2017).- El ‘IV Encuentro de Nuevas Formas de Vida Consagrada’ con una numerosa representación internacional (22 países de cinco continentes) y con la asistencia de 39 institutos de derecho pontificio y diocesano y asociaciones se ha realizado en Roma del 8 al 10 de junio.
El tema central fue “Abriendo Caminos: La formación en las nuevas formas de vida consagrada”. Estas nuevas formas de consagración, surgidas a partir del siglo XX, comparten rasgos comunes, entre otros, acoger todos los estados de vida y responder a los retos de la nueva evangelización.
En la apertura, el P. Leonello Leidi, CP, Jefe de Oficina de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, transmitió el saludo del Cardenal Prefecto João Braz de Aviz, y expresó que las nuevas formas son una realidad muy viva en la que se ve el latido del Espíritu que no deja de derramar dones a la Iglesia.
Intervino también la Presidente de la Fraternidad Misionera Verbum Dei, Lucía
Herrerías, manifestando el sentido de ayuda mutua y de crecimiento en la fidelidad al carisma propio. Por último, el Presidente del Instituto Id de Cristo Redentor misioneras y misioneros identes, P. Jesús Fernández, subrayó que cada carisma es una riqueza para todos y que era una gracia contar en el encuentro no solo con algunos superiores generales sino con los mismos fundadores y fundadoras.
El punto de partida de las distintas conferencias fue la definición de formación como “itinerario de progresiva asimilación de los sentimientos de Cristo hacia el Padre” (Vita Consecrata, n. 65). Lourdes Grosso, misionera idente y Directora del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada de España, subrayó que la aspiración a la santidad es la síntesis de todo programa formativo y propuso como elementos principales del mismo: la conversión, la comunión, el servicio, la predicación y el carisma.
Por su parte, el P. Friedrich Bechina, miembro de la Familia Espiritual ‘La Obra’ y subsecretario de la Congregación para la Educación Católica, partió del paralelismo entre el continuo desarrollo de la educación católica a nivel mundial y el crecimiento de las nuevas formas de vida consagrada. Afirmó que éstas pueden ser la respuesta a los desafíos de la sociedad de hoy por el carácter misionero que comparten.
Verónica Ibarra, misionera del Verbum Dei y profesora en el centro San Pedro Favre de la Pontificia Universidad Gregoriana, desarrolló las tres acciones de la formación (educar, formar y acompañar) así como de la figura crucial del formador(a). Enfatizó también la necesidad de complementar la formación común y la formación diferenciada para cada estado de vida.
El P. Amedeo Cencini, profesor de las Pontificias Universidades Salesiana y Gregoriana, propuso la formación como evangelización de la sensibilidad, entendida como verdadera transformación de los propios sentimientos en los de Cristo. De este modo se educan personas libres y maduras, movidas solo por el amor.
Hubo también una mesa redonda sobre la prospectiva futura de las nuevas formas, que se centró sobre todo en los matices que implica el término consagración.
En la Sesión Plenaria, que recogía las conclusiones de los grupos de trabajo, hubo un sentir unánime entre los asistentes por el aporte recibido en este Encuentro sobre el modo y el itinerario de la formación, para que responda a cada carisma y a cada estado de vida.
La clausura del Encuentro fue presidida por S. E. Mons. Octavio Ruiz Arenas, Arzobispo Secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, quien agradeció a los participantes por la invitación recibida y exhortó a entender el término novedad como creatividad para responder a las necesidades urgentes de la Iglesia.

 

14/06/2017-04:51
Sergio Mora

Santa Germana Cousin – 15 de junio

(ZENIT – Madrid).- Una de las múltiples tentaciones que se presentan en la vida espiritual es la tendencia a justificar acciones propias negativas amparándose en la deficiente conducta ajena. Un seguidor de Cristo no se escuda en las imperfecciones de otros, que pueden haber salpicado su vida, con el fin de eludir su responsabilidad, y echar por la borda la gracia que recibe para afrontar cualquier situación. Si Germana se hubiese dejado influir por las constantes hostilidades que provenían de su entorno no estaría en la gloria.
Esta santa «sin historia», como se la denomina, es otra de las doctoras en el modo admirable y heroico de asumir el anonadamiento espiritual y el perdón. Un ejemplo de vida oculta en Cristo. Pasó su existencia sin realce social ni intelectual. Deforme de nacimiento, despreciada, maltratada, abandonada de los suyos, humillada, y destinada a vivir con los animales, en ese calvario cotidiano, que llevada de su amor a Dios le ofrecía, se labró su morada eterna en el cielo. Y de eso se trata. Algunas pinceladas de su biografía se reconstruyeron en diciembre de 1644, casi medio siglo después de su muerte, cuando se abrió la tumba para enterrar a una parroquiana y hallaron su cuerpo incorrupto. Dos vecinos, que tenían ya cierta edad y habían sido contemporáneos de la joven, echaron mano de su memoria y dieron pistas para identificarla.
Había nacido en Pibrac, Francia, hacia 1579 porque se piensa que falleció en 1601 cuando tenía 22 años. Su deceso se produjo en completa soledad, como había vivido, en el establo y sobre un camastro de rudos sarmientos, acompañada del ganado que custodiaba. Era hija de Laurent Cousin, quien al enviudar de la madre de Germana, Marie Laroche, que murió cuando aquélla tenía unos 5 años, contrajo matrimonio –era el cuarto para él– con Armande Rajols. Y ésta fue una auténtica madrastra para la pequeña; no tuvo ni un ápice de compasión con la niña. Germana había nacido con una pésima salud. Padecía escrófula y presentaba evidente deformidad en una de sus manos.
Ante la pasividad de su padre, Armande la maltrató cruelmente ideando formas despiadadas para infligirle el mayor daño posible. Al final, la separó de su hogar, le vetó el acceso a sus hijos y la destinó al cuidado de las ovejas con las que conviviría hasta el final. Tenía 9 años cuando comenzaron a enviarla a pastorear en la montaña, seguramente con la idea de ir borrando el recuerdo de su existencia, o hacerla desaparecer bajo las fauces de los lobos. Arrinconada, considerada una nulidad para cualquier acción por sencilla que fuera, Germana tuvo dos ángeles tutelares: una iletrada sirvienta de su familia, Juana Aubian, y el párroco de la localidad, Guillermo Carné. La primera volcó en ella sus entrañas de piedad hasta donde le fue posible ya que, en cuanto vieron que podía medio valerse por sí misma, la enviaron al establo. El excelso patrimonio que Juana le legó fue hablarle del Dios misericordioso. A su vez el sacerdote, hombre sin duda virtuoso y clarividente, juzgó que se hallaba ante una elegida del cielo por los signos que apreciaba en ella: bondad, espíritu de mansedumbre, y una inocencia evangélica tal que infundía una alegría ciertamente sobrenatural.
La mísera ración de comida, mendrugos de pan que le echaban a cierta distancia en prevención de un eventual contagio, la compartía con los indigentes. Ni siquiera esta muestra de compasión consintió la madrastra, y un día la persiguió para darle público escarmiento. Cuando en presencia del vecindario le arrebató violentamente el delantal donde guardaba su esquilmada provisión para los pobres, quedó impactada por el prodigio que se obró en ese mismo instante. Todos vieron cómo se desprendía del modesto mandil una cascada de flores silvestres bellísimas en una estación impropia para su nacimiento y en un entorno en el que no solían brotar, anegando el suelo con sus brillantes colores.
Laurent despertó un día de su cobarde letargo y ofreció a Germana volver al hogar. La joven agradeció la invitación paterna, pero eligió seguir en el cobertizo. Oraba cotidianamente por la conversión de Armande, que no terminó de conquistar esta gracia hasta poco antes de morir. El párroco acogió a la santa como catequista de los niños que entendían maravillosamente las verdades de la fe a través de los ejemplos que ponía. Era asidua a la misa, rezaba el rosario y no podía evitar que fueran haciéndose extensivos los hechos milagrosos obrados a través de ella, y que ya en vida le dieron fama de santidad. Uno de estos se produjo nada más morir el 15 de junio de 1601, y fue contemplado por varios religiosos que se hallaban de paso en Pibrac. Vieron doce formas blancas que se elevaban hacia el cielo dando escolta a una joven vestida de blanco; llevaba la frente ceñida con una corona de flores. Al descubrir que había fallecido, todos supusieron que era Germana que entraba en la eternidad.
Fue enterrada en la iglesia, lugar en el que siguieron multiplicándose los milagros. Los partidarios de la Revolución intentaron destruir sus restos echándoles cal viva. Pero en el siglo XVIII volvieron a hallar su cuerpo incorrupto. Pío IX la beatificó el 7 de mayo de 1854, y la canonizó el 29 de junio de 1867.

 

14/06/2017-06:54
Antonio Rivero

Corpus Christi

Ciclo A – Textos: Dt 8, 2-3.14-16; 1 Co 10, 16-17; Jn 6, 51-59

P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor y director espiritual en el Centro de Noviciado y Humanidades y Ciencias de la Legión de Cristo en Monterrey (México).
Idea principal: Cristo es el Pan vivo con sabor de vida eterna.
Resumen del mensaje: El hombre, durante su peregrinar en la tierra, es un ser radical y espiritualmente hambriento (primera lectura). Y Dios en la Eucaristía vino a satisfacer esa hambre interior humana y espiritual (evangelio). Al comer la Eucaristía, no sólo alimentamos nuestra alma, sino que formamos un solo cuerpo con Cristo (segunda lectura).
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, muchos kilómetros tenemos que recorrer en esta tierra hasta llegar a la eternidad. Tenemos que llevar suficientes provisiones en nuestra alforja, si no, desfallecemos irremediablemente en el camino. Si hay algo que no
debe faltar es el Pan de la Eucaristía, sin el cual no tendríamos fuerza para avanzar y cantar, y moriríamos de hambre. Durante nuestra travesía somos seducidos por tantos restaurantes que vemos a izquierda e a derecha, tentándonos y ofreciéndonos un menú suculento que satisface nuestro vientre y nuestros sentidos.
En segundo lugar, Dios sabiendo de nuestra hambre radical, nos prepara un
banquete para nuestra alma con el Cuerpo y la Sangre de su Hijo. Este Pan es remedio de inmortalidad, como dice san Ignacio de Antioquía, es decir, es el Pan que nos garantiza la resurrección, incluso de nuestro cuerpo. Pero también este Pan en este día del Corpus Christi es pan no sólo para ser comido en el banquete de la misa, sino también para ser contemplado y adorado y vitoreado. Por eso, paseamos por las calles de los pueblos y ciudades, asentado en la custodia, ese Pan consagrado que es Cristo. Lo vemos, contemplamos, adoramos y cantamos con gozo. Es la presencia de Cristo ofrecida para aliento en nuestras tristezas, y para que también nosotros nos convirtamos en pan fresco para nuestros hermanos; pan que se parte, se reparte y se comparte; y así nuestros hermanos tengan vida y nadie muera de hambre.
Finalmente, en la secuencia, compuesta por santo Tomás de Aquino, cantamos
hoy: Este Pan “lo comen buenos y malos, con provecho diferente; para unos es
vida; para otros, muerte”. Para comer este Pan con dignidad y respeto, nuestra alma tiene que estar limpia, nuestro corazón adecentado. No podemos tirar este Pan de los ángeles a los perros de nuestras pasiones. Es para los hijos que se acercan al banquete con el traje de gala de la gracia y amistad con Dios. Para san Agustín de Hipona, la Eucaristía tiene como finalidad última la unión de los cristianos con Cristo y entre sí. Es lo que san Pablo en la segunda lectura de hoy
nos dice: “formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan” . La Eucaristía es el medio privilegiado para edificar la Iglesia. Por eso podemos
decir con san Agustín que la Eucaristía es “sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad”.
Para reflexionar: ¿Tengo hambre del Pan de vida eterna, o tengo el estómago ya hecho a los manjares mundanos? ¿Noto que la Eucaristía me transforma en Jesús, y me hace pensar, sentir y amar como Cristo? ¿Comulgo en estado de amistad con el Señor? ¿Me doy tiempo para contemplar y adorar a Cristo Eucaristía en la Iglesia una vez por semana?
Para rezar:
Gracias Señor, porque en la última Cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed...
Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.
Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la vida por otro.
Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.
Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra...
Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y compartir la eucaristía...
Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar..., y continuar mi camino de fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti...