Servicio diario - 27 de junio de 2017


Francisco cumple 25 años de ordenación episcopal: Levántate, mira, ten esperanza y sueña
Redacción

El cardenal Sodano al papa Francisco: ‘Usted ya tiene un lugar en nuestro corazón’
Sergio Mora

El Papa a los cardenales: ‘Gracias por la compañía fraterna, perdón por mis pecados, fe, esperanza y caridad’
Redacción

Audiencia al Patriarcado de Constantinopla en la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo
Redacción

El Papa recibe a un grupo de 35 mujeres separadas o divorciadas
Redacción

Día internacional contra la tortura: El Papa pide abolirla
Redacción

La Jornada mundial de los pobres
Felipe Arizmendi Esquivel

XIII domingo del Tiempo ordinario
Antonio Rivero

Beata María Pía Mastena – 28 de junio
Isabel Orellana Vilches

San Cirilo de Alejandría – 27 de junio
Isabel Orellana Vilches

Evento en Roma por el jubileo de Santa Rosa de Lima
Sergio Mora


 

27 junio 2017
Redacción

Francisco cumple 25 años de ordenación episcopal: Levántate, mira, ten esperanza y sueña

En la Capilla Paulina recuerda que Dios quiere que los más ancianos transmitan su sueño a las generaciones jóvenes

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 27 Jun. 2017).- No quedarse sentado, sino levantarse y salir, como Abraham, a quien el Señor lo invita siendo ya anciano, para así transmitir los sueños y horizontes en particular a los más jóvenes.

Este fue el tema de la homilía del santo padre Francisco en la misa que concelebró con los cardenales presentes en Roma, en la Capilla Paulina en el Vaticano, con motivo de sus 25 años de ordenación episcopal.

El Santo Padre partió del ‘levántate’ y ‘anda’ de Abraham que “estaba siempre en camino” y “el símbolo es la tienda” y precisó que “nunca construyó una casa para él”, sino “solamente construyó un altar”.

‘Mira’, dijo, es segundo imperativo: levanta los ojos, “mira el horizonte, non construyas muros, mira siempre y ve adelante”. “Es la mística del horizonte” que cuanto más de va hacia adelante “más grande es el horizonte”.

El tercer imperativo es ‘ten esperanza’: el heredero saldrá de ti, dicho a un hombre que no podía tener descendencia sea por su edad que por la esterilidad de su mujer. “Mira al cielo y cuenta las estrellas si logras, así será tu descendencia”.

El Santo Padre recordó que “cuando fue llamado tenía más o menos nuestra edad, para ir en pensión o a reposarse”, en cambio “inició a esa edad”.

Un hombre anciano, con el peso de la edad, con sus achaques, como si fuera un jovencito: ‘ve’. “Como si fuera un scout: ve”. “Esta palabra es también para nosotros, con nuestra edad, como la de Abraham, aunque hay algunos más jóvenes aquí entre nosotros”. Señor nos dice, levántate, mira y ten esperanza. “Nos dice que nuestra historia está abierta hasta el final”.

“Algunos que no nos quieren, dicen que somos la gerontocracia de la Iglesia, es una burla, no somos gerontos, somos abuelos, y si no lo sentimos debemos pedir la gracia de sentirlo”.

Por eso aseguró debemos darles a ellos un sentido de la vida con nuestra experiencia. No cerrados en la tristeza sino abiertos. Somos abuelos llamados a soñar y transmitir nuestro sueño a la juventud de hoy, porque ellos tomarán de nuestros sueños la capacidad de profetizar y de realizar sus tareas.

Recordó también “Simeon y Ana, qué capacidad de soñar tenían”. Y Ana iba por todas partes indicando que Jesús, que él era el mesías. Aseguró que los más jóvenes “esperan en nuestra experiencia y sueños positivos”.

“Pido al Señor para todos nosotros, la gracia de ser abuelos, de soñar y dar este sueño a nuestros jóvenes, grandes sueños”.

El cardenal Sodano al papa Francisco: ‘Usted ya tiene un lugar en nuestro corazón’

El Papa a los cardenales: ‘Gracias por la compañía fraterna, perdón por mis pecados, fe, esperanza y caridad’

 

27/06/2017-06:38
Sergio Mora

El cardenal Sodano al papa Francisco: ‘Usted ya tiene un lugar en nuestro corazón’

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 27 Jun. 2017).- El santo padre Francisco presidió este martes en la capilla Paulina en el Vaticano, la santa misa con motivo de los 25 años de su ordenación episcopal.
Después del Pax Vobis del Papa, el cardenal Angelo Sodano le dirigió unas palabras afectuosas en nombre de los 50 purpurados allí presentes: “Los cardenales me pidieron de indicarle su cercanía y su oración y por este motivo quisieron concelebrar con usted, en signo de profunda comunión con quien ha sido puesto por el Espíritu Santo a guiar la Iglesia en esta hora particular de la historia”.
El cardenal decano señalando la Capilla Paulina, recordó al apóstol que escribió a sus colaboradores de Corinto diciendo ‘háganme un lugar en su corazón’.
Así le dijo al Papa: “Usted no tiene necesidad de decirnos háganme un lugar en su corazón”, porque aseguró: “Un lugar en nuestro corazón usted ya lo tiene”, y le presento las felicitaciones por los 25 de episcopado y le deseó: “Adelante in nomine Domini”.
El Santo Padre vestía paramentos verdes del tiempo ordinario como los cardenales presentes en la capilla que con él concelebraron, y además portaba el palio. La misa aunque con los cantos en latín del coro duró unos 50 minutos.

(Ver la homilía)

 

27/06/2017-09:43
Redacción

El Papa a los cardenales: ‘Gracias por la compañía fraterna, perdón por mis pecados, fe, esperanza y caridad’

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 27 Jun. 2017).- La misa con motivo de los 25 años de ordenación episcopal del papa Francisco concluyó con el canto de la Salve Regina delante del cuadro de Nuestra Señora de Buen Consejo de Genazano. A continuación el Santo Padre dirigió unas breves palabras a los cardenales, agradeciéndoles la compañía fraterna en este aniversario.
“Quiero agradecerles a todos ustedes por las palabras que me dirigió el cardenal Sodano, decano y con el nuevo vice-decano que está a su lado” del Colegio Cardenalicio, dijo el Pontífice. Añadió que quería también “agradecerles en esta oración común en este aniversario, pidiendo perdón por mis pecados y por la perseverancia en la Fe, en la esperanza y en la caridad”. Y concluyó: “Les agradezco por esta esta compañía fraterna y pido al Señor que les bendiga y les acompañe”.
La fecha del aniversario de ordenación episcopal del papa Francisco coincide además con el del papa emérito Benedicto XVI, que también un 27 de junio de 1977 fue nombrado cardenal por el papa Pablo VI, con el título de Sta. Maria Consolatrice al Tiburtino.

 

27/06/2017-14:43
Redacción

Audiencia al Patriarcado de Constantinopla en la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 27 Jun. 2017).- El santo padre Francisco ha recibido este martes en audiencia en el Vaticano, a la delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, llegada como es tradicional a Roma con motivo de la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo.
El Papa en sus palabras recuerda que Pedro y Pablo, discípulos y apóstoles de Jesucristo, sirvieron al Señor con diferentes estilos y de modo diverso. Sin embargo, a pesar de sus diferencias, ambos dieron testimonio del amor misericordioso de Dios Padre, del cual cada uno a su manera, tuvo una experiencia profunda, hasta ofrecer en sacrificio su propia vida.
A continuación el discurso del Santo Padre a los miembros de la delegación
«Eminencia, queridos hermanos en Cristo,
Gracias por haber venido aquí, con motivo de la fiesta de los santos Pedro y Pablo, principales patrones de esta Iglesia de Roma; sed bienvenidos. Agradezco vivamente a su santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé y al Santo Sínodo que os hayan enviado, queridos hermanos, como representantes suyos, para compartir con nosotros la alegría de esta fiesta.
Pedro y Pablo, discípulos y apóstoles de Jesucristo, sirvieron al Señor con diferentes estilos y de modo diverso. Sin embargo, a pesar de sus diferencias, ambos dieron testimonio del amor misericordioso de Dios Padre, del cual cada uno a su manera, tuvo una experiencia profunda, hasta ofrecer en sacrificio su propia vida.
Por eso, desde tiempos remotos, la Iglesia en Oriente y en Occidente une en una sola celebración la memoria del martirio de Pedro y de Pablo. Efectivamente, es justo celebrar juntos su ofrenda por amor del Señor que es ,al mismo tiempo, memoria de unidad en la diversidad. Como bien saben, la iconografía representa a los dos apóstoles estrechamente abrazados, profecía de la comunión eclesial única en la cual las diferencias legítimas deben convivir.
El intercambio de delegaciones entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla, con motivo de las respectivas fiestas patronales, acrecienta en nosotros el deseo de restablecer plenamente la comunión entre católicos y ortodoxos, que ya anticipamos en el encuentro fraterno, en la oración compartida y el servicio común al Evangelio.
La experiencia del primer milenio, cuando los cristianos de Oriente y de Occidente participaban en la misma mesa eucarística, custodiando por una parte las mismas verdades de la fe y cultivando por otra varias tradiciones teológicas, espirituales y canónicas compatibles con la enseñanza de los apóstoles y de los concilios ecuménicos, es el punto de referencia necesario y la fuente de inspiración para la búsqueda del restablecimiento de la plena comunión en las condiciones actuales, una comunión que no sea uniformidad homologada.
Vuestra presencia me brinda la feliz oportunidad de recordar que este año se cumple el cincuenta aniversario de la visita del beato Papa Pablo VI a el Fanar en julio de 1967, y la visita del patriarca Atenágoras, de venerada memoria, a Roma, en octubre de ese mismo año. El ejemplo de estos pastores valientes y de amplias miras, movidos únicamente por el amor por Cristo y por su Iglesia, nos anima a continuar en nuestro camino hacia la unidad plena.
Hace cincuenta años las dos visitas fueron acontecimientos que despertaron una inmensa alegría y entusiasmo entre los fieles de las Iglesias de Roma y de Constantinopla y contribuyeron a que madurase la decisión de enviar delegaciones para las respectivas fiestas patronales, como seguimos haciéndolo hoy en día.
Estoy profundamente agradecido al Señor, porque me sigue dando la oportunidad de encontrarme con mi amado hermano Bartolomé. En particular, tengo un recuerdo agradecido y benéfico de nuestro reciente encuentro en El Cairo, donde pude constatar una vez más la profunda consonancia de puntos de vista sobre algunos de los retos que tocan la vida de la Iglesia y el mundo contemporáneo.
El próximo mes de septiembre en Leros, Grecia, se reunirá el Comité de Coordinación de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, co-presidida por Su Eminencia el cardenal Kurt Koch, tras la generosa invitación del Metropolitano Paisios.
Espero que esta reunión, en un clima espiritual de escucha de la voluntad del Señor y conscientes del camino que muchos católicos y fieles ortodoxos ya están recorriendo juntos en varias partes del mundo, sea rica de buenos resultados para el futuro del diálogo teológico.
Eminencia, queridos hermanos, la unidad de todos sus discípulos fue la petición conmovedora que Jesucristo hizo al Padre poco antes de su pasión y muerte (cf. Jn 17,21). El cumplimiento de esta súplica está confiada a Dios, pero pasa también a través de nuestra docilidad y obediencia a su voluntad. Recemos unos por otros para que el Señor nos conceda ser instrumentos de comunión y paz, confiando en la intercesión de los santos Pedro y Pablo y de San Andrés. También yo les pido, por favor, que sigan rezando por mí».

 

27/06/2017-11:13
Redacción

El Papa recibe a un grupo de 35 mujeres separadas o divorciadas

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 27 Jun. 2017).- El Papa Francisco recibió este lunes por la tarde en audiencia privada en el Vaticano, al grupo ‘Santa Teresa’ constituido por 35 mujeres separadas de la diócesis de Toledo, acompañadas por su arzobispo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza.
Ellas se reúnen mensualmente en la parroquia de San Juan de la Cruz de dicha ciudad, iniciando siempre con una adoración al Santísimo.
Mons. Braulio Rodríguez ha definido el encuentro de media hora con el Papa como
“sencillo en un ambiente distendido”, durante el cual “las mujeres han entrado en diálogo con el Santo Padre a través de una serie de preguntas”.
“Ha sido el propio Francisco –subrayó el arzobispo– quien ha mostrado interés en conocer personalmente cómo se trabaja pastoralmente en este ámbito”. Precisando que “este trabajo forma parte de nuestro plan pastoral diocesano que quiere responder ante los problemas reales que existen en nuestra sociedad”.
Esperanza Gomez-Menor, una de ellas indicó que “se ha tratado de una experiencia
genial donde hemos encontrado a un padre que nos ha escuchado con cariño y con una sencillez absoluta”.
Esta madre de dos hijos le ha preguntado al Pontífice cómo acertar en la educación de los hijos cuando los criterios de los padres son diversos a la hora de inculcar valores. “El Papa nos ha insistido en que desde el amor hemos de educar a nuestros hijos a amar y respetar a todo el mundo y que hemos de rezar por nuestros ex-maridos”.
Por su parte el delegado de familia y vida de la diócesis de Toledo, Miguel Garrigós, indicó que “el Papa nos ha insistido en que no tenemos vocación (como humanos) de permanecer heridos” y por lo tanto es necesario acostumbrarse “a vivir con la cicatriz”, sin olvidar que esta “da dignidad porque ha habido un sufrimiento detrás”. Señaló que Francisco les ejemplificó con las arrugas de los ancianos, que “dignifican a quienes las poseen”. Y que “no se puede perdonar sin una gracia de Dios”.
El Santo Padre durante la conversación le pidió al grupo de mujeres Santa Teresa que “lean íntegramente la exhortación apostólica Amoris Laetitia y con especial énfasis el capítulo cuarto”.
Otra de las mujeres del grupo, Isabel Diaz, en cambio le ha preguntado al Santo Padre acerca del papel de las mujeres separadas y divorciadas en la Iglesia. “El Santo Padre nos ha insistido en que, con nuestra experiencia, podemos ayudar a los separados a vivir este sufrimiento y sobre todo nos ha remarcado insistentemente que la Iglesia nos arropa y abraza”. Y aseguró: “Hemos sentido que estábamos con un amigo y era como si estuviéramos en una de nuestras reuniones mensuales. Francisco ha sido muy cercano y muy amoroso con nosotras”.
El grupo le ha regalado al Papa una encuadernación formada por las cartas personales que cada una de ellas ha escrito al Santo Padre, donde también han incluido dibujos realizados por sus hijos, además de un cuadro de damasquino y dos publicaciones propias de la delegación de familia y vida en su trabajo pastoral con padres jóvenes en la educación de los hijos.
Por su parte el Santo Padre les ha regalado un rosario a todas las mujeres que han participado en este encuentro.

 

27/06/2017-14:24
Redacción

Día internacional contra la tortura: El Papa pide abolirla

(ZENIT – Roma).- “Reafirmo la enérgica condena de toda forma de tortura, e invito a todos a trabajar por su abolición y a apoyar a las víctimas”. Este es el mensaje del papa Francisco publicado hoy el 26 de junio de 2017 en su cuenta Twitter, con motivo del Día Internacional de apoyo a las víctimas de la Tortura.
El Día Internacional fue establecido en 1977 por las Naciones Unidas, “con el fin de eliminar por completo la tortura y la aplicación efectiva de la Convención contra la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, que entró en vigor el 26 de junio de 1987. La Santa Sede ha adherido a la Convención en el 2002.
La ACAT, Ong cristiana que lucha contra la tortura, en su informe anual sobre este tema indica que en uno de cada dos países todavía se practica la tortura, incluyendo los estados democráticos.

 

27/06/2017-05:04
Felipe Arizmendi Esquivel

La Jornada mundial de los pobres

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas

VER
¡El Papa Francisco está obsesionado por los pobres! A todas horas habla de ellos. Por eso, muchos lo critican, lo rechazan y cierran su corazón a lo que dice y hace. Para no aceptarlo, aducen como pretexto razones doctrinales o morales, argumentos económicos o ecológicos; pero lo que en el fondo les molesta es su condena implacable al sistema económico que excluye y mata a los pobres, así como su estilo austero y sencillo de vida, que es una acusación tácita al lujo y a los excesos de unos cuantos, también del mundo clerical. ¿Por qué esta su obsesión?
El mismo Papa ha platicado que, cuando la mayoría de los votos, en el Cónclave, lo señalaba como Sucesor de Pedro, el cardenal Hummes le dijo: No te olvides de
los pobres. Es la misma indicación que hicieron los apóstoles a San Pablo. Sin embargo, considero que su profunda experiencia en Aparecida es lo que más lo marcó. Por lo demás, la fe nos dice que el Espíritu Santo lo asiste, como también a sus antecesores, quienes insistieron en lo mismo, aunque con lenguaje y estilo propios.
Ahora ha establecido el penúltimo domingo del Tiempo Ordinario, a fines de noviembre, como Jornada Mundial de los Pobres, para que “en todo el mundo las comunidades cristianas se conviertan cada vez más y mejor en signo concreto del amor de Cristo por los últimos y los más necesitados. Invito a toda la Iglesia y a los hombres y mujeres de buena voluntad a mantener, en esta jornada, la mirada fija en quienes tienden sus manos clamando ayuda y pidiendo nuestra solidaridad. Son nuestros hermanos y hermanas, creados y amados por el Padre celestial. Esta Jornada tiene como objetivo, en primer lugar, estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro. Al mismo tiempo, la invitación está dirigida a todos, independientemente de su confesión religiosa, para que se dispongan a compartir con los pobres a través de cualquier acción de solidaridad, como signo concreto de fraternidad. Dios creó el cielo y la tierra para todos; son los hombres, por desgracia, quienes han levantado fronteras, muros y vallas, traicionando el don original destinado a la humanidad sin exclusión alguna.
Es mi deseo que las comunidades cristianas se comprometan a organizar diversos momentos de encuentro y de amistad, de solidaridad y de ayuda concreta. Podrán invitar a los pobres y a los voluntarios a participar juntos en la Eucaristía de ese domingo. Si en nuestro vecindario viven pobres que solicitan protección y ayuda, acerquémonos a ellos: será el momento propicio para encontrar al Dios que buscamos. De acuerdo con la enseñanza de la Escritura, sentémoslos a nuestra mesa como invitados de honor.
Que esta nueva Jornada Mundial se convierta para nuestra conciencia creyente en un fuerte llamamiento, de modo que estemos cada vez más convencidos de que compartir con los pobres nos permite entender el Evangelio en su verdad más profunda. Los pobres no son un problema, sino un recurso al cual acudir para acoger y vivir la esencia del Evangelio”.

PENSAR
Ya en Evangelii gaudium nos había dicho: “La Iglesia ¿a quiénes debería privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se encuentra con una orientación contundente: no tanto a los amigos y vecinos ricos, sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser despreciados y olvidados, a aquellos que «no tienen con qué recompensarte» (Lc 14,14). No deben quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten este mensaje tan claro. Hoy y siempre, los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio, y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer. Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos” (48). “De nuestra fe en Cristo hecho pobre, y siempre cercano a los pobres y excluidos, brota la preocupación por el desarrollo integral de los más abandonados de la sociedad” (186).

ACTUAR
Meditemos con sencillez del corazón y con apertura de mente qué nos pide Dios, por medio de esta convocatoria que nos hace el Papa. No pongamos pretextos ni excusos. No es una teología de la liberación marxista. No es comunismo, ni demagogia pastoral. ¡Es puro Evangelio! Si en verdad somos seguidores de Jesús, los pobres han de ocupar un lugar importante en nuestra vida.

 

27/06/2017-05:00
Antonio Rivero

XIII domingo del Tiempo ordinario Ciclo A

Textos: 2 Re 4, 8-11.14-16; Rom 6, 3-4.8-11; Mt 10, 37-42

P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor de Humanidades Clásicas en el Centro de Noviciado y Humanidades y Ciencias de la Legión de Cristo en Monterrey (México).
Idea principal: El que no toma su cruz y sigue al Señor, no es digno de Él.
Resumen del mensaje: Hoy el lenguaje de Cristo en el evangelio es duro de oír y de vivir. El seguimiento de Cristo comporta renuncias y sacrificios. En tantas ocasiones de la vida nos encontramos ante la encrucijada de opciones contradictorias: aceptar o no la cruz, optar por los valores del evangelio o por los más fáciles de este mundo. Hoy Cristo nos dice que debemos optar por él, por encima de intereses económicos o de lazos familiares, si queremos alcanzar la vida.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, la cruz era en tiempo de Jesús la más abyecta de las ejecuciones capitales, que los romanos aprendieron de los cartagineses y éstos de los bárbaros sometidos a las satrapías orientales; torturas exclusivas de esclavos. Tanto que al
esclavo se le llamaba “portador de la cruz” (furcifer). En la comedia Miles gloriosus, de Plauto, sale un esclavo y dice: “Sé que la cruz será mi sepulcro; allí
están colgados mis antecesores: padre, abuelo, bisabuelo, tatarabuelo” (2, 4, 372-373). Le temblaban las carnes a cualquiera con sólo oírlo. Ni idea puede tener el hombre del siglo XXI de la descarga eléctrica –miedo, repugnancia, escándalo- que les corrió por la espalda a los apóstoles cuando por primera vez le
oyeron a Jesús decir: “El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí”.
En segundo lugar, sabemos que hay cementerios de guerra en Centroeuropa con 2.000, 8.000 cruces idénticas a tresbolillo. ¡Qué pesadilla onírica! Nuestro mundo es una plantación de cruces morales, familiares, sociales, matrimoniales, políticas, diarias, físicas, espirituales. Y en cada cruz, un Cristo: el prisionero sin esperanza, el revolucionario derrotado, el condenado a muerte, el mártir de las estructuras injustas sin posibilidad de revolucionarlas, la mujer con la lanza de la traición clavada en el costado, el moribundo por un mal diagnóstico, el hijo muerto por sobredosis de droga, ese muchacho víctima de un pedófilo o pederasta. Los 15 millones de leprosos, los 800 millones de analfabetos, los 1.500 millones sin derechos humanos, los 4.650 millones de hambrientos, etc. Esto es un oleaje sin fin de sangre, sudor y lágrimas, dolor, tristeza y miedo, desesperación. ¿Por qué, para qué, por qué yo, precisamente yo y ahora, qué sentido tiene, a qué viene...? Y un eco místico en la tarde rebota por valles, almas
y siglos: “El que no toma mi cruz y me sigue...”.
Finalmente, preguntémonos, ¿por qué nos da tanto miedo la cruz? ¿Y por qué San Francisco Javier al acercarse en 1542 a las costas de la actual Kenia, al ver en la altura la columna que en 1498 levantó Vasco de Gama, una cruz de piedra roja,
escribió: “En verla, sólo Dios sabe cuánta consolación recibimos, viéndola así
sola y con tanta victoria entre tanta morería”. Al contemplar este mundo, este campo de cruces, se nos debería ensanchar el corazón porque estamos viviendo lo
que dice Jesús en el evangelio de hoy: “El que no toma su cruz y me sigue...”. Estamos por buen camino. No hay que buscar la cruz, sino soportarla, como hizo Jesús. Más que soportarla, hay que combatirla, como Jesús hizo con sus milagros. Más que combatirla hay que transfigurar la cruz por la aceptación y diálogo con Jesús. Más que transfigurarla hay que liberar la cruz, como Jesús: con ella a cuestas pero no abrumado, clavado pero no desesperado, muerto pero resucitado.
Para reflexionar: ¿Qué estoy haciendo con mi cruz, con esa astilla de la cruz que Cristo me ha participado de su enorme cruz? ¿La he tirado a la cuneta y cargado en los hombros de los demás ? ¿Refunfuño y la lleva a regañadientes? ¿Me he abrazado a ella, uniéndola a la cruz de Cristo para darle valor redentor y expiatorio?
Para rezar:
No te pido Señor,
que me quites la cruz,
sino que me des una
espalda fuerte para llevarla,
un corazón generoso para amarla
y una sonrisa para aceptarla.
Llevar la cruz con dignidad,
no sólo llevarla con paciencia.
Sólo así mi vida podrá llamarse
verdaderamente cristiana porque
se transformará en ti y llegaré
a ser otro Cristo.
Amen.

 

27/06/2017-04:38
Isabel Orellana Vilches

Beata María Pía Mastena – 28 de junio

(ZENIT – Madrid).- No es la primera vez que un integrante de la vida santa descubre el auténtico sendero de su vocación después de haber recorrido otros. María Teresa Mastena vivió esta experiencia. Nació en Bovolone, Verona, Italia, el 7 de diciembre de 1881. Fue la primogénita de siete hermanos. Su padre Giulio, que regentaba una tienda de comestibles, y su madre María Antonia, que ejercía como maestra infantil en una escuela, les dieron una formación en la fe tan sólida que recibieron la gracia de ver cómo se consagraban dos de ellos porque Emilio Tarsicio, el penúltimo, fue capuchino. Además, otra de las hermanas, Magdalena, fue terciaria capuchina. Antes de cumplir 10 años en nota escrita prometió a Dios su virginidad, lógica salida para una niña que recordaba sentirse inmersa en Él hacia los 3 años.
La primera comunión en 1801 fue un instante lleno de resonancias místicas. A los 14 mostró su deseo de ingresar en el convento, pero la edad le obligó a demorar su ingreso, hasta que en 1901 las Hermanas de la Misericordia la acogieron en la comunidad. Se caracterizó por su piedad; ya guardaba dentro de su corazón una intensa devoción por el rostro de Cristo, cuya imagen plasmada en una antigua pintura se había acostumbrado a venerar en su casa paterna.
Percibía en su interior la llamada a una progresiva conversión, y el 11 de abril de 1903, fecha en la que Gemma Galgani entraba en la gloria, Teresa se unía místicamente sin saberlo a quienes, como esta pasionista, habían entregado su vida a Dios ofreciéndose en holocausto. Gemma murió custodiando su integridad, en aras de la pureza. Teresa, autorizada por sus superiores, quiso pronunciar ese día el voto privado de hacerse víctima. Profesó a finales de octubre de ese año tomando el nombre de Passitea del Niño Jesús. En 1905 finalizó los estudios de magisterio y en 1907 fue habilitada para impartir clases elementales. Estaba capacitada para asistir a niños enfermos, que fueron objeto de su enseñanza, fundamentalmente. Ejerció la docencia en Miane, mientras asumía la misión de superiora.
Su sed de progresar en el amor iba in crescendo, y en 1915 obtuvo el permiso del prelado monseñor Caroli para añadir nuevo voto a su vida: el de perseguir en todo lo más perfecto. En Miane hubo personas generosas que con sus aportaciones le permitieron abrir un centro-asilo para niños, un orfanato, una escuela y un club social. Hasta ese momento no había manifestado abiertamente lo que bullía en su interior. Estaba agradecida por todo lo que había aprendido junto a las Hermanas, pero no terminaba de encajar en ese carisma. Por eso, en 1927 ingresó con las religiosas cistercienses de San Giacomo di Veglia. Fue en este lugar donde al profesar tomó el nombre de María Pía. Pero lejos de la necesaria estabilidad humana y espiritual que perseguía, no tardó en darse cuenta de que la clausura tampoco era para ella. Y, de acuerdo con el prelado de Vittorio Veneto, monseñor Eugenio Beccegato, a finales de ese mismo año retornó a las aulas. Su decisión no fue comprendida; algunos de los que le prestaron apoyo, se pusieron en contra; fue objeto de críticas y represalias.
Impartió clases en Miane, Carpesica y San Fior. Su creatividad apostólica no estaba agotada: abrió un asilo, un comedor para niños sin recursos, y un taller. Sin olvidarse ni un segundo del voto de buscar siempre lo más perfecto tenía presente poner «toda la atención en ejercitar la santa indiferencia en todas las cosas» dando vía única a dos expresiones «el Fiat y el Deo gratias» tanto en las situaciones adversas, las que revistieran gravedad, como en los instantes felices.
Generalmente las obras destinadas a dar gloria a Dios no surgen sin más. En su origen hay todo un ejercicio de entrega de quien las impulsa: aflicción por las necesidades de los demás, que se anteponen a las particulares, un torrente de pasión incontenible que tiembla ante el despilfarro de la gracia divina, y un punzante anhelo de dejarse la vida literalmente, si es preciso, sembrando la semilla del evangelio por cualquier recodo. Si se ha contemplado el rostro de Dios en el otro, queda desterrado el legítimo descanso. Falta tiempo para atender al prójimo, para desgastarse en aras de ese amor incomparable que corre por las venas. Un apóstol no quiere ni pensar que tan solo uno de sus hermanos se pierda. Teresa había experimentado el sentimiento evangélico de ver en ellos al mismo Cristo. Por eso, mientras enseñaba dio los pasos oportunos para instituir una nueva fundación, materializada en 1930 en San Fior, y que implícitamente acogía estas vivencias de las que daba cuenta con su heroico quehacer.
Benedicto XVI, en la ceremonia de beatificación el 13 de noviembre de 2005, sintetizó sus elevados afanes con estas palabras: «...conquistada por el Rostro de Cristo, asimilo los sentimientos de dulce premura del Hijo de Dios hacia la humanidad desfigurada por el pecado, y lo concretó en gestos de compasión y después proyecto un Instituto con la finalidad de propagar, reparar, devolver la imagen del dulce Jesús en las almas». Su íntimo deseo era: «cada acto que realice con mis manos sea un trabajo continuo en torno al Corazón dulcísimo de mi Jesús...». Este Instituto de la Santa Faz tendría la finalidad de «... propagar, reparar y restaurar la imagen amable de Jesús en las almas».
En 1933 la beata instituyó la «Pía obra de socorro», y en 1936 abandonó la docencia. Entre tanto seguía con los trámites para el reconocimiento de su institución que llegó en 1947 después de haber sido recibida en audiencia por Pío XII en varias ocasiones. Al año siguiente se celebró el primer capítulo en el que salió elegida superiora general de forma unánime. Pero no pudo permanecer mucho tiempo en este oficio. Padecía diabetes, angina de pecho e hipertensión. En abril de 1951 sufrió un infarto; fue un aviso. El 28 de junio de ese año en Roma una nueva parada cardiaca terminó con su vida. Desde ese momento contemplaría, cara a cara y para siempre, el rostro de Dios.

 

27/06/2017-03:44
Isabel Orellana Vilches

San Cirilo de Alejandría – 27 de junio

(ZENIT – Madrid).- Circulan narraciones de grandes vidas que adolecen del rigor debido y se multiplican sin contrastar; así las conserva la memoria. A veces reaparecen sepultadas entre dudas y equívocos varios. Es lo que ha sucedido con la biografía de este obispo y doctor de la Iglesia, traída a la palestra en un tinglado lleno de prejuicios y errores vertidos en una realización cinematográfica dirigida en 2009 por un guionista y director chileno-español. Esta controvertida creación levantó gran polvareda y sembró confusión respecto al discurrir de Cirilo, que nació en Alejandría a finales del siglo IV. Contrariamente a lo afirmado en el film, tan negativo para él, la realidad de su acontecer fue su lucha sin desmayo para impugnar las herejías, especialmente la de Nestorio, patriarca de Constantinopla. Simplemente su papel providencial e inspirado en la defensa de María, a la que dio el título de «Madre de Dios», acogido y proclamado por el concilio de Éfeso el año 431, lo dice todo; constituye un hito sin precedentes dentro de la Iglesia católica.
Mucho antes, el año 403, este hombre de Dios, que había recibido una esmerada educación, participó en el sínodo de la Encina, en Constantinopla, donde el prelado de la ciudad san Juan Crisóstomo fue depuesto para primar sobre su sede la de Alejandría. Ésta se hallaba ocupada en esa época por el patriarca Teófilo, tío de Cirilo, un hombre de difícil carácter, una persona incontinente que vivía inmersa en la violencia. Mientras duró su ministerio, él actuaba de mediador y consejero de las gentes aterrorizadas por su severo gobierno. Le sucedió el año 412, tras su muerte, pero seguramente las hebras del odio ya se habían esparcido por la ciudad. Cuando, aproximadamente unos tres años más tarde, hallaron muerta a Hypatia, seguidora de Platón, conocida y admirada por su sabiduría, las infames calumnias apuntaron hacia Cirilo, y la duda acerca de su implicación en el crimen quedó en el aire como un dardo envenenado. Este hecho es el trasfondo de una vil leyenda azuzada por el pagano Dasmacio, un escritor que consideraba al santo obispo su rival. Lo que éste hizo en realidad fue amonestar a su pueblo instándole a abandonar, con toda severidad, gestos homicidas a los que tan frecuentemente estaba abocado.
Desde el año 412 al 444, época en la que rigió la comunidad de Egipto, hizo frente a una época convulsa para la Iglesia de Oriente; logró mantenerla en la ortodoxia, a petición del papa san Celestino, aún a costa de muchos sinsabores. Solo un hombre de su garra y tesón podía defender la verdad católica con esa valentía de la que hizo gala también al ser encarcelado durante varios meses por su defensa del Theotòkos. «Nosotros –escribió emulando a san Pablo– por la fe de Cristo estamos listos a padecerlo todo: las cadenas, la cárcel, todas las incomodidades de la vida y la misma muerte». No fueron palabras.
Cuando el año 429 estalló la controversia impulsada por Nestorio, manejó hábilmente los hilos para apaciguar el espíritu de los ciudadanos agitados por distintas tensiones, entre otras, las de las escuelas de Antioquia y Alejandría. Las rivalidades en materia doctrinal salpicaban los púlpitos. Cirilo no se arredró, y persiguió todas las sectas heréticas como la de los apolinaristas. Cuando se trató de combatir a Nestorio, empeñado en otorgar a María el título de «Madre de Cristo» («Christotòkos»), frente al de «Madre de Dios» («Theotòkos»), que defendía Cirilo, éste echó por tierra todas sus argucias antes del concilio y durante el mismo, doblegando al heresiarca y a sus seguidores. El año 430 le envió una carta en la que afirmaba contundentemente: «Es necesario exponer al pueblo de Dios la enseñanza y la interpretación de la fe de la manera más irreprensible y recordar que quien escandaliza, aunque sea a uno sólo de los pequeños que creen en Cristo, sufrirá un castigo intolerable».
Obtuvo la condena de las tesis nestorianas cuántas veces fue oportuno ponerlas en solfa, hasta que el concilio de Éfeso ratificó el error el año 431, y Nestorio quedó definitivamente defenestrado, debiendo abandonar Constantinopla. Cuando cesó el imponente duelo, en el que otros estuvieron implicados dentro de la Iglesia, y triunfó la tesis de Cirilo, éste se dedicó a explicar las Sagradas Escrituras tratando de arrancar cualquier célula herética que pudiera quedar en el ambiente. Con su aportación teológica no solo había otorgado a María el privilegio que le corresponde por su maternidad divina; al mismo tiempo, defendía el dogma de la Encarnación.
Con el santo terminaron las controversias trinitarias. Fue heraldo de la reconciliación por la que se empeñó hasta conseguir que hubiese un vínculo con Antioquia logrado el año 433. Dejó escritos numerosos tratados doctrinales, cartas pastorales y homilías. Fue un extraordinario exegeta. Su gran intuición, además de excelente oratoria y sutileza, eran genuinas herederas de la escuela de Alejandría en la que se había formado. Fue un continuador de Orígenes y discípulo del gran san Atanasio. Su vida y su obra eran garantía de fidelidad a la tradición apostólica. De ahí que fuese recordado en el Oriente como «custodio de la exactitud». Murió el 27 de junio del año 444. León XIII lo nombró doctor de la Iglesia en 1882. Pío XII le dedicó la encíclica Orientalis Ecclesiae en 1944. Es venerado tanto en Oriente como en Occidente.

 

27/06/2017-16:30
Sergio Mora

Evento en Roma por el jubileo de Santa Rosa

(ZENIT – Roma, 27 Jun. 2017).- Una conferencia para profundizar sobre la vida de Santa Rosa de Lima, se realizó este martes en Roma, en el convento de Santa María Sopra Minerva, de los dominicanos, a dos pasos del Panteón romano.
Organizada por la embajada de Perú ante la Santa Sede, el evento se realizó en la sala capitular del convento con la relación del sacerdote dominicano español, Jesús Ángel Barreda, profesor de misiología en la Universidad Urbaniana de Roma, con la presencia del prior, Riccardo Lufrani y de la embajadora María Elvira Velásquez Rivas-Plata.
El estudioso narró una serie de hechos poco conocidos sobre la vida de santa Rosa de Lima, en el siglo Isabel Flores de Oliva (Lima, 20 de abril de 1586 – 4 de agosto de 1617), religiosa peruana perteneciente a la tercera orden dominicana, canonizada en 1671 por el papa Clemente X.
“De su vida se ocuparon casi 400 biógrafos, como consta en el proceso de su beatificación, así como la intervención de la Santa Sede ante la devoción que había despertado sin haber sido aún beatificada”, indicó el relator. Que también señaló algunos hechos menos conocidos, como la ceremonia de beatificación en Roma.
La embajadora conversando con ZENIT precisó: “el evento se enmarca en el año jubilar con motivo de los 400 años del fallecimiento de Santa Rosa de Lima”. En la iglesia de Santa María sopra Minerva cuya primera construcción es del siglo XIII, fue lugar de dos cónclaves y hay una capilla dedicada a los santos peruanos.
A la conferencia le siguió un vino de honor.