Tribunas

Un ramo de flores para Sor Rosario

Jesús Ortiz


 

¿Qué habrá en la mente de un hombre para dar un puñetazo en la cara a una religiosa, en plena calle de Granada al grito de ¡por monja!? 

La hermana Rosario hace habitualmente un trayecto para acompañar a los niños desde la Escuela Hogar de la congregación que los acoge hasta un colegio próximo. ¿Qué hay en su corazón para dedicar la vida a Dios y a los demás? Sencillamente que ha planeado su vida como servicio, algo que parece lo más natural y normal del mundo pero que no lo es tanto, como todos sabemos.

 

Por Dios

En efecto, no son muchos los que plantean su vida y sus trabajos como servicio pues abundan quienes lo hacen exclusivamente por sus intereses legítimos o no tan legítimos. Y parece normal lo primero aunque no es tan normal: hay que esforzarse mucho por desarrollar el afán de servir, la solidaridad, y en definitiva la caridad cristiana. Porque lo que mueve realmente a Sor Rosario es el amor de Dios, su entrega personal a Jesucristo, y su vocación a vivir la caridad con todos. Sin esto ella sería una buena persona solidaria y nada más,  y la Iglesia tan odiada por ese individuo sería sólo una internacional de la solidaridad.

Como es natural en los bien nacidos estas religiosas están recibiendo el cariño inmediato de los granadinos, como ese hombre que ha dejado en el convento un ramo de flores con una nota de reconocimiento a su labor. Y media España se une a ese detalle de admiración; digo media España pues quizá esta expresión coincida con la realidad  actual configurada hoy por los políticos del rencor y de miras egoístas que están inculcando en nuestra sociedad el cáncer del odio y de la desintegración: la Ley de Memoria Histórica está destruyendo las bases de la convivencia social; el espíritu de la Transición alcanzado hace cuarenta años; y divide a los españoles en unas derechas y unas izquierdas enemigas irreconciliables,  hasta la destrucción del contrario por parte de la izquierda radical.

El agresor de esta religiosa no es un jovencito irresponsable sino un hombre impulsado por el odio a la religión católica ¿Qué valores le han inculcado en su familia?, ¿quiénes le han inculcado ese fanatismo anticatólico?, ¿qué sabe este sujeto de Dios y de la religión?

Orígenes

Este episodio es contemporáneo al intento de quemar una capilla en la Universidad Autónoma de Madrid, con la macabra pintada «La Iglesia que ilumina es la que arde». Y estos sucesos desgraciados rechazados al menos por media España también son contemporáneos de la nueva postura del Partido Socialista de impulsar el tono beligerante en temas éticos y religiosos: avanzar hacia la eutanasia; ampliar más la ley del aborto; suprimir el IBI de algunos inmuebles eclesiásticos que cumplen con la ley para instituciones solidarias, culturales y deportivas; sustituir la Religión en la escuela por la Ciudadanía; y desearían cambiar los Acuerdos el Estado español con la Santa Sede.

Hay pues en España una atmósfera laicista muy contraria al catolicismo que está alimentada desde hace décadas por partidos políticos de izquierdas, y por poderosos medios de comunicación, del cine español, de series de televisión,  y de la literatura que responden a una verdadera ingeniería social para fabricar hombres y mujeres como el agresor de Sor Rosario. Ella, junto con sus hermanas religiosas han depositado ese ramo de flores junto al Sagrario donde Jesucristo les fortalece contra la incomprensión y la cristianofobia.

 

Jesús Ortiz López
Doctor en Derecho Canónico