Editorial \ Reflexiones en frontera

Sintonizar con Jesús la gratitud y la alegría, que son fruto de la paciencia y la humildad

RV | 08/07/2017 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

En el Evangelio del domingo Jesús aparece contento, alegre. Es que este es el espíritu constante de Jesús, aquello que lo mueve, la alegría y la gratitud por el amor del Padre. “Te doy gracias Padre” dice Jesús lleno de alegría, con el calor y la  luz que brotan de su corazón enamorado del amor del Padre que no lo abandona. A Dios lo llama, “Señor del cielo y de la tierra”, aunque no todos en ese momento estén cumpliendo la voluntad de Dios, como decimos en el Padrenuestro, porque el Señorío y el poder del amor de Dios es más fuerte que todo, más fuerte que el mal. Y esa es una razón fuerte para la alegría y la gratitud de Jesús.

Pero Jesús revela otra razón para su alegría y es que hay mucha gente humilde, buena, que tienen conciencia de su pequeñez frente al desborde del amor desproporcionado de Dios, y son los que sintonizan con Jesús la misma frecuencia de su alegría y gratitud.

Él los llama, ellos responden y lleno de amor les dice “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados que yo les daré descanso. Aprendan de mí que soy paciente y humilde corazón”, porque esa es la clave de la felicidad la humildad, la mansedumbre, la paciencia.

Escuchemos el llamado de Jesús: “Vengan a mí que yo les daré descanso” y abramos el corazón de par en par a su gratitud y su alegría.

@jesuitaGuillo