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Obispos de Ecuador: “La actividad minera sólo deja agua y campos contaminados”

RV | 11/07/2017


 

“Los campesinos en Palo Quemado (Ecuador), están viviendo en su propia carne el impacto ambiental producido por la minería, sobre todo en el agua y en los campos contaminados”, es la denuncia de Mons. Geovanni Mauricio Paz Hurtado, Obispo de la diócesis de Lacatunga (Ecuador).

Según informó la Agencia Fides, Mons. Paz Hurtado realizó estas declaraciones en los últimos días en un Encuentro en Sigchos, cerca de Latacunga, una ciudad en la meseta de Ecuador, capital de la provincia de Cotopaxi y del cantón del mismo nombre, a 90 km al sur de Quito, cerca del volcán Cotopaxi.

El Obispo de Lacatunga en su intervención afirmó que, una especie vegetal que servía para la alimentación del ganado, ya no existe, “son cosas que produce la minería, precisó, he ido a constatar que después de su exploración  deja el terreno destruido… Es por eso que la gente está atemorizada y preocupada”.

Después de varias intervenciones sobre lo que implica el cambio ambiental a largo plazo, la Agencia Fides señaló que los participantes en el Encuentro decidieron reunirse el 19 de julio en la parroquia de Palo Quemado, donde discutirán la propuesta de dejar el cantón de Sigchos fuera de cualquier actividad minera. La zona es famosa por la producción de Panela, un preparado de alimentos obtenido a partir del jugo de caña de azúcar, que se somete a ebullición y evaporación a temperaturas elevadas; del que se produce una melaza viscosa que se vierte en moldes pequeños en los que se deja enfriar.

Además, es la única zona de Ecuador con el certificado “verde”, es decir, el mejor, por lo que se presenta el riesgo de detener o destruir esta producción nacional. En este sentido, Mons. Paz Hurtado dijo que, “creo que nuestra preocupación por nuestra gente y el cuidado de nuestra casa común es responsabilidad de todos. La actividad minera – subrayó el Obispo – ofrece una solución temporal a los problemas económicos de la familia, pero no nos damos cuenta del impacto a largo plazo”.

(Renato Martinez – Radio Vaticano)