Profundización \ Espiritualidad

Virgen del Carmen: la revolucionaria ternura de María

RV | 15/07/2017


 

Esta semana, el mundo católico reza la novena a la Beata Virgen María del Monte Carmelo, la Virgen del Carmen, cuya fiesta se celebra el 16 de julio.

La Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, es una de las devociones marianas más populares en todo el mundo. Su nombre recuerda el monte en el que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios vivo y en el que, más tarde, algunos, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, dando origen con el correr del tiempo a una orden religiosa de vida contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios: los Carmelitas.

La devoción a la Virgen del Carmen se propagó de manera particular en los lugares donde los Carmelitas se establecieron, y se vive de modos diversos:  en España, la Virgen del Carmen es la Patrona del Mar, y el 16 de julio, día de su Fiesta, los marineros festejan llevando el icono de María al mar. En otros países, como Chile, es la Patrona de la Nación, en Colombia es la Patrona de los conductores… En Roma, a dos pasos del Vaticano, en el barrio de Trastevere, está la fiesta de la popularísima Virgen de Noantri.

Es realmente es una devoción extendida en todo el mundo, también a través del escapulario, un signo simple, humilde, pero con un fuerte sentido para todo el pueblo de Dios. La Virgen del Carmen toca algunos puntos neurálgicos de nuestra fe, como por ejemplo, la belleza del Carmelo, y  también la sencillez de esta promesa del escapulario llega verdaderamente al corazón del pueblo que, como ha dicho el Papa Francisco en muchas ocasiones, también a través de la piedad popular manifiesta las grandes verdades de nuestra fe.

María, Estrella del mar

Pero, ¿por qué la llaman Estrella del Mar? Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición dice que antes de partir la Virgen se les apareció mientras cantaban el Salve Regina y Ella prometió ser para ellos su “Estrella del Mar”. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen, porque el Monte Carmelo se alza como una estrella, junto al mar.

La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo y a ellos se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en Ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se les llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo".

El escapulario de la Virgen

Apareciéndose a San Simón Stock, la Virgen prometió que quienes llevaran su escapulario tendrían el privilegio de entrar inmediatamente después de la muerte al Paraíso.

Para los carmelitas, que usan el escapulario junto a una vida sacramental y de virtud,  es un recuerdo de su consagración a la Virgen, de su protección y también un recuerdo de la vida cristiana. Entre los grandes devotos del escapulario encontramos a San Juan Pablo II y al Beato Oscar Arnulfo Romero, que lo usaron toda la vida y para ellos fue un signo de su gran devoción mariana, profunda vida cristiana y compromiso social en la vida cotidiana.

La Virgen de la belleza

La Virgen María del Monte Carmelo es también la Virgen de la belleza: el monte Carmelo, en las Escrituras, era el monte de la belleza de María. Ella nos recuerda que no obstante los problemas, no obstante las decepciones de la vida, debemos promover la belleza de la fe, de la caridad, del servicio fraterno. Es una invitación a promover la belleza de nuestra vida.

La devoción mariana que nos transforma

Este 2017, estamos conmemorando el primer centenario de las apariciones de Fátima. Es bien sabido que, en la sexta aparición, acaecida en octubre de 1917, los pastorcillos señalaron que la Virgen se apareció bajo la advocación de la Virgen del Carmen que se veneraba en su parroquia. En 1924, declarando ante el tribunal diocesano, Lucía insistió en ello y añadió que “llevaba una cosa colgando en su mano derecha” (el Santo Escapulario).

El Papa Francisco, el 12 de mayo 2017, en la capilla de las Apariciones en Fátima, insistió en cómo los valores del Evangelio transforman y revolucionan nuestra vida y la devoción a la Virgen nos ayuda a descubrirlos y a vivirlos en plenitud. Y la devoción mariana nos hace más humanos:

“Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes. Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de Ella un modelo eclesial para la evangelización”.

Pidamos a la Virgen del Carmen que en los momentos de crisis sea, más que nunca, nuestra “Estrella del mar”, que nos muestre el camino hacia Jesús. Y recordemos que, como dijo también el Papa en Fátima:

“Llevados de la mano de la Virgen Madre y ante su mirada, podemos cantar con alegría las misericordias del Señor. Podemos decir: Mi alma te canta, oh Señor. La misericordia que tuviste con todos tus santos y con todo tu pueblo fiel la tuviste también conmigo”.

(María Cecilia Mutual - Radio Vaticana)