Servicio diario - 15 de julio de 2017


La cuenta Twitter del Papa llega a 35 millones de seguidores
Redacción

Placet de la Santa Sede al plan ONU para prevenir la violencia por factores religiosos o raciales
Redacción

Peregrinos de la ex-Unión Soviética en Fátima por el centenario del mensaje que habla de Rusia
Redacción

Santa María Magdalena Postel – 16 de julio
Isabel Orellana Vilches

Nuestra Señora la Virgen del Carmen – 16 de julio
Isabel Orellana Vilches


 

15 julio 2017
Redacción

La cuenta Twitter del Papa llega a 35 millones de seguidores

La más numerosa es en español, pero la cuenta en latín sorprendió a todos

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 15 Jul. 2017).- La cuenta Twitter@Pontifex del Santo Padre en nueve idiomas ha superado los 35 millones de seguidores.

Fue Benedicto XVI, quien abrió el 3 de diciembre de 2012 la cuenta en Twitter, una de las más seguidas del mundo con mayor número de retweets y a su renuncia la dejó para que el papa Francisco continuara con ella.

La cuenta en español es la más vista con 13,3 millones de seguidores, le sigue la cuenta en inglés con 11,4 millones. En italiano son 4,3 millones de seguidores; en portugués son 2,67 millones, le siguen el alemán y polaco. Si bien la menos numerosa sea la del idioma árabe con 375 mil, se entiende la importancia de la misma. Una de las sorpresas fue en latín, que ha llegado 815 mil inscritos.

Los mensajes en la cuenta Twitter, también llamados ‘Tweet’ o ‘Tuit’, tienen un máximo de 140 caracteres, o sea semejante a una frase pequeña o a un título largo y los inscritos pueden recibir estos mensajes en directa sobre los teléfonos móviles o por correo electrónico.

Uno de los tweets que más repercusión ha tenido es el que el Santo Padre hizo el 30 de junio en defensa de la vida, referido al pequeño Charlie Garde: “Defender la vida humana, sobre todo cuando es herida por la enfermedad, es un compromiso de amor que Dios confía a cada ser humano”, con 1,1 millón de re-tweets.

Otra de las cuentas del papa Francisco nació el 19 de marzo de 2015, en Instagram. Así @Franciscus ahora superó a los 4 millones de seguidores.

 

 

15/07/2017-16:44
Redacción

Placet de la Santa Sede al plan ONU para prevenir la violencia por factores religiosos o raciales

(ZENIT – Roma, 15 Jul. 2017).- El observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas, Mons. Bernardito Auza, consideró positivo el plan propuesto este viernes en el Palacio de Vidrio en Nueva York, para prevenir la incitación a la violencia de líderes u otros actores religiosos que puede llevar a crímenes de masa. Entra de lleno en ese sentido, el terrorismo internacional que se escuda en la religión.
“El Plan, en su conjunto, representa un progreso importante y concreto en la promoción de una cultura y de una sociedad coherentes con la responsabilidad de proteger a la gente, como definido por el documento final de la Cumbre Mundial de 2005”, indicó Mons. Auza.
Se trata del primer documento internacional de este tipo, destinado a impedir la incitación al odio y a la violencia contra personas o comunidades sobre la base de su pertenencia, y que tiene en vista desarrollar estrategias regionales específicas en este ámbito.
Fruto de tres años de trabajo y de varias investigaciones a nivel global y nacional, el Plan de acción contiene una serie de recomendaciones detalladas para los Estados, organizaciones de la sociedad civil y para los medios de comunicación.
Se basa en la conciencia de que la prevención de genocidios, crímenes de guerra, limpieza étnica y crímenes contra la humanidad solicitan la colaboración de todas las comunidades e instituciones.
El primer elemento positivo del documento es el hecho de “subrayar la responsabilidad de los Estados de proteger a las poblaciones de crímenes atroces y de su incitación”, pero también “de alentar a los Estados a ejercer sus responsabilidades”.
“El segundo elemento positivo del Plan de acción es el reconocimiento del papel positivo de los líderes y organizaciones religiosas en la prevención de tales atrocidades, en particular en la lucha a instrumentalizar la religión para justificar la violencia”.
Sin olvidar que “si bien los líderes y organizaciones religiosas tienen un papel importante que desempeñar en la prevención de crímenes atroces, ellos no poseen todos los medios que los Estados disponen para detenerlos”.
“Conforme subrayado, el 28 de abril pasado, por el papa Francisco en la Conferencia Internacional para la Paz de Al-Azhar, en El Cairo, Egipto,” la religión no es el problema, sino parte de la solución “. “Pero para que los líderes religiosos puedan desempeñar ese servicio es fundamental que la religión no sea relegada a la esfera privada”, observó Mons. Auza.
El prelado subrayó la importancia de la participación de los líderes religiosos en el diálogo entre las religiones, tal como se muestra en el Plan de acción de la ONU, también a través de obras a favor de la justicia y del bien común.
El papel y el trabajo de los líderes religiosos, de los fieles en general y del diálogo interreligioso, son cruciales no sólo para prevenir la incitación a la violencia religiosa, sino también para estimular un círculo virtuoso que crea sociedades pacíficas e inclusivas, donde los crímenes atroces son éticamente inaceptables e inimaginables “, concluyó el observador de la Santa Sede.

 

 

15/07/2017-16:28
Redacción

Peregrinos de la ex-Unión Soviética en Fátima por el centenario del mensaje que habla de Rusia

(ZENIT – Roma, 15 Jul. 2017).- Una grupo de peregrinos procedentes de varios países de la ex Unión Soviética llegó a Fátima este jueves, con motivo del centenario de la aparición de Nuestra Señora en la que hizo una referencia directa a Rusia. La evocación de las apariciones de julio de 1917 tiene como tema ‘La Virgen María, Reina de la Paz’.
Monseñor Clemens Pickel, obispo de la diócesis de San Clemente en Saratov, Rusia indicó a la agencia Ecclesia que “durante el comunismo, muchas personas en Rusia rezaban. Sabían de Fátima, pero era peligroso hablar de eso y si hablaban de Fátima o de los pastorcitos por ejemplo, podrían ser condenados a 10 años en los campos de trabajo forzado de Siberia”. Y añadió: “Era un sueño y ahora pudimos realizarlo”.
En estos días además de la peregrinación de los católicos de los países de idioma ruso, el Santuario recibe a unos 110 grupos de peregrinos, procedentes de 24 países.
También el arzobispo de Moscú Paolo Pezzi estuvo en Fátima, y recordó las persecuciones contra los cristianos en el siglo XX, alertando para las consecuencias de los totalitarismos en la vida de las sociedades.
Los videntes revelaron que en la aparición del 13 de julio de 1917, Nuestra Señora les dijo: “Para impedir la guerra, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros sábados”.
“Si atienden a mis peticiones Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas. Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará “, así lo recordó Sor Lucía, fallecida en el 2005.
En esta aparición tuvo lugar la visión del infierno y la revelación del sufrimiento de la Iglesia y de un obispo vestido de blanco, la trilogía que constituye el llamado Secreto de Fátima.

 

 

15/07/2017-04:41
Isabel Orellana Vilches

Santa María Magdalena Postel – 16 de julio

(ZENIT – Madrid).- En esta festividad de la Virgen del Carmen, el santoral incluye, entre otros, la celebración de esta francesa. Una mujer intrépida y valerosa, probada en su fe durante décadas, que tuvo la gracia de contemplar en su intensa y dilatada existencia los frutos de sus desvelos: cerca de cuarenta conventos e iglesias impulsadas por ella. No escatimó esfuerzo alguno, contribuyendo a su construcción, en algunos casos, con sus propias manos. Una imagen de la Piedad venerada en la parroquia de su localidad natal, de la que se prendaron sus ojos infantiles, fue uno de los pilares de su espiritualidad y apostolado.
Julie Françoise Catherine nació el 28 de noviembre de 1756 en Barfleur, Normandía. El bellísimo paraje costero y las riveras del mar cuajadas de pescadores fueron el paisaje que enmarcó una parte de su vida. Era la primogénita de siete hermanos. Sus padres, campesinos con buenos recursos, no pudieron acompañarla mucho tiempo en este mundo; ambos murieron pronto. Seguramente no tuvieron noticia de que a los 9 años, cuando hizo la primera comunión, esta hija llamada a dar gloria a Dios había ofrecido su castidad. Cursó estudios con las benedictinas de Valognes quienes viendo su piedad y aplicación, junto a otras cualidades y virtudes, se fijaron en ella soñando con una nueva vocación a insertar en sus filas. Julie había tomado la decisión de consagrarse a Dios, pero una vez adquiridos los conocimientos las dejó. Y a la edad de 18 años abrió en Barfleur una primera escuela de carácter gratuito dirigida a la educación de las niñas sin recursos. No contaba con el estallido de la Revolución francesa que se produjo cinco años más tarde, interfiriendo en el pulso de la sociedad y en sus proyectos.
¡Quién iba a pensar que esta joven tendría tantos arrestos como para encabezar una especie de resistencia a favor de los sacerdotes perseguidos! Pero es lo que sucedió. Actuando con perspicacia se hizo una experta en el modo de socorrer a los clérigos; abrió vías para que pudieran huir a Inglaterra. Milagrosamente se libró de ser capturada. Esta labor clandestina, que hizo de ella una gran líder defensora de la Iglesia oprimida, le permitió obtener el permiso correspondiente para custodiar la Eucaristía en su propio domicilio, y a administrarla incluso a quienes se hallaban en trance de muerte. Que una mujer recibiera esta facultad era algo insólito en la época, y la gente comenzó a denominarla «la virgen sacerdote». Habilitó un espacio debajo de la escalera, a manera de capilla, donde mantenía a buen resguardo la reserva eucarística; un lugar donde los sacerdotes oficiaban la misa. Durante cuatro años puso todo su empeño para que la fe no se malograra. Impartía catequesis a niños y adultos, al tiempo que encabezaba y alentaba a la realización de obras caritativas. En 1798 se comprometió como terciaria franciscana y tomó el nombre de María Magdalena.
Tras algún que otro contratiempo surgido en torno a su labor, se trasladó a Cherbourg para colaborar con un proyecto docente. Contó con el respaldo del sacerdote Abbé Cabart, ya que ambos confluían en similar afán: educar a los jóvenes en la fe y conducirlos a Dios. Julie deseaba extender su labor a los pobres. Y en 1805, de común acuerdo, abrieron una escuela que la santa puso bajo el amparo de la Virgen, Madre de Misericordia. Dos años más tarde, el 8 de septiembre de 1807, emitió los votos junto a otras colaboradoras, fundando las Hermanas de las Escuelas Cristianas de la Misericordia con el objetivo de educar a los jóvenes y auxiliar a los pobres. Su espíritu franciscano se traslucía en su generosidad y el ímpetu apostólico enriquecido por su intensa oración. Y su vida ascética se caracterizaba por una severa austeridad. Incluía disciplinas como los cilicios, ayunos estrictos de cuatro días de duración –no se permitía más que una comida diaria–, y por lecho tenía una cruz de madera, por mencionar algunas de las rigurosas penitencias que se impuso. Externamente se añadieron otras mortificaciones como las dificultades que tuvo que afrontar para seguir sosteniendo la fundación. «Obediencia hasta la muerte» era su consigna, fruto de su recogimiento, signo de su caridad.
La comunidad se vio obligada a iniciar una peregrinación por diversas localidades: Octeville L’Avenel, Tamerville, Valognes... Parecía que en ningún lugar podían afincarse. En 1832 adquirió una ruinosa abadía benedictina en Saint-Sauveur-le-Vicomte, y allí se establecieron. Su restauración fue costosísima para la santa y para sus hermanas. Había querido que sus hijas, con ella al frente, se implicaran personalmente en el trabajo; cualquiera que fuera les sería útil. La tareas agrícolas y la costura, entre otros, asumidos por la comunidad les servía para poder seguir haciendo el bien a los necesitados a través de la docencia. Aportaron su buen hacer a la reedificación del edificio. Entonces Julie tenía 76 años, que en esa época, con un índice de vida escuálido, se podía considerar toda una anciana.
Nunca se desanimó y luchó lo que hizo falta con tenacidad, confiando en la divina Providencia, sin dudar de que la fundación llegaría a buen puerto, aunque hubo momentos en los que le sugirieron disolverla. En el inicio la obra estuvo orientada a la enseñanza; después, Roma les propuso hacer extensiva su labor al cuidado de los enfermos, y la fundadora acogió con gozo la demanda. Su vida, que había sido agraciada con diversos dones, culminó en el convento de Saint-Sauveur-le-Vicomte el 16 de julio de 1846. Iba camino de 90 años. Pío X la beatificó el 17 de mayo de 1908. Pío XI la canonizó el 24 de mayo de 1925.

 

 

15/07/2017-15:03
Isabel Orellana Vilches

Nuestra Señora la Virgen del Carmen – 16 de julio

(ZENIT – Madrid).- La Virgen, Stella Maris, tiene en ésta advocación del Carmen una de las más bellas que se le han conferido. Ha sido adoptada por los valientes hombres y mujeres de la mar que van meciéndola entre las olas, mientras de sus gargantas brotan las notas de la Salve Marinera, esa oración que elevan al cielo y que les acompaña noche tras noche mientras faenan, plegaria que nubla los ojos y conmueve el corazón. Emoción y sentimiento, la devoción y la fe, se abren paso este día entre las sirenas de las embarcaciones y traineras tributando un sentido canto de amor a la Madre que es su guía y su luz, para dejarlo impreso en el aire perfumado del estío.
La tradición sitúa esta devoción en el Monte Carmelo, lugar de ancestral y rica historia eremítica, que tuvo su amparo en la Virgen María. En este monte el profeta Elías vivió con esperanza la vuelta del pueblo de Israel al Dios de la vida, después de haberse apartado de Él. Más tarde, además de su discípulo Eliseo, numerosos ermitaños moraron en las oquedades de la montaña llevando vida ascética. Ellos fueron secundados por sucesivas generaciones de monjes en los siglos II y III d.C. Tomando el testigo que dejaron estos venerables hombres de Dios, la Orden de los carmelitas, cuyo origen se halla en las laderas del monte, ha difundido la veneración por la Virgen del Carmen en todo el mundo, especialmente en los lugares donde fueron estableciéndose a través del tiempo. Se cuenta que cuando los sarracenos invadieron el Monte Carmelo, y los carmelitas se vieron obligados a abandonar el lugar, entonaron la Salve Regina a la Madre, y Ella se les apareció súbitamente asegurándoles que sería su Estrella del Mar. Las sedes del Apostolado del Mar radicadas en los establecimientos portuarios llevan este nombre de Stella Maris. Es así como los carmelitas, ya en la Edad Media, consideraban a la Madre de Dios.
Esta festividad se conmemora el 16 de julio porque un día como éste, pero de 1251, fecha no constatada pero acogida por la mayoría, la Virgen del Carmen, rodeada de ángeles, se le apareció al carmelita y general de la Orden, san Simón Stock; le hizo entrega de su escapulario, diciéndole: «Este será el privilegio para ti y todos los carmelitas; quien muriere con él no padecerá el fuego eterno, es decir, el que con él muriere se salvará»
. Él la denominó «Flor del Carmelo». En un inciso, cabe recordar que el pasado 29 de marzo en esta sección “Santos y beatos, epopeyas de amor” de ZENIT, se dio cumplida cuenta de los orígenes de esta Orden al exponer la vida del beato Bertoldo del Monte Carmelo. Y el 16 de mayo la inserción de la biografía de san Simón Stock en la mencionada sección permitió matizar convenientemente lo relativo al escapulario y a la milagrosa aparición de la Virgen del Carmen.
Desde luego, los marineros españoles no tardaron en ponerse bajo el amparo de María bajo esta advocación, aunque la popularidad de esta festividad tiene un hito singular en el siglo XVIII cuando un almirante de Mallorca, Antonio Barceló Pont de la Terra, se convirtió en el máximo difusor de esta celebración. Hasta ese momento, el patrón de los marineros era san Telmo, pero a partir de esa fecha, la Virgen del Carmen, a la que se encomiendan depositando en Ella sus vidas tantas veces expuestas a las violentas tempestades, fue convirtiéndose en su patrona, como lo es de la Armada. Pero en otros países de Europa y de Latinoamérica también le profesan gran devoción y se hallan igualmente bajo su amparo y patronazgo. Tal sucede en Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Panamá, Perú y Venezuela, entre otros.