Editorial \ Reflexiones en frontera

Ser catequista es una vocación al servicio de la Iglesia, expresó el Papa en un mensaje a catequistas reunidos en Argentina

RV | 20/07/2017 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

“La catequesis no es un trabajo, sino que se ‘es’ catequista y toda la vida gira en torno a esta misión”, dice Francisco al Simposio Internacional de Catequética, del 11 al 14 de julio de 2017 en la UCA, Buenos Aires.

Lo que se ha recibido como don de parte del Señor debe a su vez transmitirse, por eso ser catequista es una vocación de servicio en la Iglesia, expresa el Papa, indicando la importancia de volver al anuncio fundamental, aquel de la muerte y resurrección de Jesús, llamado ‘Kerigma’, “que debe resonar una y otra vez en la vida de un cristiano, y más aún en aquel que está llamado a anunciar y enseñar la fe”.

Y como la fe está ligada estrechamente al sentido de Pueblo de Dios, el Sucesor de Pedro sostiene que este anuncio debe acompañar la fe que está presente en la religiosidad popular y que, por ello, “es necesario hacerse cargo de todo el potencial de piedad y amor que encierra la religiosidad popular”.

Francisco continua con una imagen de la religiosidad y piedad popular, la peregrinación, afirmando que el catequista camina desde y con Cristo, y no debe ser una persona que parte de sus propias ideas y gustos, sino que se deja mirar por Él. “Cuanto más toma Jesús el centro de nuestra vida, tanto más nos hace salir de nosotros mismos, nos descentra y nos hace ser próximos a los otros”.