Editorial \ Reflexiones en frontera

El discípulo de Cristo es uno que ha encontrado la alegría plena que sólo el Señor puede dar, dijo el Papa

RV | 03/08/2017 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

“El discípulo de Cristo no es uno que se ha privado de algo esencial, es uno que ha encontrado mucho más: ha encontrado la alegría plena que sólo el Señor puede donar. Es la alegría evangélica de los enfermos curados, de los pecadores perdonados, del ladrón a quien se le abre la puerta del paraíso”, dijo Francisco el domingo 30 de julio.

Después de explicar que Jesús el descubrimiento fundamental, “que puede dar un viraje decisivo a nuestra vida, llenándola de significado”, se extendió sobre el tema la alegría que expresa el encuentro con Jesús y la plenitud de significado. “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de aquellos que se encuentran con Jesús. Aquellos que se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría (cfr. Evangelii Gaudium, n. 1). Hoy somos exhortados a contemplar la alegría del campesino y del mercader de las parábolas. Es la alegría de cada uno de nosotros cuando descubrimos la cercanía y la presencia consoladora de Jesús en nuestra vida. Una presencia que transforma el corazón y nos abre a las necesidades y a la acogida de los hermanos, especialmente de aquellos más débiles”.