Servicio diario - 04 de agosto de 2017


El Papa pide una solución negociada en Venezuela
Rosa Die Alcolea

Gratitud por apoyar a los cristianos de Oriente
Rosa Die Alcolea

Japón: nuevos caminos interreligiosos para la paz
Rosa Die Alcolea

En recuerdo de Mons. Enrique Angelelli
Rosa Die Alcolea

Pidamos por los artistas de nuestro tiempo
Rosa Die Alcolea

Amigos, o solo cohabitantes
Felipe Arizmendi Esquivel

Beato Federico Janssoone, 5 de agosto
Isabel Orellana Vilches


 

4 agosto 2017
Rosa Die Alcolea

El Papa pide una solución negociada en Venezuela

Comunicado de la Santa Sede

La Santa Sede pide en este comunicado a todos los actores políticos, y en particular al Gobierno de Venezuela, que “se creen las condiciones para una solución negociada de acuerdo con las indicaciones expresadas en la carta de la Secretaría de Estado del 1 de diciembre de 2016”.

La Santa Sede ha emitido un comunicado oficial, en el que manifiesta nuevamente “su profunda preocupación por la radicalización y el agravamiento de la crisis en la República Bolivariana de Venezuela, por el aumento de los muertos, de los heridos y de los detenidos”.

En este comunicado, la Santa Sede solicita que “se creen las condiciones para una solución negociada de acuerdo con las indicaciones expresadas en la carta de la Secretaría de Estado del 1 de diciembre de 2016, teniendo en cuenta el grave sufrimiento del pueblo a causa de las dificultades para obtener alimentos y medicamentos, y por la falta de seguridad”.

Asimismo, el Papa Francisco pide a todos los actores políticos, y en particular al Gobierno, que “se asegure el pleno respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, como también de la vigente Constitución; se eviten o se suspendan las iniciativas en curso como la nueva Constituyente que, más que favorecer la reconciliación y la paz, fomentan un clima de tensión y enfrentamiento e hipotecan el futuro”.

El Santo Padre explica en este comunicado que sigue de cerca “directamente” y a través de la Secretaría de Estado, dicha situación y sus implicaciones humanitarias, sociales, políticas, económicas e incluso espirituales. Asimismo, asegura “su constante oración por el País y por todos los venezolanos”, y llama a todos los fieles del mundo a rezar “intensamente” por esta intención.

La Santa Sede dirige, finalmente, un “apremiante llamamiento a toda la sociedad para que sea evitada toda forma de violencia, invitando, en particular, a las Fuerzas de seguridad a abstenerse del uso excesivo y desproporcionado de la fuerza”.

 

Restituir la Asamblea Nacional

Los obispos dirigentes de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) se reunieron el pasado 8 de junio de 2017 con el Papa Francisco en el Vaticano para hablar sobre la grave situación que está atravesando el país, y para expresar al Santo Padre lazos de solidaridad y agradecer al Papa Francisco sus oraciones, cercanía y preocupación por Venezuela.

Por otro lado, el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, solicitaba en la citada carta del 1 de diciembre de 2016 cuatro indicaciones: la implementación urgente de medidas destinadas a aliviar la grave crisis de abastecimiento de comida y medicinas que sufre la población, la implantación de medidas necesarias para restituir cuanto antes a la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) el rol previsto en la Constitución”, la liberación de los detenidos que la oposición reclama como “presos políticos”, y que las partes concuerden el calendario electoral que permita a los venezolanos decidir sin dilaciones su futuro.

Asimismo, desde Venezuela, el Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas, y ex presidente emérito de la Conferencia Episcopal de Venezuela, aseguró que la Asamblea Constituyente promovida por el presidente Nicolás Maduro es “ilegal porque no fue convocada por el pueblo”.

 

 

04/08/2017-16:18
Rosa Die Alcolea

Gratitud por apoyar a los cristianos de Oriente

El Papa Francisco expresa a los Caballeros de Colón su “gratitud por el compromiso para apoyar a nuestros hermanos cristianos en Oriente Medio” con su testimonio de fidelidad al Señor y que en ocasiones se ha vivido mediante un gran costo personal.
El Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad, envió un mensaje en nombre del Papa Francisco a los Caballeros de Colón, con motivo de la 135ª Convención celebrada del 1 al 3 de agosto de 2017 en la ciudad estadunidense de San Luis, Misuri.
El Cardenal Parolin escribe en este documento, publicado íntegro en la página web de los Caballeros de Colón, que el Papa Francisco le ha solicitado que “exprese su gratitud por el compromiso de los Caballeros” para apoyar a nuestros hermanos cristianos en Oriente Medio con su testimonio de fidelidad al Señor y que en ocasiones se ha vivido mediante un gran costo personal.
También afirma que “el Fondo de Auxilio para Refugiados de los Caballeros de Colón” es un signo elocuente del firme compromiso de su Orden para con la solidaridad y la comunión con los demás hermanos cristianos.
El Papa Francisco ha expresado al Caballero Supremo, Carl Anderson, mediante este
mensaje su alegría por la celebración de esta Convención y sus mejores deseos a todos los presentes, con la seguridad de su cercanía en la oración.

Convencidos del Amor de Dios

El Cardenal Parolin señala en este mensaje del Papa que el tema de la Convención de este año, “Convencidos del Amor de Dios y de su Poder”, señala la fuente secreta de toda la vida cristiana y su misión: nuestra convicción de que el amor salvador de Dios, revelado en la muerte y resurrección de su Hijo y derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, nos impulsa a compartir la Buena Nueva de la salvación con cada hombre y mujer.
Asimismo, añade que es precisamente esta “convicción” la que subyace en el entusiasmo por la evangelización, por la que, según la Exhortación apostólica del Papa Francisco “Evangelli Gaudium”, “tenemos un tesoro de vida y de amor que es lo que no puede engañar, el mensaje que no puede manipular ni desilusionar”.
El Santo Padre ha observado con frecuencia, escribe el Cardenal Secretario de Estado, que en nuestros días “se libra una guerra paso a paso, pues una sed escandalosa de poder y dominación, ya sea económica, política o militar lleva a nuestra familia humana a una violencia, una injusticia y un sufrimiento incalculables”.
De ahí que el Purpurado recuerde que el Pontífice “ha pedido a los cristianos de todo el mundo, realmente convencidos del poder infinito del amor de Dios, que rechacen esta mentalidad y que combatan el crecimiento de una cultura global de la indiferencia que descarta al más pequeño de nuestros hermanos y hermanas”.

Santidad del matrimonio

Asimismo destaca que Su Santidad aprecia de forma especial los esfuerzos incesantes de los Caballeros de Colón por “defender y promover la santidad del matrimonio y la dignidad y belleza de la vida familiar”.
En este sentido, el Santo Padre apunta que “el fortalecimiento de buenos valores familiares y una visión renovada de nuestra responsabilidad por la salud moral de la comunidad en general contribuirán a superar la polarización y vulgarización del tejido social que es una fuente creciente de preocupación incluso en las más prosperas de nuestras sociedades”.
También recuerda que el Santo Padre “una vez más pide a los Caballeros y a sus familias que oren por los necesitados, por la conversión de los corazones y por el fin de la espiral de violencia, odio e injusticia en esa región”.

 

 

04/08/2017-17:45
Rosa Die Alcolea

Japón: nuevos caminos interreligiosos para la paz

El Papa Francisco afirma que la cumbre interreligiosa de Kioto (Japón) “permite a los seguidores de las religiones del mundo trabajar juntos para abrir nuevos caminos para la paz en nuestra familia humana”.
Según informa Radio Vaticana, el Obispo de Roma dirigió una carta con motivo del 30º Encuentro de oración por la paz en el monte Hiei, en Kioto. La misiva pontificia, dirigida al venerable Koei Morikawa, sumo sacerdote de la denominación budista tendai, fue entregada y leída por el enviado personal del Papa, el Card. John Tong Hon, Obispo emérito de Hong Kong, en la apertura de dicho encuentro, celebrado el 3 de agosto de 2017.
En la carta, el Santo Padre indica que el encuentro de oración por la paz “contribuye de forma significativa a la construcción de ese espíritu de diálogo y de amistad” y “permite a los seguidores de las religiones del mundo trabajar juntos para abrir nuevos caminos para la paz en nuestra familia humana”.
Asimismo, Francisco afirma en este documento que todas las religiones deben “rezar y trabajar juntas por la paz” tratando de construir “la armonía en las muchas partes del mundo perjudicadas por la guerra” y el “terrorismo”.
El Santo Padre recuerda que la oración “inspira y sostiene nuestro compromiso por la paz, pues ayuda a hacer más profundo nuestro respeto recíproco como personas, refuerza vínculos de amor entre nosotros e impulsa a cumplir esfuerzos firmes para promover relaciones justas y la solidaridad fraterna”.
El año pasado, el Papa Francisco y el venerable Koei Morikawa, sumo sacerdote de la denominación budista tendai, se encontraron personalmente en dos ocasiones. La primera vez fue en el Vaticano, el 16 de septiembre de 2016, ocasión que el Papa aprovechó para regalar al líder budista un ejemplar de la encíclica Laudato Si´, y el segundo encuentro tuvo lugar en la Jornada Mundial de Oración por la Paz en Asís, celebrada el 20 de septiembre de 2016.

Inspirado en Asís

Este encuentro en tierra japonesa se inspira en la histórica Jornada Mundial de Oración
por la Paz, convocada por San Juan Pablo II, en Asís, el 27 de octubre de 1986, informa Radio Vaticana.
Al parecer, uno de los participantes en la Jornada, el venerable Etai Yamada, líder del budismo tendai, había quedado tan profunda y bellamente impactado por el espíritu de ese evento, que empezó a convocar, desde 1977, una cita de oración en ese monte sagrado para los budistas. La fecha elegida es para recordar la tragedia de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 9 de agosto, respectivamente, de 1945.

 

 

04/08/2017-19:22
Rosa Die Alcolea

En recuerdo de Mons. Enrique Angelelli

La Agencia vaticana Fides recuerda hoy, 4 de agosto de 2017, al “obispo de los pobres” en el 41 aniversario de su muerte. Mons. Enrique Angelelli (1923-1976), obispo de la diócesis de La Rioja (Argentina), murió asesinado con disparos en la cabeza mientras viajaba con el padre Arturo Pinto a Córdoba.
La agencia misionera relata como el padre Angelelli fue asesinado: El 4 de agosto de 1976, el padre Arturo Pinto y Mons. Angelelli mientras regresaban de una celebración en honor de dos sacerdotes asesinados. A lo largo de la carretera hacia Córdoba, dos coches se acercaron chocando contra ellos. El padre Pinto, único testigo de lo sucedido, comunicó que, al despertarse, encontró al obispo asesinado con varios disparos en la cabeza.
Según afirma Fides, durante años, la muerte de Angelelli fue enmascarada como un accidente automovilístico. Solo en el 2009 las cosas cambiaron porque ese año se reabrió el caso.
Mons. Enrique Angelelli, obispo de la diócesis de La Rioja, era uno de los obispos más conocidos del País, contrario a la dictadura. Tras 38 años de su muerte, el 4 de julio de 2014, fueron condenados a cadena perpetua dos altos mandos del ejército por el homicidio del obispo. En 2015 se abrió la fase diocesana de su causa de beatificación. (Leer artículo en Zenit)
41 años después de su muerte, la comunidad recuerda sus palabras: “hay que tener el oído atento, siempre puesto a lo que dice el Evangelio y a lo que dice el pueblo”.

 

 

04/08/2017-18:45
Rosa Die Alcolea

Pidamos por los artistas de nuestro tiempo

El Papa Francisco invita a rezar por los artistas de nuestro tiempo, “para que, a través de las obras de su creatividad, nos ayuden a descubrir la belleza de la creación”.
Es el nuevo Vídeo del Papa, difundido a través de la Red Mundial de Oración del Papa, una iniciativa para colaborar en la difusión de las intenciones mensuales del Santo Padre sobre los desafíos de la humanidad.
Este es el mensaje de Francisco en el nuevo vídeo: “Las artes expresan la belleza de la fe y proclaman el mensaje de la grandeza de la creación de Dios. Por eso, cuando admiramos una obra de arte o una maravilla de la naturaleza descubrimos cómo cada cosa nos habla de Él y de su amor. Pidamos por los artistas de nuestro tiempo, para que, a través de las obras de su creatividad, nos ayuden a descubrir la belleza de la creación”.

Ver Vídeo del Papa

 

 

04/08/2017-13:10
Felipe Arizmendi Esquivel

Amigos, o solo cohabitantes

VER
Algunas personas expresan que tienen muchos amigos, pero a veces no saben lo que dicen. Presumen de los que califican como amigos, pero que son sólo compañeros de parrandas, de entretenimientos, de diversiones, o de trabajo y de actividades comunes. No hay una relación profunda entre ellos. Se reúnen, ríen, beben, cantan, cuentan chistes, juegan, critican, hablan de todo, menos de sí mismos.
Son frecuentes los suicidios, la mayoría de las veces porque las personas se sienten solas, aunque tengan una familia. Muchos jóvenes no encuentran apoyo, confianza, cariño y comprensión, sino sólo regaños, desconfianzas, negativas, castigos. No se sienten escuchados, porque en su hogar sólo hay gritos, ausencias, infidelidades, carencias. No hay amistad entre hermanos, ni entre parientes.
Hay esposos que, aunque cohabiten en la misma casa y en el mismo lecho, se sienten solos. No hay comunicación profunda de sentimientos, anhelos, ilusiones o frustraciones. Hay una enorme distancia entre ellos. ¡Nada de amistad! Sólo reclamos, celos, exigencias, obligaciones y trabajo. Apenas alguien ajeno a la pareja ofrece algo de cariño y de atención comprensiva, “miguitas de ternura”, el corazón se apega y la infidelidad es casi inevitable; lo que, además, se intenta justificar, porque en casa no se encuentra lo que se ofrece fuera.
Hay personas que nunca han experimentado lo que es una bella amistad. Se autoconsuelan con el alcohol, la masturbación, las apariencias exteriores en ropa, joyas y vehículos, los títulos, los viajes, o con mascotas que les entretienen y les muestran cariño, aunque les cuesten tiempo y dinero. ¡Cómo no agradecer y valorar a quienes nos han permitido vivir una amistad profunda y fortalecedora! Nos enriquecen, nos hacen crecer, nos alientan, nos sostienen, nos acompañan. No estamos solos en la vida. ¡Son un regalo de Dios!

PENSAR
Dice el Papa Francisco: “Hoy en día la palabra ‘amigo’ se ha desgastado un poco. Viviendo en los lugares de la vida metropolitana, cada día entramos en contacto con personas diversas a las que a menudo definimos ‘amigos’, pero es un modo de hablar. Y así, en el horizonte de la comunicación virtual, la palabra ‘amigo’ es una de las más utilizadas. Sin embargo, sabemos que un conocimiento superficial no es suficiente para activar esa experiencia de encuentro y de proximidad a la que hace referencia la palabra ‘amigo’.
Además, cuando es Jesús el que la usa, indica una verdad incómoda. Hay verdadera amistad sólo cuando el encuentro me implica en la vida del otro hasta el don de sí mismo. De hecho, Jesús dice a sus discípulos: ‘Ya no los llamo siervos. A ustedes los he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre’ (Jn 15,15). De esta forma, El establece una nueva relación entre el hombre y Dios, que supera la ley y se basa en un amor confidente. Al mismo tiempo, Jesús libera a la amistad del sentimentalismo y nos la entrega como un compromiso de responsabilidad que implica la vida: ‘Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos’ (Jn 15,13). Por tanto, se es amigo sólo si el encuentro no permanece exterior o formal, sino que se convierte en compartir el destino del otro, compasión, implicación que lleva hasta donarse al otro.
Nos hace bien pensar en lo que hace un amigo: se pone al lado con discreción y sensibilidad en mi camino; me escucha profundamente y sabe cómo ir más allá de las palabras; es misericordioso respecto a los defectos, está libre de prejuicios, sabe compartir mi recorrido, haciéndome sentir la alegría de no estar solo; no siempre me respalda, porque quiere mi bien, me dice sinceramente lo que no comparte; está dispuesto a ayudarme a volverme a levantar cada vez que caigo” (23-VI-2017).

ACTUAR
Eduquémonos para la amistad, pues ésta no se improvisa. Exige disciplina interior para saber estar cerca del otro, para escucharle con paciencia y serenidad, para animarle y fortalecerle, pero también para hacerle ver sus errores, no con superioridad personal, con descalificaciones y ofensas, sino como quien le ofrece su mano y su corazón para salir adelante juntos. ¡Cómo se agradece y se valora una amistad así! Hay que pedirla a Dios como una de las mejores bendiciones en la vida.

 

 

04/08/2017-13:11
Isabel Orellana Vilches

Beato Federico Janssoone, 5 de agosto

«Franciscano, taumaturgo, custodio de los Santos Lugares. Fue devoto del Sagrado Corazón de Jesús de María y de san José. Impulsor de Vía Crucis y templos. Pasó gran parte de su vida en Canadá»
En esta festividad de la Dedicación de la basílica de Santa María la Mayor, celebramos la vida de este franciscano, devoto de María, apóstol en Tierra Santa y en cuantas misiones le encomendaron, que nació en la localidad francesa de Ghyvelde, el 19 de noviembre de 1838. Sus padres eran unos honrados campesinos que gozaban de buena posición económica. Coherentes con su fe católica habían alentado la de sus numerosos hijos. Así Federico, siendo un adolescente, vio en el sacerdocio el más preciado ideal para su vida. Y después de cursar estudios en el colegio de Hazebrouck y en el Instituto de Ntra. Sra. de las Dunas, de Dunquerque, ingresó en el seminario. Tenía buena base, porque cuando hizo la primera comunión a la edad de 14 años había recibido una intensa y dilatada formación. Entonces hacía cuatro años que su padre había muerto. Y precisamente esta circunstancia que influyó en la economía doméstica le obligó a dejar aparcada su preparación eclesiástica. Su sentido de la responsabilidad le hizo ver que su familia precisaba de su ayuda para salir adelante.
En 1861 fue su madre quien partió de este mundo, mientras su vocación franciscana se hacía cada vez más palpable en su interior. Entonces tenía 23 años y a los 26 dio cauce a este sentimiento ingresando en el convento de Amiens donde hizo el noviciado. Luego pasó por Limoges y por Bruges donde completó las etapas de su consagración. En 1868 emitió la profesión, y en 1870 recibió el sacramento del orden. Una de sus primeras misiones fue el frente para asistir como capellán a los soldados que se batían en la guerra franco-prusiana. Cuando ésta culminó lo destinaron sucesivamente a Branday, a Burdeos, con el fin de abrir un nuevo convento, y a París donde se hizo cargo de la biblioteca. A partir de entonces su labor iba a desarrollarse lejos de Europa marcada con el mismo sello: el celo apostólico que había tenido hasta ese momento.
Los cinco primeros años que pasó en Tierra Santa, desde 1876 hasta 1881, como vicario custodial de ese patrimonio incomparable de la fe que se halla bajo el amparo de los franciscanos, dejaron una profunda huella en su vida. Tras un periodo de estancia en Canadá donde recaudó limosnas para el sostenimiento de los Santos Lugares, además de implicar a los fieles en la tarea apostólica, volvió a Tierra Santa en 1882. Otros seis años de estancia en ella sirvieron, entre otras cosas, para poner al descubierto cualidades que anteriormente permanecieron veladas. De hecho, no se había presentado la ocasión de constatar su valía para el mundo diplomático, pero en ese periodo solventó asuntos delicados con notable éxito. Cuando volvió a Canadá en 1888 dejaba atrás obras como la iglesia de santa Catalina construida por él, y los reglamentos del Santo Sepulcro y de Belén. No regresó a Tierra Santa, pero siguió vinculado a ella en calidad de comisario.
El resto de su existencia discurrió en tierras canadienses, primero en Montreal y después en Trois-Rivières, Quebec. Su vida religiosa era un vivo testimonio de amor a Cristo. Era un hombre austero, que había encarnado el carisma franciscano admirablemente, sencillo, confiado, paciente, acogiendo las dificultades con paz, dispuesto a cumplir en todo momento la voluntad de Dios. Vivía el ideal de pobreza con rigor, y trataba con ternura a los pobres, que eran sus dilectos hermanos en Cristo. Adoraba con sumo fervor la Eucaristía y llevaba grabado en su corazón el amor a María. Con ese espíritu mariano alentó a los fieles a involucrarse en el culto, y a vivir piadosamente. Impulsó peregrinaciones al santuario de la Virgen Du-Cap, cercano a Trois-Rivières, que presidía; le servían para recordar a todos que se llega al Hijo a través de la Madre. También fue devoto del Sagrado Corazón de Jesús y de San José. Compartió estas tres dilecciones con la gente y se produjo un notable incremento de fieles que acudían a Jesús, María y José. Por mediación de la Virgen, Federico recibió gracias extraordinarias y se obraron milagrosas curaciones. Convirtió a muchas personas.
Asimismo, infundió gran amor a la adoración eucarística. Predicaba, impartía catequesis, asistía a fraternidades franciscanas seglares difundiendo el carisma al que se había abrazado. También redactaba escritos, y buscaba ayuda para erigir obras de gran calado como el santuario de la Virgen del Rosario, de Cap La Madeleine, que logró convertir en el templo de la adoración perpetua de Québec, y el monasterio de las clarisas de Valleyfield. A instancias suyas se erigieron imponentes Via crucis en distintos lugares. Nada de ello habría salido adelante si no hubiese estado sumergido en la oración y en la penitencia. Murió en Montreal el 4 de agosto de 1916. Tenía 77 años. Juan Pablo II lo beatificó el 25 de septiembre de 1988. Sus restos se veneran en Trois-Rivières.