Francisco \ Audiencias, Catequesis y Ángelus

Jesús se conmueve y sale al encuentro de los pecadores, dijo el Papa en la Catequesis 30 sobre la esperanza

RV | 09/08/2017


La cercanía del Señor hacia los descartados, especialmente hacia los pecadores, recibió las críticas de sus coetáneos, que lo tacharon de blasfemo por arrogarse el poder de perdonar pecados. Ante esta incomprensión, el Hijo de Dios murió en la cruz para perdonar nuestras faltas y para que podamos ser auténticamente libres, expresó Francisco en la Catequesis 30 sobre la esperanza cristiana, que tituló, El Perdón de Dios: motor de la esperanza, y que impartió en el Aula Paulo VI el 09 de agosto de 2017. jesuita Guillermo Ortiz

 

VOZ DE FRANCISCO EN ESPAÑOL Y TEXTO DEL RESUMEN

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy reflexionamos sobre el perdón como motor de nuestra esperanza. Jesús en el Evangelio, con corazón misericordioso, se conmueve ante el dolor de los que sufren y sale al encuentro de los pecadores.

La cercanía del Señor hacia los descartados, especialmente hacia los pecadores, recibió las críticas de sus coetáneos, que lo tacharon de blasfemo por arrogarse el poder de perdonar pecados. Ante esta incomprensión, el Hijo de Dios murió en la cruz para perdonar nuestras faltas y para que podamos ser auténticamente libres.

La Iglesia no se formó por hombres intachables, sino por personas que pudieron experimentar el perdón de Dios. Pedro aprendió más de sí mismo cuando cayó en la cuenta, al cantar el gallo, de que había renegado a su maestro, que cuando se mostraba superior a los demás con sus ímpetus y formas espontáneas. También Mateo, Zaqueo y la Samaritana, pese a sus fallos, recibieron del Señor la esperanza de una nueva vida al servicio del prójimo.

Hermanos, todos estamos necesitados de la misericordia de Dios, una fuerza que nos transforma y nos devuelve cada día la esperanza.

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Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Veo que hay españoles, panameños, colombianos, chilenos, mejicanos, cuanto latinoamericano hay hoy. Los exhorto a ser testigos de ese amor en medio de los hermanos y anunciadores de la misericordia que el Señor no niega a nadie. Que Dios los bendiga.