Editorial \ Reflexiones en frontera

La fe perseverante de la Cananea se funda en el amor maternal y en la confianza en Jesús, expresó el Papa el 20 de agosto

RV | 21/08/2017 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

Hablando de la Cananea, extranjera para los judíos, que en el Evangelio de Mateo (Mt 15,21-28) implora con tanta insistencia a Jesús que sane a su hija, Francisco ponderó su “fuerza interior”, que “le permite superar cada obstáculo, y que se funda en su amor maternal y en la confianza en que Jesús puede atender su pedido”.

El Papa ponderó entonces a la mujer en general. “Esto me hace pensar en la fuerza de las mujeres. Con su fortaleza son capaces de obtener cosas grandes, ¡hemos conocido muchas!”, para volver al tema del Evangelio: “Podemos decir que es el amor que mueve la fe y la fe, por su parte, se convierte en el premio del amor”.

El Obispo de Roma explicó que “al final, ante tanta perseverancia, Jesús se queda admirado, casi asombrado, por la fe de una mujer pagana. ¡Mujer, qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que quieres¡. Y en ese mismo momento quedó sana su hija”.

Jesús indica a esta humilde mujer como un ejemplo de fe inquebrantable. “Su insistencia en el invocar la intervención de Cristo es para nosotros un estímulo a no desanimarnos, a no desesperarnos cuando somos oprimidos por las duras pruebas de la vida”. Y afirmó que el Señor no mira hacia otra parte ante nuestras necesidades, “si a veces parece insensible a los pedidos de ayuda, es para ponernos a prueba y fortalecer nuestra fe. Nosotros debemos seguir gritando como esta mujer: "¡Señor, ayúdame!”.”

 

@jesuitaGuillo