Francisco \ Viajes Apostólicos

Un mundo en el que la vulnerabilidad sea considerada la esencia de lo humano. La acogida en la Nunciatura

RV | 08/09/2017 | De nuestra enviada especial a Colombia, Griselda Mutual


 

La emoción tierna del Papa Francisco al escuchar los testimonios de estos jóvenes fue cierta: “Lina María dijo una cosa muy linda… repetilo Lina, quiero que te escuchen de nuevo”.

 

 

“Queremos un mundo inteligente, para celebrarnos los unos a los otros, como seres inteligentes, como manifestación de su vida y de la diversidad. Queremos un mundo en el que la vulnerabilidad sea reconocida como esencial en lo humano, que lejos de debilitarnos nos fortalece y dignifica, un lugar de encuentro común que nos humaniza”. Es el mensaje de Lina María al Santo Padre, una  de las jóvenes que le dirigió su saludo en la nunciatura apostólica, la noche del 7 de setiembre.

Tras la multitudinaria Santa Misa votiva por la Paz y la Justicia en el parque del Libertador Bolívar en Bogotá, el Papa Francisco se dirigió a la nunciatura apostólica para cenar en privado y descansar.

También este día grupos de fieles organizados estaban allí para saludar y expresar su afecto al Obispo de Roma. Entre ellos, se encontraba la Corporación Colombiana Transiciones Crecer, una organización de familias con jóvenes, entre los 18 y 25 años de edad, con discapacidad intelectual. También la Fundación Misioneros de la Redención (Fundmir) inspirada en la obra Siervo de Dios Padre Arturo D’Onofrio, quien, en 1970, inspirado en la visita de Pablo VI a Colombia y al ver la miseria de los niños habitantes de la calle, decidió hacer presencia en este País para ofrecer hogares de acogida y escuelas de instrucción para estos “honorables huéspedes”, como solía llamarlos.

Asimismo estuvo presente la Fundación para la Investigación y el Desarrollo de la Educación Especial (Fides), entidad privada que ayuda a las personas en condición de discapacidad cognitiva, organizadora de las Olimpiadas Especiales FIDES - Compensar: Iberoamérica en Colombia, entre otros.

Un coro compuesto por  50 universitarias y bachilleres, que estudian en las Universidades de los Andes, Javeriana, Sabana, Rosario, y en los Colegios Tundama e Iragua, se unieron para cantarle al Santo Padre y no sólo: en preparación a ello, el coro realizó cuatro presentaciones del coro en hospitales, hogares de ancianos, orfanatos, y otros, que fue acompañado instrumentalmente por el grupo “Voz por vos”, integrado por seis jóvenes invidentes, y 10 personas sordomudas que, con su lenguaje de manos, hicieron llegar el mensaje a las personas que sufren esta limitación.

La emoción tierna del Papa Francisco al escuchar los testimonios de estos jóvenes fue cierta: “Lina María dijo una cosa muy linda… repetilo Lina, quiero que te escuchen de nuevo”, alentó el Santo Padre a la joven, y tras entablar un diálogo con los presentes, preguntándoles “quién es el único que no es vulnerable?” añadió: “Somos vulnerables todos y necesitamos que esa vulnerabilidad sea respetada, acariciada, curada en la medida de lo posible y que dé frutos para los demás. Porque la única persona que no es vulnerable es Dios. En alguno se ve, en otros no, pero la es esencia de lo humano es la necesidad de estar sostenidos por Dios, y por eso no se debe descartar a nadie, porque cada uno de nosotros es un tesoro que se ofrece a Dios para que Dios lo haga crecer a su manera”.

Tras agradecerles por su testimonio, el Santo Padre rezó junto a ellos un Avemaría, y les pidió rezar por él, porque él es “muy vulnerable”.