Servicio diario - 15 de septiembre de 2017


El Papa en Sta. Marta: contemplemos a María a los pies de la cruz
Redacción

Rueda de prensa del Papa en el avión: sobre el conflicto en Colombia
Redacción

Rueda de prensa del Papa en el avión: el modelo colombiano para procesos de paz
Redacción

Rueda de prensa del Papa al regreso de Colombia: sobre el cambio climático
Redacción

Desfigurada por el ácido renuncia a la eutanasia al conocer al papa Francisco
Anita Bourdin

San Juan Macías – 16 de septiembre
Isabel Orellana Vilches

Francisco a los Circenses: ‘En la alegría sana y limpia está la huella de Dios’
Redacción


 

15/09/2017-09:37
Redacción

El Papa en Sta. Marta: contemplemos a María a los pies de la cruz

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 16 Sept. 2017).- El papa Francisco invitó hoy a contemplar a la bienaventurada Virgen María, a los pies de la Cruz, en el día en que la Iglesia recuerda a Nuestra Señora de los Dolores.

Fue en la misa matutina de este viernes en la residencia Santa Marta: “Contemplemos a la Madre de Jesús, contemplemos este signo de contradicción, porque Jesús es el ganador pero en la Cruz, en la Cruz. Es una contradicción que no se entiende... Es necesario tener fe para entender, al menos para acercarse a este misterio”.

El Santo Padre indicó en su homilía que María “vivió toda su vida con el alma consternada”. Seguía a Jesús y sentía los comentarios de la gente, a veces a su favor y otras contrarias, pero estaba siempre detrás de su Hijo, indicó.

Por esto decimos que Ella es la primera discípula, aseguró el Papa. María tenía la inquietud que hacía nacer en su corazón este “signo de contradicción”.

Al final estaba allí, en silencio, bajo la cruz mirando al Hijo. Quizás sentía comentarios tipo: “Mira, aquella es la madre de uno de estos tres delincuentes”. Pero Ella “daba la cara por su Hijo”.

Lo que digo ahora, señaló el Papa, “son pequeñas palabras para ayudar a contemplar en silencio, este misterio. Porque en ese momento, “Ella nos dio a luz, dio a luz a la Iglesia”.

‘Mujer’, –le dice el Hijo– ‘eh aquí tus hijos’. No dice ‘madre’, dice ‘mujer’. Mujer fuerte, de coraje: mujer. Mujer que estaba allí para decir: “Este es mi hijo y no lo reniego”.

El Evangelio de hoy más que para reflexionar es para contemplar. “Que sea el Espíritu Santo, a decirnos a cada uno de nosotros de qué tenemos necesidad”.

 

 

15/09/2017-15:00
Redacción

Rueda de prensa del Papa en el avión: sobre el conflicto en Colombia

(ZENIT – Roma, 16 Sept. 2017).- Publicamos a continuación las respuestas del papa Francisco a las dos primeras preguntas de la rueda de prensa en el vuelo de regreso de Colombia a Roma, este lunes 11 de septiembre.

La primera pregunta la formuló César Moreno, de “Radio Caracol”:

Mi pregunta es la siguiente: Usted llegó Santo Padre a un país dividido, por cuenta de un proceso de paz, entre los que aceptan y no aceptan ese proceso, ¿qué hacer concretamente, qué pasos dar para acercar a las partes divididas, para que dejen ese odio, para que dejen ese rencor? ¿Si Su Santidad pudiera volver a nuestro país en unos años, cómo cree, cómo le gustaría ver a Colombia? Gracias.

“A mí me gustaría al menos que el lema ‘Demos el segundo paso’, al menos fuera ese. Fueron, yo pensaba que eran más, calculaba por los sesenta, pero me dijeron 54 años de guerrilla más o menos, y ahí se acumula mucho, mucho, mucho odio, mucho rencor, mucha alma enferma, y la enfermedad no es culpable, viene, te agarraste un sarampión y te agarra”.

Y prosiguió diciendo:

“Disculpen, hablo en italiano. El alma enferma... la enfermedad no es una cosa culpable: viene. Y con estas guerrillas que verdaderamente han hecho – tanto la guerrilla, como los paramilitares, o aquellos de allá, y también la corrupción, tantas veces, en el país – han cometido pecados graves que han provocado esta enfermedad del odio... Pero hay pasos que dan esperanza, pasos en la negociación, el último, el cese de fuego del Ejército de Liberación Nacional. Se los agradezco mucho, agradezco tanto por eso. Pero hay algo más, que he percibido, que son las ganas de ir adelante en este proceso y que va más allá de las negociaciones que se están haciendo y que se deben hacer. Es un deseo espontáneo, y allí está la fuerza del pueblo. Allí... Yo tengo esperanza en esto. El pueblo quiere respirar, pero debemos ayudarlo y ayudarlo con la cercanía, la oración y, sobre todo, con la comprensión del enorme dolor que tiene mucha gente.

Segunda pregunta: A continuación, José Mojica, de “El Tiempo” – casa editorial de Colombia – preguntó al Pontífice:

Colombia ha sufrido muchas décadas de violencia por cuenta de la guerra, por el conflicto armado y también por el narcotráfico, sin embargo, los estragos de la corrupción en la política han sido tan perjudiciales como la misma guerra, y aunque no es nueva la corrupción, siempre hemos sabido que existe, sabemos que siempre ha habido corrupción, ahora es más visible porque ya no tenemos las noticias de la guerra, del conflicto armado. ¿Qué hacer ante este flagelo, hasta dónde llevar a los corruptos, cómo castigarlos y, por último, habría que excomulgar a los corruptos?

“Vos hacés una pregunta que yo me la planteé muchas veces, yo me lo planteé de esta manera: ¿el corrupto tiene perdón? Yo me la planteé así, ¿no? Y me la planteé cuando hubo un acto – en la provincia de Catamarca, en la Argentina – un acto de maltrato, abuso, de violación de una chica, y había gente metida allí muy ligada a los poderes políticos y económicos de esa provincia”.

“Sentí tanto un artículo de [Rogelio] Frigerio publicado en “La Nación” en aquel tiempo; yo he escrito un pequeño libro que se titula “Pecado y corrupción”. Todos somos pecadores siempre y nosotros sabemos que el Señor está cerca de nosotros, que Él no se cansa de perdonar. Pero la diferencia es que Dios jamás se cansa de perdonar, y el pecador a veces se anima y pide perdón. El problema es que el corrupto se cansa de pedir perdón y olvida cómo se pide perdón: éste es el problema grave. Es un estado de insensibilidad ante los valores, ante la destrucción, ante la explotación de las personas. No es capaz de pedir perdón. Es como una condena por lo cual es muy difícil ayudar a un corrupto; muy difícil. Pero Dios puede hacerlo. Yo rezo por eso”.

(Fuente: Radio Vaticano)

Tercera pregunta

Cuarta pregunta

 

 

15/09/2017-14:30
Redacción

Rueda de prensa del Papa en el avión: el modelo colombiano para procesos de paz

(ZENIT – Roma, 15 Sept. 2017).- El papa Francisco respondió en el vuelo de regreso de su viaje apostólico a Colombia, a las preguntas de cinco periodistas. A continuación el texto completo la tercera pregunta.

Tercera pregunta: El periodista de la agencia argentina TELAM, Hernán Reyes, le preguntó al Santo Padre – en nombre de un grupo de periodistas de lengua española, si piensa que les es posible replicar el modelo colombiano en otros conflictos existentes en el mundo, teniendo en cuenta que el Papa se refirió al primer paso hecho por Colombia. Y considerando asimismo que en su última Misa dijo que el diálogo entre ambas partes tuvo necesidad de que se incorporaran más actores:

«Integrar a otras personas... También hoy, en la homilía hablé de esto inspirándome en el pasaje del Evangelio. Integrar a otras personas: no es la primera vez... en tantos conflictos se han integrado a otras personas. Es un modo de ir adelante, un modo sapiencial, de política, ¿no? Está la sabiduría de pedir ayuda...

He querido señalar en la homilía que más que una homilía era un mensaje: creo que estos recursos técnico-políticos ayuden. Requieren a veces la intervención de las Naciones Unidas para salir de la crisis. Pero un proceso de paz sólo irá adelante cuando lo toma el pueblo en sus manos.

Si el pueblo no lo toma en sus manos, se podrá ir adelante un poco, se llegará a un compromiso... Es lo que he tratado de hacer sentir en esta visita: el protagonista de la pacificación o es el pueblo o se llegará a cierto punto; pero cuando un pueblo lo toma en sus manos, es capaz de hacerlo bien. Yo diría que ese es el camino superior. Gracias».

(Fuente: Radio Vaticano)

Primera y segunda pregunta

 

 

15/09/2017-14:12
Redacción

Rueda de prensa del Papa al regreso de Colombia: sobre el cambio climático

(ZENIT – Roma, 15 Sept. 2017).- El papa Francisco en el vuelo de regreso de su viaje apostólico a Colombia, respondió este lunes 11 a las preguntas de cuatro periodistas. A continuación el texto completo la quarta pregunta.

Cuarta pregunta. Tras informarse acerca de las condiciones del Papa tras el pequeño accidente, Elena Pinardi le preguntó si cree que hoy los líderes políticos que rechazan colaborar con otras naciones para controlar las emisiones de los gases que producen el efecto invernadero tienen su responsabilidad en eso, y por qué niegan que el cambio climático sea también obra del hombre, teniendo en cuenta lo sucedido recientemente con el huracán Irma y sus consecuencias de muertos y daños enormes en las Islas del Caribe, Cuba, etc.

«Gracias. La última parte, y para no olvidarla: quien niega esto debe ir a ver a los científicos y preguntarles a ellos. Ellos hablan de modo clarísimo. Los científicos son precisos. El otro día, cuando salió la noticia de aquella nave rusa – creo – que pasó de Noruega a Japón o a Taipéi pasando por el Polo Norte, sin el rompehielos, y las fotografías hacían ver los pedazos de hielo... Por el Polo Norte, ahora, se puede pasar. Es algo muy claro.

Es muy claro. Cuando salió aquella noticia, de una universidad –no recuerdo de dónde– salió otra que decía: “Tenemos sólo tres años para volver atrás. De lo contrario, las consecuencias serán terribles”. Ignoro si “tres años” es verdad o no; pero si no volvemos hacia atrás nos vamos abajo, eso es verdad.

Del cambio climático, se ven los efectos y los científicos indican claramente cuál es el camino a seguir. Y todos nosotros tenemos una responsabilidad: todos. Cada uno una pequeña, más grande, una responsabilidad moral: en el aceptar, dar la opinión o tomar decisiones... Y debemos tomar esto en serio.

Creo que es algo sobre lo que no se puede bromear: es una cuestión muy seria. Y Usted me pregunta: ¿Cuál es la responsabilidad moral? Cada uno tiene la suya. Incluso los políticos tienen la suya. Cada uno tiene la propia. Según la respuesta que da».

Elena Pinardi acotó que hay quien percibe que estamos yendo hacia el apocalipsis con todos estos eventos atmosféricos...

«No lo sé –dijo el Papa– pero yo diría que cada uno tiene su propia responsabilidad moral. Primero. Segundo: si uno está un poco dudoso acerca de que esto sea verdad o no, que se lo pregunte a los científicos. Ellos son clarísimos. No son opiniones en el aire: son clarísimos. Y que después decida. Y la historia juzgará las decisiones. Gracias».

(Fuente: Radio Vaticano)

Primera y segunda pregunta

Tercera pregunta

 

 

15/09/2017-07:29
Anita Bourdin

Desfigurada por el ácido renuncia a la eutanasia al conocer al papa Francisco

(ZENIT – 16 Sept. 2017).- “Consuelo Córdoba estaba decidida a poner fin a su vida, pero conoció al Papa y cambió de opinión”. Lo informa la cadena BFMTV.

Desfigurada después de que su ex marido la atacó hace 16 años con ácido, en el 2001. Esta mujer colombiana fue operada casi cien veces, informó el canal francés el 12 de septiembre de 2017.

Sin embargo, se mantuvo firme. Pero una posterior enfermedad cerebral la llevó a querer la muerte, a los 56 años, para “poner fin al sufrimiento”. Ella había elegido la eutanasia para el 29 de septiembre de 2017.

Pero ella quería recibir la bendición del Papa para “poder descansar en paz”. Así ella se reunió con el Papa en su viaje (6-10 de septiembre de 2017): “Y entonces me vio y me hizo la señal, así”, dice Consuelo con el brazo izquierdo tendido hacia adelante.

El video muestra la respuesta al Papa con un gesto del brazo y avanza. “Y entonces pensé para mí misma”, continúa, “Gracias a Dios, porque él viene por mí”.

El Papa la tomó entre sus brazos y la bendijo con su mano derecha sobre su cabeza: “El Papa Francisco bendijo a Consuelo y la convenció de que siguiera viviendo”, dijo la fuente.

“No habrá eutanasia”, dice Consuelo frente a las cámaras de televisión. Tiene dificultad para hablar, la cabeza envuelta en una capucha, el ojo izquierdo vendado, pero su ojo derecho como iluminado por una nueva esperanza. Lleva el nombre de Nuestra Señora de la Consolación, fecha celebrada el 4 de septiembre.

“Un momento especial durante el cual Francisco le dio fe en la vida”, concluye BFM.

Durante su viaje, el Papa invitó a los obispos a sentirse “golpeados” por el sufrimiento de los demás y denunció una vez más la violencia contra las mujeres, reconociendo la “fuerza social” de ellas en América Latina.

 

 

15/09/2017-04:47
Isabel Orellana Vilches

San Juan Macías – 16 de septiembre

(ZENIT – Madrid).- Nació en Ribera del Fresno, Badajoz, España, el 2 de marzo de 1585. Huérfano de padre y madre a los 4 años, se crió junto a unos tíos. Ella ya le había legado su mejor patrimonio enseñándole a rezar las primeras oraciones. Pasó la infancia cuidando el rebaño de un rico hacendado, dejándose arrebatar por la belleza del entorno en el que percibía la presencia de Dios. Los olivos daban cobijo a sus ardientes plegarias elevadas a la Virgen mientras desgranaba las cuentas del rosario. América era una voz que llamaba no solo a los intrépidos conquistadores extremeños, sino también a los misioneros. Y Juan sentía correr por sus venas esa vocación. Uno de esos días en los que trabajaba como pastor, un niño que decía llamarse Juan Evangelista había sembrado este afán en su corazón, diciéndole: «Téngote que llevar a unas tierras muy remotas y lejanas», y desde ese instante se dispuso interiormente a cumplir la voluntad divina. A los 20 años evocando este hecho singular, aunque ignoraba el alcance sobrenatural de esta visita, dejó a sus parientes.

Durante diecinueve años trabajó como agricultor en distintos puntos del Sur de España. Era un emigrante que buscaba serenamente ese lugar que Dios había destinado para él, mientras seguía rezando el Santo Rosario y dando testimonio a todos con su humildad, sencillez, generosidad y alegría; repartía entre los pobres casi todas las ganancias. Juan Evangelista continuaba siendo su ángel de la guarda particular y en Sevilla le rescató de ciertos peligros en los que pudo haber quedado atrapado debido a su ingenuidad. Partió a Jerez de la Frontera y trabó contacto con los dominicos quienes le invitaron a unirse a la comunidad. Pero él, que tenía singulares experiencias místicas, con toda rotundidad decía: «No está de Dios que yo lo sea aquí». En esta ciudad gaditana, en la que ya había dejado la huella de su caridad, entró al servicio de un adinerado marinero, y en 1619 desde Sanlúcar se embarcó con él al Nuevo Mundo.

Al llegar a Cartagena de Indias el armador le dio su salario, pero le abandonó a su suerte. Juan era un iletrado, y dado que no sabía ni leer ni escribir, ya no le servía para los negocios. Al verse desamparado, oró ante una imagen de María en la Iglesia de los dominicos. Y al día siguiente, después de haber constatado por sí mismo el trato ignominioso que recibían los esclavos y de sentir indecible compasión por ellos, buscó trabajo en el puerto. Después, viajó por Perú, pasando por Pasto y Quito, hasta que llegó a Lima en 1620, tras un viaje efectuado a pie y en mula de varios meses de duración. Le sostuvo la Eucaristía y el rezo diario del rosario. Lo primero que hizo fue buscar a los dominicos. Fray Martín de Porres le franqueó la entrada. Era el primer encuentro de dos santos que siguieron caminos casi paralelos. Durante un tiempo, Juan trabajó al servicio de un ganadero como pastor siempre sin dejar de rezar el rosario; solía pedir por los difuntos; por eso se le llama «el ladrón del purgatorio». Un día Juan Evangelista le dijo: «Tu puesto no es el de pastor. Vete al convento de la Magdalena, de la Orden de Predicadores, y pide el hábito de hermano».

Inserto como hermano lego en la comunidad de los dominicos de Santa María Magdalena, tomó los hábitos en 1622. Espiritualmente fue probado con diversas tentaciones. Defectos como la soberbia, la vanidad, acusaciones acerca de la intencionalidad que le guiaba a vivir en el convento (le acusaban de perseguir su comodidad), incitaciones contra la castidad, visión de los placeres que le aguardaban fuera..., todo ello pugnaba por apoderarse de su mente conminándole a abandonar su vocación. La gracia de Cristo le ayudó a purificarse fortaleciendo una decisión que emprendió en acto de fe y que no hizo sino robustecerse. Designado portero conventual, tuvo como guía a fray Pablo de la Caridad. Y de ese lugar recoleto hizo un paraíso particular para los pobres, los explotados y oprimidos, los enfermos, los abandonados, los que precisaban consuelo... Todos los que acudían allí hallaban lo preciso en este hombre humilde y desprendido, que pasaba las noches en oración, haciendo penitencia y dando incansables muestras de exquisita caridad, al punto de que grandes personalidades de la nobleza, incluido el virrey de Lima, le confiaban sus cuitas deseosos de recibir sus inspirados consejos. Entregó todo a Cristo, ofreciéndole su tendencia natural a pasar por la vida sin notoriedad alguna, íntimo afán que su pública misión como portero le impedía. Y eso justamente, al exigir de él gran esfuerzo, lo agradecía a Dios.

Cuando manifestó: «El portero de un convento es el espejo de la comunidad. Conforme es el portero, son los religiosos que moran en ella», sabía bien lo que decía. Las buenas y las pésimas acciones de una sola persona impregnan toda la convivencia y traspasan los muros del recinto. Cada una ha de saber que es testigo para el mundo. Y Juan estaba expuesto a ser examinado por las constantes visitas que recibían los religiosos de la Recoleta, a quienes franqueaba la puerta. Lo que veían en él fácilmente podían atribuirlo al resto de sus hermanos. Por tanto, lo que afirmó era una apreciación religiosa, profunda, que había brotado en su meditación. Iba llegándole el fin, y atrás dejaba también una vida entregada a los pobres en los que reconocía a Cristo; para ellos pidió por las calles de Lima, además de alentarlos en la fe. Su burrito, que había amaestrado, le traía las limosnas que recogía él solo cuando Juan no podía salir. En estos desvalidos pensaban sus hermanos de comunidad cuando vieron que iba helándose su aliento. Ante el comentario de lo que podría ser de ellos con su orfandad, Juan les tranquilizó: «Con que tengan a Dios, sobra todo lo demás». Fue agraciado, entre otros dones, con el de milagros. Murió el 16 de septiembre de 1645 mientras la comunidad honraba a María con la Salve Regina. Gregorio XVI lo beatificó el 22 de octubre de 1837. Pablo VI lo canonizó el 28 de septiembre de 1975.

 

 

15/09/2017-14:10
Redacción

Francisco a los Circenses: ‘En la alegría sana y limpia está la huella de Dios’

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 16 Sept. 2017).- El papa Francisco recibió este viernes en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano a los miembros de la Asociación Nacional Operadores del Espectáculo Itinerante (ANESV) con motivo del 40 aniversario de su fundación.

El Santo Padre agradeció a estos representantes del mundo del espectáculo por el trabajo que realizan con su arte y alegría, en tantos lugares y pueblos. Y les aseguró que ellos tienen una una misión: “ofrecer a la gente, a los niños, pero también a los adultos y a los ancianos la oportunidad de una diversión sana y limpia. Es diversión sana y limpia, sin necesidad de ir “abajo” a buscar material para que la gente se divierta”, dijo.

Y dentro de esta vocación, de esta misión, “¿cómo puede no estar la mano de Dios? Dios nos ama y quiere que seamos felices”. Porque “Dondequiera que haya una alegría simple y limpia, está su huella”. Por eso, si conservan estos valores, esta autenticidad y sencillez, son mensajeros de la alegría que agrada a Dios, y que procede de Él, aseguró.

“Sé que la vida del trabajo itinerante no es una vida fácil” reconoció el Papa. “Conozco lasdificultades que atraviesan con las familias, en vuestro constante ir de lugar en lugar”, dijo. Incluso en comunidades que no siempre “aprecian el valor social de este tipo de espectáculo”.

Y les exhortó: “No se desanimen, sigan este camino, para que nuestras ciudades y nuestros pueblos no pierdan esta belleza peculiar a través de vuestra presencia, de vuestro arte y de vuestra alegría”.

“El vuestro es un camino que, gracias a Dios, está iluminada por la fe, una fe que se vive especialmente en la familia, y esto es muy importante: la familia en camino con Dios, animada por la confianza en la Providencia”, dijo.

“Una fe que encuentra también en las diversas parroquias por las que pasan” y que son “lugares de referencia para el descanso espiritual: para participar en la Eucaristía, la preparación y la celebración de los Sacramentos, para un consejo y una ayuda fraternal de la comunidad”. Deseó por ello el Papa que haya apertura “entre vuestras comunidades itinerantes y las comunidades parroquiales”

Con esta belleza “artesanal” –diferente a la producida por las grandes potencias de la diversión– que tiene un aroma de asombro y encanto, y que sin embargo, es el resultado de horas y horas de duro trabajo, que “genera una alegría dulce en los niños” y en la cual “los mayores reencuentran la alegría de la infancia”