Servicio diario - 30 de septiembre de 2017


El Papa a los alcaldes italianos: ‘No elevar más las torres sino ampliar las plazas’
Sergio Mora

Cardenales Vallini, Menichelli y Burke miembros de la Signatura Apostólica
Redacción

Contestación a la Amoris Laetitia: una ‘correctio’ poco ‘filialis’
Sergio Mora

Programa del Papa en la visita a Bolonia y Cesena – 1º de octubre 2017
Redacción

Todo listo en Cesena y Bolonia para la visita del Papa
Redacción

Francisco con los pobres almorzará lasaña a la Boloñesa
Redacción

Beata Juana Soderini de Florencia, 1º de septiembre
Isabel Orellana Vilches


 

30/09/2017-12:04
Sergio Mora

El Papa a los alcaldes italianos: ‘No elevar más las torres sino ampliar las plazas’

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 30 Sept. 2017).- Tras recordar las ciudades de Babel y Jerusalén, el papa Francisco le señaló a los miembros de la Asociación de los Municipios Italianos (Anci, por sus siglas en italiano) que quiere hablarles de una ciudad “que no admite dirección obligatoria de un individualismo exasperado y que disocia el interés privado del público”.

Fue en la audiencia que concedió este sábado en el Vaticano al Anci, en la que precisó que esa ciudad ideal “no soporta los callejones sin salida de la corrupción, o donde se anidan las llagas de la disgregación”. Y que no conoce las máscaras de intereses de esos pocos que quieren privatizar espacios públicos.

“No se trata de elevar aún más la torre -dijo el pontífice- sino de ampliar la plaza” para “dar espacio a cada uno para realizarse junto a su familia y abrirse a la comunión con los demás”.

O sea, además de un corazón “bueno y grande que custodie la pasión del bien común”, esta ciudad necesita promover la justicia social, crear servicios y oportunidades, educando a la corresponsabilidad responsabilita? compartida.

Señaló también el peligro de las dobles caminos, “una pista para los corruptos” y en la otra, “los callejones para los pobres, desempleados, familias numerosas, inmigrantes y quien no tiene a nadie para apoyarse”.

Invitó a no aceptar estos esquemas y para ello de una “política y una economía basada nuevamente en la ética” en relación “de la comunidad y del ambiente”.

El Santo Padre reconoció que existe malestar “ante la llegada maciza de migrantes y refugiados”, debido al temor del extranjeros, agravado por las dificultades económicas.

Entretanto ese malestar tiene que ser superado “con la oferta de espacios de encuentro personal y de conocimiento mutuo”. Dio así el “bienvenido a todas las iniciativas que promueven la cultura del encuentro”.

Elogió que muchas administraciones locales realicen “buenas prácticas de acogida y de integración” y deseó que las otras sigan este ejemplo. De tal manera que “la política pueda realizar su tarea fundamental que ayude a mirar con esperanza el futuro”.

Entonces, concluyó el Santo Padre “la ciudad se volverá un preludio y reflejo de la Jerusalén celeste”.

 

 

30/09/2017-11:09
Redacción

Cardenales Vallini, Menichelli y Burke miembros de la Signatura Apostólica

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 30 Sept. 2017).- El Santo Padre ha incluido entre los miembros del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica a los Cardenales Agostino Vallini, Edoardo Menichelli, y Raymond Leo Burke y a los monseñores Frans Daneels, Johannes Willibrordus Maria Hendriks.

El Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica vela por la correcta administración de la justicia dentro de la Iglesia católica. Tiene su sede en el Palacio de la Cancillería de Roma.

San Pío X lo transformó en un tribunal supremo en el marco de las reformas del derecho canónico que se realizaron a principios de 1908 y en la actualidad se rige por la Constitución Apostólica Pastor bonus de 1988.

El Tribunal se encarga de los litigios de nulidad (matrimonio), de los recursos contra las sentencias de la Rota Romana y de los conflictos de competencia.

Los miembros del tribunal son nombrados por el Papa. Está dirigido por un prefecto asistido por un secretario y un subsecretario.

El Papa también ha nombrado vicario judicial del Tribunal Eclesiástico de la Ciudad del Vaticano a Mons. Denis Baudot, del clero de la archidiócesis de Lyon (Francia), Oficial del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.

 

 

30/09/2017-18:27
Sergio Mora

Contestación a la Amoris Laetitia: una ‘correctio’ poco ‘filialis’

(ZENIT – Roma 2017).- Una carta escrita al Papa Francisco por un grupo inicial de 62 intelectuales, entre los cuales algunos sacerdotes y religiosos, fue hecha pública el domingo pasado por los autores. En la misma acusan al Santo Padre de herejía por la exhortación post-sinodal Amoris Laetitia y otros pronunciamientos.

Ellos escriben:Los firmantes no osan juzgar el grado de conciencia con la cual el Papa Francisco ha propagado las 7 herejías señaladas. Pero insisten respetuosamente que condene estas herejías apoyadas por él, directamente o indirectamente”.

ZENIT conversó con el director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, Davide Cito, y sacerdote del Opus Dei, quien dio algunas pautas sobre la carta.

¿Una carta de este tipo es una novedad en la historia de la Iglesia?

Padre Davide Cito: Como ha sido ampliamente escrito en diversas intervenciones que aparecieron durante estos días en varios medios de comunicación, esta carta no es seguramente una novedad, porque la Iglesia a lo largo de su historia milenaria hasta nuestros días, ha sentido críticas ásperas al magisterio del Papa.

Al mismo tiempo no hay que olvidares que no se puede actuar en la Iglesia sin el Papa o en contra de él, sino solamente en comunión con él.

Quizás la novedad sea el instrumento adoptado, o sea la difusión en internet con un sido dedicado, utilizando un instrumento de comunicación hoy muy utilizado y que tiende a dar visibilidad a los autores de esta iniciativa.

Lo que se ha escrito indica una actitud justa y adecuada hacia el Papa?

Padre Davide Cito: No me parece una actitud ni justa, ni adecuada, hacia el Papa, sea quien sea. Y no lo es hoy como no lo era ayer ni lo será mañana. Y esto no solamente en línea teórica, pero específicamente con esta carta.

Si bien es verdad que los fieles, laicos o clérigos, tienen el derecho y a veces hasta el deber de manifestar a los Pastores y por lo tanto al Papa, su pensamiento, al mismo tiempo deben conservar siempre, y también en su modo de actuar, la comunión con la Iglesia y claramente con el Papa.

Pero en este caso no parece existir una actitud de este tipo: desde el momento que la con la divulgación masiva de la carta, inevitablemente no se hace que desacreditar al Papa. Tal situación es ulteriormente agravada del hecho que han tratado de promover a un número el más numeroso posible, mediante una suscripción on-line.

Tampoco la forma me parece respetuosa, a pesar del propósito manifestado. Me permito decir que esta “correctio” tiene poco de “filialis”.

¿Cuáles son las causas o el origen de la carta?

No me corresponde a mi evaluar más allá que el documento publicado. Seguramente en la dinámica de la fe pueden existir tensiones o incomprensiones, pero siempre en un marco respetuosa de los roles eclesiásticos.

Como enseña el Catequismo de la Iglesia Católica «mediante el sentido sobrenatural de la fe, el pueblo de Dios adhiere indefectiblemente a la fe, bajo la guía del Magisterio viviente de la Iglesia”.

¿Qué repercusiones podría tener la carta en el mundo católico?

Padre Davide Cito: Pienso que la incidencia de la carta pueda ser más mediática que real, si bien constituye un hecho que causa profundo dolor. Al mismo tiempo creo sea una ocasión para estar unidos en oración con el Papa, que no quiere otra cosa sino animarnos a vivir el Evangelio en la realidad de hoy, con sus desafíos, sus heridas y sus esperanzas.

 

 

30/09/2017-06:55
Redacción

Programa del Papa en la visita a Bolonia y Cesena – 1º de octubre 2017

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco visitará el próximo 1º de octubre, Cesena y Bolonia en la región italiana de Emilia Romaña, en ocasión de los trescientos años del nacimiento del Papa Pío VI. En Bolonia la visita coincidirá con el Congreso Eucarístico Diocesano.

A continuación el programa del domingo 1º de octubre

Cesena

– llegada del Papa en helicóptero al Hipódromo de Cesena,
– Encuentro con los ciudadanos en la Piazza del Popolo
– Encuentro en la Catedral con los jóvenes, las familias y el clero.
– Salida en helicóptero hacia Bolonia

Bolonia

-Llegada a Bolonia
-Visita al Hub regionale de Via Mattei
-Encuentro en el centro gubernativo de primera acogida a los migrantes
-Oración del ángelus en la Plaza Grande con la participación del mundo del trabajo.
-Almuerzo con los pobres en la Basílica de San Petronio.
– Encuentro con el clero en la Catedral
-Encuentro con el mundo universitario en la Basílica de san Doménico,
-Celebración de la Santa Misa.
-Partida desde Bolonia en helicóptero para regresar al Vaticano.

 

 

30/09/2017-17:32
Redacción

Todo listo en Cesena y Bolonia para la visita del Papa

(ZENIT – Roma, 30 Sept. 2017).- En las ciudades italianas de Cesena y Bolonia está todo listo para la visita pastoral que el papa Francisco realizará este domingo.

Así en región de Emilia-Romaña (centro de Italia) el Santo Padre se reunirá el domingo por la mañana con representantes de la sociedad civil de Cesena y en la Catedral de la ciudad con el clero, los consagrados y los laicos de los consejos pastorales. Finalmente en la sacristía, Francisco saludará a los huéspedes del Centro de acogida y los organizadores de la visita.

Los aproximadamente 100 kilómetros que separan las ciudades de Cesena de Bolonia el Papa los hará en helicóptero.

En Bolonia, le aguardan los migrantes del Centro regional de acogida y en ‘Piazza Maggiore’, estarán los trabajadores con quienes el Pontífice rezará el Ángelus.

Poco después en la Basílica de San Petronio, se realizará el “almuerzo de solidaridad” con los pobres, los refugiados y los presos.

La visita prosigue con el encuentro en la Catedral de San Pedro con los sacerdotes, los religiosos y los seminaristas, y en la salida, con los estudiantes en la Plaza Santo Domingo.

El último compromiso en Bolonia, antes de regresar al Vaticano en helicóptero, será la celebración a las 17 horas de la Santa Misa, en el estadio “Dell’Ara” con capacidad para 45 mil personas. La llegada a Roma del Pontífice está prevista para las 20 horas.

El obispo de Bolonia, Mons. Matteo Zuppi, señaló que con la visita del Papa concluye el Congreso Eucarístico, con el tema “Eucaristía y ciudad de los hombres”. Indicó que el Congreso “nos ayudó a redescubrir la presencia del Señor en la Eucaristía y también, a través de la Eucaristía, a mirar con nuevos ojos, con los ojos de la misericordia”.

 

 

30/09/2017-13:53
Redacción

Francisco con los pobres almorzará lasaña a la Boloñesa

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 30 Sept. 2017).- Durante el viaje apostólico del papa Francisco en la ciudad de Bologna de este primero de octubre, figura un almuerzo con los necesitados que será en la basílica de San Petronio. Miles son los participantes seleccionados por la Curia.

El menú, ofrecido por Camst y Felsinea Ristorazione, fue preparado respetando las varias tradiciones religiosas, o sea que entre las materias primas está excluido el jamón y otros productos porcinos.

Como primer plato se sirve una lasaña con salsa de carne de ternera, a continuación llegará una la chuleta de pavo con crema de parmesano acompañado de papas a la provenzal. El postre contempla uvas y ciruelas, pasas y pastel de arroz.

Doce cocineros prepararán comidas que serán puestas en platos de plástico totalmente biodegradable. Las sobras se entregarán al Banco de Alimentos para evitar desperdicios. Por la tarde, unas 2 mil canastas con bocadillos y bebidas serán donados a los voluntarios de las parroquias empeñados en la misa en el estadio Dall’Ara.

 

 

30/09/2017-04:34
Isabel Orellana Vilches

Beata Juana Soderini de Florencia, 1º de septiembre

(ZENIT – Madrid).- Pertenecía a una de las familias de la alta nobleza florentina: los Soderini, que influyeron notablemente en la sociedad entre los siglos XIV y XVI. Culminaron su hegemonía al ser expulsados por haber mostrado su oposición a otra poderosa estirpe, la de los Medici, en un conflicto de bandos que enrarecieron la paz ciudadana. Pero los Soderini se hallaban en pleno apogeo cuando nació Juana en Florencia en 1301. Y también coincidió que en ese momento se iniciaba una época caracterizada por disensiones políticas con el enfrentamiento de grupos rivales encabezados por los Bianchi (Blancos) y los Neri (Negros). Hasta el pontífice Bonifacio VIII tuvo que mediar en 1300 a través del cardenal Matteo d’Acquasparta, a quien envió con la misión de apaciguar los ánimos. No prosperaron sus intentos; los conflictos se dilataron en el tiempo, y encima lo que se juzgó inadmisible injerencia del papa tuvo una repercusión negativa para él.

En mayo de 1300 Bonifacio VIII remitió una carta al prelado de Florencia recordando que tenía facultades para actuar a través de un vicariato al que quedaría sometido la Toscana. Ni ésta misiva ni otros escritos dirigidos a gobernantes europeos tuvieron efecto alguno. Por otro lado, los enfrentamientos ya habían calado en el ambiente con las consiguientes repercusiones económicas, agravadas por la epidemia de «peste negra» extendida por gran parte de Europa, y de la que no se libraron los florentinos.

Este era el ambiente que acogió a Juana, única hija que colmó de gozo el hogar. Creció, como era usual para los de su alcurnia, bajo el amparo de una niñera, Felicia Tonia, que debió llenarla de mimos y atenciones. La pequeña, que fue agraciada con dones diversos, muy tempranamente supo por revelación de la pronta muerte de su aya, y así se lo dio a conocer, con la inocencia y claridad propias de la infancia, y más en ella que mostraba su amor a Dios y recitaba fervorosamente las oraciones que le habían enseñado. Esta advertencia de la niña acerca del fin de sus días ayudó a Felicia a prepararse para ese momento. Llegada a la adolescencia, lo que menos pensaron sus padres es que Juana elegiría la vida religiosa. En sus planes entraba desposarla con un caballero de ilustre abolengo y buena posición, como correspondía a una aristócrata, pero se encontraron con la negativa radical de la joven. Les costó lo suyo, pero no les quedó más remedio que dar su beneplácito para que Juana ingresase en una comunidad, como era su deseo.

Contemporánea de santa Juliana Falconieri, que en esa época impulsaba la «Orden de las Siervas de María», aglutinando en torno a sí jóvenes deseosas de seguir a Cristo según el carisma de los servitas, la beata se unió a ellas. Al igual que Juliana, también la primogénita de los Soderini se entregó a mortificaciones y severas penitencias. Deliberadamente elegía las tareas domésticas más humildes y pesadas, y se ocupaba de los enfermos que solicitaban la ayuda de la comunidad. En su itinerario espiritual no faltaron las pruebas y tentaciones que afrontó con su oración. Era obediente y dócil; una persona digna de confianza porque testificaba con su virtud la autenticidad de su vocación. Juliana se fijó especialmente en ella; mostraba los rasgos que convenían a una persona de gobierno: era abnegada, vivía desasida de sí misma, atenta a las necesidades de los demás, y se convirtió en el brazo derecho de la santa. Junto a ella permaneció fielmente, auxiliándola y proporcionándole consuelo en la enfermedad.

Juana fue testigo directo de las lesiones que las extremas mortificaciones de la fundadora causaron en su organismo. Veló para que sufriera lo mínimo, de forma respetuosa, tratando de paliar su dolor, edificada por el testimonio que cercanamente constataba día tras día. El aparato digestivo de Juliana estaba gravemente afectado; hubo un momento en el que no pudiendo deglutir los alimentos cayó sumida en gran debilidad y precisaba continua asistencia. Ni siquiera podía trasladarse de un lado a otro por sí misma. Entonces Juana se convertía en su «bastón». Por eso es creíble, tal como suele afirmarse, que fuese ella la que descubrió el prodigio obrado en el pecho de la santa antes de morir al apreciar en él la huella de la hendidura por la que debió penetrar la Sagrada Forma. Y es que, antes de exhalar el postrer aliento, Juliana deseó ardientemente recibir la Eucaristía. Como era previsible que en sus condiciones no pudiera contener el Cuerpo de Cristo, su anhelo se cumplió milagrosamente. Y Juana, que la amortajaría, debió ver el hecho sobrenatural en la visible cicatriz que éste dejó en la santa.

Después de la muerte de la fundadora, ella le sucedió en el gobierno de la comunidad. Permaneció al frente de la misma más de veinte años, hasta el fin de sus días. Juana fue bendecida con dones singulares, entre otros el de profecía. Murió el 1 de septiembre de 1367. Su cuerpo fue sepultado en la iglesia de la Annunziata de Florencia, y numerosos peregrinos lo veneraron durante largo tiempo. Pasados varios siglos, la sombra de los Soderini seguía siendo alargada. Y en 1828 uno de los descendientes, el conde Soderini, influyente y poderoso como sus antepasados, obtuvo del papa León XII la confirmación del culto. En la iconografía la beata suele aparecer al lado de san Felipe Benizi o bien en solitario portando a veces en sus manos un lirio y otras un libro.